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Rosario sigue estando lejos

Sobre la avenida Pellegrini en Rosario y hace algunos años, me llamaba la atención la cantidad de muchachas que se dedicaba a la profesión más antigua del mundo.
Yo estaba recién casado pero no por eso había perdido mis ojos para ver. Igual por eso no pensaba en hacer nada. No así mi compañero de trabajo con el que habíamos viajado a esa ciudad por un problema de trabajo y para más con el auto que nos había puesto la Compañía.
Recorrimos la Pellegrini desde el palacio de Justicia hasta el Rio y podíamos ver en cada esquina distintas ofertas que nos llamaban la atención. Mucho más que eran de todo tipo. Desde mujeres definitivamente feas hasta chicas maravillosamente esplendidas.
Sin saber que hacer nos cruzamos con dos muñecas realmente salidas de una revista para hombres.
Nos acercamos hicimos las transacción y nos indicaron una casa habilitada (calculo que en aquella época era en forma cuasi clandestina) y seguimos a un auto que nos llevó hasta ese lugar.
Estaba maravillado con el cuerpo de la mujer que me había tocado en suerte, esbelta, buenos senos, pelo largo, rasgos definidos y de una blancura inmaculada.
También me llamo la atención su juventud y su marcado acento cordobés capital con el que hablaba.
Realmente me fui de mambo y me puse a cogérmela en la más pura posición de misionero. No creo que haya en este relato alguna experiencia sexual, ya que mi apasionamiento juvenil me hizo comprender que estábamos teniendo sexo juntos y ambos calientes.
Lo que fue un pon y saca de mi amigo ya que desde la otra habitación se escuchó rápido dale que ya estamos. Mi amigo debía haber tenido una eyaculación precoz, yo por mi parte con esta muchacha y por razones que no se estamos cogiendo como dos endemoniados y extasiados amantes.
No lo digo por presumir mi capacidad de enamoramiento, sino porque no entiendo porque esta mujer hermosa en su profesión había decidido echarse un buen polvo conmigo.
Cuando luego de un buen rato de penetrarla sentí que estaba por acabar, buscaba sus labios rosados para besarla en la boca cosa que no había permitido durante este contacto.
Así ambos avanzando hasta un orgasmo sentí que se ponía a hablar y entre gemidos decía: “la verba no…………” “la verba no…………”
Durante años me comía el coco pensando que es lo que quería decir con esa frase que me llevo a acabar profundamente dentro de su concha.
Años después y sin quererlo me di cuenta que no quería dejarme besar su lengua o llegar un beso de lengua que hubiera sido una entrega total.
Repito, no creo que sea un presumido de que hice gozar a una profesional, sino más bien no entender porque esta mujer decidió echarse un buen polvo conmigo. Pero así fue.
La verba no………….” La Verba no………….” Se repite en mi mente como un recuerdo maravilloso de un polvo espectacular que me agrego a la lista de infieles de este mundo diverso….

4 comentarios - Rosario sigue estando lejos

teko74
decía la verga ...
perchacubo
no, era claramente audible la verba
juuli88 +1
si te cobraron unas minas por avenida pellegrini, se aprvecharon de vos. ahi no hay prostitutas pagas!
perchacubo
@juuli88 No les cuento cuantos años hace para no deschavar la edad!!! jijiji
emisebarelatos
@juuli88 olvidate jajaja yo me quede con ganas de conocer a la ex jugadora de hockey.... Que cagada algún día se podrá y hacenos el relato??
juuli88
@perchacubo ahhh jajajaja... ahora sii!! mira vos, no sabia que por pellegrini se ofrecian esas cosas!! 😛
si vas ahora para rosario, vas a a encontrar un paisaje muy diferente! 🙂