Lo realmente difícil sería crear buenos compañeros sexuales desde el punto de vista psicológico, que fuesen más allá de meros autómatas que no pasaran de ser juguetes singularmente realistas.
Su mano derecha resbalaba distraídamente sobre la fría pantalla, miraba sin ver la sucesioin de hologramas que se aparecían ante sus ojos.
Una escena tras otra, fugaces retazos tridimensionales de cuerpos, sexos, mujeres, hombres, andróginos, retorcidas muecas de placer fingido, imponentes miembros penetrando estrechas cavidades, dos, tres, cuatro, diez... pieles blancas, negras, amarillas... Todos y cada uno recreados por frías luces, voces y aullidos mecánicos, no hay olor, no hay sabor, ninguna sonrisa franca, ninguna caricia humana.
Dieciocho meses, quinientos cuarenta días, mil doscientas noventa y seis horas navegando el espacio sin compañía ni contacto humano, sin escuchar una voz que no proviniera de una máquina, insoportable hasta en el saludo cotidiano.
La programación de entretenimiento de la nave, le aseguraron, preveía todos los aspectos del interés de un hombre, podía elegir cualquier lectura, película, juego....todo provisto por las tecnología más moderna y para su comodidad.
Supuso que sería llevadero, casi sencillo, la paga era buena así que valía la pena el sacrificio, en tres meses más todo terminaría. Tres meses....hasta que cayó en la cuenta que no podría pasar de ese día, que el vacío del aislamiento se había vuelto insoportable...que necesitaba tocar un cuerpo, sentir el calor de una piel, el dolor de una mordida en sus labios, el estremecimiento al deslizarse dentro de una mujer.
Cuando abordó la nave, el piloto anterior le había comentado el uso y abuso que había hecho de Galatea la androide, mejor dicho ginoide, que vagaba junto al él por el espacio y que permanecía guardada en su compartimiento. Le parecía ridículo y patético llegar a esa situación, pero temía enloquecer de soledad...
Abrió la compuerta y se detuvo a observar a su compañera.
"Diseñada y programada para satisfacer sus necesidades humanas" leyó en la tapa del manual.
Dudó unos minutos, hasta que su brazo se movió involuntariamente hacia adelante.
Acarició lentamente el cabello lacio, suave y sedoso, Galatea abrió los ojos y fijó en él su mirada, las pupilas se contrayeron, y el rostro se animó, dándole una expresión casi humana. Los labios se abrieron en una sonrisa y una dulce voz saludó al navegante.
Se halló a si mismo, un poco confundido y un tanto nervioso, no sabía como actuar ante su compañera, no era una mujer, no era un robot, había reglas que cumplir? normas de seducción para estos casos? O sencillamente debía ordenarle que lo complazca?
Interpretando su confusión Galatea volvió a sonreír y salió de su inmovilidad, tomó la mano del hombre o lo invitó a dar un paseo por la nave, conversar, corría el programa "romántico".
El contacto de esa piel humana lo estremeció hasta la emoción, sentía su sangre correr, el corazón galopante. Intentaba sin éxito razonar, es una máquina... no hay sentimientos...
Al paso de la pareja, las frías paredes proyectaban imágenes de gloriosos jardines, y un sendero que se estrechaba a su paso, se detuvieron frente a un portal y se besaron, la lengua, la saliva, el calor, el aliento, todo dio vueltas en la cabeza del navegante, ya lo ne importó nada más. Con frenética desesperación beso el cuello, los hombros... al paso de sus labios la piel de Galatea se erizaba, los suspiros sonaban a gloria, los pezones reclamaron atención, lo invadía una sensación de deseo animal y gratitud.
Ella tomó la mano derecha de su compañero y con calculada lentitud pasó su lengua por cada uno de los dedos, mientras lo miraba fijamente, se detuvo más que nada en el dedo mayor, mientras que una de sus piernas subía hasta la cadera del hombre, sin dejar de mirarlo se hizo penetrar primero con suavidad, luego con humana desesperación.
El navegante se estremeció ante el realismo de lo que estaba sucediendo, bebió, lamió, succionó, mordió ese cuerpo, se perdió en la profundidad oscura de esa obra de tecnología que se le ofrecía, derramó su semen una y otra vez en el ritual más primitivo.
Agotado física y mentalmente se durmió abrazado a Galatea. Un alma perdida y su ancla de salvación surcaban los espacios siderales, el universo como testigo.
25 comentarios - Dos y el universo
Asombroso relato My Lady, es como si el fanstasma de Ray Bradbury hubiera rondado sus sueños y le hubiera dictado estas maravillosas letras.
Si la visita el fantasma de Isaac Asimov estaremos frente a una tercera fundación, no lo dudo.
Me encantó ❤️
Gracias por compartir 👍
Excelente relato, hasta me imaginaba los ruidos ambientales que acompañaban cada escena...
Un lujo leerla, como siempre.
Un gusto que hayas pasado por aquí
Su palabras se lo merecen...
Que buena temática y que original el relato !
Me encantó hermosa !
A favoritos y volveré, mientras tanto Reco !!!
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
Compartamos, comentemos, apoyemos, hagamos cada vez mejor esta maravillosa Comunidad !!!
lo hizo .... lo hizo otra vez .... Blade Runner en la pluma de Milady
le regalo una imagen .....
Buenisimo tu post amiga!! +10 👍 👌
Abrazo ❤️ ❤️ 😘 😘
Una verdadera JOYA
incluyendome yo, siento que hay muchos y muchas llaneros solitarios, eso no quiere decir que estemos solos, pero no hace falta vivir solo para a veces sentir la soledad rondeando. buen sábado amiga. besos. disculpa que me meti pero me gusto tu comentario. Alex-
Genial!!
Besos,
H.
van 10
Besos mi querida..
¿Qué ha hecho este hombre de Illinois me pregunto, al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me pueblen de terror y de soledad?
¿Cómo pueden tocarme estas fantasías, y de una manera tan íntima? Toda literatura (me atrevo a contestar) es simbólica; hay unas pocas experiencias fundamentales y es indiferente que un escritor, para transmitirlas, recurra a lo "fantástico" o a lo "real", a Macbeth o a RaskoInikov, a la invasión de Bélgica en agosto de 1914 o a una invasión de Marte. ¿Qué importa la novela, o novelería, de la science fiction? En este libro de apariencia fantasmagórica, Bradbury ha puesto sus largos domingos vacíos, su tedio americano, su soledad, como los puso Sinclair Lewis en Main Street.
Conozco muy bien el sentir de su nauta y le puedo asegurar que ha pintado la soledad como realmente es y es indiferente que escriba de viajes interestelares o viajes marítimos.
Eso si. le ruego me envíe la dirección del fabricante de Galatea por MP...
Su post es así:
Apenas se destrabe la importación le paso el dato 😉