Del viejo MSN

Blanca era una esposa formada en un ambiente severo. Hija de Militares y esposa de un coronel de ejército de un país latinoamericano vecino al nuestro y de alto estándar militar vivía su sexualidad en autentica represión.
Cuando la conocí en el chat se pavoneaba con un catalán con el que (ahora comprendo) planeaba fugarse a España (creo que sabía que a eso nunca llegaría). Cuando quebró su relación virtual creí realmente en su duelo. Creo que fui desaprensivamente sonso. Mezcla rara de poeta con una berreta descripción de la realidad tipo Milán Kundera, me puse a consolarla.
Terminamos en el antiguo MSN con cámara de por medio. Para hacerla corta los diálogos sesudos y profundos sobre su ruptura fueron derivando a una seducción.
Diré que era bella, de cara muy redonda y de cuarenta y pico por aquel entonces. Sin que mediara aviso estábamos ambos que nos comíamos con los ojos. Pero en realidad el punto de partida de mi amistad con ella me ponía reticente a invitar a otra cosa más.
La iniciativa fue de ella. Fue así como sin darme cuenta su concha rosada fue un primer plano en ventanita del MSN. Sus dedos largos y finos pasaban por esos labios suaves y rosas como jamás había visto en mi vida. Me pido si como contrapartida le podía mostrar mi pija que estaba exageradamente al palo en una situación para mi totalmente nueva.
La mostré y fue ver como de su vagina fluía ese líquido viscoso que lleno mi boca de saliva.
Como hubiera deseado chuparla. Y pude ver su boca con un terrible consolador donde mientras yo hacia mi exhibición ella chupaba el juguete que casi sentía como me chupaba a mí, ya que la contemplación transcurría mientras la miel llenaba a raudales mi glande y el tronco de mi pija.
Me sugirió que intentara acabar y que le mostrara la leche que (según dijo) quería sacarme en el instante que su ayuda entraba en su concha empapada con la entereza y virtualidad que mi mente reemplazaba en mi fantasía por mi pija.
Cuando acabe se cortó la cámara y siguieron nuestras charlas sesudas sobre lo que nos había pasado, pero solo por vía de Email.
Como a los dos meses y desesperado por repetir la experiencia me confeso que se iba a un destino militar por un año a Estados Unidos, cosas que luego en el chat comprobé por la IP con la que entraba frecuentemente.
Lo que fue pasional se fue perdiendo y consolidaba una amistad por parte de ella, cosa que nunca acepte.
Cinco años después y siempre teniendo una relación por email cordial, me toco viajar al vecino país donde ella vivía.
Busque por la guía de teléfono su calle, y pude solo saber que estaba a dos calles donde estaba radicada la Línea.
La llame y vino al toque, eso sí, la pasión que teníamos durante la cámara no existía y era imposible remontar que ella era ahora la Sra. De un general del ejército de su país. No dio ninguna señal para trampas aunque dejo su seducción al límite y sin descuidos en nuestra entrevista en persona.
Me fui sin tocarle un pelo, solo un beso en la mejilla y sin posibilidad de sentar una basa para intentar algo más con ella. Estaba hermosa, su atuendo sobrio y su delicado maquillaje mostraban su estatus social.
Atrás quedaba esa furia de años febriles, ese deseo que era apenas un atajo a lo que yo supongo de esta “pasional mujer”. Como poeta pude generar grandes sensaciones en ella, lo que me quedo claro que nunca podría hacerla feliz.