No pudimos hacer otra cosa que salir de la bañera con una bata y acostarnos dormir.
A la noche cenamos y salimos a pasear por el casino del hotel...Era enorme y había muchísima gente.
Tía estaba soberbia, muy elegante y provocativa. La dejé un rato sola que paseara por el salón y al cabo de una media hora la encontré charlando con un matrimonio cincuentón muy amablemente.
El tenía pinta de ricachón y su esposa de muy trola...
- Hola amor! te estaba buscando y encontré a estos señores alemanes tan amables...- exclamó la puta haciéndose la pendeja y también rondaba los 50...Estaba sentada junto a él, y yo me senté junto a su esposa, quedamos cruzados. La jovata me miró golozamente y al darme el beso del saludo, rozó la comisura de mis labios. Me sorprendió un poco pero no demasiado conociendo a Tía. El señor estaba muy efusivo y en realidad al ver la botella casi vacía de champagne francés comprendí la alegría general.
Ellos están por unos días de visita en nuestro país, amor... y quieren conocer gente en fin... disfrutar de la vida!- rió la yegua mientras palmeaba la pierna del señor que empezaba a ponerse colorado de lujuria. La madura de su esposa llevaba un vestido ajustado y muy caro, con brillos y unas impresionantes joyas. Disimuladamente me ejercía presión con su pierna en la mía.
- No entienden una goma de español amor! jajaja... están en nuestras manos bebé!- gritó la trola confirmando que los alemanes realmente no cazaban una.
- Wonderful!!!- gritaba la pareja mientras bebían, fumaban e ignoraban que estaban a punto de vivir algo inolvidable.
- Tengo ganas de pasar los límites sobri! hoy es nuestra noche... te gusta la veterana?- preguntó señalándola con desparpajo....- tiene lindas gomas operadas y una boca bastante mamona no?- inquirió mirandola a los ojos...
- Yes! iupiii! . dijo la puta alemana sin sospechar de qué carajo estábamos hablando.
- Nosotros somos recién casados, es nuestra luna de miel...- susurró la yegua de Tía misteriosamente...- y nos vamos a enfiestar con ustedes
- Oh yeah!!- chillaron al unísono los gringos que no habían entendido ni mierda.
No podía creer lo que acababa de escuchar, la noche se estaba poniendo interesante.
Ni bien oí esto, le metí la mano a la vieja por debajo del vestido hasta la concha depilada, descubriendo que no usaba tanga ni otra ropa interior.
Tía a su vez, acercó su boca a la oreja del macho, y lamiendolo lentamente empezó a susurrarle cositas:
- Te gustaría que hagamos una partuza viejo de mierda? Me querés garchar? quéres garcharte esta bebota argenta?
El alemán estaba como un toro...
- Quieren subamos suite por champagne, fiesta?- alcanzó a decir en un español rudimentario.
- Por qué no? - pregunté mientras con los dos dedos apretaba el clítoris de la esposa provocando gemidos ahogados...ella me miraba con los ojos vidriosos disimulando.
- Yo te acompaño gringo- le dijo Tía agarrandolo de la mano y llevandoselo. La puta me había dejado a solas con la trola madura.
- Ya volvemos! cuídense...- aconsejó riendo de la mano del alemán....
Al quedarnos solos, le di un chupón tremendo a la vieja, metiéndole la lengua hasta la garganta.
- Vení puta seguime...- ordené agarrandola del brazo y llevándola al baño del casino.
Esperé que no entrara nadie, y rápidamente entramos al de caballeros. La metí en uno de los reservados y apollándola en el inodoro, la puse en cuatro y le metí la punta de la verga en la concha que a esta altura estaba empapada.
- Chilló ahogadamente ya que le tapaba la boca y empujaba carne adentro de su papo...
Me encantaba ver a una señora tan fina apoyada en un inodoro público recibiendo verga joven y desconocida. Bombeaba carne sin parar, mientras escupía en su ojete y con el pulgar empezaba a dilatarlo. La puta no se asustaba de nada, y por como entraba el dedo esa cola estaba acostumbrada. Al poco ya tenía mi nabo metido hata los huevos en ese orto maduro y trabajado en gimnasio. Era hermoso sentir que me estaba culeando a una vieja 30 años mayor que yo.
Cuando estuve a punto de acabar, la hice sentar en la tapa del inodoro, y abriendo su boca le desagoté una enorme cantidad de leche que había acumulado en esas horas de calentura. Sin rechistar se tragó todo, relamiéndose y dejandome la pija brillosa y reluciente. Al cabo de unos minutos volvimos a la mesa justo antes de que llegaran ellos.
- Hola! ya volvimos...todo bien?- preguntó la puta un poco despeinada y con restos de leche en el canal de las tetonas que dios le había dado... El alemán estaba desarmado.
No sosprechaba que le había hecho el orto a su querida esposa....
(Continuará..bah si comentan y puntúan continuará 😉 )
A la noche cenamos y salimos a pasear por el casino del hotel...Era enorme y había muchísima gente.
Tía estaba soberbia, muy elegante y provocativa. La dejé un rato sola que paseara por el salón y al cabo de una media hora la encontré charlando con un matrimonio cincuentón muy amablemente.
El tenía pinta de ricachón y su esposa de muy trola...
- Hola amor! te estaba buscando y encontré a estos señores alemanes tan amables...- exclamó la puta haciéndose la pendeja y también rondaba los 50...Estaba sentada junto a él, y yo me senté junto a su esposa, quedamos cruzados. La jovata me miró golozamente y al darme el beso del saludo, rozó la comisura de mis labios. Me sorprendió un poco pero no demasiado conociendo a Tía. El señor estaba muy efusivo y en realidad al ver la botella casi vacía de champagne francés comprendí la alegría general.
Ellos están por unos días de visita en nuestro país, amor... y quieren conocer gente en fin... disfrutar de la vida!- rió la yegua mientras palmeaba la pierna del señor que empezaba a ponerse colorado de lujuria. La madura de su esposa llevaba un vestido ajustado y muy caro, con brillos y unas impresionantes joyas. Disimuladamente me ejercía presión con su pierna en la mía.
- No entienden una goma de español amor! jajaja... están en nuestras manos bebé!- gritó la trola confirmando que los alemanes realmente no cazaban una.
- Wonderful!!!- gritaba la pareja mientras bebían, fumaban e ignoraban que estaban a punto de vivir algo inolvidable.
- Tengo ganas de pasar los límites sobri! hoy es nuestra noche... te gusta la veterana?- preguntó señalándola con desparpajo....- tiene lindas gomas operadas y una boca bastante mamona no?- inquirió mirandola a los ojos...
- Yes! iupiii! . dijo la puta alemana sin sospechar de qué carajo estábamos hablando.
- Nosotros somos recién casados, es nuestra luna de miel...- susurró la yegua de Tía misteriosamente...- y nos vamos a enfiestar con ustedes
- Oh yeah!!- chillaron al unísono los gringos que no habían entendido ni mierda.
No podía creer lo que acababa de escuchar, la noche se estaba poniendo interesante.
Ni bien oí esto, le metí la mano a la vieja por debajo del vestido hasta la concha depilada, descubriendo que no usaba tanga ni otra ropa interior.
Tía a su vez, acercó su boca a la oreja del macho, y lamiendolo lentamente empezó a susurrarle cositas:
- Te gustaría que hagamos una partuza viejo de mierda? Me querés garchar? quéres garcharte esta bebota argenta?
El alemán estaba como un toro...
- Quieren subamos suite por champagne, fiesta?- alcanzó a decir en un español rudimentario.
- Por qué no? - pregunté mientras con los dos dedos apretaba el clítoris de la esposa provocando gemidos ahogados...ella me miraba con los ojos vidriosos disimulando.
- Yo te acompaño gringo- le dijo Tía agarrandolo de la mano y llevandoselo. La puta me había dejado a solas con la trola madura.
- Ya volvemos! cuídense...- aconsejó riendo de la mano del alemán....
Al quedarnos solos, le di un chupón tremendo a la vieja, metiéndole la lengua hasta la garganta.
- Vení puta seguime...- ordené agarrandola del brazo y llevándola al baño del casino.
Esperé que no entrara nadie, y rápidamente entramos al de caballeros. La metí en uno de los reservados y apollándola en el inodoro, la puse en cuatro y le metí la punta de la verga en la concha que a esta altura estaba empapada.
- Chilló ahogadamente ya que le tapaba la boca y empujaba carne adentro de su papo...
Me encantaba ver a una señora tan fina apoyada en un inodoro público recibiendo verga joven y desconocida. Bombeaba carne sin parar, mientras escupía en su ojete y con el pulgar empezaba a dilatarlo. La puta no se asustaba de nada, y por como entraba el dedo esa cola estaba acostumbrada. Al poco ya tenía mi nabo metido hata los huevos en ese orto maduro y trabajado en gimnasio. Era hermoso sentir que me estaba culeando a una vieja 30 años mayor que yo.
Cuando estuve a punto de acabar, la hice sentar en la tapa del inodoro, y abriendo su boca le desagoté una enorme cantidad de leche que había acumulado en esas horas de calentura. Sin rechistar se tragó todo, relamiéndose y dejandome la pija brillosa y reluciente. Al cabo de unos minutos volvimos a la mesa justo antes de que llegaran ellos.
- Hola! ya volvimos...todo bien?- preguntó la puta un poco despeinada y con restos de leche en el canal de las tetonas que dios le había dado... El alemán estaba desarmado.
No sosprechaba que le había hecho el orto a su querida esposa....
(Continuará..bah si comentan y puntúan continuará 😉 )
5 comentarios - Mi Tía no tiene paz (4to día)