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Yo, de enfermera…




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Compendio II


¡Todavía estoy molesta y tengo que quejarme!
👿 👿 👿
¡No tiene que ser así! Tiene que ser igual para los 2.
😡 😡 😡
Él se ríe y me hace enojar más.
👿 👿 👿
Que me calme y explique todo.
Que respire despacio y que me tranquilice.
😳 😳 😳
“Me gusta verte escribir enfadada. Te ves muy tierna”
Yo… ya no sé qué pensar.
XD
Es que me molesta. Él me trata distinto y no tiene que ser así.
Me tiene que tratar igual.
😔 😔 😔
😛
¡Tiene razón! ¡No quiero confundirlos, pero no piensen que tengo celos ni nada!
En eso, todo ok.
Lo que me molesta es que él no se cuida mucho la salud.
Tal vez sea algo de todos los hombres, pero cuando papá se enfermaba, todas sabíamos que estaba enfermo, porque pedía, se quejaba y casi se nos hacía pasar como invalido.
La otra vez, mi marido estaba cortando unas ramas en el jardín, se cayó y se hizo un corte bien feo, pero no me lo dijo. Me terminé enterando a la noche.
“¡No era grave y no quería preocuparte!” me dijo, cuando lo descubrí.
😭 😭 😭
“¡Eres un tonto!” le dije llorando. “Si algo te pasa, ¿Qué hay de mí?”
“¡Vamos, Marisol!... ¡No exageres!”
Pero yo estaba sería.
“¡No estoy exagerando, (su nombre)! Si algo te pasa, ¿Qué hago yo con las pequeñas?”
Aun me molesta que sea tan inconsciente, pero él pone una mirada muy tierna que me incomoda y me pone colorada.
“Es que me sorprende que puedas ser tan madura…”
😓 😓 😓
No es madurez. Es sentido común.
Él no se da cuenta que lo mucho que lo necesito y no por el dinero o la casa que me da.
😭 😭 😭
Es mi mejor amigo, mi apoyo y compañero inseparable y si algo le pasa, no sé qué voy a hacer…
😆 😆 😆
Me abraza, me besa y se disculpa otra vez.
Pues bien, cuando volvió el lunes, Liz me avisó que había llegado y se había ido a acostar.
Pero no se acostó ni en mi cama ni en el dormitorio de Liz (que al parecer, ya falta poquito XD).
Se acostó en una pieza desocupada.
Y yo subí las escaleras, súper rápido.
Trump-trump-trump…
😓 😓 😓
Me pregunta si es necesario hacer efectos especiales. Yo le digo que soy yo la que cuento la historia. 😛
Y ahí estaba, acostado y tapado hasta el cuello.
“¿Qué te pasó?” le pregunté.
“Me dio una gripe. Parece que cuando salí de la mina o en una inspección me dio un cambio de temperatura y me resfrié y no quería contagiarte a ti o a las pequeñas.”
😡 😡 😡
Les prometo que me enojé y me puse roja de furiosa.
“No te veo en una semana ¿Y ahora llegas y te vas a encerrar?”
“No quiero que te enfermes…”
Furia, furia, furia.
“¡Me dijiste cuando nos casamos que ibas a estar conmigo en enfermedad y en salud! Entonces, cuando te enfermes, ¿Nos vamos a divorciar?”
Él se río, al igual que ahora.
Estoy que le doy una patada a propósito.
😞
Pero me pide que me calme.
“Si, tienes razón ¡Lo siento, pero las pequeñas necesitan al menos un papá sano!” Me respondió tranquilamente.
Sentí cómo se me arrugaba la boca…
“¿Y yo no?”
“Si, tú también.” Sonrió. “Pero tampoco quiero que faltes a clases.”
Ahí tenemos una diferencia de opiniones. Para mí, uno de mis grandes sueños es que nos enfermemos juntitos y tengamos que estar acostaditos y pegaditos todo el día.
Lo hacemos cuando estamos sanos, pero no es lo mismo.
Él dice que no es agradable tener un dolor que te parte la cabeza y ver a la persona que amas que está igual.
👿 👿 👿
Afuera, Liz me esperaba (Y por eso pienso que le falta poquito XD).
Ella es buena. También estaba preocupada por él y como las pequeñas estaban durmiendo, no sabía que más que hacer.
Le expliqué que él es así.
Si él se tropieza y se cae feo, camina hasta que se le pase el dolor.
Si yo me corto cocinando, aparece con vendas, desinfectantes y me manda a reposar.
😔 😔 😔
¿Entienden? Por eso no es justo.
Pero bien, vamos al motivo de mi título…
XD
Le preparé la once y acosté a las pequeñitas.
Entonces, me bañe, me puse perfume que me dejó mi prima (porque quería oler rico) y empecé a ponerme los calzones.
Blancos y delgaditos, como le gustan a él.
Luego las medias blancas. 😛
¡Son suavecitas y son de seda!
Además, mis piernas depiladas y ese jabón…
Sabía que le iba a gustar.
Y el sostén. También blanco y llegando a la copa C.
“¡Tengo tetas! ¡Tengo tetas!” dije, pensando en mi prima.
Y salí del baño…
Salí en puntillas de mi dormitorio y la casa estaba oscura.
Y abrí la puerta.
😤 😤 😤
¡Su mirada de sorpresa lo decía todo!
🙂
¡Le encantaba!
“¿Qué haces?” me preguntó.
“Soy su enfermera.” Le respondí, con la voz más sensual que pude.
Él seguía sonriendo y le salté encima, para darle besos…
¡Pero me hizo el quite!
😡 😡 😡
“Marisol, no quiero enfermarte…” me dijo.
Y yo quedé como cuando las caricaturas chocan con una muralla.
Le digo que ni siquiera estaba tan, tan enfermo. Le tomé la temperatura y estaba un poco baja.
Estornuda y medio tose, pero nada del otro mundo.
Y yo, con la calentura encima, con la persona que más amo y vestida sensual para él.
¿Y él me quería echar?
Pero yo no soy de las que se rinden. Especialmente, cuando están de ganas…
“Pero tengo que sacarte esa fiebre de encima…”
XD
Él sabe que cuando ando así (que es casi todas las veces que ando con él), solamente me calma él de una manera…
“Pero no podemos besarnos…” me aclaró.
Quiero darle las gracias a mi mamá. Cuando vino de visita, le devolvió la confianza para una de las cosas que él hace bastante bien.
😳 😳 😳
El 69 que hicimos era para derretirse.
Su lengua es imparable y no me sacaba los calzones, haciendo el quite con sus dedos para lamerme.
¡Es genial que lo haga así!
Incluso, cuando lo hacemos afuera, él se hace el espacio y la mete.
😤 😤 😤
¡Es esplendoroso! ¡Magistral!
XD
Me desarma entera: me desabrocha la camisa, me saca el sostén y me tironea la falda. Pero la sonrisa y su amor entre mis piernas no me la quita nadie. XD
Y bueno, en cambio yo tenía ese manjar delicioso en mis labios y probarlo de esa manera me encanta, porque tiene el mismo sabor, pero la forma es distinta.
Así, como que es más dura y puede avanzar mejor por mi garganta…
En el fondo, los 2 ganamos.
“¡Uh, Marisol! ¡Eres muy buena conmigo! ¡Si no me pones el gorro con este trasero, debe ser porque eres una santa!”
Es una falda cortita y el embarazo me puso más nalgona.
Es una prenda que nadie más, aparte de él, verá. Porque es demasiado corta…
No me muevo tanto y se me ven los calzones y solamente soy putita con él.
Me levantaba la falda y me acariciaba los cachetes, besando con lengua mi rajita y sorbiendo mis jugos como si fuera helado...
Yo volaba como las águilas…
Pero ese bocado de carne pegajoso me pedía atención y lo empecé a mimar, con besos y chupadas que una esposa sabe dar.
Finalmente, me dio ese salado manjar, a cambio de los múltiples placeres que me había dado…
Pero los 2 queríamos más…
XD
“¡Tiene que acostarse, porque está muy enfermo!” le dije, dándome vuelta y arreglándome el calzón. “¡Su enfermera regalona lo va a atender!”
Empecé a cabalgarlo y sus manos recorrían mi cintura, subiendo hasta mis pechos…
Cuando me puse la camisa, supe que le gustaría.
¡Es que mis pechos están enormes!
XD
No tanto como los de la vecina o de mi hermana. Ni siquiera como los de mamá…
Pero como los de mi prima y a mi marido se le iban los dedos por los pechos de mi prima.
Si antes me ponía una camisa de esas, no era la gran cosa.
Pero ahora, me sentía como actriz porno…
XD
Y es de esas con botones, que no pasaron segundos antes que salieran disparados como balas.
Zing- zing… salieron cortando el aire.
XD
Él se ríe, pero soy yo la que cuenta la historia.
Los agarraba, los presionaba y me tiraba de los pezones…
Quería que me los chupara… y él también…
“Pero no quiero enfermar… a las pequeñas…” trataba de decir con voz normal, disfrutando de mi interior.
Yo sonreía, moviendo feliz las caderas.
Se acomoda tan bien y es gruesa y se siente rico.
Siempre quedo con la sensación que me llena, porque por más que me sacuda, no hacemos mucho ruido y es porque quedamos casi pegados a presión.
Entonces, es más intenso, porque si quiero que llegue más adentro, me tiene que deformar él o yo tengo que ponerle empeño para que avance y es un alivio que las mujeres que han sido bien tomadas podrán comprender, porque va avanzando de a poquito.
Es como si yo fuera la madera y el fuera el clavo, enterrándome a fondo para partirme en 2…
Un clavo de carne bien duro, ardiente e incansable…
XD
😤 😤 😤
Por algo soy una esposa satisfecha. XD
Me levantaba los pechos y los amasaba y yo perdía la mirada en el techo.
¡Me cuesta creer que él me haga gozar así!
XD
He tenido que parar un poquito, porque se empezó a tocar. Me dice que me ve tan apasionada escribiendo, que le pongo caliente.
Y él tiene un buen distractor que me roba la atención. Así que le saqué la mano y empecé a atenderlo como corresponde, porque es feo que se masturbe si está al lado de su esposa, ¿No?
Subir. Bajar. Lamer. Chupar. Pasar la lengua por la puntita. Besar el tronquito, darle chupetones y lo más importante: mirarlo a los ojos, para saber que soy la mejor haciéndolo y que nadie me gana el título de excelente mamadora.
😤 😤 😤 XD
Los juguitos en la boquita y esas tiritas de baba deliciosa que siempre te pegan en las mejillas, pero que a la mañana siguiente te dejan la cara suavecita y brillante. XD
“¿Estamos mejor?” le pregunto y me responde con una sonrisa de contento.
Jejeje
¡No voy a conocer a mi marido! XD
Pero en esos momentos, cuando lo tengo entre mis piernas, es una experiencia deliciosa.
Me va llenando y llenando más adentro, en una marejada de pulsaciones eléctricas que siento desde la base de la espalda, hasta el cuello y la punta de los pelos.
Cada saltito que doy se siente mejor que el otro, al punto que me vuelven loca de placer y que su cosita sigue avanzando por lo más profundo de mí.
Partiéndome, deformándome y quemándome con ese clavo ardiente e infatigable, que avanza en mí con tan deliciosa carga.
Y cuando estalla en mi interior, es como si ganara en los tragamonedas.
¡Es tanto jugo! Caliente, espeso y que me llena toda.
Quiero tener más hijos, pero ahora le entiendo cuando dice que tengo que cuidarme, si queremos seguir haciéndolo sin preservativo.
Siento su jugo escurrirse por mi interior y durante la espera para despegarnos, lo voy sintiendo como va bajando, para salir a borbotones cuando saca su vara de poder.
Él estaba contento y me miraba satisfecho.
“¿Y cómo esto me va a mejorar?” preguntaba él, pensando que le había engañado.
“¡Porque te voy a sacar el resfriado a transpiración!” le respondí.
XD
Es que yo le pongo atención a todo. Todos los años, nos resfriamos y siempre me dice que no es el mismo resfriado. Que cada año, tomamos una nueva versión.
En fin, también me cuenta todos los años que el cuerpo humano, para poder matar a los “bichos malos”, eleva la temperatura y nos da fiebre.
XD
Él se avergüenza ahora y se disculpa por ser tan repetitivo, pero lo encuentro tiernísimo que no se aburra y me lo cuente siempre.
“Entonces… ¿Me vas a hacer transpirar?” me preguntó, mientras yo me levantaba la falda y le presentaba mi trasero como si fuera un pavo.
“Si, amor… y aprovechas de vacunarme…” le respondí.
No hubo caso y me tuvo que bajar los calzones.
😞
“¡Uy, Marisol!” dijo muy aliviado, cuando empezó a insertarlo por mi trasero.
😤 😤 😤
Ha probado muchos. De mujeres más hermosas…
Pero el mío le encanta.
XD
¡Me siento orgullosa!
Él se reía.
“Marisol, si tus amigos supieran cuánto te gusta por la cola…” me dijo, empezando a avanzar.
😡 😡 😡
“¡Oye, pero mi cola ahora es sólo tuya!” le reclamé, indignada.
Debería hacerme la cola cuando estoy enojada o debería hacerme enojar cuando me hace la cola.
Porque sentía cómo se apretaba y sus movimientos eran más fuertes.
“¡Discúlpame, Marisol!... pero es que tu cola es tan apetitosa…” me dijo, como si estuviera disfrutándola por montones.
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¡Que decir que yo también babeaba por tenerla dentro!
“¡Es tan amplia y tienes unos cachetes tan grandes! ¡No sé cómo no te mandan agarrones!”
😔 😔 😔
Me los mandan. Pero les doy una cachetada, les muerdo la mano o los agarro a pisotones.
😡 😡 😡
Y me tomaba de la cintura con fuerza, tocando las calzas de seda.
“¡Que suave, Marisol! ¡Pareces una puta de verdad!”
<3<3<3<3<3<3<3
¡Yo estaba en la gloria!
A él le cuesta decir malas palabras y que me dijera puta en esos momentos era tan agradable como el mejor de sus piropos.
Él se pone colorado y dice que le cuesta decírmelo, porque siempre me ha visto como su mejor amiga (incluso más que Margarita :O)…
“Y siempre te he respetado, como cuando eras mi alumna…”
😭 😭 😭
¡Me saca lágrimas, porque entonces nuestra relación siempre ha sido como un manga!
Me soba la cabeza, se ríe y me pide que me calme.
¡Es en estos momentos que más lo quiero, porque más que amigo y esposo, se porta como debía haber sido mi papá!
Pero en esos momentos, me sentía caliente.
Me estaba taladrando bien duro.
Yo me apoyaba en la cama, en 4 patas, pero él quería sentirme cerca.
Sus manos exploraban la camisa y jugueteaban con mi sostén, agarrándome los pechos.
Sentí su cabeza, apartando mi pelo, mientras que el vaivén de nuestros cuerpos nos iba tornando una sola persona.
“¡Marisol, eres mi putita! ¿Cierto? ¿Puedo hacer contigo lo que quiera?” me preguntaba al oído, con una voz entre caliente y temerosa.
Yo me corría con las delicias de sus palabras.
“¡Si, amor! ¡Soy tu putita! ¡Tuya, solamente!”
Y le bajó su vigor…
😅 😅 😅
Yo lo he sentido por delante. Pero pocas veces me lo ha dado por la cola…
Era intenso y sabía que hoy no iba a poder caminar bien, porque la enterraba a fondo y entera.
La llegaba a sentir en mi estómago.
Y no sé. Se sacudía la cama y el trasero me ardía como si tuviera fuego y él la metía y sacaba hasta el fondo.
Sentía llorar en mis mejillas, pero no estaba segura si era de dolor o de lo rico que se sentía, pero me daba igual.
“¡Qué putita eres, Marisol! ¡Qué putita eres!” recuerdo que me decía.
Pero apenas procesaba, porque me pellizcaba los pechos, me acariciaba la entrepierna y me besaba el cuello, con la destreza que él tiene.
XD
¡Me atacaba todos mis puntos débiles, sin darme tregua!
Y me acuerdo del “romp- romp”.
Romp-romp. Romp-romp
Hacía la cama, azotándose con la pared.
Para cuando terminó, tenía fuego en la cola.
Los 2 estábamos transpirados.
Mi falda de enfermera estaba invertida hasta la cintura por detrás y manchada y perfumada con nuestros jugos.
Se tuvo que ir a la lavadora. XD
A la camisa, le faltaban todos los botones y mi sombrero de enfermera estaba perdido en acción.
Mi sostén estaba a medio desabrochar y mis calzones estaban húmedos, con olor a nosotros.
Yo lo miraba, porque no me podía mover y tampoco podía regresar a nuestro dormitorio.
Se disculpó nuevamente, me sacó la falda, me puso la camisa y me hizo un espacio, para que durmiéramos juntos.
Él se acomodó bien y al poquito rato, ya estaba roncando, apoyado en mi espalda.
Pero yo me dormí como a las 3, por el incendio que tenía en mi trasero…
Con una tremenda sonrisa también. XD
XD


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3 comentarios - Yo, de enfermera…

Pervberto
Brillantemente tierno y sensual. Una belleza.
pepeluchelopez
Tus relatos con efectos especiales son muy buenos tambien, muy descriptivo y agradable de leer, saludos me faltaba leer este