Esta es la historia de Pamela, una mujer joven y sumisa, portadora de una gran belleza, con su cabello ondulado y su piel morena, era una chica esplendorosa de escasos 18 años, viva en un pueblo pequeño y muy humilde, por lo que acostumbrada a las carencias no era ambiciosa, había crecido de una manera sencilla, muy tradicionalista y bajo el yugo de una cultura por demás machista, por consiguiente tenía creencias muy a la antigua.
Aquella joven tenía un enamorado, Antonio era un muchacho que igual que ella era sencillo y trabajador, se conocían desde niños y era el joven más envidiado del pueblo pues Pamela era la chica más guapa de aquel lugar, pero un día las cosas cambiaron, Pamela conoció a Jesús, otro joven de su generación pero que era el huérfano del pueblo, pues su madre, madre soltera había muerto varios años atrás y Jesús era un joven que en aquella comunidad no era nada apreciado pues constantemente se metía en problemas para llamar la atención además de ser mal visto por ser hijo de una mujer sin marido.
Pamela poco a poco había conocido a Jesús hasta quedar completamente enamorada de él, al grado de dejar a Antonio para formalizar con este otro joven, los padres de la chica no vieron con buenos ojos ese acontecimiento y le prohibieron de la manera más rigurosa tener alguna relación con Jesús, pero los sentimientos de la chica por aquel joven eran tan fuertes que después de casi un año de verse a escondidas la muchacha decidió escaparse con su novio secreto.
Aquel hecho ocasiono que la familia de Pamela le diera la espalda, provocando que aquella joven pareja se quedara sin ninguna clase de apoyo.
Buscando mejor suerte aquellos jóvenes habían decidido probar fortuna en la ciudad y abandonando su pueblo, se fueron sin mirar atrás.
La chica abandono su pueblo con remordimientos, pero ¿qué podía hacer? En varias ocasiones había intentado reconciliarse con sus padres pero estos la repudiaban y sobajaban diciéndole que deshonro a su familia desobedeciendo a sus padres y reafirmándole que no tendrían su apoyo de ninguna manera, todo eso lo veía Antonio el antiguo novio de Pamela que nunca dejo de tener sentimientos por ella, por lo que cuando se enteró de que la chica se marchaba, le prometió que él la mantendría informada de como seguían sus padres.
Los años pasaron y aquella joven pareja conformada por Pamela y su novio había progresado de a poco, el novio de la chica había conseguido trabajo como mecánico automotriz y poco a poco y con mucho esfuerzo logro obtener un techo propio.
Las cosas parecían ir viento en popa, la chica ya de 24 años se había acoplado al modo de vida con su novio, en el hogar todo era tranquilidad, pues aun no tenían hijo, cosa que habían pospuesto hasta que estuvieran mejor económicamente y aun si muchos lujos las cosas iban bien, aunque como toda pareja tenían sus discusiones de vez en cuando, pero el motivo más frecuente de discordia que tenían era, según Pamela, esa rara idea que se le había metido a Jesús de darle por el culo, estaba claro que Pamela solo había tenido a un hombre en su vida y era el, pero la idea de ser sodomizada era algo que a la chica le parecía sucio y enfermo por lo que jamás le había permitido a su novio hacerlo.
Pues bien, un fin de semana cuando Jesús llego de su trabajo vio a su mujer mientras cocinaba, la chica llevaba un diminuto short de licra color negro y en la parte superior una diminuta blusa blanca de tirantes, Jesús vio de espaldas a su mujer, la luz que se filtraba por la ventana hacia resaltar aquella preciosa piel morena de la chica, mientras aquella diminuta blusa apenas podía contener el enorme par de tetas de la mujer y en su licra se sellaba claramente que debajo llevaba una casi inexistente tanga que desaparecía entre sus nalgas.
Casi poseído por el deseo Jesús se acercó a su mujer y la sujeto de la cintura pero por detrás, ella de inmediato supo que su novio a quien ella se refería como su “esposo” estaba sumamente caliente con ella, por tal motivo y sin oponer resistencia alguna la chica se dejó hacer, lo que a su esposo le viniera en gana, de la nada aquel hombre le bajo a la chica aquel diminuto short de licra y pudo verla con aquella tanga tipo bikini, aquella escena prendió en demasía a Jesús que de inmediato abrazo a su mujer y la presiono fuertemente contra su cuerpo y así empezó a manosearla, sobando todos y cada uno de los rincones de su cuerpo.
De la chica se desprendían gemidos de placer, pues su marido sabia donde sobarla para prenderla pero sin aviso previo Jesús hizo un intento más nuevamente de poseer a su mujer por atrás, pues mientras le sobaba las nalgas a esta, intento meterle un dedo en el ano, lo cual hizo reaccionar a la chica de inmediato y de manera molesta, arrebatándose mientras empujaba a su “esposo”.
La discusión no se hizo esperar, la chica alegaba que era una idea enferma, mientras su “esposo” decía que ella no era lo suficiente mujer y entre insultos las cosas se fueron calentando hasta el grado de que muy molesto Jesús empujo a Pamela tirándola al piso solo para quitarla del camino y así salir de su casa, mientras la chica se quedaba ahí tirada llorando por un largo rato hasta quedarse dormida y después de algunas horas despertar ya mucho más tranquila, pero sin noticia alguna de donde estaba su esposo.
La noche había entrado y después de darse una ducha, aquella mujer se encontró sola en casa, mientras las horas pasaban con normalidad, después de un buen rato y ya con la madrugada encima, la chica solo miraba el reloj, ahora con preocupación, pues no sabía nada de su “esposo” y temía pudiera hacer alguna tontería, hasta que el silencio fue roto por el timbre de su teléfono, la chica de inmediato pensó “es Jesús quien me llama” y rápidamente tomo el teléfono y contesto, del otro lado una voz masculina hablaba:
-¿Pamela? Pam, estoy en la cárcel, me arrestaron, ven a sacarme, me dicen que…
Pero antes de que la chica pudiera reaccionar y cuestionar del otro lado del parlante se escuchó como otra persona en tono autoritario le gritaba:
-Deja el teléfono, no es una llamada para que te pongas a platicar hijo de puta
Y tan intempestivo como fue la llamada, se cortó mientras la chica insistía diciendo “bueno, bueno”, pero sin respuesta alguna, ahora más preocupada que nunca la mujer tomo un pequeño bolso, su cartera y sin pensarlo dos veces salió de casa en busca de su “esposo” que ahora sabia estaba en prisión por dios sabe qué.
Aun nerviosa, se dirigió a la calle más transitada de por donde vivía para así abordar un taxi y llegar a donde su esposo, como pudo llego a la comisaria que para su sorpresa estaba desolada, al entrar a la oficina donde se daba información se topó con una sala desierta que en una esquina tenía dos escritorios donde se encontraban los oficiales, tan de prisa como pudo se acercó a ellos para pedir informes de su esposo
La noche no estaba muy movida y no había más que dos reos en las celdas así que no fue difícil saber de quien hablaba, por lo que de inmediato, el oficial al que se había dirigido la chica le pudo explicar la situación en la que se encontraba su familiar, con varios tecnicismos aquel hombre le dijo a la fémina que su “esposo” sería trasladado el lunes por la mañana a prisión formalmente pues estaba acusado de amenazas, posesión de arma blanca, posesión de drogas, además de resistirse al arresto.
La chica pidió hablar con él, pero como no había sido procesado, eso era imposible, por lo que la mujer insistió con mas ahínco, pero sin resultado alguno, sin embargo, en el otro escritorio el otro oficial que se encontraba sentado había quedado prendido de la belleza de aquella mujer.
Pamela en su desesperación por salvar a su esposo había salido deprisa y sin precaución, por lo que ni siquiera se había cambiado de ropa y por tal motivo iba ataviada con ropa ligera, un diminuto short de mezclilla despintado y rasgado y en la parte superior una pequeña blusa de tirantes completamente blanca y un tanto traslucida permitiendo apreciar aquel sostén morado de encaje que llevaba abajo la mujer y que apenas alcanzaba a sostener aquel enorme par de tetas.
Mientras el oficial veía a la mujer, está se daba vuelta para salir de aquella oficina pues aquel policía con el que había hablado, aparte de no darle esperanza alguna, ni siquiera se había dignado a voltear a verla.
Tan pronto la chica se alejaba, el policía que había devorado con la vista a la mujer, le dio un manotazo a su compañero quien reacciono de inmediato, mientras con señas su compañero le decía que viera a aquel soberano culo que se estaba yendo, de inmediato los ojos de aquel que ni siquiera la había volteado a ver a aquella desdichada, se prendieron de aquel par de nalgas que se bamboleaban de una lado a otro mientras se disponían a salir de las oficinas.
Sin perder tiempo él que la había visto primero, la siguió hasta salir de las instalaciones y ya en el estacionamiento y en total silencio escucho como la mujer estaba llorando, de inmediato supo que era su oportunidad para acercarse a ella y como si fuese una persona de buen corazón le pregunto:
-Señora, le veo muy consternada, ¿hay algo que pueda hacer por usted?
Aquella joven que se sentía desesperada, pues ni siquiera había podido hablar con su esposo, busco desahogo en aquel hombre y le dijo entre lágrimas:
-¿qué puedo hacer oficial?, su compañero me dijo que no puedo ver a mi marido, debe haber una forma,
-señora, usted puede pagar la fianza de su marido
-¿Enserio señor? ¿Cuánto costaría eso? y ¿cómo se haría?
El oficial de inmediato recordó que el nombre de quien había ido a buscar la chica y que su fianza era baja, pero como cualquier funcionario corrupto de inmediato inflo la cantidad cerrándole prácticamente cualquier puerta a la mujer diciéndole una cantidad enorme, echando por debajo todo el entusiasmo que tenía la mujer.
Cabizbaja y con la moral por los suelos la mujer dijo en voz baja:
-No dispongo de esa cantidad, tiene que haber otra forma de llegar a un arreglo
Sin darse cuenta de que esas palabras se prestaban a cualquier interpretación, el oficial reacciono rápidamente y sin pelos en la lengua dejo salir de sus labios una propuesta:
-Señora, si usted está dispuesta a llegar a un arreglo hay una forma, mi compañero esta por jubilarse y usted es muy guapa, si acepta tomar una copa con él, nosotros podríamos ver de qué forma levantar los cargos y dejar libre a su esposo
Pamela era ingenua pero no estúpida, de inmediato se dio cuenta de la indecorosa propuesta y molesta además de sentirse humillada, le respondió a aquel policía, claramente indignada:
-¿Cómo se atreve? tengo marido, como para que usted quiera sobrepasarse
A sabiendas de que tenía la situación bajo control el oficial le respondió ahora de forma déspota:
-bueno entonces como tú quieras, ya verás cómo le va a tu marido en la grande, ahí seguro el será el que las pague todas.
Sin decirle nada más aquel hombre le dio la espalda a Pamela y entro al edificio de donde había salido dejando atrás a aquella mujer que se quedaba ahí de pie claramente desesperada y no veía la forma de solucionar su problema.
Con la mañana a escasos minutos la mujer fue a donde cualquier abogado que pudiera ayudarla, y después de varios intentos vio con gran pena que todos le pedían fuertes cantidades de dinero para hacerse cargo del asunto, pues según lo que ella explicaba estaba involucrado con drogas, muy a su pesar con el pasar de las horas y la entrada de la tarde la chica cada vez veía más como una opción aquella indecorosa propuesta que le habían hecho en la madrugada.
Ya cerca de las 22:00hrs. La chica se vio acorralada pues ningún abogado se había querido hacer cargo del caso de su esposo por no llegar a un acuerdo con los honorarios, sin salida aparente la chica cada vez se hacía más a la idea de que tendría que complacer a aquel oficial y ya después de haber recorrido gran parte de la ciudad sin resultados se resignó a su destino.
Sin opción alguna la chica regreso a su casa y sin ánimo alguno escogió de entre su armario la vestimenta que a su parecer era la más provocadora y de entre todas escogió un diminuto vestido minifalda color morado de tirantes y pronunciado escote, con unas medias y tacones altos color piel, aquel vestuario hacia resaltar la belleza de la joven, sin muchos ánimos se puso un poco de rubor y se maquillo discretamente con algo de brillo en los labios, el cabello decidió dejárselo suelto, ya con todo listo salió de su casa.
Abrigada con una chamarra, camino una vez más asía la avenida para abordar el taxi que la llevaría a su inevitable desgracia, después de algunos minutos a bordo de la unidad, los cuales fueron sumamente incomodos, pues el chofer del taxi no dejaba de mirarle las piernas por el espejo, la chica al fin había llegado a su nada grato destino, pagándole con indiferencia a aquel hombre se dio la vuelta y se dirigió asía la entrada de aquel edificio.
Ya en la puerta tímidamente le hizo una seña a aquel oficial que la noche anterior le había hecho una propuesta por demás indecorosa, aquel oficial vio a la despampanante mujer ahí parada llamándole, como si de un resorte se tratase el tipo se puso de pie y se dirigió asía donde la fémina.
-¿que desea señora?
La chica cabizbaja, temerosa y prácticamente tartamudeando dijo:
-Usted me dijo que podíamos llegar a un arreglo, así que aquí estoy
Una sonrisa se dibujó de inmediato en la cara de aquel hombre, mientras su mirada se clavaba en el escote de aquella mujer, con su sonrisa burlona aquel oficial le dijo a la mujer:
-Espera un momento preciosa, iré a afinar detalles
Dejándola sola un momento el tipo se dirigió asía su compañero y ya junto a él le hablo al oído:
-Marcos, ve a esa yegua que esta parada ahí en la puerta
-Nunca me hagas esto niño, es la misma que vino anoche
-Sí y he conseguido que se valla atrás contigo viejo
-y que ¿solo así?
-No, le dije que sería para tomar una copa contigo, pero ya cuando estén le darás a beber la cerveza y ahí te encerraras con ella en la celda y te la picoteas, después me la agencio yo <<mientras sonreía burlonamente>> ella piensa que serás solo tú, después dejamos salir al idiota que entro anoche, dice ella que es su esposo.
Mirando a su compañero, Marcos de inmediato se dio cuenta que esta era una oportunidad inmejorable, si la chica se oponía de cualquier forma ella no podía probar nada pues ellos eran agentes de la ley y tenían todas las de ganar, si más ni más Jorge (el otro oficial) le hizo una seña a la chica para que se acercara, solo para llegar junto a ellos y que Marcos le tomara la mano mientras le decía:
-¿Tú me acompañaras esta noche a tomar algo preciosa? Pues acompáñame
Pamela no dijo nada, solo trago saliva e inclino un poco la cabeza mientras sentía como la mano de aquel hombre le apretaba un poco y tiraba levemente de ella.
La chica siguió a aquel hombre mientras este la dirigía adentro de los calabozos, los cuales estaban vacíos, durante el trayecto Pamela observaba a aquel tipo, era un tipo ya algo mayor ((para ella)) debería tener cerca de los 55 años, era más alto que ella, estaba algo quemado por el sol pues se le veía bastante moreno, con cabello ya algo cano, una barba mal rasurada y con notorio sobrepeso, tenía una gran pansa por delante, mientras la chica analizaba al tipo, el terror invadía su cuerpo.
De repente una voz aguardentosa y con un vocabulario muy vulgar estremeció a la chica:
-Pero que culo te vas a montar marrano, ve esas nalguitas, seguro está todavía aprieta.
El oficial de inmediato golpeo su macana contra los barrotes y grito “cállate perro”, aquel lascivo comentario había estremecido a Pamela, la cual sintió de inmediato como la piel se le hacía de gallina.
Pero antes que pudiera hacer algo, ya estaban frente a la celda que sería donde “tomarían una copa” la chica ingenuamente pregunto:
-¿Aquí es verdad? ¿Será solo una copa verdad señor?
Marcos sonrió burlonamente mientras decía: “claro preciosa” en eso llegaba atrás de ellos Jorge quien cargaba una pequeña nevera un cuyo interior habían varias cervezas, seguramente la tenían ahí para tomarlas mientras nadie les veía, tan pronto como dejo eso Jorge se dio la vuelta y se retiró dejando sola a la pareja.
Marcos se acercó a la neverita saco dos cervezas y mientras Pamela estaba distraída viendo cada centímetro de la inmunda celda, el aprovecho para destaparlas y apurarse a dársela a la mujer, la cual sin muchos ánimos la tomo entre sus delicadas manos y tímidamente le dio un pequeño sorbo a la bebida.
Marcos no dejaba de mirar a la mujer que estaba frente a él, ese pronunciado escote que apenas lograba sostener ese gran par de tetas, esa diminuta falda que hacía resaltar las hermosas piernas de la chica las cuales se torneaban con ayuda de sus tacones.
De la nada el hombre se sentó en la litera y dándole palmaditas a esta le indico a Pamela que se sentara a su lado para así poder degustar más amenamente sus tragos, a sabiendas de que tenía que dejar complacido a aquel hombre la chica obedeció y se sentó tímidamente al lado de aquel hombre, el cual se acercaba cada vez más y más a ella arrinconándola a una orilla de la litera, para que en el momento menos inesperado este posara una mano encima de la pierna de la joven acariciándola, ese acto de inmediato incomoda a la chica la cual rápidamente se puso de pie y se dispuso a retirarse avergonzada y a sabiendas de que no sería capaz, solo para llevarse la sorpresa de que Marcos había cerrado la celda, dejándolos atrapados ahí solos y a ella a merced de ese canalla.
Mientras los ojos de la chica se llenaban de terror, Marcos a sus espaldas se acercaba a ella para que ahora con sus dos manos la tomara de sus piernas y empezara a subir bruscamente por debajo del diminuto vestido y hasta sus nalgas.
Pamela empezó a gritar mientras se arrebataba, de inmediato el silencio fue roto por los gritos de piedad de la chica la cual pedía en un apenas entendible lloriqueo de “se lo pido, por favor no” pero era demasiado tarde, la lujuria había invadido a aquel policía y no daría marcha atrás.
Con sus ojos llenos de pánico la chica vio como aquel obeso hombre ya se había desabrochado la camisa y el cinturón, ahora solo se estaba desabrochando el pantalón, dando paso a bajárselo y dejar a la vista de la chica un inmundo pero descomunal pene que ya había empezado a hincharse y quedar duro cual piedra, con gran sorpresa pamela abrió sus ojos cuan grandes eran pues aquel miembro masculino no solo era más grande que cualquiera que hubiera visto antes, era prácticamente desproporcionado a la fisionomía de aquel hombre.
Impactada la chica estaba de piedra parada junto a la reja cerrada del calabozo, mientras Marcos se acercaba cada vez más a ella hasta tenerla a su alcance y así abrazarla pegándola a su cuerpo, para darle un buen morreo tratando de besar la boca de la mujer, pero esta permanecía con la boca y los ojos cerrados con todas sus fuerzas, en tanto ella solo sentía como en sus piernas se restregaba aquella poronga erecta por encima de sus medias solo para que de repente con un movimiento brusco la arrojaran al camastro cayendo boca arriba.
Habiendo caído en esa posición la chica se reponían de tan fuerte sacudón pero antes de que eso sucediera sintió como la sujetaban del cabello y jalaban de ella asiendo que descendiera de aquel camastro y forzándola a arrodillarse, ella en tanto trataba de zafarse de las manos de aquel hombre pero las fuerzas eran muy desiguales, como si eso fuera poco el hombre abrió la palma de sus mano cual grande era y le azoto tremenda bofetada aturdiendo a la chica y mientras le acercaba su inmundicia a la cara le decía:
-Ahora si preciosa, aquí está tu dulce solamente ten cuidado con los dientes o ya sabes que te espera
Como en cámara lenta Pamela vio como aquella verga se acercaba cada vez más y más a ella, hasta sentir como le rosaba una mejilla, en ese momento Marcos sacudió a la chica del cabello para que esta abriera la boca, sin alternativa aparente la chica así lo hizo y ahora con el camino libre el hombre sujeto con la mano que tenía libre la base de su pene y lo guio a la boca de la mujer quien centímetro a centímetro sentía como aquel animal enterraba su inmundicia en ella.
La chica sentía un sabor desagradable además de que aquella virilidad masculina le llegaba muy hondo en su garganta por si eso fuera poco el hombre quien poco a poco había empezado a sentir el calor que se desprendía de la boca de la chica había terminado de empalmarse y su pene estaba ahora bien hinchado y erecto, para terminar de hundir en desgracia a la chica el oficial ya estaba empezando a perderse en la lujuria por lo que sujeto ahora con las dos manos la nuca de la chica y jalo de ella clavándole toda su poronga. Pamela sintió como de abrupto su garganta se llenó de la verga de aquel hombre quien empezaba a a bombearle ferozmente causando que la chica sintiera que se asfixiaba cada vez que aquel hombre llevaba su pene hasta el fondo de la garganta.
Durante varios minutos el macho tuvo en esa posición a la desafortunada chica, la cual trataba de mitigar las embestidas de aquel hombre empujándolo de las piernas, pero la tarea resultaba titánica para no decir imposible, sin embargo al pasar varios minutos o mejor dicho hasta que se sintió satisfecho aquel hombre, las embestidas cesaron y tan bruscamente como había jalado a la chica, la arrojo asía un costado ocasionado que la chica callera recostándose en el piso.
Pamela en tanto estaba jalando aire, mientras de su boca chorreaba saliva mesclada con los jugos que se desprendieron aquella verga invasora que se había alojado en su garganta, en tanto la chica se recuperaba aquel oficial la observaba lujuriosamente o más bien la devoraba, pues la escena era sumamente lujuriosa, la chica ahí tumbada embarrada en sus jugos, eso ocasiono que el hombre ahora ya fuera de si se dirigiera a ella, la tomara por los hombros, la cargara y la arrojara ahora asía el camastro, dejándola tendida boca arriba y ocasionando que aquel pequeño vestido que llevaba se le subiera un poco dejando ver un poco más de esas hermosas piernas.
El oficial no perdió tiempo y de inmediato se abalanzo encima de la mujer, la cual empezó a patalear tratando de alejar a aquel tipo que deseaba ultrajarla, pero el tipo era demasiado fuerte para ella así que la patada que alcanzo a acertarle no hizo más que enfurecer al hombre, quien de inmediato la sujeto de los tobillos, le separo las piernas y tan rápido como era le soltó una pierna solo para que con su mano libre le acertara a dar una, dos y tres bófetas a la desafortunada mujer, la cual solo trataba de defenderse con las manos pero le fue imposible.
La chica solo encogió sus manos contra sus pechos mientras aquel desgraciado volvía a separarle las piernas con brusquedad y ahora le subía el vestido hasta la cintura dejando a la vista de cualquiera, aquella pequeña tanga que tenía puesta, el hombre no se hizo mucho de problemas y sujetando aquella diminuta prenda jalo de ella solo para quitársela y arrojarla a un costado en el piso, des pues de hacer eso volvió a sujetar los tobillos de la chica y a separarle las piernas estirándolas, ahora dejando ver aquella delicada intimidad en todo su esplendor, era una panocha excitante, con los labios vaginales depilados y como decoración un pequeño triangulo de bello púbico que apuntaba directo a la vagina como si indicara aquella cueva del placer.
Lo que vio aquel hombre hizo que su interior se prendiera en llamas y como si de un animal se tratara empezó a hacérsele agua la boca, con lujuria empezó a restregar su pene por toda aquella raja femenina, pero sin penetrarla, una y otra vez así lo hizo embadurnando aquellos labios vaginales con los jugos que se desprendían de su pene, mientras el silencio de la celda se rompía por las suplicas de la mujer, quien indefensa solo trataba de encogerse en si misma mientras no paraba de llorar y de balbucear un apenas entendible “no por favor”.
Las suplicas llegaron a oídos sordos pues la chica sin previo aviso sintió como aquel tipo ahora empezaba a presionar con su glande entre sus labios vaginales tratando de penetrarla muy lentamente, eso ocasiono que la chica forcejeara una vez más pero ahora con más ahínco aunque sin resultado alguno pues el tipo se tiro encima de ella, quedando él entre las piernas abiertas de la chica y con su pene rosándole la vagina.
Ahora teniéndola inmovilizada el oficial la sujeto de las muñecas y con movimientos de cadera coloco su glande en la entrada de la vagina y poco a poco empezó a hacer presión una vez más haciendo que la chica sintiera como poco a poco aquel falo entrara lentamente en ella, aquella sensación fue gloriosa para el hombre, mientras que para la chica fuera algo más que humillante, horrible y traumático.
Aquellos sollozos se convirtieron en gritos despavoridos mientras aquella mujer sentía como sus entrañas eran desgarradas lentamente al unisonó de la entrada de aquella inmunda verga, eso no hacía más que excitar a aquel hombre que sentía la gloria, mientras a cada centímetro enterrado en la mujer, el útero de esta abrazaba aquel pene invasor fuertemente, pues era notorio que era hasta ese momento el miembro más grande que había alojado en su vida, seguramente mucho más grande que el de su “esposo”.
Poco a poco el oficial fue llevando su vergas hasta el fondo de aquella vagina cosa que ocasiono un dolor y ardor enorme en la mujer la cual no paraba de gritar despavorida mientras ahora Marco iniciaba un lento meneo de cadera ocasionando que su verga entrara y saliera de aquella desdichada chica.
Los minutos pasaban y se eternizaban para la mujer, mientras aquel hombre no cabía en si mismo de alegría, aquel quesito era exquisito, y el solo soltaba sus manos de la chica para bajarle la parte superior del vestido y dejar al descubierto aquel par de tetas que se comportaban firmes, simplemente rebotando un poco por el brutal ritmo que llevaba aquel mete y saca del cual era víctima la chica.
Con el vestido completamente arremangado en su abdomen la chica estaba estaba completamente desnuda ante su agresor, simplemente con sus tacones y sus medias puestas, lo cual no hacía más que excitar más al hombre, quien se despachaba a diestra y siniestra de la mujer, pues mientras no paraba de follarla había empezado a chica las tetas con suma brutalidad mordiéndole los pezones y absorbiéndolos sin consideración alguna.
La mujer solo sintió como de repente aquel hombre la soltó y dirigió sus manos asía debajo de ella situándolas encima de sus nalgas y apretándolas fuertemente ocasionándole dolor nuevamente, en ese momento la chica encogió los brazos una vez mas empujando a su agresor pero sin resultado alguno.
De la nada Marco cargo a la chica sin sacarle la verga, giro sobre si mismo y se puso de espaldas a aquella cama sucia donde antes había estado tumbada Pamela, con la mujer aun clavada en su verga el macho se dejó caer con la mujer encima de el y teniéndola en esa posición empezó a bombearla ferozmente mientras le apretaba las nalgas y en tanto ella trataba de alejarlo lo más que podía con los brazos pero como siempre sin resultado alguno.
De la nada Pamela sintió como una tercera mano se posaba encima de su espalda baja, como pudo volteo a ver solo para toparse con la sorpresa de que era Jorge quien se apoyaba en ella pero con la novedad de que este ya no llevaba nada de la cintura para abajo y estaba algo erecto con la pinga sujeta con su mano libre.
Con autentico pavor la chica miro como en la mano de aquel otro hombre se encontraba un por demás descomunal cacho de carne, era una verga desproporcionada a la fisionomía de aquel sujeto al grado que le hacía parecer deforme.
Aterrorizada la mujer observo con sumo detalle aquel pene, era largo, grueso, con venas extremadamente gordas tanto que parecían protuberancias, se notaba que aun podía hincharse mas pues el glande no estaba completamente descubierto aunque se le notaba ya algo lubricado, pues en la punta de la cabeza se notaba una pequeña gota, seguramente había estado viendo como su compañero ultrajaba a aquella mujer.
Sin cruzar palabra Jorge empezó a jalársela enfrente de la chica quien aún ensartada se retorcía para ver qué es lo que intentaba aquel sujeto, pero después de unos breves instantes la chica deseo no haber hecho eso, pues Jorge empezó a encimarse en ella, mientras la chica con una mano trataba de empujarlo, pero estaba entre dos machos que harían lo necesario para poseerla, fue solo hasta que Pamela sintió como Jorge ubicaba su verga entre sus nalgas que se dio cuenta de cuáles eran las sucias intenciones de aquel sujeto.
Como pudo la chica saco fuerzas de flaqueza y empezó a arrebatarse con más fuerza, pero no podía hacer nada, la tenían completamente maniatado y por si fuera poco Jorge como había hecho marco le reventó tremenda bofetada en la cara a la chica mientras le gritaba “QUIETA PERRA”, con lágrimas en los ojos la chica giro su cabeza haca el frente tratando de no ver cuál era su inevitable futuro y mientras apretaba ojos y dientes por sus mejillas corrían grandes lagrimas mientras suplicaba que se detuvieran.
Jorge ahora sin que la chica tratara de empujarlo pudo despacharse con la cuchara grande de las bondades que ofrecía el cuerpo de aquella mujer y como si no existiera mañana empezó a besarla en la espalda mientras su enorme pinga se restregaba contras las nalgas de la chica, con las manos le manoseaba los senos y le maltrataba los pezones mientas su compañero no para ni un solo instante de bombearle la verga, como podía la chica apretaba el colchón y con fuerza cerraba los ojos, en silencio pues también apretaba la mandíbula con ferocidad.
Fue solo hasta que sintió como Jorge empujaba entre sus nalgas con su pene, que la chica empezó a gritar nuevamente y ahora con aun más pánico, mientras no paraba de repetir:
-No, por ahí no, por favor, are lo que quieran, pero por ahí no
Y mientras decía eso forcejeaba nuevamente pero como con anterioridad sus intentos fueron mitigados por sendas bofetadas que le propino Jorge mientras Marco la sujetaba para que la chica no se zafara de su verga, pero esta vez ni siquiera de esa forma la chica ceso en sus suplicas y en su forcejeo, pero aquellos tipos no cesarían tampoco en su afán de disfrutarla, por tal motivo deteniendo un momento su mete y saca Marco soltó las nalgas de Pamela y la abrazo inmovilizando sus brazos, mientras con sus piernas maniataba las de la mujer poniéndolas encima de las pantorrillas de esta.
Después de tenerla completamente sujeta aquel que intentaba culearla, tuvo pase libre para darle rienda suelta a sus deseos, con lentitud, pues era sabedor de tener todo el tiempo del mundo poso sus manos encima de las nalgas de Pamela y poco a poco las separo dejando a la vista ese precioso hoyo de placer, con toda calma admiro aquel ano que era el objeto de su deseo, la vista era inmejorable y sin perder tiempo Jorge ubico la descomunal cabeza de su pene en la entrada trasera de la chica, quien no dejaba de intentar zafarse y de pedir piedad, en su desesperación la chica grito despavorida:
-No, te lo ruego, jamás lo he hecho por atrás
Esas palabras solo ocasionaron que aquel dúo de barbajanes rompiera en carcajadas mientras Jorge burlonamente decía “no por mucho tiempo preciosa” y mientras los gritos de la mujer inundaban el lugar, Jorge seguía intentando meterle la verga en el culo a la chica, pero al ser tan apretado era una labor por demás difícil, pues a pesar de hacer presión con bastante fuerza solo lograba incrementar el dolor en la chica causando que esta gritara una y otra vez, pero él seguía sin lograr que su pene entrara en aquel hoyo, por tal motivo escupió abundante saliva en su mano y la paso entre las nalgas de la chica deteniéndose un largo rato en su culo y en tanto el hacía eso, Marcos había iniciado una vez a mover sus caderas continuando con el mete y saca.
Jorge seguía masajeando el culo de la chica con su mano llena de saliva hasta que de repente se detuvo y con su dedo índice empezó a hacer presión en su culito logrando que este si entrara y empezando a sodomizar a la chica con el dedo, esta gritaba pues a pesar de ser solo un dedo le dolía enormidades pues jamás le habían hecho algo así, pero ella aun sabiendo que sus gritos solo excitaban más a esos hombres era incapaz de dejar de hacerlo, por si fuera poco el dolor, la humillación era mayúscula pues estaba siendo doblemente penetrada porque Marcos había iniciado una vez más sus frenético mete y saca, pero involuntariamente la vagina de la chica inicio a humedecerse, lo que le causaba gran remordimiento a la chica.
Sin prestarle atención a esto último Jorge ahora más ansioso por penetrarla empezó a forzar más el esfínter anal de la mujer pues ahora intentaba meterle otro dedo haciendo que fueran dos y provocándole un enorme ardor a la desafortunada chica, la cual seguía intentando zafarse pero sin resultado alguno, después de que Jorge logro su cometido empezó a bombear sus dedos adentro de la mujer tratando de que esta dilatara, mientras ella en su interior sentía como su ano se desgarraba cada vez más, pero sin contar de que la vista tan majestuosa que era su culo fuera demasiado tentador para Jorge quien ya no aguanto más y saco sus dedos del culo de la chica para sujetar su pene y apuntar una vez más asía el ahora algo estirado culo de la mujer.
Ella sabía cuál era su futuro inminente pero no pudo evitar sentir que la piel se le helaba y un miedo descomunal la invadía cuando sintió como aquel monstruoso glande se ubicaba otra vez entre sus nalgas y empezaba a hacer presión contra su ano, solo que esta vez aquel inmenso pene empezó a abrirse paso en aquella diminuta cavidad, aunque con mucho esfuerzo, pero para tener mejores oportunidades de lograr su cometido Jorge había empezado a subirse en la cama quedando prácticamente por encima de la espalda de la chica y empujando ferozmente su enorme verga.
Pamela solo sentía un dolor horrible a cada embestida que le daba Jorge y por si aún faltara más Marcos igual la embestía con ferocidad ocasionando que la chica no dejara de llorar, pero era solo cada vez que Jorge empujaba su vergota que Pamela soltaba un grito desgarrador pues sentía como poco a poco esa verga entraba en ella y eso no solo le ardía bastante, si no que le dolía tanto que sentía que el aire se le iba.
Burlándose de ella Jorge acerco su cara al oído de la chica y le susurro “que rico aprietas preciosa, eres el culito más pequeño que jamás haya probado, pero aun te falta tragarte un buen pedazo de mi pollo” la chica solo tragaba saliva mientras apretaba los dientes y sentía como por su vagina le bombeaban sin descanso mientras que por su culo una barra extremada caliente le quemaba las entrañas mientras se le enterraba cada vez más hondo.
Sin previo aviso Jorge ya no aguanto más y ahora con más desesperación por el deseo empezó a empujar su verga más rápidamente al interior de la chica quien ahora había abierto su boca cual grande era pues estaba jalando aire por tratando de aguantar las embestidas, pero nada mitigaba su dolor, Jorge por su parte empujaba una y otra vez mientras se aferraba a las caderas de la chica para que sus empujones tuvieran mayor efecto.
Después de varios intentos aquel sujeto ya impaciente dio un enorme empujo y logro su cometido, había logrado enterrar su camote en el culo de la joven mujer quien al sentir tan horrible sensación rompió en gritos despavoridos y desesperados que no paraba de repetir: “sácala, sácala, por favor sácala, me duele, te lo ruego”, mientras asía su cabeza de un lado a otro desesperadamente, pero Jorge y marcos una vez más empezaron a reír mientras marcos decía “ahora si quesito, vas a saber que es un verdadero hombre”.
Ahora ya con las dos vergas enterradas en ella, Pamela solo sentía como aquellos sujetos se sujetaban fuertemente a su cuerpo y empezaban a mover sus caderas enérgicamente sacando y metiendo sus falos en ella, provocándole gran dolor y ocasionando que ella no para de gritar.
Las embestidas eran desenfrenadas, aquellas vergas entraban y salían de ella como si no hubiera mañana, marcos por momentos sacaba su miembro de la vagina de la chica solo para restregárselo entre los labios vaginales embadurnándolos de sus fluidos, por su parte Jorge solo sacaba su verga del culo de la hembra solo para tomar vuelo y embestir brutalmente contra aquel maltrecho culito, provocando que la hembra se retorciera de dolor cada vez que Jorge hacia eso.
Durante varios minutos aquellos tipos tuvieron a la mujer así, hasta que Jorge se bajó de la cama pero sin sacarle la verga del culo a Pamela y solo para que ya estando de pie sacara un poco su poronga de aquella cavidad y tomara su verga desde la base para empezar a sacudirla de un lado a otro asiendo que la parte que estuviera adentro de la chica le ocasionara mayor ardor cada vez que la movía, pero ya habían estado así un buen rato al punto de que Jorge ya no aguanto más por lo que se sujetó otra vez de las caderas de la mujer y empujo con todas su fuerza aquella verga hasta el fondo de la chica, solo para quedarse ahí un rato mientras sus ojos se ponían en blanco y empezaba a emitir bramidos.
Pamela solo sintió como aquella verga empezaba a palpitar adentro de ella y de la nada empezara a escupir abundantes chorros de semen hirviendo en ella, después de unos momentos así, la chica sintió como aquel tipo empezó a bombearle nuevamente su verga, pero esta vez solo mientras aquel descomunal instrumento empezaba a tornarse flácido, para que después de haberse saciado de la chica sacara su miembro dejando que su esperma empezara a escurrir de aquel recién estrenado culito.
Mientras ella sentía como aquel pene que había estado en su culo la abandonaba, debajo de ella las embestidas empezaban a ser más rápidas, frecuentes y ondas, de inmediato la chica supo que se aproximaba por tal motivo miro fijamente a aquel que la estaba cogiendo y exclamo:
-échalo fuera por favor, por favor
Pero esta vez recibió una respuesta un tanto más humana, pues entre jadeos Marcos le dijo:
-No te preocupes preciosa… ya me hicieron la vasectomía
Pamela miro el rostro desencajado de aquel hombre que estaba debajo de ella, lo observo con gran detalle estaba completamente empapado en sudor y rápidamente supo que no importaría nada de lo que ella dijese aquel tipo se correría adentro de ella.
El macho embestía como animal en celo tan fuerte y profundo como le era posible mientras no dejaba sus manos quietas pues por momentos le sujetaba las caderas, las nalgas, la abrazaba y hasta le apretaba las tetas mientras se las chupaba hasta que lo inevitable llego, de la nada Pamela sintió como un líquido viscoso y caliente inundaba su útero y escurría por las paredes hasta empezar a salir por los costados que quedaban libres entre los labios que abrazaban aquella verga, era obvio eran tan grande la cantidad de seme que le había echado dentro que se había desbordado.
El hombre déspota como el solo empujo a la mujer para que se bajara de él, la chica sumamente lastimada así lo hizo solo para tumbarse a un lado en aquella sucia cama, mientras Marcos empezaba a vestirse y por su parte Jorge ya casi terminaba de hacer lo mismo, los dos sujetos vieron a la chica ahí tumbada en forma fetal con sus agujeros chorreando el semen que ellos habían puesto en ella, de la nada la chica escucho como uno de los dos le decía:
-vístete putita yo me adelantare pasa sacar al cornudo de tu marido
Pamela no supo identificar quien de ellos le había dicho eso, pues seguía llorando amargamente, pero después de escuchar eso recordó porque había sido tanto sufrimiento, por tal motivo como pudo se incorporó, busco en el suelo su tanga que habían tirado y como pudo se arregló lo mejor que pudo y salió de la celda y tomo el pasillo por donde había entrado, los dos oficiales ya se habían adelantado hacia varios minutos, por tal motivo ella estaba sola, en eso pasa la celda donde antes se había topado con un preso y este sin perder tiempo se acerca a los barrotes y saca las manos tratando de alcanzarla, mientras le grita obsesionados, la chica como pudo se tiro al otro lado para poder pasar sin que ese tipo la toque y mientras ella se aleja solo escucha como aquel hombre le grita “¿te llenaron el tanque de le che putita?”
Al salir a las oficinas la chica ve como los dos sujetos que la habían ultrajado están sentados y tan frescos como si no hubiera pasado nada, uno de ellos le hace una seña indicándole que espera a su esposo en el estacionamiento, ella solo sigue las instrucciones sin cruzar palabras con ellos y minutos después para sorpresa de la chica sale de las instalaciones “Antonio” su exnovio, después de una breve explicación Antonio le cuenta que él se había peleado con Jesús en una cantina donde coincidieron los dos y por algún motivo lo habían matriculado a él como “Jesús” al escuchar eso la chica rompe en llanto se da cuenta de que su sacrificio había sido para nada y humillada sale corriendo sin darle oportunidad a Antonio de hablar.
Como puede la chica llega a casa, solo para dirigirse directo al baño, donde de inmediato toma una larga y profunda ducha que tarda talvez horas, después de eso solo se tumba en su cama, no quiere saber nada de nadie y como puede se queda completamente dormida pues está agotada y adolorida, horas después “Jesús” aparece en casa, completamente ebrio y reclamándole que jamás le ha permitido hacerle un anal, la chica tiene sentimientos encontrados, por un lado ira pues ella hizo todo eso pensando que era él y este aun así le reclama, por otro lado siente culpa pues sabe que su esposo jamás será el primero en romperle el culo.
Como puede la pareja supera ese incidente y un mes después Pamela empieza a tener malestares que después su médico le confirmaría que está embarazada, la chica se niega a creer que sus sospechas son ciertas, pero meses después cuando al fin da a luz a un regordete varoncito se da cuenta de la horrible verdad, Marcos le había mentido
Aquella joven tenía un enamorado, Antonio era un muchacho que igual que ella era sencillo y trabajador, se conocían desde niños y era el joven más envidiado del pueblo pues Pamela era la chica más guapa de aquel lugar, pero un día las cosas cambiaron, Pamela conoció a Jesús, otro joven de su generación pero que era el huérfano del pueblo, pues su madre, madre soltera había muerto varios años atrás y Jesús era un joven que en aquella comunidad no era nada apreciado pues constantemente se metía en problemas para llamar la atención además de ser mal visto por ser hijo de una mujer sin marido.
Pamela poco a poco había conocido a Jesús hasta quedar completamente enamorada de él, al grado de dejar a Antonio para formalizar con este otro joven, los padres de la chica no vieron con buenos ojos ese acontecimiento y le prohibieron de la manera más rigurosa tener alguna relación con Jesús, pero los sentimientos de la chica por aquel joven eran tan fuertes que después de casi un año de verse a escondidas la muchacha decidió escaparse con su novio secreto.
Aquel hecho ocasiono que la familia de Pamela le diera la espalda, provocando que aquella joven pareja se quedara sin ninguna clase de apoyo.
Buscando mejor suerte aquellos jóvenes habían decidido probar fortuna en la ciudad y abandonando su pueblo, se fueron sin mirar atrás.
La chica abandono su pueblo con remordimientos, pero ¿qué podía hacer? En varias ocasiones había intentado reconciliarse con sus padres pero estos la repudiaban y sobajaban diciéndole que deshonro a su familia desobedeciendo a sus padres y reafirmándole que no tendrían su apoyo de ninguna manera, todo eso lo veía Antonio el antiguo novio de Pamela que nunca dejo de tener sentimientos por ella, por lo que cuando se enteró de que la chica se marchaba, le prometió que él la mantendría informada de como seguían sus padres.
Los años pasaron y aquella joven pareja conformada por Pamela y su novio había progresado de a poco, el novio de la chica había conseguido trabajo como mecánico automotriz y poco a poco y con mucho esfuerzo logro obtener un techo propio.
Las cosas parecían ir viento en popa, la chica ya de 24 años se había acoplado al modo de vida con su novio, en el hogar todo era tranquilidad, pues aun no tenían hijo, cosa que habían pospuesto hasta que estuvieran mejor económicamente y aun si muchos lujos las cosas iban bien, aunque como toda pareja tenían sus discusiones de vez en cuando, pero el motivo más frecuente de discordia que tenían era, según Pamela, esa rara idea que se le había metido a Jesús de darle por el culo, estaba claro que Pamela solo había tenido a un hombre en su vida y era el, pero la idea de ser sodomizada era algo que a la chica le parecía sucio y enfermo por lo que jamás le había permitido a su novio hacerlo.
Pues bien, un fin de semana cuando Jesús llego de su trabajo vio a su mujer mientras cocinaba, la chica llevaba un diminuto short de licra color negro y en la parte superior una diminuta blusa blanca de tirantes, Jesús vio de espaldas a su mujer, la luz que se filtraba por la ventana hacia resaltar aquella preciosa piel morena de la chica, mientras aquella diminuta blusa apenas podía contener el enorme par de tetas de la mujer y en su licra se sellaba claramente que debajo llevaba una casi inexistente tanga que desaparecía entre sus nalgas.
Casi poseído por el deseo Jesús se acercó a su mujer y la sujeto de la cintura pero por detrás, ella de inmediato supo que su novio a quien ella se refería como su “esposo” estaba sumamente caliente con ella, por tal motivo y sin oponer resistencia alguna la chica se dejó hacer, lo que a su esposo le viniera en gana, de la nada aquel hombre le bajo a la chica aquel diminuto short de licra y pudo verla con aquella tanga tipo bikini, aquella escena prendió en demasía a Jesús que de inmediato abrazo a su mujer y la presiono fuertemente contra su cuerpo y así empezó a manosearla, sobando todos y cada uno de los rincones de su cuerpo.
De la chica se desprendían gemidos de placer, pues su marido sabia donde sobarla para prenderla pero sin aviso previo Jesús hizo un intento más nuevamente de poseer a su mujer por atrás, pues mientras le sobaba las nalgas a esta, intento meterle un dedo en el ano, lo cual hizo reaccionar a la chica de inmediato y de manera molesta, arrebatándose mientras empujaba a su “esposo”.
La discusión no se hizo esperar, la chica alegaba que era una idea enferma, mientras su “esposo” decía que ella no era lo suficiente mujer y entre insultos las cosas se fueron calentando hasta el grado de que muy molesto Jesús empujo a Pamela tirándola al piso solo para quitarla del camino y así salir de su casa, mientras la chica se quedaba ahí tirada llorando por un largo rato hasta quedarse dormida y después de algunas horas despertar ya mucho más tranquila, pero sin noticia alguna de donde estaba su esposo.
La noche había entrado y después de darse una ducha, aquella mujer se encontró sola en casa, mientras las horas pasaban con normalidad, después de un buen rato y ya con la madrugada encima, la chica solo miraba el reloj, ahora con preocupación, pues no sabía nada de su “esposo” y temía pudiera hacer alguna tontería, hasta que el silencio fue roto por el timbre de su teléfono, la chica de inmediato pensó “es Jesús quien me llama” y rápidamente tomo el teléfono y contesto, del otro lado una voz masculina hablaba:
-¿Pamela? Pam, estoy en la cárcel, me arrestaron, ven a sacarme, me dicen que…
Pero antes de que la chica pudiera reaccionar y cuestionar del otro lado del parlante se escuchó como otra persona en tono autoritario le gritaba:
-Deja el teléfono, no es una llamada para que te pongas a platicar hijo de puta
Y tan intempestivo como fue la llamada, se cortó mientras la chica insistía diciendo “bueno, bueno”, pero sin respuesta alguna, ahora más preocupada que nunca la mujer tomo un pequeño bolso, su cartera y sin pensarlo dos veces salió de casa en busca de su “esposo” que ahora sabia estaba en prisión por dios sabe qué.
Aun nerviosa, se dirigió a la calle más transitada de por donde vivía para así abordar un taxi y llegar a donde su esposo, como pudo llego a la comisaria que para su sorpresa estaba desolada, al entrar a la oficina donde se daba información se topó con una sala desierta que en una esquina tenía dos escritorios donde se encontraban los oficiales, tan de prisa como pudo se acercó a ellos para pedir informes de su esposo
La noche no estaba muy movida y no había más que dos reos en las celdas así que no fue difícil saber de quien hablaba, por lo que de inmediato, el oficial al que se había dirigido la chica le pudo explicar la situación en la que se encontraba su familiar, con varios tecnicismos aquel hombre le dijo a la fémina que su “esposo” sería trasladado el lunes por la mañana a prisión formalmente pues estaba acusado de amenazas, posesión de arma blanca, posesión de drogas, además de resistirse al arresto.
La chica pidió hablar con él, pero como no había sido procesado, eso era imposible, por lo que la mujer insistió con mas ahínco, pero sin resultado alguno, sin embargo, en el otro escritorio el otro oficial que se encontraba sentado había quedado prendido de la belleza de aquella mujer.
Pamela en su desesperación por salvar a su esposo había salido deprisa y sin precaución, por lo que ni siquiera se había cambiado de ropa y por tal motivo iba ataviada con ropa ligera, un diminuto short de mezclilla despintado y rasgado y en la parte superior una pequeña blusa de tirantes completamente blanca y un tanto traslucida permitiendo apreciar aquel sostén morado de encaje que llevaba abajo la mujer y que apenas alcanzaba a sostener aquel enorme par de tetas.
Mientras el oficial veía a la mujer, está se daba vuelta para salir de aquella oficina pues aquel policía con el que había hablado, aparte de no darle esperanza alguna, ni siquiera se había dignado a voltear a verla.
Tan pronto la chica se alejaba, el policía que había devorado con la vista a la mujer, le dio un manotazo a su compañero quien reacciono de inmediato, mientras con señas su compañero le decía que viera a aquel soberano culo que se estaba yendo, de inmediato los ojos de aquel que ni siquiera la había volteado a ver a aquella desdichada, se prendieron de aquel par de nalgas que se bamboleaban de una lado a otro mientras se disponían a salir de las oficinas.
Sin perder tiempo él que la había visto primero, la siguió hasta salir de las instalaciones y ya en el estacionamiento y en total silencio escucho como la mujer estaba llorando, de inmediato supo que era su oportunidad para acercarse a ella y como si fuese una persona de buen corazón le pregunto:
-Señora, le veo muy consternada, ¿hay algo que pueda hacer por usted?
Aquella joven que se sentía desesperada, pues ni siquiera había podido hablar con su esposo, busco desahogo en aquel hombre y le dijo entre lágrimas:
-¿qué puedo hacer oficial?, su compañero me dijo que no puedo ver a mi marido, debe haber una forma,
-señora, usted puede pagar la fianza de su marido
-¿Enserio señor? ¿Cuánto costaría eso? y ¿cómo se haría?
El oficial de inmediato recordó que el nombre de quien había ido a buscar la chica y que su fianza era baja, pero como cualquier funcionario corrupto de inmediato inflo la cantidad cerrándole prácticamente cualquier puerta a la mujer diciéndole una cantidad enorme, echando por debajo todo el entusiasmo que tenía la mujer.
Cabizbaja y con la moral por los suelos la mujer dijo en voz baja:
-No dispongo de esa cantidad, tiene que haber otra forma de llegar a un arreglo
Sin darse cuenta de que esas palabras se prestaban a cualquier interpretación, el oficial reacciono rápidamente y sin pelos en la lengua dejo salir de sus labios una propuesta:
-Señora, si usted está dispuesta a llegar a un arreglo hay una forma, mi compañero esta por jubilarse y usted es muy guapa, si acepta tomar una copa con él, nosotros podríamos ver de qué forma levantar los cargos y dejar libre a su esposo
Pamela era ingenua pero no estúpida, de inmediato se dio cuenta de la indecorosa propuesta y molesta además de sentirse humillada, le respondió a aquel policía, claramente indignada:
-¿Cómo se atreve? tengo marido, como para que usted quiera sobrepasarse
A sabiendas de que tenía la situación bajo control el oficial le respondió ahora de forma déspota:
-bueno entonces como tú quieras, ya verás cómo le va a tu marido en la grande, ahí seguro el será el que las pague todas.
Sin decirle nada más aquel hombre le dio la espalda a Pamela y entro al edificio de donde había salido dejando atrás a aquella mujer que se quedaba ahí de pie claramente desesperada y no veía la forma de solucionar su problema.
Con la mañana a escasos minutos la mujer fue a donde cualquier abogado que pudiera ayudarla, y después de varios intentos vio con gran pena que todos le pedían fuertes cantidades de dinero para hacerse cargo del asunto, pues según lo que ella explicaba estaba involucrado con drogas, muy a su pesar con el pasar de las horas y la entrada de la tarde la chica cada vez veía más como una opción aquella indecorosa propuesta que le habían hecho en la madrugada.
Ya cerca de las 22:00hrs. La chica se vio acorralada pues ningún abogado se había querido hacer cargo del caso de su esposo por no llegar a un acuerdo con los honorarios, sin salida aparente la chica cada vez se hacía más a la idea de que tendría que complacer a aquel oficial y ya después de haber recorrido gran parte de la ciudad sin resultados se resignó a su destino.
Sin opción alguna la chica regreso a su casa y sin ánimo alguno escogió de entre su armario la vestimenta que a su parecer era la más provocadora y de entre todas escogió un diminuto vestido minifalda color morado de tirantes y pronunciado escote, con unas medias y tacones altos color piel, aquel vestuario hacia resaltar la belleza de la joven, sin muchos ánimos se puso un poco de rubor y se maquillo discretamente con algo de brillo en los labios, el cabello decidió dejárselo suelto, ya con todo listo salió de su casa.
Abrigada con una chamarra, camino una vez más asía la avenida para abordar el taxi que la llevaría a su inevitable desgracia, después de algunos minutos a bordo de la unidad, los cuales fueron sumamente incomodos, pues el chofer del taxi no dejaba de mirarle las piernas por el espejo, la chica al fin había llegado a su nada grato destino, pagándole con indiferencia a aquel hombre se dio la vuelta y se dirigió asía la entrada de aquel edificio.
Ya en la puerta tímidamente le hizo una seña a aquel oficial que la noche anterior le había hecho una propuesta por demás indecorosa, aquel oficial vio a la despampanante mujer ahí parada llamándole, como si de un resorte se tratase el tipo se puso de pie y se dirigió asía donde la fémina.
-¿que desea señora?
La chica cabizbaja, temerosa y prácticamente tartamudeando dijo:
-Usted me dijo que podíamos llegar a un arreglo, así que aquí estoy
Una sonrisa se dibujó de inmediato en la cara de aquel hombre, mientras su mirada se clavaba en el escote de aquella mujer, con su sonrisa burlona aquel oficial le dijo a la mujer:
-Espera un momento preciosa, iré a afinar detalles
Dejándola sola un momento el tipo se dirigió asía su compañero y ya junto a él le hablo al oído:
-Marcos, ve a esa yegua que esta parada ahí en la puerta
-Nunca me hagas esto niño, es la misma que vino anoche
-Sí y he conseguido que se valla atrás contigo viejo
-y que ¿solo así?
-No, le dije que sería para tomar una copa contigo, pero ya cuando estén le darás a beber la cerveza y ahí te encerraras con ella en la celda y te la picoteas, después me la agencio yo <<mientras sonreía burlonamente>> ella piensa que serás solo tú, después dejamos salir al idiota que entro anoche, dice ella que es su esposo.
Mirando a su compañero, Marcos de inmediato se dio cuenta que esta era una oportunidad inmejorable, si la chica se oponía de cualquier forma ella no podía probar nada pues ellos eran agentes de la ley y tenían todas las de ganar, si más ni más Jorge (el otro oficial) le hizo una seña a la chica para que se acercara, solo para llegar junto a ellos y que Marcos le tomara la mano mientras le decía:
-¿Tú me acompañaras esta noche a tomar algo preciosa? Pues acompáñame
Pamela no dijo nada, solo trago saliva e inclino un poco la cabeza mientras sentía como la mano de aquel hombre le apretaba un poco y tiraba levemente de ella.
La chica siguió a aquel hombre mientras este la dirigía adentro de los calabozos, los cuales estaban vacíos, durante el trayecto Pamela observaba a aquel tipo, era un tipo ya algo mayor ((para ella)) debería tener cerca de los 55 años, era más alto que ella, estaba algo quemado por el sol pues se le veía bastante moreno, con cabello ya algo cano, una barba mal rasurada y con notorio sobrepeso, tenía una gran pansa por delante, mientras la chica analizaba al tipo, el terror invadía su cuerpo.
De repente una voz aguardentosa y con un vocabulario muy vulgar estremeció a la chica:
-Pero que culo te vas a montar marrano, ve esas nalguitas, seguro está todavía aprieta.
El oficial de inmediato golpeo su macana contra los barrotes y grito “cállate perro”, aquel lascivo comentario había estremecido a Pamela, la cual sintió de inmediato como la piel se le hacía de gallina.
Pero antes que pudiera hacer algo, ya estaban frente a la celda que sería donde “tomarían una copa” la chica ingenuamente pregunto:
-¿Aquí es verdad? ¿Será solo una copa verdad señor?
Marcos sonrió burlonamente mientras decía: “claro preciosa” en eso llegaba atrás de ellos Jorge quien cargaba una pequeña nevera un cuyo interior habían varias cervezas, seguramente la tenían ahí para tomarlas mientras nadie les veía, tan pronto como dejo eso Jorge se dio la vuelta y se retiró dejando sola a la pareja.
Marcos se acercó a la neverita saco dos cervezas y mientras Pamela estaba distraída viendo cada centímetro de la inmunda celda, el aprovecho para destaparlas y apurarse a dársela a la mujer, la cual sin muchos ánimos la tomo entre sus delicadas manos y tímidamente le dio un pequeño sorbo a la bebida.
Marcos no dejaba de mirar a la mujer que estaba frente a él, ese pronunciado escote que apenas lograba sostener ese gran par de tetas, esa diminuta falda que hacía resaltar las hermosas piernas de la chica las cuales se torneaban con ayuda de sus tacones.
De la nada el hombre se sentó en la litera y dándole palmaditas a esta le indico a Pamela que se sentara a su lado para así poder degustar más amenamente sus tragos, a sabiendas de que tenía que dejar complacido a aquel hombre la chica obedeció y se sentó tímidamente al lado de aquel hombre, el cual se acercaba cada vez más y más a ella arrinconándola a una orilla de la litera, para que en el momento menos inesperado este posara una mano encima de la pierna de la joven acariciándola, ese acto de inmediato incomoda a la chica la cual rápidamente se puso de pie y se dispuso a retirarse avergonzada y a sabiendas de que no sería capaz, solo para llevarse la sorpresa de que Marcos había cerrado la celda, dejándolos atrapados ahí solos y a ella a merced de ese canalla.
Mientras los ojos de la chica se llenaban de terror, Marcos a sus espaldas se acercaba a ella para que ahora con sus dos manos la tomara de sus piernas y empezara a subir bruscamente por debajo del diminuto vestido y hasta sus nalgas.
Pamela empezó a gritar mientras se arrebataba, de inmediato el silencio fue roto por los gritos de piedad de la chica la cual pedía en un apenas entendible lloriqueo de “se lo pido, por favor no” pero era demasiado tarde, la lujuria había invadido a aquel policía y no daría marcha atrás.
Con sus ojos llenos de pánico la chica vio como aquel obeso hombre ya se había desabrochado la camisa y el cinturón, ahora solo se estaba desabrochando el pantalón, dando paso a bajárselo y dejar a la vista de la chica un inmundo pero descomunal pene que ya había empezado a hincharse y quedar duro cual piedra, con gran sorpresa pamela abrió sus ojos cuan grandes eran pues aquel miembro masculino no solo era más grande que cualquiera que hubiera visto antes, era prácticamente desproporcionado a la fisionomía de aquel hombre.
Impactada la chica estaba de piedra parada junto a la reja cerrada del calabozo, mientras Marcos se acercaba cada vez más a ella hasta tenerla a su alcance y así abrazarla pegándola a su cuerpo, para darle un buen morreo tratando de besar la boca de la mujer, pero esta permanecía con la boca y los ojos cerrados con todas sus fuerzas, en tanto ella solo sentía como en sus piernas se restregaba aquella poronga erecta por encima de sus medias solo para que de repente con un movimiento brusco la arrojaran al camastro cayendo boca arriba.
Habiendo caído en esa posición la chica se reponían de tan fuerte sacudón pero antes de que eso sucediera sintió como la sujetaban del cabello y jalaban de ella asiendo que descendiera de aquel camastro y forzándola a arrodillarse, ella en tanto trataba de zafarse de las manos de aquel hombre pero las fuerzas eran muy desiguales, como si eso fuera poco el hombre abrió la palma de sus mano cual grande era y le azoto tremenda bofetada aturdiendo a la chica y mientras le acercaba su inmundicia a la cara le decía:
-Ahora si preciosa, aquí está tu dulce solamente ten cuidado con los dientes o ya sabes que te espera
Como en cámara lenta Pamela vio como aquella verga se acercaba cada vez más y más a ella, hasta sentir como le rosaba una mejilla, en ese momento Marcos sacudió a la chica del cabello para que esta abriera la boca, sin alternativa aparente la chica así lo hizo y ahora con el camino libre el hombre sujeto con la mano que tenía libre la base de su pene y lo guio a la boca de la mujer quien centímetro a centímetro sentía como aquel animal enterraba su inmundicia en ella.
La chica sentía un sabor desagradable además de que aquella virilidad masculina le llegaba muy hondo en su garganta por si eso fuera poco el hombre quien poco a poco había empezado a sentir el calor que se desprendía de la boca de la chica había terminado de empalmarse y su pene estaba ahora bien hinchado y erecto, para terminar de hundir en desgracia a la chica el oficial ya estaba empezando a perderse en la lujuria por lo que sujeto ahora con las dos manos la nuca de la chica y jalo de ella clavándole toda su poronga. Pamela sintió como de abrupto su garganta se llenó de la verga de aquel hombre quien empezaba a a bombearle ferozmente causando que la chica sintiera que se asfixiaba cada vez que aquel hombre llevaba su pene hasta el fondo de la garganta.
Durante varios minutos el macho tuvo en esa posición a la desafortunada chica, la cual trataba de mitigar las embestidas de aquel hombre empujándolo de las piernas, pero la tarea resultaba titánica para no decir imposible, sin embargo al pasar varios minutos o mejor dicho hasta que se sintió satisfecho aquel hombre, las embestidas cesaron y tan bruscamente como había jalado a la chica, la arrojo asía un costado ocasionado que la chica callera recostándose en el piso.
Pamela en tanto estaba jalando aire, mientras de su boca chorreaba saliva mesclada con los jugos que se desprendieron aquella verga invasora que se había alojado en su garganta, en tanto la chica se recuperaba aquel oficial la observaba lujuriosamente o más bien la devoraba, pues la escena era sumamente lujuriosa, la chica ahí tumbada embarrada en sus jugos, eso ocasiono que el hombre ahora ya fuera de si se dirigiera a ella, la tomara por los hombros, la cargara y la arrojara ahora asía el camastro, dejándola tendida boca arriba y ocasionando que aquel pequeño vestido que llevaba se le subiera un poco dejando ver un poco más de esas hermosas piernas.
El oficial no perdió tiempo y de inmediato se abalanzo encima de la mujer, la cual empezó a patalear tratando de alejar a aquel tipo que deseaba ultrajarla, pero el tipo era demasiado fuerte para ella así que la patada que alcanzo a acertarle no hizo más que enfurecer al hombre, quien de inmediato la sujeto de los tobillos, le separo las piernas y tan rápido como era le soltó una pierna solo para que con su mano libre le acertara a dar una, dos y tres bófetas a la desafortunada mujer, la cual solo trataba de defenderse con las manos pero le fue imposible.
La chica solo encogió sus manos contra sus pechos mientras aquel desgraciado volvía a separarle las piernas con brusquedad y ahora le subía el vestido hasta la cintura dejando a la vista de cualquiera, aquella pequeña tanga que tenía puesta, el hombre no se hizo mucho de problemas y sujetando aquella diminuta prenda jalo de ella solo para quitársela y arrojarla a un costado en el piso, des pues de hacer eso volvió a sujetar los tobillos de la chica y a separarle las piernas estirándolas, ahora dejando ver aquella delicada intimidad en todo su esplendor, era una panocha excitante, con los labios vaginales depilados y como decoración un pequeño triangulo de bello púbico que apuntaba directo a la vagina como si indicara aquella cueva del placer.
Lo que vio aquel hombre hizo que su interior se prendiera en llamas y como si de un animal se tratara empezó a hacérsele agua la boca, con lujuria empezó a restregar su pene por toda aquella raja femenina, pero sin penetrarla, una y otra vez así lo hizo embadurnando aquellos labios vaginales con los jugos que se desprendían de su pene, mientras el silencio de la celda se rompía por las suplicas de la mujer, quien indefensa solo trataba de encogerse en si misma mientras no paraba de llorar y de balbucear un apenas entendible “no por favor”.
Las suplicas llegaron a oídos sordos pues la chica sin previo aviso sintió como aquel tipo ahora empezaba a presionar con su glande entre sus labios vaginales tratando de penetrarla muy lentamente, eso ocasiono que la chica forcejeara una vez más pero ahora con más ahínco aunque sin resultado alguno pues el tipo se tiro encima de ella, quedando él entre las piernas abiertas de la chica y con su pene rosándole la vagina.
Ahora teniéndola inmovilizada el oficial la sujeto de las muñecas y con movimientos de cadera coloco su glande en la entrada de la vagina y poco a poco empezó a hacer presión una vez más haciendo que la chica sintiera como poco a poco aquel falo entrara lentamente en ella, aquella sensación fue gloriosa para el hombre, mientras que para la chica fuera algo más que humillante, horrible y traumático.
Aquellos sollozos se convirtieron en gritos despavoridos mientras aquella mujer sentía como sus entrañas eran desgarradas lentamente al unisonó de la entrada de aquella inmunda verga, eso no hacía más que excitar a aquel hombre que sentía la gloria, mientras a cada centímetro enterrado en la mujer, el útero de esta abrazaba aquel pene invasor fuertemente, pues era notorio que era hasta ese momento el miembro más grande que había alojado en su vida, seguramente mucho más grande que el de su “esposo”.
Poco a poco el oficial fue llevando su vergas hasta el fondo de aquella vagina cosa que ocasiono un dolor y ardor enorme en la mujer la cual no paraba de gritar despavorida mientras ahora Marco iniciaba un lento meneo de cadera ocasionando que su verga entrara y saliera de aquella desdichada chica.
Los minutos pasaban y se eternizaban para la mujer, mientras aquel hombre no cabía en si mismo de alegría, aquel quesito era exquisito, y el solo soltaba sus manos de la chica para bajarle la parte superior del vestido y dejar al descubierto aquel par de tetas que se comportaban firmes, simplemente rebotando un poco por el brutal ritmo que llevaba aquel mete y saca del cual era víctima la chica.
Con el vestido completamente arremangado en su abdomen la chica estaba estaba completamente desnuda ante su agresor, simplemente con sus tacones y sus medias puestas, lo cual no hacía más que excitar más al hombre, quien se despachaba a diestra y siniestra de la mujer, pues mientras no paraba de follarla había empezado a chica las tetas con suma brutalidad mordiéndole los pezones y absorbiéndolos sin consideración alguna.
La mujer solo sintió como de repente aquel hombre la soltó y dirigió sus manos asía debajo de ella situándolas encima de sus nalgas y apretándolas fuertemente ocasionándole dolor nuevamente, en ese momento la chica encogió los brazos una vez mas empujando a su agresor pero sin resultado alguno.
De la nada Marco cargo a la chica sin sacarle la verga, giro sobre si mismo y se puso de espaldas a aquella cama sucia donde antes había estado tumbada Pamela, con la mujer aun clavada en su verga el macho se dejó caer con la mujer encima de el y teniéndola en esa posición empezó a bombearla ferozmente mientras le apretaba las nalgas y en tanto ella trataba de alejarlo lo más que podía con los brazos pero como siempre sin resultado alguno.
De la nada Pamela sintió como una tercera mano se posaba encima de su espalda baja, como pudo volteo a ver solo para toparse con la sorpresa de que era Jorge quien se apoyaba en ella pero con la novedad de que este ya no llevaba nada de la cintura para abajo y estaba algo erecto con la pinga sujeta con su mano libre.
Con autentico pavor la chica miro como en la mano de aquel otro hombre se encontraba un por demás descomunal cacho de carne, era una verga desproporcionada a la fisionomía de aquel sujeto al grado que le hacía parecer deforme.
Aterrorizada la mujer observo con sumo detalle aquel pene, era largo, grueso, con venas extremadamente gordas tanto que parecían protuberancias, se notaba que aun podía hincharse mas pues el glande no estaba completamente descubierto aunque se le notaba ya algo lubricado, pues en la punta de la cabeza se notaba una pequeña gota, seguramente había estado viendo como su compañero ultrajaba a aquella mujer.
Sin cruzar palabra Jorge empezó a jalársela enfrente de la chica quien aún ensartada se retorcía para ver qué es lo que intentaba aquel sujeto, pero después de unos breves instantes la chica deseo no haber hecho eso, pues Jorge empezó a encimarse en ella, mientras la chica con una mano trataba de empujarlo, pero estaba entre dos machos que harían lo necesario para poseerla, fue solo hasta que Pamela sintió como Jorge ubicaba su verga entre sus nalgas que se dio cuenta de cuáles eran las sucias intenciones de aquel sujeto.
Como pudo la chica saco fuerzas de flaqueza y empezó a arrebatarse con más fuerza, pero no podía hacer nada, la tenían completamente maniatado y por si fuera poco Jorge como había hecho marco le reventó tremenda bofetada en la cara a la chica mientras le gritaba “QUIETA PERRA”, con lágrimas en los ojos la chica giro su cabeza haca el frente tratando de no ver cuál era su inevitable futuro y mientras apretaba ojos y dientes por sus mejillas corrían grandes lagrimas mientras suplicaba que se detuvieran.
Jorge ahora sin que la chica tratara de empujarlo pudo despacharse con la cuchara grande de las bondades que ofrecía el cuerpo de aquella mujer y como si no existiera mañana empezó a besarla en la espalda mientras su enorme pinga se restregaba contras las nalgas de la chica, con las manos le manoseaba los senos y le maltrataba los pezones mientas su compañero no para ni un solo instante de bombearle la verga, como podía la chica apretaba el colchón y con fuerza cerraba los ojos, en silencio pues también apretaba la mandíbula con ferocidad.
Fue solo hasta que sintió como Jorge empujaba entre sus nalgas con su pene, que la chica empezó a gritar nuevamente y ahora con aun más pánico, mientras no paraba de repetir:
-No, por ahí no, por favor, are lo que quieran, pero por ahí no
Y mientras decía eso forcejeaba nuevamente pero como con anterioridad sus intentos fueron mitigados por sendas bofetadas que le propino Jorge mientras Marco la sujetaba para que la chica no se zafara de su verga, pero esta vez ni siquiera de esa forma la chica ceso en sus suplicas y en su forcejeo, pero aquellos tipos no cesarían tampoco en su afán de disfrutarla, por tal motivo deteniendo un momento su mete y saca Marco soltó las nalgas de Pamela y la abrazo inmovilizando sus brazos, mientras con sus piernas maniataba las de la mujer poniéndolas encima de las pantorrillas de esta.
Después de tenerla completamente sujeta aquel que intentaba culearla, tuvo pase libre para darle rienda suelta a sus deseos, con lentitud, pues era sabedor de tener todo el tiempo del mundo poso sus manos encima de las nalgas de Pamela y poco a poco las separo dejando a la vista ese precioso hoyo de placer, con toda calma admiro aquel ano que era el objeto de su deseo, la vista era inmejorable y sin perder tiempo Jorge ubico la descomunal cabeza de su pene en la entrada trasera de la chica, quien no dejaba de intentar zafarse y de pedir piedad, en su desesperación la chica grito despavorida:
-No, te lo ruego, jamás lo he hecho por atrás
Esas palabras solo ocasionaron que aquel dúo de barbajanes rompiera en carcajadas mientras Jorge burlonamente decía “no por mucho tiempo preciosa” y mientras los gritos de la mujer inundaban el lugar, Jorge seguía intentando meterle la verga en el culo a la chica, pero al ser tan apretado era una labor por demás difícil, pues a pesar de hacer presión con bastante fuerza solo lograba incrementar el dolor en la chica causando que esta gritara una y otra vez, pero él seguía sin lograr que su pene entrara en aquel hoyo, por tal motivo escupió abundante saliva en su mano y la paso entre las nalgas de la chica deteniéndose un largo rato en su culo y en tanto el hacía eso, Marcos había iniciado una vez a mover sus caderas continuando con el mete y saca.
Jorge seguía masajeando el culo de la chica con su mano llena de saliva hasta que de repente se detuvo y con su dedo índice empezó a hacer presión en su culito logrando que este si entrara y empezando a sodomizar a la chica con el dedo, esta gritaba pues a pesar de ser solo un dedo le dolía enormidades pues jamás le habían hecho algo así, pero ella aun sabiendo que sus gritos solo excitaban más a esos hombres era incapaz de dejar de hacerlo, por si fuera poco el dolor, la humillación era mayúscula pues estaba siendo doblemente penetrada porque Marcos había iniciado una vez más sus frenético mete y saca, pero involuntariamente la vagina de la chica inicio a humedecerse, lo que le causaba gran remordimiento a la chica.
Sin prestarle atención a esto último Jorge ahora más ansioso por penetrarla empezó a forzar más el esfínter anal de la mujer pues ahora intentaba meterle otro dedo haciendo que fueran dos y provocándole un enorme ardor a la desafortunada chica, la cual seguía intentando zafarse pero sin resultado alguno, después de que Jorge logro su cometido empezó a bombear sus dedos adentro de la mujer tratando de que esta dilatara, mientras ella en su interior sentía como su ano se desgarraba cada vez más, pero sin contar de que la vista tan majestuosa que era su culo fuera demasiado tentador para Jorge quien ya no aguanto más y saco sus dedos del culo de la chica para sujetar su pene y apuntar una vez más asía el ahora algo estirado culo de la mujer.
Ella sabía cuál era su futuro inminente pero no pudo evitar sentir que la piel se le helaba y un miedo descomunal la invadía cuando sintió como aquel monstruoso glande se ubicaba otra vez entre sus nalgas y empezaba a hacer presión contra su ano, solo que esta vez aquel inmenso pene empezó a abrirse paso en aquella diminuta cavidad, aunque con mucho esfuerzo, pero para tener mejores oportunidades de lograr su cometido Jorge había empezado a subirse en la cama quedando prácticamente por encima de la espalda de la chica y empujando ferozmente su enorme verga.
Pamela solo sentía un dolor horrible a cada embestida que le daba Jorge y por si aún faltara más Marcos igual la embestía con ferocidad ocasionando que la chica no dejara de llorar, pero era solo cada vez que Jorge empujaba su vergota que Pamela soltaba un grito desgarrador pues sentía como poco a poco esa verga entraba en ella y eso no solo le ardía bastante, si no que le dolía tanto que sentía que el aire se le iba.
Burlándose de ella Jorge acerco su cara al oído de la chica y le susurro “que rico aprietas preciosa, eres el culito más pequeño que jamás haya probado, pero aun te falta tragarte un buen pedazo de mi pollo” la chica solo tragaba saliva mientras apretaba los dientes y sentía como por su vagina le bombeaban sin descanso mientras que por su culo una barra extremada caliente le quemaba las entrañas mientras se le enterraba cada vez más hondo.
Sin previo aviso Jorge ya no aguanto más y ahora con más desesperación por el deseo empezó a empujar su verga más rápidamente al interior de la chica quien ahora había abierto su boca cual grande era pues estaba jalando aire por tratando de aguantar las embestidas, pero nada mitigaba su dolor, Jorge por su parte empujaba una y otra vez mientras se aferraba a las caderas de la chica para que sus empujones tuvieran mayor efecto.
Después de varios intentos aquel sujeto ya impaciente dio un enorme empujo y logro su cometido, había logrado enterrar su camote en el culo de la joven mujer quien al sentir tan horrible sensación rompió en gritos despavoridos y desesperados que no paraba de repetir: “sácala, sácala, por favor sácala, me duele, te lo ruego”, mientras asía su cabeza de un lado a otro desesperadamente, pero Jorge y marcos una vez más empezaron a reír mientras marcos decía “ahora si quesito, vas a saber que es un verdadero hombre”.
Ahora ya con las dos vergas enterradas en ella, Pamela solo sentía como aquellos sujetos se sujetaban fuertemente a su cuerpo y empezaban a mover sus caderas enérgicamente sacando y metiendo sus falos en ella, provocándole gran dolor y ocasionando que ella no para de gritar.
Las embestidas eran desenfrenadas, aquellas vergas entraban y salían de ella como si no hubiera mañana, marcos por momentos sacaba su miembro de la vagina de la chica solo para restregárselo entre los labios vaginales embadurnándolos de sus fluidos, por su parte Jorge solo sacaba su verga del culo de la hembra solo para tomar vuelo y embestir brutalmente contra aquel maltrecho culito, provocando que la hembra se retorciera de dolor cada vez que Jorge hacia eso.
Durante varios minutos aquellos tipos tuvieron a la mujer así, hasta que Jorge se bajó de la cama pero sin sacarle la verga del culo a Pamela y solo para que ya estando de pie sacara un poco su poronga de aquella cavidad y tomara su verga desde la base para empezar a sacudirla de un lado a otro asiendo que la parte que estuviera adentro de la chica le ocasionara mayor ardor cada vez que la movía, pero ya habían estado así un buen rato al punto de que Jorge ya no aguanto más por lo que se sujetó otra vez de las caderas de la mujer y empujo con todas su fuerza aquella verga hasta el fondo de la chica, solo para quedarse ahí un rato mientras sus ojos se ponían en blanco y empezaba a emitir bramidos.
Pamela solo sintió como aquella verga empezaba a palpitar adentro de ella y de la nada empezara a escupir abundantes chorros de semen hirviendo en ella, después de unos momentos así, la chica sintió como aquel tipo empezó a bombearle nuevamente su verga, pero esta vez solo mientras aquel descomunal instrumento empezaba a tornarse flácido, para que después de haberse saciado de la chica sacara su miembro dejando que su esperma empezara a escurrir de aquel recién estrenado culito.
Mientras ella sentía como aquel pene que había estado en su culo la abandonaba, debajo de ella las embestidas empezaban a ser más rápidas, frecuentes y ondas, de inmediato la chica supo que se aproximaba por tal motivo miro fijamente a aquel que la estaba cogiendo y exclamo:
-échalo fuera por favor, por favor
Pero esta vez recibió una respuesta un tanto más humana, pues entre jadeos Marcos le dijo:
-No te preocupes preciosa… ya me hicieron la vasectomía
Pamela miro el rostro desencajado de aquel hombre que estaba debajo de ella, lo observo con gran detalle estaba completamente empapado en sudor y rápidamente supo que no importaría nada de lo que ella dijese aquel tipo se correría adentro de ella.
El macho embestía como animal en celo tan fuerte y profundo como le era posible mientras no dejaba sus manos quietas pues por momentos le sujetaba las caderas, las nalgas, la abrazaba y hasta le apretaba las tetas mientras se las chupaba hasta que lo inevitable llego, de la nada Pamela sintió como un líquido viscoso y caliente inundaba su útero y escurría por las paredes hasta empezar a salir por los costados que quedaban libres entre los labios que abrazaban aquella verga, era obvio eran tan grande la cantidad de seme que le había echado dentro que se había desbordado.
El hombre déspota como el solo empujo a la mujer para que se bajara de él, la chica sumamente lastimada así lo hizo solo para tumbarse a un lado en aquella sucia cama, mientras Marcos empezaba a vestirse y por su parte Jorge ya casi terminaba de hacer lo mismo, los dos sujetos vieron a la chica ahí tumbada en forma fetal con sus agujeros chorreando el semen que ellos habían puesto en ella, de la nada la chica escucho como uno de los dos le decía:
-vístete putita yo me adelantare pasa sacar al cornudo de tu marido
Pamela no supo identificar quien de ellos le había dicho eso, pues seguía llorando amargamente, pero después de escuchar eso recordó porque había sido tanto sufrimiento, por tal motivo como pudo se incorporó, busco en el suelo su tanga que habían tirado y como pudo se arregló lo mejor que pudo y salió de la celda y tomo el pasillo por donde había entrado, los dos oficiales ya se habían adelantado hacia varios minutos, por tal motivo ella estaba sola, en eso pasa la celda donde antes se había topado con un preso y este sin perder tiempo se acerca a los barrotes y saca las manos tratando de alcanzarla, mientras le grita obsesionados, la chica como pudo se tiro al otro lado para poder pasar sin que ese tipo la toque y mientras ella se aleja solo escucha como aquel hombre le grita “¿te llenaron el tanque de le che putita?”
Al salir a las oficinas la chica ve como los dos sujetos que la habían ultrajado están sentados y tan frescos como si no hubiera pasado nada, uno de ellos le hace una seña indicándole que espera a su esposo en el estacionamiento, ella solo sigue las instrucciones sin cruzar palabras con ellos y minutos después para sorpresa de la chica sale de las instalaciones “Antonio” su exnovio, después de una breve explicación Antonio le cuenta que él se había peleado con Jesús en una cantina donde coincidieron los dos y por algún motivo lo habían matriculado a él como “Jesús” al escuchar eso la chica rompe en llanto se da cuenta de que su sacrificio había sido para nada y humillada sale corriendo sin darle oportunidad a Antonio de hablar.
Como puede la chica llega a casa, solo para dirigirse directo al baño, donde de inmediato toma una larga y profunda ducha que tarda talvez horas, después de eso solo se tumba en su cama, no quiere saber nada de nadie y como puede se queda completamente dormida pues está agotada y adolorida, horas después “Jesús” aparece en casa, completamente ebrio y reclamándole que jamás le ha permitido hacerle un anal, la chica tiene sentimientos encontrados, por un lado ira pues ella hizo todo eso pensando que era él y este aun así le reclama, por otro lado siente culpa pues sabe que su esposo jamás será el primero en romperle el culo.
Como puede la pareja supera ese incidente y un mes después Pamela empieza a tener malestares que después su médico le confirmaría que está embarazada, la chica se niega a creer que sus sospechas son ciertas, pero meses después cuando al fin da a luz a un regordete varoncito se da cuenta de la horrible verdad, Marcos le había mentido
7 comentarios - Por sacar a su marido de la carcel
Muy bueno 👏 👏 👏
Gracias por compartir.