Le dí con toda la fuerza que podía casi por media hora, acabó como 5 veces, estuvo al punto del desmayo...
-Ahhh pará no puedo más...pará...- rogaba con su cara colorada y los ojos vidriosos.
La agarré del cuello y la di vuelta, me senté en su cara y la obligué a que me chupara bien el orto mientras me pajeaba a destajo, con su lengua en mi ojete acabé abundantemente en su boca y su cara... mucha leche caliente y viscosa. con mi mano recogí el néctar y lo metí todo en su boc de puta mamona...
Esas vacaciones prometían... Nos quedamos un rato en silencio. Ya estábamos preparados para emprender el viaje...
Ya en el auto a la mañana siguiente no cabíamos de la emoción...
- Sobrino, te aviso que si aparece algún chongo me lo voy a tumbar eh...! - exclamó amenazante
- Pero cómo? si sos mi mujer! me vas a engañar? - pregunté pícaramente
- Jajajaa! soy libre y no pienso parar de culear! - gritaba la perra puta
Su forma de hablar me calentaba de sobremanera y los jeans rotos ajustadísimos que se había puesto, los tacos de aguja y el top blanco que marcaba sus tetonas aún más.
El viaje era de unas 4 horas. Aprovecharía para hacer alguna de las mías...
- Parecemos una pareja de verdad Tía, es increíble..., nadie va a sospechar. Te queda re lindo el top...- aseguré mientras le apretaba un poco las tetas. Ella como si nada agradeció el piropo.
Estuve un buen rato manejando con una mano mientras con la otra amasaba sus tetonas por fuera del top apretado, los pezones se marcaban turgentes, duros y puntiagudos, como queriendo romper la tela. La puta se iba calentando de a poco, en silencio. Encendió un cigarrillo y cada tanto acercaba su mano a mi boca para ofrecerme una pitada. Nos estábamos divirtiendo.
Qué calor que hace no? - preguntó mientras se levantaba un poco el top dejando a la vista esas dos bochas morenas y duras. La hija de puta sabía como calentarme.
- Sí....- respondí subiendo el aire acondicionado al mango y direccionandolo a sus pezones.
Estaban a punto de explotar, eran dos botones de goma hermosos. Le acerqué la palma de mi mano a su boca y le pedí que la escupiera, después hice lo mismo recogiendo abundante baba, suficiente para embadurnarle bien las tetas de yegua madura.
- Sos un hijo de puta sobri..., te lo había dicho? - inquirió antes de dar una profunda pitada al cigarrillo.
Mi verga no cabía en el pantalón, la tenía parada como nunca y empezaba a chorrear mojandome los calzoncillos.
Abrí el cierre del pantalón y afloró la cabeza morada de mi pija ardiente.
Con su vista en la ruta acercó su mano como si nada y empezó a masajearme la chota muy suavemente y con mucha presión.
En silencio, los dos mirando al frente... Era hermoso, y esto recién comenzaba.
Llegando a un peaje no cesó de maseajearme la pija. Al detener el auto en la cabina del peaje, el pibe no podía creer lo que estaba viendo. Le pagué con la verga afuera y con la mano de la yegua de mi Tía que la apretaba y amasaba sin cesar, ella ni siquiera lo miró. El pendejo tardó mucho en darme el cambio, lo hacía lentamente para no perder detalles.
- Buen viaje señor...- me dijo con una media sonrisa.
- Gracias...! - cuando estaba a punto de arrancar, Tía exclamó:
- Pará que quiero ir al baño...- no podía creer que fuera tan zorra hija de puta.
- Estacioné a la derecha y bajó rápidamente en dirección a la cabina. Mirando a los ojos al pendejo preguntó:
- No sabés dónde está el baño?
- Si señora..., cerca del termo del agua caliente, allá al fondo.
- Ay! no me acompañas? Me da miedo que me choque algún auto...
El pibe había empezado a sudar, tragando saliva apenas pudo balbucear un : - Claro...ssseñora...!
Caminaron unos 60 metros, ella delante revoleando el ojete, exultante y el pibe detrás como un conejito obnubilado por la zanahoria, o sea por el ojete de tremenda yegua....
(Continuará..bah si comentan y puntúan continuará 😉 )
-Ahhh pará no puedo más...pará...- rogaba con su cara colorada y los ojos vidriosos.
La agarré del cuello y la di vuelta, me senté en su cara y la obligué a que me chupara bien el orto mientras me pajeaba a destajo, con su lengua en mi ojete acabé abundantemente en su boca y su cara... mucha leche caliente y viscosa. con mi mano recogí el néctar y lo metí todo en su boc de puta mamona...
Esas vacaciones prometían... Nos quedamos un rato en silencio. Ya estábamos preparados para emprender el viaje...
Ya en el auto a la mañana siguiente no cabíamos de la emoción...
- Sobrino, te aviso que si aparece algún chongo me lo voy a tumbar eh...! - exclamó amenazante
- Pero cómo? si sos mi mujer! me vas a engañar? - pregunté pícaramente
- Jajajaa! soy libre y no pienso parar de culear! - gritaba la perra puta
Su forma de hablar me calentaba de sobremanera y los jeans rotos ajustadísimos que se había puesto, los tacos de aguja y el top blanco que marcaba sus tetonas aún más.
El viaje era de unas 4 horas. Aprovecharía para hacer alguna de las mías...
- Parecemos una pareja de verdad Tía, es increíble..., nadie va a sospechar. Te queda re lindo el top...- aseguré mientras le apretaba un poco las tetas. Ella como si nada agradeció el piropo.
Estuve un buen rato manejando con una mano mientras con la otra amasaba sus tetonas por fuera del top apretado, los pezones se marcaban turgentes, duros y puntiagudos, como queriendo romper la tela. La puta se iba calentando de a poco, en silencio. Encendió un cigarrillo y cada tanto acercaba su mano a mi boca para ofrecerme una pitada. Nos estábamos divirtiendo.
Qué calor que hace no? - preguntó mientras se levantaba un poco el top dejando a la vista esas dos bochas morenas y duras. La hija de puta sabía como calentarme.
- Sí....- respondí subiendo el aire acondicionado al mango y direccionandolo a sus pezones.
Estaban a punto de explotar, eran dos botones de goma hermosos. Le acerqué la palma de mi mano a su boca y le pedí que la escupiera, después hice lo mismo recogiendo abundante baba, suficiente para embadurnarle bien las tetas de yegua madura.
- Sos un hijo de puta sobri..., te lo había dicho? - inquirió antes de dar una profunda pitada al cigarrillo.
Mi verga no cabía en el pantalón, la tenía parada como nunca y empezaba a chorrear mojandome los calzoncillos.
Abrí el cierre del pantalón y afloró la cabeza morada de mi pija ardiente.
Con su vista en la ruta acercó su mano como si nada y empezó a masajearme la chota muy suavemente y con mucha presión.
En silencio, los dos mirando al frente... Era hermoso, y esto recién comenzaba.
Llegando a un peaje no cesó de maseajearme la pija. Al detener el auto en la cabina del peaje, el pibe no podía creer lo que estaba viendo. Le pagué con la verga afuera y con la mano de la yegua de mi Tía que la apretaba y amasaba sin cesar, ella ni siquiera lo miró. El pendejo tardó mucho en darme el cambio, lo hacía lentamente para no perder detalles.
- Buen viaje señor...- me dijo con una media sonrisa.
- Gracias...! - cuando estaba a punto de arrancar, Tía exclamó:
- Pará que quiero ir al baño...- no podía creer que fuera tan zorra hija de puta.
- Estacioné a la derecha y bajó rápidamente en dirección a la cabina. Mirando a los ojos al pendejo preguntó:
- No sabés dónde está el baño?
- Si señora..., cerca del termo del agua caliente, allá al fondo.
- Ay! no me acompañas? Me da miedo que me choque algún auto...
El pibe había empezado a sudar, tragando saliva apenas pudo balbucear un : - Claro...ssseñora...!
Caminaron unos 60 metros, ella delante revoleando el ojete, exultante y el pibe detrás como un conejito obnubilado por la zanahoria, o sea por el ojete de tremenda yegua....
(Continuará..bah si comentan y puntúan continuará 😉 )
6 comentarios - Mi Tía no tiene paz (2do día)