"Prepará las valijas, en 2 días te vas a Rio de Janeiro". En la agencia habían quedado contentos con mi trabajo anterior, y me dieron la posibilidad de ir a cubrir un evento en Rio, donde tenía que sacar unas fotos que después iban a ir en diferentes tipos de publicidad.
En el aeropuerto me recibe Mariana, una chica argentina de más de 30 pero muy elegante y sensual que fue mi guía y era la responsable de la empresa que nos contrataba. Una noche, me llevó a tomar algo por la zona, y salió el tema del sexo. En un momento, ella dice "no sabés lo que son los negros..." haciendo señas con las manos de "enoooorme!". Yo le dije que si bien había visto cosas grandes, nunca la de un negro negro. "Cuando te vas vos? Pasado mañana? no te preocupes... te voy a conseguir uno!". Yo le agradecí, pensando que era una frase por compromiso y quedaba todo ahí.
Al otro día, cuando terminamos de trabajar, me llama a parte y me dice que a las 9 me pasaba a buscar por el hotel, que me había conseguido un negro para coger. Yo pensé que me estaba jodiendo, pero no. Después de mis lógicas dudas, acepté. La curiosidad fue más grande.
Llegamos hasta una casa un poco alejada de donde estaba el hotel, nos bajamos y nos abren. Un negrazo... pero dibujado!!! un ropero todo marcado. Brazos, hombros, espalda, abdominales, piernas. Yo me quedé admirada. Mariana nos presentó en portugués, lo saludé y aproveché para tocarlo. Una piedra!!! Encima estaba con un shorcito diminuto... no no no... me empecé a mojar ahí en la puerta nomás!
Entramos y sentado en un living había otro. Igual de alto que el primero, pero no tan marcado y un poco gordito. Mariana me presentó también con este. Se pusieron a hablar los 3, yo no entendía nada; solo esperaba que me toque garchar con el bombonazo que abrió la puerta. Pero de pronto, Mariana se da vuelta y me dice "bueno, Juli... disfrutalos!". Se fue a otra habitación y se prendió la tele. Yo me quedé parada sin poder moverme de la sorpresa.
Cuando me doy vuelta los veo a los 2 sentados en un sillón amasándose los bultos. Me hablaron en portugués o algo parecido (era muy cerrado, no entendía nada), y les dije en una de las pocas cosas que sabía decir, que no hablaba muy bien el idioma. Se miraron, se rieron y me hicieron señas con las manos que me acercara.
Me arrodillé entre medio de los dos. Sin sacarse los shorcitos que tenían, dejaron al aire las dos monstruosas pijas. Cuando vieron mi cara se largaron a reír. De los nervios, empecé a reírme con ellos sin poder sacar mi mirada de las dos pijas. El gordito agarró mis manos y las puso arriba de su pija y la de su amigo.
Las dos estaban muertas, pero ya tenían un tamaño que daba miedo. Además, ver tremendas pijas colgando, con unos huevos enormes no se ve todos los días. Yo los pajeaba al mismo tiempo a los dos; hasta que me tiré de una a la pija del bomboncito (sin soltar la otra, que no paraba de aumentar de tamaño). Me meta lo que pude en la boca, que no era mucho más que la cabeza. Para abajo me faltaban, no se... 4 manos mías más.. una guasada!
La del gordito crecía... en ancho, en alto, en espesor, en todo!!! y todavía no estaba dura! El otro si, ya estaba al palo. Se levantó y se paró en frente a mi, aunque haciéndome retroceder por el piso. Esa actitud de macho dominante me excitó demasiado. Yo estaba tirada en el piso y él me agarró la cabeza volviendo a poner su pija en mi boca. Se la empecé a chupar con más ganas, mientras el chabón me acomodaba de los pelos hasta quedar arrodillada a sus pies.
Se dio vuelta y le dijo algo al amigo que tampoco entendí y se rieron. Calculo que habrá sido un "nunca en mi vida me chuparon la pija tan bien como esta piba"... bah no se, pero creamos que dijo eso si? gracias! 😉
El otro se levantó y me ofreció su pija. Todavía no la había chupado y la verdad, tampoco pude porque ni siquiera me entraba en la boca. Me pararon y empezaron a tocarme todo el cuerpo. Se quedaron con mi cola. La tocaban, me metían mano por adentro de la ropa, me pegaban... De a poco empezaron a desvestirme hasta dejarme desnuda. Me sentaron en el sillón. El lindo se sentó al lado mío y el gordito se arrodilló; abriéndome las piernas empezó a rozarme con su lengua en mi concha.
Yo agarré la pija de su amigo y lo pajeaba mientras el otro iba aumentando el ritmo de su lamida. Sentía que me cogía con la lengua. Terrible! Me mojaba a chorros, y el negro seguía con desesperación chupándome la concha. Yo gemía como si me estuvieran garchando.
El bombonazo, se paró en el sillón y me puso la pija en la boca. La empujaba y yo ya no podía abrir más la boca. Le pegaba en la panza para que me la sacara pero no me hacía caso. Cuando él quería me soltaba. Yo tomaba aire, y escupía la saliva que me quedaba saliendo de la boca. Lo desafiaba y me la volvía a meter. La lengua del otro me ponía a mil. Trataba de hacer lo imposible, de meterme un poco más de ese pijón negro más adentro pero no podía.
El de la chupada empezó a meter los dedos, enormes, en mi concha mojada. Los movió dos veces y acabé. Solté la pija que tenía en la boca y pegué un alarido moviendo todo mi cuerpo. Cuando caí y me relajé, el que me la chupó se levantó y apuntó su poronga en mi concha. Sentía como chorreaba aún de mi acabada.
Despacio empezó a ponerla. Nunca me había sentido tan abierta. Cuando se acostumbró, el negro arrancó a moverse. Cada vez que entraba sentía que me moría. Cuando salía tomaba aire y me aguantaba como podía la embestida, cada vez más profunda.
Lo que siguió a continuación es indescriptible. Me cogieron de las formas que quisieron. Se turnaban para cogerme, me ponían otra pija en la boca, paraban a chuparme la concha. Me pusieron en 4, tirada en el piso y agarrándome fuerte de la cola (me quedó toda marcada) y de los pelos me pegaban unas cogidas salvajes y feroces.
Sentí varias veces que me desmayaba, cuando la punta de sus pijas me desfondaban. Traté varias veces de decirles que no me la pusieran tan profundo pero no entendían. Por más que ponía mi mano en su panza o les hiciera señas, ellos seguían. Unas bestias.
Si bien dolía, no puedo negar que estaba disfrutando mucho que esos dos machos me trataran como una puta. De hecho perdí la noción de las veces que me hicieron acabar. Con el último orgasmo, caí acostada al piso. No daba más. Como pude me paré. Agarré al negrito lindo y lo senté en el sillón. Quería probar sentarme en esa pija.
De a poquito empecé a clavarmela. No llegué ni a la mitad creo. Me empecé a mover, mientras el otro me acariciaba la espalda. Sentía como cada vez iba más abajo hasta que llegó a mi cola. Ahi se quedó a vivir. Me tocaba y abría los cachetes, hasta que empezó a ponerme los dedos.
Yo no tenía ni fuerzas para pararlo y estaba muy concentrada en no bajar más de la cuenta porque me rompía en serio. El otro me escupió la cola para terminar rozando el ano con los dedos. Hasta que me hizo frenar, y me metió un dedo. El negro que tenía abajo me empezó a coger con fuerza. Uno movía la pija a una velocidad y potencia que me hacía ver las estrellas y el otro los dedos en mi cola. Yo gritaba como si me estuvieran matando. "Aayy sii.. no paren.. más fuerte!", gritaba, como si me fueran a entender.
El que jugaba con mi cola sacó los dedos, y se empezó a pajear. Yo seguí cabalgando a su amigo. De pronto siento un espeso chorro de leche que pega en mi espalda y empieza a chorrear pasando por mi cola y cayendo al piso. El gordito se sentó a ver como me cogía su amigo. Su pija seguía aun dura y chorreando semen. Se empezó a pajear mirándonos, mientras su amigo me levantó de golpe y me puso de pie.
Me alzó agarrándome de mis muslos y yo me colgué de sus hombros. Estaba tan abierta mi concha que no fue difícil clavarmela de nuevo. Me pegó una cogida terrible. Acabé como dos veces seguidas, mis piernas temblaron en el aire mientras él me seguía moviendo con fuerza. Yo estaba volando, literalmente suspendida en el aire agarrada del ropero no paraba de penetrarme.
Empezó a gritar, me sentó en el piso y sin tiempo a nada me agarró de los pelos y me llenó de leche la cara, las tetas la panza... una manguera era, no dejaba de salir leche. Me ofreció su pija aun dura y temblando para que la limpiara. Le pasé la lengua desde la base del tronco hasta la cabeza y me la metí en la boca.
Me dejé caer en el piso a descansar. Pero no por mucho. El gordito se paró y dandome vuelta me puso en 4 nuevamente. Yo ya no me oponía a nada. Volvió a jugar con mi cola. Me abrió los cachetes y le mostró a su amigo. Le dijo algo y el otro asintió. Le pegó un salivazo y volvió a jugar con los dedos. Llegué a balbucear un "No", sabiendo qué iba a hacer pero ya estaba re jugada.
No se cuantos dedos habrá metido en la colita, pero sentía que me había clavado una mano. De repente, en la mejor consideración que tuvieron, el chabón me dice "despacio.. despacio", avisándome que me la iba a meter por la cola. De a poco empezó a abrirse paso con el monstruo. Acá no fueron violentos ni se zarparon. Metía hasta que veía que no daba más. Igual, era suficiente para hacerme sentir que me rompían.
Yo gritaba y le pegaba al piso con mi puño, casi al borde de las lágrimas. De a poco empecé a disfrutarlo y a calentarme nuevamente. No podía creer estar disfrutando semejante pija en la cola!! El lindo se apareció frente a mi y me dio su pija para que la chupara, hasta que le pidió a su amigo cambiar.
El gordito se sentó en el sillón, mientras el otro me hacía la cola. Con esta pija sentía que estaba en la gloria, ya que era un poco menos gruesa que la otra. Sacó la pija y me levantó. Me llevó donde estaba su amigo. Me senté en la pija del gordito y empecé a cabalgar, mientras el otro me tocaba el culo y me metía los dedos en mi dilatado ano.
El gordito se acostó en el sillón (sin desclavarme el pijón) y yo quedé acostada sobre él, con la colita para arriba. Lo que dio la posibilidad a que el otro intentara ponermela en el culo. Empecé a gritar que no, que me iban a hacer (más) mierda. Pero no tenía sentido resistirme, sentí como la punta de la pija empezar a penetrarme. No estábamos cómodos y eso jugó a mi favor, porque solo pudo clavar la puntita. Pero era suficiente para que se movieran y me hicieran delirar de placer con sus dos pijones clavados en mi cuerpo.
En ese momento entra Mariana. "La estás pasando bien, por lo que veo!" me grita riendo. Yo no podía ni gemir ya. Estaba muerta. Mariana se arrodilló al lado del que tenía en mi cola, lo sacó y empezó a chuparsela. "Vení Juli." me dijo. Me puso a su lado, y pasando la mano por el cuerpo del negro (el que estaba lindo) me dice "viste lo que es esto".
Con mi mano empecé a recorrer el cuerpo tallado del negro. Todo duro tenía. Hasta la pija. Que no aguanté, y la empecé a pajear, junto con Mariana. Ella me miró agarró mi cabeza y me dio un beso, acariciándome la nuca suavemente mientras seguíamos pajeando al negrito. Sentí un cosquilleo en todo mi cuerpo y me mojé toda.
El que estaba en el sillón se paró y me agarró del brazo. Me puso en 4 en el piso. Yo solo pensaba "por la cola de nuevo no!!". Por suerte, encaró derechito para mi concha que estaba otra vez empapada. Yo levanté mi cola lo más que pude agachando mi cabeza hasta el piso y arqueando mi espalda. Pude ver que no la tenía totalmente dura. Así y todo, me la clavó y empezó a cogerme como un animal. Nunca me habían hecho gozar tanto con una pija flácida.
Mariana seguía chupándosela al otro, hasta que se detuvo y vino para donde estábamos cogiendo. Se sentó en frente mío y me miraba. Abrió sus piernas y se fue acercando. Ya sabía que quería, y no me iba a negar. En verdad, hasta un poco lo deseaba.
Poco tiempo pasó hasta que tuve la concha de Mariana en mi boca. Las embestidas del negro que me cogía hacían que le clavara cada vez más la lengua. El otro negro se paró al lado nuestro y agarrándola de los pelos a Mariana se la clavó en la boca.
Después de un rato, el negro la sacó y tiró a Mariana al sillón y se la empezó a coger con fuerza. Mariana gritaba y pedía más en todos los idiomas que podía. El que me cogía a mi se frenó y me llenó la cola de leche. Yo me quedé en esa posición, mientras sentía como su semen iba chorreando por mi cuerpo. Se limpió la pija con mi espalda y se fue.
Yo me tiré en el piso, no daba más. Cuando levanté la cabeza, Mariana seguía cogiendo con el otro negro. Me paré y me acerqué a ellos. Abracé por la espalda al negro y lo besé (fue la única vez que me chapé a uno de los dos). No podía dejar de tocarlo. Pasaba mis manos por la espalda toda marcada del negro. Era una piedra!!
El negro agarró su pija, la apuntó a la panza de Mariana y se empezó a pajear. Yo la agarré con una mano y lo ayudé hasta que acabó con dos chorros fuertísimos de leche. Todavía tengo la imagen del pijón ese acabando y pegando unos saltos que daban miedo mientras chorreaba leche sobre el cuerpo de Mariana.
La agarré y le pasé la lengua limpiándola. Al rato, se unió Mariana. Entre las dos le empezamos a chupar la pija. Yo no daba más y me tiré al piso. Mariana se sentó a mi lado. "Te gustó?". Yo no podía ni hablar. Moví mi cabeza en señal de aprobación. "Bueno, ahora descansá vos... me toca disfrutarlos a mi", dijo parándose y agarrando de la mano al negro lindo para llevarlo a otra habitación.
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En el aeropuerto me recibe Mariana, una chica argentina de más de 30 pero muy elegante y sensual que fue mi guía y era la responsable de la empresa que nos contrataba. Una noche, me llevó a tomar algo por la zona, y salió el tema del sexo. En un momento, ella dice "no sabés lo que son los negros..." haciendo señas con las manos de "enoooorme!". Yo le dije que si bien había visto cosas grandes, nunca la de un negro negro. "Cuando te vas vos? Pasado mañana? no te preocupes... te voy a conseguir uno!". Yo le agradecí, pensando que era una frase por compromiso y quedaba todo ahí.
Al otro día, cuando terminamos de trabajar, me llama a parte y me dice que a las 9 me pasaba a buscar por el hotel, que me había conseguido un negro para coger. Yo pensé que me estaba jodiendo, pero no. Después de mis lógicas dudas, acepté. La curiosidad fue más grande.
Llegamos hasta una casa un poco alejada de donde estaba el hotel, nos bajamos y nos abren. Un negrazo... pero dibujado!!! un ropero todo marcado. Brazos, hombros, espalda, abdominales, piernas. Yo me quedé admirada. Mariana nos presentó en portugués, lo saludé y aproveché para tocarlo. Una piedra!!! Encima estaba con un shorcito diminuto... no no no... me empecé a mojar ahí en la puerta nomás!
Entramos y sentado en un living había otro. Igual de alto que el primero, pero no tan marcado y un poco gordito. Mariana me presentó también con este. Se pusieron a hablar los 3, yo no entendía nada; solo esperaba que me toque garchar con el bombonazo que abrió la puerta. Pero de pronto, Mariana se da vuelta y me dice "bueno, Juli... disfrutalos!". Se fue a otra habitación y se prendió la tele. Yo me quedé parada sin poder moverme de la sorpresa.
Cuando me doy vuelta los veo a los 2 sentados en un sillón amasándose los bultos. Me hablaron en portugués o algo parecido (era muy cerrado, no entendía nada), y les dije en una de las pocas cosas que sabía decir, que no hablaba muy bien el idioma. Se miraron, se rieron y me hicieron señas con las manos que me acercara.
Me arrodillé entre medio de los dos. Sin sacarse los shorcitos que tenían, dejaron al aire las dos monstruosas pijas. Cuando vieron mi cara se largaron a reír. De los nervios, empecé a reírme con ellos sin poder sacar mi mirada de las dos pijas. El gordito agarró mis manos y las puso arriba de su pija y la de su amigo.
Las dos estaban muertas, pero ya tenían un tamaño que daba miedo. Además, ver tremendas pijas colgando, con unos huevos enormes no se ve todos los días. Yo los pajeaba al mismo tiempo a los dos; hasta que me tiré de una a la pija del bomboncito (sin soltar la otra, que no paraba de aumentar de tamaño). Me meta lo que pude en la boca, que no era mucho más que la cabeza. Para abajo me faltaban, no se... 4 manos mías más.. una guasada!
La del gordito crecía... en ancho, en alto, en espesor, en todo!!! y todavía no estaba dura! El otro si, ya estaba al palo. Se levantó y se paró en frente a mi, aunque haciéndome retroceder por el piso. Esa actitud de macho dominante me excitó demasiado. Yo estaba tirada en el piso y él me agarró la cabeza volviendo a poner su pija en mi boca. Se la empecé a chupar con más ganas, mientras el chabón me acomodaba de los pelos hasta quedar arrodillada a sus pies.
Se dio vuelta y le dijo algo al amigo que tampoco entendí y se rieron. Calculo que habrá sido un "nunca en mi vida me chuparon la pija tan bien como esta piba"... bah no se, pero creamos que dijo eso si? gracias! 😉
El otro se levantó y me ofreció su pija. Todavía no la había chupado y la verdad, tampoco pude porque ni siquiera me entraba en la boca. Me pararon y empezaron a tocarme todo el cuerpo. Se quedaron con mi cola. La tocaban, me metían mano por adentro de la ropa, me pegaban... De a poco empezaron a desvestirme hasta dejarme desnuda. Me sentaron en el sillón. El lindo se sentó al lado mío y el gordito se arrodilló; abriéndome las piernas empezó a rozarme con su lengua en mi concha.
Yo agarré la pija de su amigo y lo pajeaba mientras el otro iba aumentando el ritmo de su lamida. Sentía que me cogía con la lengua. Terrible! Me mojaba a chorros, y el negro seguía con desesperación chupándome la concha. Yo gemía como si me estuvieran garchando.
El bombonazo, se paró en el sillón y me puso la pija en la boca. La empujaba y yo ya no podía abrir más la boca. Le pegaba en la panza para que me la sacara pero no me hacía caso. Cuando él quería me soltaba. Yo tomaba aire, y escupía la saliva que me quedaba saliendo de la boca. Lo desafiaba y me la volvía a meter. La lengua del otro me ponía a mil. Trataba de hacer lo imposible, de meterme un poco más de ese pijón negro más adentro pero no podía.
El de la chupada empezó a meter los dedos, enormes, en mi concha mojada. Los movió dos veces y acabé. Solté la pija que tenía en la boca y pegué un alarido moviendo todo mi cuerpo. Cuando caí y me relajé, el que me la chupó se levantó y apuntó su poronga en mi concha. Sentía como chorreaba aún de mi acabada.
Despacio empezó a ponerla. Nunca me había sentido tan abierta. Cuando se acostumbró, el negro arrancó a moverse. Cada vez que entraba sentía que me moría. Cuando salía tomaba aire y me aguantaba como podía la embestida, cada vez más profunda.
Lo que siguió a continuación es indescriptible. Me cogieron de las formas que quisieron. Se turnaban para cogerme, me ponían otra pija en la boca, paraban a chuparme la concha. Me pusieron en 4, tirada en el piso y agarrándome fuerte de la cola (me quedó toda marcada) y de los pelos me pegaban unas cogidas salvajes y feroces.
Sentí varias veces que me desmayaba, cuando la punta de sus pijas me desfondaban. Traté varias veces de decirles que no me la pusieran tan profundo pero no entendían. Por más que ponía mi mano en su panza o les hiciera señas, ellos seguían. Unas bestias.
Si bien dolía, no puedo negar que estaba disfrutando mucho que esos dos machos me trataran como una puta. De hecho perdí la noción de las veces que me hicieron acabar. Con el último orgasmo, caí acostada al piso. No daba más. Como pude me paré. Agarré al negrito lindo y lo senté en el sillón. Quería probar sentarme en esa pija.
De a poquito empecé a clavarmela. No llegué ni a la mitad creo. Me empecé a mover, mientras el otro me acariciaba la espalda. Sentía como cada vez iba más abajo hasta que llegó a mi cola. Ahi se quedó a vivir. Me tocaba y abría los cachetes, hasta que empezó a ponerme los dedos.
Yo no tenía ni fuerzas para pararlo y estaba muy concentrada en no bajar más de la cuenta porque me rompía en serio. El otro me escupió la cola para terminar rozando el ano con los dedos. Hasta que me hizo frenar, y me metió un dedo. El negro que tenía abajo me empezó a coger con fuerza. Uno movía la pija a una velocidad y potencia que me hacía ver las estrellas y el otro los dedos en mi cola. Yo gritaba como si me estuvieran matando. "Aayy sii.. no paren.. más fuerte!", gritaba, como si me fueran a entender.
El que jugaba con mi cola sacó los dedos, y se empezó a pajear. Yo seguí cabalgando a su amigo. De pronto siento un espeso chorro de leche que pega en mi espalda y empieza a chorrear pasando por mi cola y cayendo al piso. El gordito se sentó a ver como me cogía su amigo. Su pija seguía aun dura y chorreando semen. Se empezó a pajear mirándonos, mientras su amigo me levantó de golpe y me puso de pie.
Me alzó agarrándome de mis muslos y yo me colgué de sus hombros. Estaba tan abierta mi concha que no fue difícil clavarmela de nuevo. Me pegó una cogida terrible. Acabé como dos veces seguidas, mis piernas temblaron en el aire mientras él me seguía moviendo con fuerza. Yo estaba volando, literalmente suspendida en el aire agarrada del ropero no paraba de penetrarme.
Empezó a gritar, me sentó en el piso y sin tiempo a nada me agarró de los pelos y me llenó de leche la cara, las tetas la panza... una manguera era, no dejaba de salir leche. Me ofreció su pija aun dura y temblando para que la limpiara. Le pasé la lengua desde la base del tronco hasta la cabeza y me la metí en la boca.
Me dejé caer en el piso a descansar. Pero no por mucho. El gordito se paró y dandome vuelta me puso en 4 nuevamente. Yo ya no me oponía a nada. Volvió a jugar con mi cola. Me abrió los cachetes y le mostró a su amigo. Le dijo algo y el otro asintió. Le pegó un salivazo y volvió a jugar con los dedos. Llegué a balbucear un "No", sabiendo qué iba a hacer pero ya estaba re jugada.
No se cuantos dedos habrá metido en la colita, pero sentía que me había clavado una mano. De repente, en la mejor consideración que tuvieron, el chabón me dice "despacio.. despacio", avisándome que me la iba a meter por la cola. De a poco empezó a abrirse paso con el monstruo. Acá no fueron violentos ni se zarparon. Metía hasta que veía que no daba más. Igual, era suficiente para hacerme sentir que me rompían.
Yo gritaba y le pegaba al piso con mi puño, casi al borde de las lágrimas. De a poco empecé a disfrutarlo y a calentarme nuevamente. No podía creer estar disfrutando semejante pija en la cola!! El lindo se apareció frente a mi y me dio su pija para que la chupara, hasta que le pidió a su amigo cambiar.
El gordito se sentó en el sillón, mientras el otro me hacía la cola. Con esta pija sentía que estaba en la gloria, ya que era un poco menos gruesa que la otra. Sacó la pija y me levantó. Me llevó donde estaba su amigo. Me senté en la pija del gordito y empecé a cabalgar, mientras el otro me tocaba el culo y me metía los dedos en mi dilatado ano.
El gordito se acostó en el sillón (sin desclavarme el pijón) y yo quedé acostada sobre él, con la colita para arriba. Lo que dio la posibilidad a que el otro intentara ponermela en el culo. Empecé a gritar que no, que me iban a hacer (más) mierda. Pero no tenía sentido resistirme, sentí como la punta de la pija empezar a penetrarme. No estábamos cómodos y eso jugó a mi favor, porque solo pudo clavar la puntita. Pero era suficiente para que se movieran y me hicieran delirar de placer con sus dos pijones clavados en mi cuerpo.
En ese momento entra Mariana. "La estás pasando bien, por lo que veo!" me grita riendo. Yo no podía ni gemir ya. Estaba muerta. Mariana se arrodilló al lado del que tenía en mi cola, lo sacó y empezó a chuparsela. "Vení Juli." me dijo. Me puso a su lado, y pasando la mano por el cuerpo del negro (el que estaba lindo) me dice "viste lo que es esto".
Con mi mano empecé a recorrer el cuerpo tallado del negro. Todo duro tenía. Hasta la pija. Que no aguanté, y la empecé a pajear, junto con Mariana. Ella me miró agarró mi cabeza y me dio un beso, acariciándome la nuca suavemente mientras seguíamos pajeando al negrito. Sentí un cosquilleo en todo mi cuerpo y me mojé toda.
El que estaba en el sillón se paró y me agarró del brazo. Me puso en 4 en el piso. Yo solo pensaba "por la cola de nuevo no!!". Por suerte, encaró derechito para mi concha que estaba otra vez empapada. Yo levanté mi cola lo más que pude agachando mi cabeza hasta el piso y arqueando mi espalda. Pude ver que no la tenía totalmente dura. Así y todo, me la clavó y empezó a cogerme como un animal. Nunca me habían hecho gozar tanto con una pija flácida.
Mariana seguía chupándosela al otro, hasta que se detuvo y vino para donde estábamos cogiendo. Se sentó en frente mío y me miraba. Abrió sus piernas y se fue acercando. Ya sabía que quería, y no me iba a negar. En verdad, hasta un poco lo deseaba.
Poco tiempo pasó hasta que tuve la concha de Mariana en mi boca. Las embestidas del negro que me cogía hacían que le clavara cada vez más la lengua. El otro negro se paró al lado nuestro y agarrándola de los pelos a Mariana se la clavó en la boca.
Después de un rato, el negro la sacó y tiró a Mariana al sillón y se la empezó a coger con fuerza. Mariana gritaba y pedía más en todos los idiomas que podía. El que me cogía a mi se frenó y me llenó la cola de leche. Yo me quedé en esa posición, mientras sentía como su semen iba chorreando por mi cuerpo. Se limpió la pija con mi espalda y se fue.
Yo me tiré en el piso, no daba más. Cuando levanté la cabeza, Mariana seguía cogiendo con el otro negro. Me paré y me acerqué a ellos. Abracé por la espalda al negro y lo besé (fue la única vez que me chapé a uno de los dos). No podía dejar de tocarlo. Pasaba mis manos por la espalda toda marcada del negro. Era una piedra!!
El negro agarró su pija, la apuntó a la panza de Mariana y se empezó a pajear. Yo la agarré con una mano y lo ayudé hasta que acabó con dos chorros fuertísimos de leche. Todavía tengo la imagen del pijón ese acabando y pegando unos saltos que daban miedo mientras chorreaba leche sobre el cuerpo de Mariana.
La agarré y le pasé la lengua limpiándola. Al rato, se unió Mariana. Entre las dos le empezamos a chupar la pija. Yo no daba más y me tiré al piso. Mariana se sentó a mi lado. "Te gustó?". Yo no podía ni hablar. Moví mi cabeza en señal de aprobación. "Bueno, ahora descansá vos... me toca disfrutarlos a mi", dijo parándose y agarrando de la mano al negro lindo para llevarlo a otra habitación.
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58 comentarios - Viaje de trabajo. Brasil
👨 👻 👻 👻
gracias por pasar!
gracias por pasar!
gracias por pasar!
gracias por pasar!
no importa el idioma... pero si la lengua jeje
va 10 divina, como siempre me dejás hiper caliente
gracias por pasar!
gracias!
Van 5 puntos.
Pd, ¿sin condón?
Pd: con, de casualidad les llegaba hasta la mitad y parecia que se iban a romper de lo estirado q estaban!!!
besooo
espero que disfrutes los proximos! 😉
Si es asi me gustas mas...
gran relato, besos!!!
sos la mejor lejos
gracias por pasar!
me dejaste la pija re dura
gracias por pasar!
gracias por pasar! 😛
La verdad en ves de relatos, tendrias q hacer unos cortos para poringa sobre tus historias, una mejor que la otra siempre te felicito y la verdad me dejas mas que caliente con cada relato tuyo!
Como siempre te digo, ojala te cruce algun dia!!! 😛
Una imagen vale más que mil palabras, así que espero que la razón por la que no cuelgues una foto, no sea porque sos de esas flacas chamuyeras con mucha imaginación y que no se las cogen ni con 3 forros jaja. Sino se me iría una ídola 😞
fotos no subo, porque no me gusta y segundo porque pague consecuencias cuando era chica de compartir ese tipo de fotos. simplemente eso.
gracias por pasar
pero no pierdo las esperanzas de que algún camino me conduzca a rosario....
genial como siempre juli
van puntos y el merecido agradecimiento por compartir, como siempre
besotes