You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

La orgia swinger

Disfruten de este relato español que encontre muy bueno

Recientemente, nos metimós en el mundo swinger; ya sabéis: intercambio de parejas; y no hay fin de semana que no participe en una fiesta o vaya a un local (excepto si le baja la regla). Como sabía que me picaba la curiosidad, me llevó un día a un local para que viese cómo era el tema.Mi mujer estaba nerviosa y cachonda .Por la noche cenaron en el hotel, para la fiesta exigían pantalón largo a los hombres y vestido a las mujeres. PAQUI llevaba un vestido con un largo escote trasero casi hasta el culo de mostrando que no llevaba sostén, Normalmente, en esos sitios si eres un tío que va sólo, tienes que pagar unos 50€ por la entrada; las parejas pagan 30€, y las tías solas entran gratis. Pero ese día era Jueves y todo estaba en calma; por lo que sólo nos cobraron la consumición (¡10€ cada cerveza!) Yo pude ver que era como un bar de copas normal, solo que tras una cortina había una serie de habitáculos con camas redondas de grandes dimensiones que podían quedar a la vista, o cubrirse con una cortina negra. El código es claro (una vez que te lo explican) para que no metas la pata:

-Cortina cubriendo totalmente la vista: No molestar

-Cortina parcialmente abierta: Puedes mirar

-Cortina a un lado dejando ver perfectamente: Puedes mirar y participar.

En ese momento sólo había una pareja usando un habitáculo, y con la cortina a medio echar. Mi mujer echó un ojo; yo pasé del tema, pues aún no estaba entonado. Volvimos a la zona del bar, y me dediqué a observar desde un rincón. El bar estaba casi vacío, excepto por un trío formado por una chica delgadita de aspecto germano, llevaba una minifalda mini mini y una camisa súper escotada.y dos chavales que iban besándola alternativamente. Hubo un momento en que ella fue a por copas, y ellos se empezaron a enrollar entre sí. No es que me repugne, es más, siento indiferencia, pero fue una imagen que me bajó la libido.

La cosa no mejoró mucho; vino un matrimonio de unos 40 años a tomarse una copa, y la pareja que estaba en el reservado, había terminado. Él salió, y se puso con una toalla anudada en su cintura apoyándose en el dintel que daba acceso a los reservados con una actitud de "¡Aquí estoy! ¡Que pase la siguiente, que en la cama soy la ostia!" Y la verdad es que no parecía gran cosa: 1,60 de estatura, con barriguita cervecera, 40 y pocos años y calvo. Vale que mi físico es aún peor que el suyo, pero al menos mi comportamiento suele ser más humilde que el que exhibía este tío.

Llegó la relaciones públicas del garito, la cual nos saludó a todos con un pico en los labios, vestía un conjunto semitransparente que dejaba entrever un diminuto tanga rojo, se sirvió una cerveza y no tardó ni 10 minutos en quedarse desnuda envuelta por una toalla de cintura para abajo. Tenía unas tetas pequeñitas, pero bien formadas, y en cuanto pude (pidiendo permiso primero) las palpé para comprobar su firmeza. "¡Sin miedo, amigo! Pero no te hagas ilusiones, hoy busco mujeres" Me dijo. Luego se puso a hablar con mi amiga la tetona y le dijo que ese Sábado había una fiesta privada, y que ya sabía las reglas.

Mi MUJER podía haber elegido a cualquiera de sus amantes habituales para ir, o pedir a una pareja amiga que la llevase, pues las reglas de acceso a esas fiestas son las mismas que para entrar a los locales. Pero no; tuve la inmensa suerte de que me lo ofreciese a mí. Total que la recogí de su trabajo en coche; dejamos a una compañera en su barrio (nos pillaba de paso), y nos fuimos a la fiesta privada en un chalet particular en LLORET.

Nos abrió la puerta uno de los habituales, el cual me dejó un poco acojonado (un tío de mi estatura, bastante cachas y con look a lo Vin Diesel que, recé por que fuera hetero y no quisiera romperme el culo); saludó a mi amiga "Este es nuevo". "Lo es en todos los sentidos; pero tranquilo, que conoce las reglas y sabe comportarse" Dijo ella.

Las reglas son sencillas:

-Una persona nueva debe ingresar por invitación de alguien que pertenezca al círculo, o acompañando a un invitado, el cual, se responsabiliza de su comportamiento.

-Una pareja nueva, debe llevar al menos 6 meses participando en el foro de internet de swingers

-Limpieza e higiene. Si tienes una ETS de fácil contagio, prohibido el acceso; si se trata de una de fácil evasión, tomar precauciones (condones y nada de contacto de fluidos en caso de SIDA, por ejemplo). Uno diría que en este tipo de fiestas es más fácil el contagio de ETS; pero os puedo asegurar que la gente se toma el tema de la salud bien en serio, y excepto algún herpes de fácil (pero engorrosa) curación, no ha habido casos de contagios de nada.

-No comportarse como un baboso o un desesperado; aunque ahí se va a lo que se va, hay que comportarse con cierta clase y educación. Hacer los acercamientos con sutileza, y no ponerse pesado ni excesivamente insistente cuando te han rechazado.

El calvo de la entrada nos dio unas cartas de la baraja francesa; todo formaba parte de un juego para romper el hielo: teníamos que buscar a la pareja que tuviera las mismas cartas que nosotros. Los encontramos rápido; era un matrimonio de unos 40 y pocos que ya conocían a mi amiga. El recibimiento fue cálido: Apretón de manos entre los hombres, un piquito entre ellas y otro entre hombres y mujeres. A ella debió gustarle mi beso, pues me dio uno más prolongado ante la mirada de mi amiga y su marido. "Besas muy bien; luego te busco para ver qué más eres capaz de hacer". Para su edad (45 años) tenía un cuerpo muy bonito y bien formado; y nadie diría que tenía esa edad, si no varios años menos.

Los anfitriones (y dueños del chalet) habían mandado a sus hijos ese fin de semana fuera; eran un matrimonio de unos 50 años, pero habían vetado casi toda la casa: sólo dejaban disponibles el cuarto de baño de abajo (tuvimos que pedirles que nos dejasen usar también el de arriba, que éramos 30 personas para un solo retrete), una habitación arriba, otra abajo, el salón para bailar y la terraza para beber y comer de la barbacoa que se había preparado. ¡Ni siquiera dejaban usar la piscina (aunque con el frío que hacía esa noche de Febrero, habría sido un poco locura; después me enteré que estaba climatizada)!

El calvo perdió sus formas toscas del principio de la noche, para mostrarse más acogedor que los propios anfitriones y servirnos él mismo las copas y la carne recién hecha en la parrilla. En el fondo era un tío majete. Nos sentamos y entablamos conversación con una chica que acababa de dejarlo con su chico y estaba cabreadísima con él "¡Y por eso no quiero nada de sexo, joder, que todos los tíos sois iguales!" "¡Pero pendeja!" Pensé "Si no quieres sexo, ¿a qué coño te vienes a una fiesta swinger? ¿a jugar al parchís?" Resulta que la relaciones públicas del bar del otro día le tenía echado el ojo desde hacía varios días, y la había traído a la fiesta para hacerle una buena tijera. La relaciones (la llamaré Marta, pero no recuerdo su nombre real), ya estaba otra vez con las tetas al aire como si nada. Aguanté estoicamente mientras charlábamos, hablábamos de los grupos musicales que sonaban en el equipo de música; me lancé a cantar en voz baja haciendo dúo con el cantante que sonaba. "¡Andá, cantas muy bien! ¡Qué sorpresa!" Me dijo la chica "¡Toma, te lo has ganado!" Se me sentó en las rodillas y me besó. Creí que iba a ser un piquito, pero ella iba buscando algo un poco más profundo. Se apartó y me dijo "Besas bastante bien para ser hetero; y acabo de notar tu polla a través de los pantalones y también tiene buena pinta. ¡Cuánto lo siento, cielo! hoy también busco almejas"

Al rato vino mi madura morena (la voy a llamar ROSA porque la recuerdo con un gran parecido con la madre de una amiga/amante que se llama así) a saludarnos. "Voy a presentar mi culo candidato al premio de Mejor culo de este año del foro. Siempre me llevo el de las mejores tetas, pero este año quiero que mi culo se lleve el premio" Dicho lo cual, se plantó en medio del círculo en el que estábamos y se quedó con sólo el body de cuero puesto. La zona del culo era tipo tanga, y nos dejó que lo estuviéramos amasando un buen rato. Buen culo, sí señor, se dio la vuelta al notar mis manos apretándolo y me dijo: "Me gustan las manos grandes, fuertes y firmes, como las tuyas", y me besó. Esas manos que tanto le gustaron, apretaron sus pechos ante la mirada alucinada de mi amiga, la cual creía que iba a ser más tímido. "Tienes un buen culo" Le susurré al separarnos "Pero tus tetas me gustan mucho más", ella me apretó el paquete y me dijo: "Recuerda que luego te busco" y se marchó con su marido, el cual por señas le indicó que iban a reunirse arriba con otra pareja.

Apareció un chaval con pinta de nerd bastante jovencito que se quejaba "Esto está lleno de viejos". "Es normal" Dijo mi amiga. "Este tipo de actividades suelen montarlas matrimonios que están ya cansados de la rutina. lo raro es ver a un chavalito de 20 y pocos aquí" El chico no dio su brazo a torcer, y se quejaba que la fiesta apenas tenía alma, que estaban todos muy amuermados, que los anfitriones habían dejado muy pocas zonas de la casa disponibles... supimos que era bisexual, pero que esa noche buscaba chicas, que había venido sólo (y por lo tanto, había pagado los correspondientes 50€). Luego, con la excusa de aliviar tensiones, empezó a dar masajes en los hombros a diestro y siniestro en la habitación de abajo.
El calvo de actitud prepotente del bar del otro día. La verdad es que su actitud dejó bastante más que desear en esa fiesta: iba en plan "Voy a catar todo lo que pueda, y ellas están obligadas a follar conmigo, o si no, que se vayan de esta fiesta", pero sin embargo, poniéndole todos los frenos y excusas posibles a los que quisieran acercarse a su mujer. Eso le valió una bronca tremenda con ella, y la amenaza de ser expulsado de la fiesta (pero él solo, su mujer se podría quedar, y cataría todos los rabos que quisiera)

En la habitación donde el chaval estaba repartiendo los masajes, había otra pareja que era de un pueblo cercano al que nos encontrábamos (y en el que estuve trabajando un par de años). Ella estaba desnuda de cintura para arriba recibiendo un masaje del chico; él, baboseando mientras miraba las tetas de mi mujer (se había quitado la blusa y llevaba ese sujetador negro de encaje y semi-transparencias que tanto me gusta), intentando hacer burdos intentos de acercamiento que ella despreciaba (no es amiga de la vulgaridad, y á este tío eso era lo que le sobraba directamente). Su mujer estaba bien buena, y a pesar de su edad, sus pechos de talla mediana, desafiaban la gravedad.

El "masajista" quiso ir a mis hombros, pero mi amiga se me adelantó; y aunque el chico era bisexual, ya se sabe ese refrán de "Tiran más dos tetas que dos carretas". La mujer de la pareja, se ofreció a hacerme reiki en la espalda "Eso son tonterías y supersticiones" dijo el chico. "Tal vez" dije yo, "pero por probar no pierdo nada" y añadí mentalmente "Y prefiero que me toque una rubia con las tetas al aire antes que un chavalito de 20" Ella posó sus manos en mi espalda; y pude notar la cercanía de su cuerpo, incluso la electricidad estática de sus pezones a milímetros de mi piel. Ardía en deseos de volverme y hacerla mía, pero decidí respetar el trabajo que estaba realizando. Noté un intenso calor en mi espalda; cuando terminó, me di la vuelta para agradecerle, lo hice con un beso bien profundo y prolongado; tan profundo, prolongado y bueno, que noté cómo sus pezones endurecían contra mi pecho; mis manos empezaron a rodear su cintura mientras su lengua se perdía en mi boca danzando con la mía. La cosa marchaba, mis manos habían bajado hasta su culo y lo habían recorrido suavemente; después fueron haciendo un recorrido ascendente sin que ella me detuviera... ya estaba llegando a sus pechos, la yema de mis dedos empezaban a recorrer su contorno cuando... Cuando el aguafiestas del marido, viendo que no iba a comerse un colín (suele pasar) le dijo a su mujer que tenían que irse, que ella madrugaba al día siguiente para ir a trabajar. Ella me miró con culpa diciéndome "Lo siento, ya sabes cómo es esto a veces"; y yo me quedé ahí, erecto y maldiciendo mi suerte; mi amiga me miró con lástima, pero no podía hacer nada porque el jovencito de los masajes le estaba aplicando un petting bastante intenso. Me fui al baño con la esperanza de que el orinar bajase la erección, y tuve un éxito relativo. Me dirigí a la cocina y me puse un trago largo de vodka sin rebajar; y mi mirada se cruzó con la de los padres de mi alumna, los cuales me miraban con lástima. Yo la miré a ella; llevaba un body de rejilla que le cubría todo el cuerpo y dejaba ver la lencería negra de encaje que llevaba debajo. Es una mujer bastante entrada en años, pero si se me hubiera ofrecido, habría aceptado sin rechistar; necesitaba derramar toda la leche acumulada... pero ni se acercaron.

Me senté en un sofá y vi en directo al calvo del bar sentado con cara de pocos amigos al lado de su mujer, la cual estaba ya prácticamente vestida. Si la tensión ambiente no se pudiera cortar con un cuchillo, le habría pedido su mujer prestada. Y mi querida PAQUI sin aparecer; mientras que Marta se había llevado a la chica despechada a su casa y los anfitriones bailaban una lenta totalmente vestidos en medio del salón. ¡"Esto no puede quedar así!" me dije para mis adentros; pero no tenía muchas más opciones, la mujer de mi jefe estaba muy animada hablando con la pareja que se había traído; así que salí a la terraza a fumarme un cigarrillo. Me encontré fuera a un matrimonio de unos 50 charlando animadamente con otra pareja de la misma edad que debió llegar después. Me puse en un rincón a fumar y se me acercó una chica menudita y de pelo castaño con ropa algo ancha. "¿Me puedes dar uno?" "Si no te molesta que sea negro" Contesté"¿Marlboro?" "No, Ducados" "Un tiarrón como tú no puede fumar otra cosa, pero me vale" Le tendí el cigarro y la caja de cerillas. "¡Cerillas!" Dijo con una sonrisa "Todo un clásico digno de un gentleman", le sonreí y comenzamos a charlar. Resulta que había venido por pasar el rato, que su novio estaba fuera de viaje, y le apetecía distraerse un poco; que era amiga de JANINE, y esta la había invitado a ir. El problema es que ahora se aburría, y que era relativamente nueva en el mundillo "He venido un par de veces, pero sólo a mirar" "¿Te apetece beber algo?" "Un vodka sólo, por favor" Entre copa y cigarros me estuvo contando que le daba morbo el tema, pero que no terminaba de atreverse; y que además, allí todo eran viejos (ella tenía unos 36 años), y que jóvenes estábamos el rarito bisexual de los masajes y yo "Y no te ofendas, pero los gordos no me ponen" Me reí en respuesta y seguimos charlando mientras aumentaban el número de copas. El caso es que comenzó a decir que se sentía insegura, porque su chico viajaba mucho por trabajo, pero que nunca la llamaba, que si sospechaba que tenía otra (u otras) por ahí... total, que estaba a punto de echarse a llorar, y le puse una mano en el hombro para consolarla. "¡Abrázame, por favor!" a lo que obedecí y antes de lo que esperábamos, llegaron los besos.

Poco a poco, me la llevé aparte, bajamos hacia la zona de la piscina, y nos sentamos entre unos arbustos. Ya sé que esas fiestas son para lo que son, pero a mi me gusta gozar de cierta discreción. Tal vez era la rabia que tenía, tal vez fue el alcohol que ayudó lo suyo;Era una preciosidad africana de hermosos rasgos aniñados. 36 años, 1’70 de alto, ojos color avellana, pelo liso negro. Me cautivó desde el primer momento.

Se me acercó. Hablamos un rato. Después me hizo un gesto con la cabeza, para guiarme a un sitio donde tener más intimidad. Acepté su oferta.

Solos en aquel rincón aislado, descubrí los encantos que JANINE ocultaba bajo su ropa: hermosos pechos bien formados, piernas torneadas. Un cuerpo de diosa.

Posó su mano sobre el bulto de mis pantalones. Con descaro bajó la cremallera y me palmeó por dentro. Su mano hacía maravillas en mi rabo.

pero el caso es que la holgada camiseta pronto dejó de existir. Un sujetador rosa me saludó, y yo correspondí abriéndole el cierre mientras mis labios se habían enterrado en su cuello. La respiración de ella empezó a entrecortarse, y sus manos guiaron las mías a sus pechos. Esos pequeños pezones empezaron a endurecerse al tacto con mis dedos y rápido fueron cubiertos por mis labios, que se aplicaron a la tarea de succionarlos. Ella no pudo reprimir los gemidos, y se desabrochó el pantalón, guiando mis manos hacia sus bragas para que pudiese descubrir la humedad que tenía incluso a través del tejido de su ropa interior. Masajeé sus labios mayores y menores a través de sus bragas, mientras sus manos ya habían bajado la cremallera de mi pantalón, y liberaron a mi duro rabo en estado guerrero. Apartó mis manos de su vulva para masajearse ella misma, lo cual me dejó perplejo; pero en seguida comprendí qué era lo que hacía: se había humedecido las manos con sus propios fluidos para poder masajearme mejor la polla. ¡Madre mía! Esa megra era una artista masajeando pollas; ni siquiera yo me la he meneado como ella me lo hizo. Mientras tanto, mis manos ya habían vuelto a ocuparse: una exploraba su intimidad arrancándole gemidos de puro placer, la otra le amasaba el culo obligándola a no separarse de mí, mientras mis labios alternaban los besos y mordiscos de su cuello a sus pezones. La humedad de esa chica iba en aumento, y la intensidad con la que frotaba iba a hacer que me saltasen chispas de la polla. Bajé las manos para separarle los muslos "¡No!" Me dijo casi gritando "Quiero que me lo derrames encima" Seguí masturbando hasta que ella decidió que quería continuar de otra manera. Me empujó hacia atrás, y bajó su cabeza hasta mi entrepierna. Su lengua rodeó una y otra vez mi verga, alternando lametones con un recorrido al interior de su boca. ¡La tía me hizo un "garganta profunda"! Mis manos no llegaban tan abajo para seguir masturbándola, pero dio igual; ella misma se había metido el puño entero. Estaba totalmente extasiada de placer, pues con su boca llena de mi polla, seguía gimiendo. Debió notar que estaba a punto de correrme, pues se la fue sacando de la boca, y justo en el momento culminante, un ligero toque de la punta de su lengua en mi glande hizo el milagro.

El esperma se derramó como la lava de un volcán mientras ella seguía frotando y apretando, mientras dejaba que todo le cayera encima de su cara, sus labios (vi cómo llegó a recoger algunas gotas relamiéndose con la lengua), y sus tetas. No pude resistirme a tocar sus tetas de ébano. Eran las primeras tetas negras que tocaba. Las magreé bajo el sujetador. "¡Así! ¡Marca el territorio! ¡Quiero acostarme esta noche oliendo a tu leche! ¡DAME HASTA LA ÚLTIMA GOTA!" Parece que mi rabo tenía vida y pensamiento propios, pues la obedeció en el acto, y un último chorro salió propulsado hacia su tripa; ella se frotó con las manos, extendiéndose la leche como si de una crema hidratante se tratara por todo su vientre y pubis. Un pequeño grumo quedó en sus dedos, el cual se metió en la boca lascivamente; pude ver cómo se lo tragaba. Una vez con "el arma descargada", y con ella casi inconsciente debido a la mezcla de ejercicio+alcohol, decidí penetrarla un poco para ver cómo se sentía. Aún conservaba la humedad bastante viscosa ¡Se había corrido!, pero como estaba relajada tras el orgasmo, no costó mucho meterla. Un coño acogedor, calentito y mojadito. En la última, la enculé. Gocé con ella como ella conmigo. Lo pasamos de fábula. ¡penas logre meterla un poco, la selvática retrocedió con su cuerpo, clavándose todo mi miembro en el culo. Si su conchita me volvía loco, esto era el paraíso. Era una sensación de otro planeta. Su culo era apretadísimo, sentía que me ordeñaba la verga.

- Follame, ¡follame!

La tomé del pelo y empecé mi vaivén. Al comienzo fue un poco difícil por la presión, pero luego de un poco de saliva auxiliadora el agujero me parecía forrado en mantequilla. Era lo único que existía en la tierra. Sentía como Diana fruncía el ano cada vez que me la clavaba, como meneaba el culo buscando sentir más carne adentro. Sus movimientos me ponían cachondísimo, por lo que la empecé a follar con más furia que antes.

- Ahh, así, así, mi culo… rómpeme

- !
- Te gusta por el culo eh! Te lo cogeré cuando quieras- Lo hare, putita.

- ¡Ahhhhh!

Y llegó el clímax. Pensé que me arrancaría la pija cuando tuvo su orgasmo anal, la presión de su recto era increíble. Y ni hablar del sonoro grito que pegó, era como si la estuviesen matando. Y mientras me apretaba, un mar de lefa caliente era liberado dentro de su agujero. Saqué mi pija aún semi erecta mientras veía como la leche escurría por sus piernas. Caí al suelo rendido, mientras JANINE se paraba a duras penas. La mujer volteó y su mirada, que minutos antes había estado llena de locura y lascivia, paulatinamente empezó a cambiar a terror. Se paró y se cubrió con la sabana mientras iba corriendo hacia el baño. Y yo no necesitaba explicación alguna pues la entendía perfectamente, y es que acababa de follar (y por el culo).

. En ese momento,el movil sono un whatsapp . Era su MARIDO; murmuró una disculpa, recogió su ropa, y se fue.

Decidí quedarme un ratito ahí recostado, con el rabo semi-erecto y entonces apareció ella; la mujer del calvo desagradable. Resulta que se había marchado a por tabaco, y la única gasolinera abierta donde podría conseguirlo, estaba a una media hora de camino. "¿Tienes un ratito antes de que él vuelva?" Me preguntó. "Tenemos mínimo una hora, pero cuando se va así de enfadado, suele tardar más" "Si eres capaz de que esto funcione..." dije señalándome el rabo.

Pelo rubio oscuro, media melena y una falda color champagne bajo la cual no había bragas; su blusa blanca dejaba entrever que tampoco llevaba sujetador, y pude vislumbrar la sombra de unos pezones erectos. "Os he visto en acción, y no he podido resistirme. Este capullo no ha dejado que se me acerque nadie" dijo antes de besarme.

Me he dado cuenta que casi todas dicen lo mismo de mi. que les encantan mis besos, y que suelen hacerles perder la cabeza; y algo de cierto tiene que haber, pues ella rápido guió mis manos hacia su blusa entreabierta. Unos pezones bien duros me dieron la bienvenida, y no dude en darles pequeños pellizcos mientras ella interrumpía los besos para gemir de placer. Cuando comprobó que mi polla estaba ya en estado guerrero, se alzó la falda lo justo para poder abrir las piernas y encajar mi rabo en sus entrañas. "No me he puesto la goma" Le dije "No te preocupes, cariño; tomo la píldora y estoy limpia. Ya me ha dicho tu amiga que tú también lo estás. Así que ¡Fóllame sin miedo!" A partir de ahí, la mujer empezó a cabalgarme con brío. Yo estaba ansioso por agarrarle los pechos, y con el nivel de excitación que tenía, la blusa iba a salir mal parada. Algo así debió imaginar ella, pues se la desabotonó para que yo pudiera explorar su interior sin miedo a hacer estropicio alguno.

El vaivén era constante, ella estaba muy excitada; tanto que no podía reprimir los gemidos en un tono bien alto. "¡Sí! ¡Fóllame! ¡Hazme sentir sucia, que no soy sólo de mi marido! ¡Dámelo todo! ¡Poséeme!" Nunca había probado a que me hablaran así, pero hizo que la excitación se disparase a límites insospechados; como ya he dicho antes, los tíos solemos tardar en recuperarnos; pero ese coño tenía vida propia: me apretaba y soltaba el rabo, hacía movimientos de succión; sus húmedas paredes me lo lamían y empapaban... ya notaba los familiares latidos de mi polla cuando está a punto de estallar, e hice el ademán de sacarla; pero ella apretó las paredes del coño (¡qué arte!) para impedirlo. "¡NO! ¡QUIERO QUE TE DERRAMES DENTRO! ¡QUIERO TU LECHE EN MIS ENTRAÑAS! ¡ESE MALNACIDO QUE TENGO POR MARIDO NO QUIERE, PERO AHORA NO ESTÁ Y SE VA A JODER! ¡INÚNDAME CON TU LEFA!" Y pasó lo que tenía que pasar: que exploté. Todo mi cuerpo se puso en tensión mientras era consciente de cada gota que salía de mi interior para ir directo al útero de esa mujer. Los gritos de placer de ella se entremezclaron con risas de satisfacción al notar mi leche dentro de su coño. Me mantuvo un rato dentro de ella aún; asegurándose de que no quedaba ni una gota de leche por salir. Después, se levantó y me dijo: "cariño, ahora viene tu premio, te la voy a dejar limpia después de haber estado dentro de una furcia tan sucia", y empezó a chupar y lamérmela hasta asegurarse que no quedaba ni gota de fluidos en ella; ni suyos ni míos. Terminó justo a tiempo de ver cómo los faros del coche de su marido llegaban por la calle del chalet. Se abotonó la blusa y se fue al servicio "Voy a lavarme la cara, pero tranquilo, que el coño no. Tu leche se va a quedar en mi cuerpo hasta que me duche mañana por la mañana en casa. Si él va a comerme el coño, ¡que se encuentre con la sorpresa!"

Me subí la cremallera y me quité la camiseta mientras me dirigía de vuelta al balcón de la barbacoa. Hacía frío, pero el ejercicio me había dejado bien calentito. Decidí encenderme el último cigarro ¡Qué bien sienta el de después de follar!, y en ese momento, apareció PAQUI a a mi lado. "¿Tienes uno?" "Es el último" Le dije "¿Lo compartimos?" Sonrió mientras afirmaba con la cabeza. Me besó. "Te he echado de menos, cielo, he pensado toda la noche en ti; pero acaban de soltarme." "No te preocupes; me han entretenido al final" "Me alegra oírlo, porque me han dejado destrozada, han sido cinco a la vez, y no me soltaban. No puedo ni caminar" "Sin problema, cielo. A mí me han ordeñado dos leonas, así que tampoco podría satisfacerte como es debido" Sonrió y empezó a tiritar. Sólo llevaba puestas unas bragas y la abracé. "¡Qué calentito estás! Gracias, cielo" La besé mientras la estrujaba contra mí. Me gustaba la sensación de sus tetas hundiéndose en mi tórax. "Otro día seré sólo tuya durante toda la noche" Me dijo "Otro día, mi leche será toda para ti" Le respondí. Otro cruce de sonrisas y besos. Un ligero apretón a mi paquete, y una pequeña incursión de mi índice en su vagina. Ambos nos llevamos el dedo a la boca.

1 comentarios - La orgia swinger