Con el correr del tiempo, me fui acostumbrando a mi nueva vida en Buenos Aires. Empecé a relacionarme más con mis compañeras de trabajo, en especial con Romina. Ella es de mi misma edad, y le gusta la joda, como a mi.
Salía todos los fines de semana, aunque por más que varias veces habíamos dicho el famoso "tenemos que salir juntas un día", la realidad es que ella era de zona oeste, bastante alejada, y yo que recién me estaba ubicando en capital, no quería arriesgarme a irme lejos y menos de noche. Entonces, por el momento, después de trabajar, nos íbamos a un after cerca de la oficina.
Al principio, siempre me mostré más bien recatada, hasta que un día me agarró con los pelos volados: la situación fue que venía muy caliente, porque además de no coger hacía mucho, había tenido un par de encuentros fallidos con mi vecinito...
Se dio que un día nos pusimos a hablar con 2 chabones en el bar, y pegué onda con uno y me lo comí. Ese día nos zarpamos y nos quedamos hasta tarde, ya casi no había gente. Y fue así como, al ir yo al baño (este bar tiene los baños en un subsuelo), el chabón me siguió. El lugar era totalmente solitario, y nos pusimos a tranzar ahí en la puerta, hasta que de un empujón me metió adentro del baño de hombres. Al principio hice como que me negaba, pero sin oponer mucha resistencia me dejé encerrar en una de las casillas.
Resumiendo: me arrodillé, se la chupé; me paré, me puso contra la pared y me re cogió. No acabé, pero al menos mi conchita se vio un poco saciada de algo de carne. El chabón acabó adentro en el forro; salimos y volvimos como si nada. Cuando partimos, nos fuimos cada uno para su lado.
Le conté a Romina qué había pasado. "Ahh que putita!!" me dijo, como sorprendiéndose. "Sos de las mías!", dijo sorprendiéndome ahora ella a mi. No daba la imagen de trolita, aunque hay que decir que yo tampoco, y suele pasar que esas son las peorcitas (dicen...). "Ahora más que antes, tenemos que salir juntas!", largó más emocionada.
Ese día volví sola a casa, y tuve que llamar a otro vecino (no lo conté, pero me garchaba al de arriba también... me arrepentí porque después me enteré que tiene novia, pero ese día era una emergencia!) para que terminara el trabajo atrasado de varios días.
La cuestión, es que al día siguiente se acerca Romi a mi escritorio para hacerme una invitación: había una fiesta en una quinta, cerca de su casa. "Ya está todo arreglado. El viernes nos vamos juntas de acá, te quedás en mi casa". Me dio un poco de miedo, pero al final me animé y dije que si. El viernes fui a trabajar, con un bolsito con la ropa para la noche y el día siguiente. Terminó la jornada y nos fuimos a tomar colectivo y tren hasta su casa (me pareció eterno, acostumbrada a las distancias más cortas de Rosario).
Nos pasó a buscar una amiga de ella, y arrancamos viaje. Me sorprendió como iba vestida Romina, siempre la había visto de oficina y hoy llevaba el pelo suelto, una remera muy escotada y un pantalón blanco que no solo le marcaba muy bien el culo, sino que también dejaba ver una tanguita negra. Yo iba "standard": remera ajustada al cuerpo, arriba del ombligo, una mini y tacos altos (así se lucen más las piernas), con un tapado negro largo hasta los tobillos (hacía frio). "Lo bueno de estas fiestas, es que la joda no se corta, como en Capital, donde termina todo re temprano... un garrón" me explicaban en el viaje.
Llegamos a una quinta espectacular. La casa ni se veía desde la entrada. Pileta, quincho, parque... todo! Cuando me saqué el tapado sentí como varias miradas se posaban en mi. Se conocían entre todos, y yo no solo que era la nueva desconocida, sino que no tenía una vestimenta que pasara desapercibida.
Romi me llevaba para todos lados, presentándome a sus amigos. Por lo que me iba contando, había garchado con varios de los presentes. La joda era espectacular. DJ tocando en vivo, todos bailando, luces, barra libre. Romi me agarró del brazo y me llevó a un costado: "Te voy a presentar al dueño de casa, es amigo mío" me dice. "Hola Lucas!" (Lucas se llama encima... me quería matar).
Se saludan y me presenta. "Ella es Julieta, trabaja conmigo. Es de Rosario y anda media colgada por acá, hace poco se mudó". El chabón me mira de arriba a abajo y se acerca para saludarme. "Siempre escuché que las rosarinas son las más lindas, y hoy puedo comprobarlo en persona... un gusto" (bla bla bla, cansó ese chamuyo, busquen otro, en serio).
Nos quedamos un rato con él, hasta que lo llamaron de otro lado y se fue. La noche siguió, me empecé a chapar a Leo, uno de los amigos de Romi. Nos pegamos una franeleada terrible. Yo por arriba de su pantalón, pero él aprovechó mi pollerita para meter mano bien adentro.
Estaba empapada. Cuando no daba para más, lo separé un poco. Le dije que tenía que buscar a Romi. Me acompañó, pero no la encontraba. Después de buscarla un rato, me dijo: "Yo se donde está... si querés la vamos a buscar". Cuando me dijo esto, sabía que había alguna otra intención oculta.
Acepté y me llevó para arriba. Ya me la imaginaba, la típica "uhh, no está, pero mirá justo hay una cama, garchamos?". La verdad que tenía muchas ganas, así que no le dije nada. Aunque grande fue mi sorpresa cuando Leo abre una puerta: la habitación era una especie de office. En una punta, había un sillón. En el sillón, estaba Lucas sentado, Romina arriba de él, dándole la espalda cabalgando su pija mientras con una mano pajeaba a otro flaco, sentado al lado de ellos.
"Uhhh la rosarina!!" gritó Lucas. Yo tenía a Leo atrás mío, que me estaba sacando la remera, me metía mano en la concha y me comía el cuello. Yo todavía estaba tratando de entender la situación, si era verdad o había tomado demasiado y estaba alucinando.
"Dale Juli, ayudame..." me dijo entre gemidos mi amiga. Leo me arrodilló frente al flaco que estaba libre y le empecé a chupar la pija. Fui acomodando mi cuerpo levantando mi colita para que Leo me penetrara. El chabón se arrodilló atrás mío y me la puso sin asco. Yo levantaba más mi cola y arqueaba la espalda para que la penetración fuera más profunda. Mis gemidos se ahogaban en la pija del otro pibe.
Romi se había dado vuelta y ahora estaba aferrada del cuello de Lucas cogiéndolo con ganas (si si... el flaco ni se tenía que mover, mi amiga lo estaba re contra garchando). Las embestidas de Leo me movían para adelante y atrás, haciendo que me atragantara con la pija del otro pibe. Más de una vez tenía que sacarla para toser de las arcadas que me daba.
Lo empecé a pajear fuerte, mi mano resbalaba de tanta saliva. Estiró las piernas y extendió los brazos y un chorro terrible y fuerte de leche le saltó hasta el cuello. Cuando se relajó, pasé mi mano desde su pecho hasta su pija limpiando toda la acabada de su cuerpo. Miré para el costado, Romi seguía cabalgando. Estiré mi mano llena de leche y se la pasé por la cola. "Nooo que guarra la rosarina!!" gritó el chabón que había acabado.
Leo (que no paró un segundo de taladrarme) sacó su pija y me tiró toda la leche en la espalda. Dejé caer mi cuerpo en el sillón (seguía arrodillada). Mi amiga salió de arriba de Lucas, que al parecer había acabado hacía un rato porque la pija la tenía ya casi muerta.
Romina se sentó en el sillón mientras Lucas agarraba su celular. "Chicos, suban que está Romi con una amiga". Yo la miré como diciendo "flaca, pará, nos van a coger todos los invitados!". Se sentó al lado mío y me dio un beso. Me di cuenta que mi amiga era la putita del grupo.
Al toque caen dos chabones que ni idea quienes eran. Lucas le dice al flaco que había hecho acabar con el pete que "vayan para abajo" (señalando también a Leo) "y fijense que no haya quilombo".
"Romi, a mi no me gusta esto de ser la putita que se la coje cualquiera...", le dije por lo bajo. "no pasa nada, son amigos míos... además, se re parten boluda, no lo podés negar!", me dijo y la re puta madre que tenía razón!!. Yo me fui con uno para otra habitación y Romi se quedó con el otro. Polvazo.
Me chupó la concha salvajemente, me pegó una cogida con los dedos monumental. Me hizo acabar dos veces sin ponerme la pija. Se puso arriba mío y empezó a cogerme sin piedad. Nada de dulzura ni suavidad. "Dejame arriba" le pedí. "No ahora no.", me respondió sin dejar de penetrarme. No le dije nada, lo dejé seguir y después de un rato lo paré.
"Pará... pará... me estás haciendo mal" le dije poniendo cara de dolor. El flaco sacó su pija y antes que me preguntara que me pasaba, le pegué un empujón y lo acosté en la cama. Me subí arriba y le comí la boca metiéndole la lengua hasta la garganta. "Quiero arriba... ok?", le dije mientras agarraba su pija de la base y me la clavaba en mi concha abierta y mojada.
Me lo cogí de todas las maneras posibles. Me movía para adelante y atrás con la pija enterrada, la metía y la sacaba levantando la cola, me movía en círculos... estaba desatadísima. Acabé una o dos veces más, hasta que él tampoco aguantó y me gritó que estaba por acabar.
Lo hice acabar con una paja. El chabón no podía moverse casi. Yo tampoco, pero me levanté y le puse la conchita en la cara al flaco. "Limpiala" le dije. Estaba empapada. Al sentir el roce de su lengua, me mojé de nuevo. Terminé sentándome y moviéndome en la boca del flaco, que la chupaba como los dioses. Me hizo acabar otra vez. "Uhh como te chorreás pendeja!" gritó para volver a enterrar su lengua en mi concha y lamer toda mi acabada.
Ahora si, me tiré en la cama. No daba más. Después de un rato, volvimos al office. Romi seguía cogiendo; ahora con Lucas de nuevo y peteando a otro flaco. "Es terrible la rosarina" gritó mi chongo. "Quiero probar", dijo Lucas que se la sacó a Romi y se acercó a donde estaba.
Me alzó y me llevó hasta un escritorio. Me acostó boca arriba y poniendo mis piernas en sus hombros me empezó a coger. La sacaba por completo y la enterraba hasta el fondo. Al principio me molestaba un poco, pero su dedo en mi clítoris ayudó a que empezara a mojarme de nuevo. Mi amiga con dos chupadas había vuelto a empalmar al chabón que me había garchado yo.
La puerta se abre. Entra Leo. Se pone al lado mío, se baja los pantalones y me ofrece su pija. Todavía tenía gusto a leche. Lucas sacó la pija y pajeándose me largó la leche en la panza. Solté la pija de Leo y me desparramé el semen por todo mi cuerpo llevando mis manos a mis tetas. "Voy a ver que esté todo tranqui abajo", dijo Lucas y se fue. Leo me besó y me dijo "Me extrañaste?"
"Ay si cogeme fuerte dale!" le grité. Me bajó del escritorio y me tiró al piso alfombrado. Abrió mis piernas y de a poquito fue clavándome la pija. "Daaaaleee" le gritaba. Pero no me hacia caso. Ponía y sacaba la puntita nomás y yo me volvía loca. Con mis piernas lo empujé para adentro mío y por fin se clavó hasta el fondo. Se dejó caer y empezó una cogida salvaje.
Se paró y bajó a chuparme la concha. Estuvo así un rato: me cogía, paraba, me la chupaba, me la ponía. Mis piernas no daban más. Acabé varias veces, temblando toda. De pronto siento "tragatela!", y veo como los otros dos le acaban en la cara a Romina, que sin ningún tipo de problemas abre la boca y se traga las acabadas de sus machos. Se tiró en el piso y dijo "traiganme algo para limpiarme!", mientas su rostro chorreaba leche.
Cuando dice esto, siento la pija de Leo en mi boca. "Yo en la cara no... y en la boca menos" le aclaro. Con cara de resignación me pregunta donde. Me doy vuelta y paro mi cola. Enseguida siento caer gotitas de leche en mis cachetes. "Imposible aguantar con esa vista" me dice agarrándome fuerte la cola.
Otra vez la puerta se abre. Lucas, esta vez vino acompañado por una piba, bastante en pedo. "Ya se fueron todos" dijo. Nos quedamos un rato charlando hasta que volvimos otra vez a la carga. Yo me fui a la otra habitación con Leo y con el flaco que me había cogido antes. Dejé a Lucas y los amigos con Romi y la borracha. Estuvimos cogiendo casi hasta el mediodía. Los chicos se pusieron a hacer un asado y nos quedamos a comer. A la tarde del sábado nos volvimos. No daba más. Dormí hasta la noche.
"Juli, hoy salimos de nuevo con los chicos. Me dijeron que te invite. Vamos a Capital, así que después te dejamos en tu casa, dale?", me dijo Romi cuando me desperté. Por supuesto que acepté. Fuimos a un boliche y a la salida Leo me alcanzó hasta mi casa. "Querés pasar? es tarde, y no da que vuelvas solo hasta tu casa... es peligroso". Le dije guiñándole el ojo.
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Salía todos los fines de semana, aunque por más que varias veces habíamos dicho el famoso "tenemos que salir juntas un día", la realidad es que ella era de zona oeste, bastante alejada, y yo que recién me estaba ubicando en capital, no quería arriesgarme a irme lejos y menos de noche. Entonces, por el momento, después de trabajar, nos íbamos a un after cerca de la oficina.
Al principio, siempre me mostré más bien recatada, hasta que un día me agarró con los pelos volados: la situación fue que venía muy caliente, porque además de no coger hacía mucho, había tenido un par de encuentros fallidos con mi vecinito...
Se dio que un día nos pusimos a hablar con 2 chabones en el bar, y pegué onda con uno y me lo comí. Ese día nos zarpamos y nos quedamos hasta tarde, ya casi no había gente. Y fue así como, al ir yo al baño (este bar tiene los baños en un subsuelo), el chabón me siguió. El lugar era totalmente solitario, y nos pusimos a tranzar ahí en la puerta, hasta que de un empujón me metió adentro del baño de hombres. Al principio hice como que me negaba, pero sin oponer mucha resistencia me dejé encerrar en una de las casillas.
Resumiendo: me arrodillé, se la chupé; me paré, me puso contra la pared y me re cogió. No acabé, pero al menos mi conchita se vio un poco saciada de algo de carne. El chabón acabó adentro en el forro; salimos y volvimos como si nada. Cuando partimos, nos fuimos cada uno para su lado.
Le conté a Romina qué había pasado. "Ahh que putita!!" me dijo, como sorprendiéndose. "Sos de las mías!", dijo sorprendiéndome ahora ella a mi. No daba la imagen de trolita, aunque hay que decir que yo tampoco, y suele pasar que esas son las peorcitas (dicen...). "Ahora más que antes, tenemos que salir juntas!", largó más emocionada.
Ese día volví sola a casa, y tuve que llamar a otro vecino (no lo conté, pero me garchaba al de arriba también... me arrepentí porque después me enteré que tiene novia, pero ese día era una emergencia!) para que terminara el trabajo atrasado de varios días.
La cuestión, es que al día siguiente se acerca Romi a mi escritorio para hacerme una invitación: había una fiesta en una quinta, cerca de su casa. "Ya está todo arreglado. El viernes nos vamos juntas de acá, te quedás en mi casa". Me dio un poco de miedo, pero al final me animé y dije que si. El viernes fui a trabajar, con un bolsito con la ropa para la noche y el día siguiente. Terminó la jornada y nos fuimos a tomar colectivo y tren hasta su casa (me pareció eterno, acostumbrada a las distancias más cortas de Rosario).
Nos pasó a buscar una amiga de ella, y arrancamos viaje. Me sorprendió como iba vestida Romina, siempre la había visto de oficina y hoy llevaba el pelo suelto, una remera muy escotada y un pantalón blanco que no solo le marcaba muy bien el culo, sino que también dejaba ver una tanguita negra. Yo iba "standard": remera ajustada al cuerpo, arriba del ombligo, una mini y tacos altos (así se lucen más las piernas), con un tapado negro largo hasta los tobillos (hacía frio). "Lo bueno de estas fiestas, es que la joda no se corta, como en Capital, donde termina todo re temprano... un garrón" me explicaban en el viaje.
Llegamos a una quinta espectacular. La casa ni se veía desde la entrada. Pileta, quincho, parque... todo! Cuando me saqué el tapado sentí como varias miradas se posaban en mi. Se conocían entre todos, y yo no solo que era la nueva desconocida, sino que no tenía una vestimenta que pasara desapercibida.
Romi me llevaba para todos lados, presentándome a sus amigos. Por lo que me iba contando, había garchado con varios de los presentes. La joda era espectacular. DJ tocando en vivo, todos bailando, luces, barra libre. Romi me agarró del brazo y me llevó a un costado: "Te voy a presentar al dueño de casa, es amigo mío" me dice. "Hola Lucas!" (Lucas se llama encima... me quería matar).
Se saludan y me presenta. "Ella es Julieta, trabaja conmigo. Es de Rosario y anda media colgada por acá, hace poco se mudó". El chabón me mira de arriba a abajo y se acerca para saludarme. "Siempre escuché que las rosarinas son las más lindas, y hoy puedo comprobarlo en persona... un gusto" (bla bla bla, cansó ese chamuyo, busquen otro, en serio).
Nos quedamos un rato con él, hasta que lo llamaron de otro lado y se fue. La noche siguió, me empecé a chapar a Leo, uno de los amigos de Romi. Nos pegamos una franeleada terrible. Yo por arriba de su pantalón, pero él aprovechó mi pollerita para meter mano bien adentro.
Estaba empapada. Cuando no daba para más, lo separé un poco. Le dije que tenía que buscar a Romi. Me acompañó, pero no la encontraba. Después de buscarla un rato, me dijo: "Yo se donde está... si querés la vamos a buscar". Cuando me dijo esto, sabía que había alguna otra intención oculta.
Acepté y me llevó para arriba. Ya me la imaginaba, la típica "uhh, no está, pero mirá justo hay una cama, garchamos?". La verdad que tenía muchas ganas, así que no le dije nada. Aunque grande fue mi sorpresa cuando Leo abre una puerta: la habitación era una especie de office. En una punta, había un sillón. En el sillón, estaba Lucas sentado, Romina arriba de él, dándole la espalda cabalgando su pija mientras con una mano pajeaba a otro flaco, sentado al lado de ellos.
"Uhhh la rosarina!!" gritó Lucas. Yo tenía a Leo atrás mío, que me estaba sacando la remera, me metía mano en la concha y me comía el cuello. Yo todavía estaba tratando de entender la situación, si era verdad o había tomado demasiado y estaba alucinando.
"Dale Juli, ayudame..." me dijo entre gemidos mi amiga. Leo me arrodilló frente al flaco que estaba libre y le empecé a chupar la pija. Fui acomodando mi cuerpo levantando mi colita para que Leo me penetrara. El chabón se arrodilló atrás mío y me la puso sin asco. Yo levantaba más mi cola y arqueaba la espalda para que la penetración fuera más profunda. Mis gemidos se ahogaban en la pija del otro pibe.
Romi se había dado vuelta y ahora estaba aferrada del cuello de Lucas cogiéndolo con ganas (si si... el flaco ni se tenía que mover, mi amiga lo estaba re contra garchando). Las embestidas de Leo me movían para adelante y atrás, haciendo que me atragantara con la pija del otro pibe. Más de una vez tenía que sacarla para toser de las arcadas que me daba.
Lo empecé a pajear fuerte, mi mano resbalaba de tanta saliva. Estiró las piernas y extendió los brazos y un chorro terrible y fuerte de leche le saltó hasta el cuello. Cuando se relajó, pasé mi mano desde su pecho hasta su pija limpiando toda la acabada de su cuerpo. Miré para el costado, Romi seguía cabalgando. Estiré mi mano llena de leche y se la pasé por la cola. "Nooo que guarra la rosarina!!" gritó el chabón que había acabado.
Leo (que no paró un segundo de taladrarme) sacó su pija y me tiró toda la leche en la espalda. Dejé caer mi cuerpo en el sillón (seguía arrodillada). Mi amiga salió de arriba de Lucas, que al parecer había acabado hacía un rato porque la pija la tenía ya casi muerta.
Romina se sentó en el sillón mientras Lucas agarraba su celular. "Chicos, suban que está Romi con una amiga". Yo la miré como diciendo "flaca, pará, nos van a coger todos los invitados!". Se sentó al lado mío y me dio un beso. Me di cuenta que mi amiga era la putita del grupo.
Al toque caen dos chabones que ni idea quienes eran. Lucas le dice al flaco que había hecho acabar con el pete que "vayan para abajo" (señalando también a Leo) "y fijense que no haya quilombo".
"Romi, a mi no me gusta esto de ser la putita que se la coje cualquiera...", le dije por lo bajo. "no pasa nada, son amigos míos... además, se re parten boluda, no lo podés negar!", me dijo y la re puta madre que tenía razón!!. Yo me fui con uno para otra habitación y Romi se quedó con el otro. Polvazo.
Me chupó la concha salvajemente, me pegó una cogida con los dedos monumental. Me hizo acabar dos veces sin ponerme la pija. Se puso arriba mío y empezó a cogerme sin piedad. Nada de dulzura ni suavidad. "Dejame arriba" le pedí. "No ahora no.", me respondió sin dejar de penetrarme. No le dije nada, lo dejé seguir y después de un rato lo paré.
"Pará... pará... me estás haciendo mal" le dije poniendo cara de dolor. El flaco sacó su pija y antes que me preguntara que me pasaba, le pegué un empujón y lo acosté en la cama. Me subí arriba y le comí la boca metiéndole la lengua hasta la garganta. "Quiero arriba... ok?", le dije mientras agarraba su pija de la base y me la clavaba en mi concha abierta y mojada.
Me lo cogí de todas las maneras posibles. Me movía para adelante y atrás con la pija enterrada, la metía y la sacaba levantando la cola, me movía en círculos... estaba desatadísima. Acabé una o dos veces más, hasta que él tampoco aguantó y me gritó que estaba por acabar.
Lo hice acabar con una paja. El chabón no podía moverse casi. Yo tampoco, pero me levanté y le puse la conchita en la cara al flaco. "Limpiala" le dije. Estaba empapada. Al sentir el roce de su lengua, me mojé de nuevo. Terminé sentándome y moviéndome en la boca del flaco, que la chupaba como los dioses. Me hizo acabar otra vez. "Uhh como te chorreás pendeja!" gritó para volver a enterrar su lengua en mi concha y lamer toda mi acabada.
Ahora si, me tiré en la cama. No daba más. Después de un rato, volvimos al office. Romi seguía cogiendo; ahora con Lucas de nuevo y peteando a otro flaco. "Es terrible la rosarina" gritó mi chongo. "Quiero probar", dijo Lucas que se la sacó a Romi y se acercó a donde estaba.
Me alzó y me llevó hasta un escritorio. Me acostó boca arriba y poniendo mis piernas en sus hombros me empezó a coger. La sacaba por completo y la enterraba hasta el fondo. Al principio me molestaba un poco, pero su dedo en mi clítoris ayudó a que empezara a mojarme de nuevo. Mi amiga con dos chupadas había vuelto a empalmar al chabón que me había garchado yo.
La puerta se abre. Entra Leo. Se pone al lado mío, se baja los pantalones y me ofrece su pija. Todavía tenía gusto a leche. Lucas sacó la pija y pajeándose me largó la leche en la panza. Solté la pija de Leo y me desparramé el semen por todo mi cuerpo llevando mis manos a mis tetas. "Voy a ver que esté todo tranqui abajo", dijo Lucas y se fue. Leo me besó y me dijo "Me extrañaste?"
"Ay si cogeme fuerte dale!" le grité. Me bajó del escritorio y me tiró al piso alfombrado. Abrió mis piernas y de a poquito fue clavándome la pija. "Daaaaleee" le gritaba. Pero no me hacia caso. Ponía y sacaba la puntita nomás y yo me volvía loca. Con mis piernas lo empujé para adentro mío y por fin se clavó hasta el fondo. Se dejó caer y empezó una cogida salvaje.
Se paró y bajó a chuparme la concha. Estuvo así un rato: me cogía, paraba, me la chupaba, me la ponía. Mis piernas no daban más. Acabé varias veces, temblando toda. De pronto siento "tragatela!", y veo como los otros dos le acaban en la cara a Romina, que sin ningún tipo de problemas abre la boca y se traga las acabadas de sus machos. Se tiró en el piso y dijo "traiganme algo para limpiarme!", mientas su rostro chorreaba leche.
Cuando dice esto, siento la pija de Leo en mi boca. "Yo en la cara no... y en la boca menos" le aclaro. Con cara de resignación me pregunta donde. Me doy vuelta y paro mi cola. Enseguida siento caer gotitas de leche en mis cachetes. "Imposible aguantar con esa vista" me dice agarrándome fuerte la cola.
Otra vez la puerta se abre. Lucas, esta vez vino acompañado por una piba, bastante en pedo. "Ya se fueron todos" dijo. Nos quedamos un rato charlando hasta que volvimos otra vez a la carga. Yo me fui a la otra habitación con Leo y con el flaco que me había cogido antes. Dejé a Lucas y los amigos con Romi y la borracha. Estuvimos cogiendo casi hasta el mediodía. Los chicos se pusieron a hacer un asado y nos quedamos a comer. A la tarde del sábado nos volvimos. No daba más. Dormí hasta la noche.
"Juli, hoy salimos de nuevo con los chicos. Me dijeron que te invite. Vamos a Capital, así que después te dejamos en tu casa, dale?", me dijo Romi cuando me desperté. Por supuesto que acepté. Fuimos a un boliche y a la salida Leo me alcanzó hasta mi casa. "Querés pasar? es tarde, y no da que vuelvas solo hasta tu casa... es peligroso". Le dije guiñándole el ojo.
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51 comentarios - Haciendo amigos nuevos
Tantos te follaron ¿y ninguno te la puso en el culito?
¿Y nada de onda lésbica?
gracias por pasar!
gracias por pasar!
gracias
gracias por comentar!
para una cosa... esa quinta, era con pileta y subias la escalera y a la derecha estaba esa oficina? 😮 OJALAA hubiera estadoooooooooooooooo
jajaja
besoo
gracias por comentar!
gracias por pasar!
Como me pones con tus historias!!!
Gracias por compartir
decia lo de la "intriga" por el titulo haciendo nuevos amigos... los lectores capaz se pensaban que hice nuevos amigos haciendo castillitos de arena en la plaza... si ponia "conociendo nuevas pijas", ya sabian que me cogieron.. y yo no soy una trola como vos!! capaz que no me cogian 😛 jaja
gracias por pasar!
espero que te sigan calentando los proximos! 😉
Si habre ido a jodas asi en quintas y terminar garchando con varias jajaja
Excelente como siempre nena, te dejo puntitos y a esperar mas relatos o al menos poder cruzarte algun dia 😉
gracias por pasar!
si queres cambiamos 😛
gracias por pasar!
+10 y a Favoritos
Por ahi para la proxima estaria bueno algunas imagenes, si no son propias, algunas que "representen" las escenas. ;)
no subo fotos mias, solo mi avatar que scasi ni se ve jeje... sobre lo de las imagenes ilustrativas... es bastante engorroso y en gral posteo desde el trabajo! no tengo mucho tiempo, es solo copiar y pegar 😉
gracias por pasar! espero que disfrutes los proximos!
gracias por pasar!
No daba la imagen de trolita, aunque hay que decir que yo tampoco, y suele pasar que esas son las peorcitas (dicen...). " se es angelita con colita con punta de flecha jajjajajaj
" "traiganme algo para limpiarme!", mientas su rostro chorreaba leche. " nooo la bañaron a Romi jejejje
eso si cuando contaste eso de.... que venian más onda nooo la van a romper jajajja
yo esa nomas fantasie osea de pensarla el bukake a full jajja