Ella fantaseaba con ser mi sumisa y que yo la dominara.

Conoci a una mujer que fantaseaba con ser sumisa y que yo la dominara.

Siempre hablabamos de ir a un "Complejo de Torres", una especie de hotel para parejas que habia de camino a su trabajo de secretaria en Capital Federal.

A mi le idea me ratoneaba bastante y esto salió...

Una visita al Complejo de las Torres.

Habíamos decidido salir antes del trabajo y encontrarnos para pasar un momento lindo en Complejo de Torres que ella siempre veia cuando iba y volvia de su trabajo.

Ella me había prometido usar una de esas ropitas tan lindas que me había mostrado por fotos.

Llegamos a la habitación y miramos los distintos detalles. Luego me senté en el sillón y le indiqué que se preparara, ella sabia a que me refería y se fue al otro cuarto. Yo me quedé vestido, solo me saque la corbata y el saco (venía de trabajar) y la espere tomando algo.

Luego de unos minutos, sentí que abría la puerta y se acercó a mi, con una mezcla de timidez y seducción de mujer. Obviamente que la halague por que estaba muy linda y sexy.

La invité a sentarse sobre mi y empecé a besar su cuello y decirle al oído que era mi putita y que me gustaba mucho. Mientras acariciaba sus piernas y su cuerpo. Luego comenzamos a besarnos con esos besos que tanto nos gustan, que podríamos estar horas. Después comencé a rosar su conchita con mis deditos sobre la bombachita que estaba tan mojadita lo que me calentaba más.

Por momentos lo dejaba de hacer y ella se desesperaba y me pedía más, "por favor más". Mientras seguía besando su boca y su cuello. Ella acercó sus pechos a mi boca y comencé a besarlos, ella sabia que me gustaban mucho y también gozaba con esas caricias. Entonces corrí despacito su bombachita y comencé a jugar con varios deditos en su conchita, uno por adentro, otro por el clítoris y otros por los labios. Ella se desesperaba y me pedía que la coja, que le ponga mi pija.

Pero yo le decía que debía esperar, que todavía no era el momento. Me lo rogaba, y yo seguía haciéndola desear, cambiando distintas caricias, besos y abrazos. En un momento ella agarro mi mano que no estaba jugando con su conchita y mirándome a los ojos comenzó a succionar uno de mis dedos, mientras me decía "así quiero chuparla, me dejas?". Yo seguí besándola y acariciándola hasta que ella llego a un orgasmo que lo disfrutamos los dos.



Entonces le indiqué que vaya a la cama y me espere en cuatro patitas. Mientras me desvestía la sentía gemir de deseo y ganas por que la tome. Una vez desnudo acerqué mi pene a su boca y le dije que solo lo besara un poquito que tenia otros planes. La beso con mucho entusiasmo, pero quise que se quede con ganas.

Luego fui a su parte de atrás y parado la acerque a su conchita, poniéndole solo la cabecita. Ella quería mas, pero yo quería que la deseara mas, así que le indique que se moviera pero solo con la cabecita adentro. Ella la deseaba, yo con mis deditos jugaba con su colita y su conchita lo que la volvía loca.

Una vez que yo tampoco aguante mas, la penetre primero despacio, pero ella se desesperaba por que fuera mas adentro y con mas fuerza y pedía mas..... así hicimos el amor hasta que acabe de una forma frenética.

Luego la desnude totalmente, le di la mano y la lleve al jacuzzi (que estaba lleno de agua con espuma). Una vez ahí nos abrazamos y seguimos besándonos y acariciándonos. también charlamos e hicimos algunos juegos.

Mas tarde nos pusimos las batas, nos acostamos un rato a ver la tele y nos trajeron algo de comer y tomar.

Luego, empezamos de nuevo y hicimos el amor, ya en forma mas tranqui, pero no por eso menos excitante. Tal vez mas romántico y sensual.

Ya habían pasado como 5 o 6 horas, habíamos perdido la noción del tiempo. Habíamos estado en un mundo secreto, tan nuestro, de juego, erotismo, complicidad y deseo.