Las clases de autoescuela eran muy interesantes. Desde que mi
profesor habitual había cogido vacaciones su sustituto amenizaba mis
pensamientos cada noche. Era muy serio, probablemente rondara los cuarenta, su
mirada era penetrante y tenia la clásica voz varonil que a la mayoría nos
encanta.
Nada más cumplir los 18 me apunte a la autoescuela, estaba
deseando tener el carnet, de hecho, ya llevaba seis meses trabajando en una
hamburguesería para poder ahorrar un poco mientras estudiaba mi carrera para
comprarme un cochecito.
El teórico no se me resistió, a la primera, sin gran esfuerzo
y una importante dosis de suerte lo aprobé. Ahora llevaba un mes de clases
prácticas y empezaba a plantearme que llegaba la hora de presentarme a tan
inmenso suplicio. Desde que Jaime llego a sustituir a Alfonso, prestaba mucha
mas atención a las indicaciones del profesor.
El primer día debo reconocer que me pareció algo borde, muy
seco y estirado. Pasó una semana hasta que empecé a encontrarle su morbillo, un
morbillo que fue convirtiéndose casi en un reto, o un capricho (como se quiera
mirar) para mi.
Nunca note que me mirara de forma especial, él era lo que se
llama todo un profesional, entraba se abrochaba el cinto, ponía los pies sobre
los pedales, miraba al frente y no sonreía por nada del mundo... pero tenía una
voz tan envolvente... que a nada que dijera una linda palabra seguro que
resultaba un gran seductor.
Yo por las noches al irme a dormir pensaba en él, y me
imaginaba como llegaba poseerme, imaginaba unas manos fuertes, recias, agarrando
mi cintura, me imaginaba nuestros cuerpos unidos y me excitaba mucho, tanto que
mientras lo hacia bajo mis sabanas bajaba mi ropa interior para acariciar mis
genitales y posteriormente caer relajada en un plácido sueño.
Una de las tardes del mes de Agosto se dirigió a mi en un
tono un tanto distinto al habitual, todo era tan serio como siempre hasta que
estacione el vehículo enfrente de la autoescuela para acabar la clase. Al
despedirme le di las gracias con una sonrisa deseándole que pasara un feliz fin
de semana y él me dijo que era un placer enseñar a alumnas tan guapas como yo.
La verdad que estas palabras en boca de cualquier otra persona no habrían tenido
ninguna importancia para mi, pero en sus labios eran un auténtico tesoro, no
solo por como sonaban si no por lo extraordinario de que las pronunciara.
Sonaban mas sinceras de lo que en cualquier otros labios lo habrían hecho,
sobretodo cuando tras su silencio esbozo una pequeña sonrisa.
Me fui a mi casa encantada, encantada y coloradísima, me
sentí tan avergonzada como años atrás en la escuela cuando un profesor
preguntaba mi nombre, esta sensación me hizo sentir chiquita de nuevo y empecé a
enfadarme conmigo misma por no haber sabido corresponder a sus palabras como lo
habría hecho una mujer de armas tomar...
Al lunes todo transcurrió con normalidad, me comentó que si
no tenía mucha prisa podríamos ir a Mostoles (pueblo de Madrid en el que se
realiza el examen de conducir) a practicar por la zona dado que se aproximaba la
fecha de la prueba. Me pareció una idea excelente así que cogí los mandos y
hacia allí nos fuimos. En Agosto lo bueno es que la capital esta libre de
tráfico, así que en menos de 15 minutos allí nos plantamos.
Yo no conocía la zona y me fue guiando por los clásicos
lugares que solían llevar a los alumnos, casi al final de la tarde acabamos en
un polígono industrial por el cual se salía desde el Centro de Exámenes. Ahí
practique el estacionamiento, dado que no estuve muy fina me hizo parar el
motor, sacó una pizarra y empezó a explicarme que cosas tenia que tener en
cuenta etc...
En Agosto el calor aquí es insoportable, baje la ventanilla,
escuchaba su voz retumbar en mi interior, me imaginaba que en vez de hablar de
estacionamientos, volantes, etc sus palabras repetían mi nombre, o se convertían
en jadeos... Miraba como sus manos agarraban el rotulador y me centraba en sus
grandes y redondos dedos... podía imaginarlos en mi rajita... me estaba
humedeciendo levemente y me había evadido totalmente de la realidad...
Él seguía dibujando y marcándome las referencias que tenia
que tener en cuenta, no me miraba prácticamente a la cara... yo solo escuchaba
su voz y miraba sus manos... esta calentura tuvo un desenlace... como casi
adolescente que era, de forma impulsiva me lance a sus labios, intente
introducir la puntita de mi lengua entre ellos, opuso mínima resistencia... se
dejo llevar por mi beso y me gustó mucho... tenía miedo de separarme, me estaba
empezando a arrepentir, menuda vergüenza si ahora me separaba y me rechazaba...
él acompañaba los movimientos de mi lengua...
Me sujetó por los hombros y me apartó, me dijo que eso no
estaba bien, que se le podía caer el pelo y yo era mucho menor. Que estaba
totalmente prohibido mantener relación con ninguna alumna. Me sonroje tanto, que
hasta él se sintió mal... ahora su voz si que me estremecia... sus palabras eran
dulces. No se de donde saque las fuerzas para alzar la mirada y preguntarle:
Lo que pasa es que yo no te gusto, verdad?
Claro que me gustas, que crees que nunca antes me
fije en ti? Eres preciosa, pero yo soy mucho mayor y además... tengo
pareja... y el trabajo
Lleve la mano sobre su pantalón, la introduje debajo de la
pizarra que el sostenía y roce su hinchada entrepierna.
Te juro que no diré nada- mientras presionaba su
paquete- será nuestro secreto y nunca más intentaré repetirlo te lo
juro.
Vamos a dejarlo vale?
Desabroche los botones de sus pantalones, se le veía
excitado, no paraba de intentar pararlo y sus palabras mas me animaban a mi a
continuar porque no eran fuertes, no tenían credibilidad, introduje la mano en
su boxer y saque su pene por fuera de los pantalones, agacho su vista pudo verse
totalmente empalmado, ya no volvió a intentar pararlo.
Le agarré el miembro con las dos manos, envolviéndolo, estaba
excitadísima, él miraba mi cara con dos colores en cada moflete... me quite yo
sola la camiseta de algodón que llevaba y desabroche mi sujetador... me quede de
frente mostrándole mis pechos...
Escucha – me dijo- vamos a llevar el coche a la
parte de atrás del polígono, aquí nos podrían ver...
Puse mi camiseta de nuevo sobre mis pechos, redondos, de
pequeños pezones endurecidos, desnudos y seguí sus indicaciones... el pene de él
asomaba entre los pantalones habiendo disminuido un poco su erección.
Allegar allí, él pareció mucho más convencido:
Estas segura entonces?- me dijo agarrando mi carita
con su mano
Si- le respondi sonriente
No se lo diras a nadie verdad- a nadie te lo juro
Mientras yo decia, esas, mis últimas palabras, él sacaba de
nuevo mi camiseta por la cabeza... acarició mis pechos de forma encantadora...
sus manos los envolvían enteros, llenándolas completamente...volvía notar su
polla muy dura, besaba mi cuello y comenzaba a subir mi falda veraniega para
acceder a mi rajita, agarro mi tanga y me lo quito...
Con la falda en la cintura me puse encima de él, sobre su
asiento, mas bien sobre sus piernas... hecho el respaldo hacia atrás para que
estuviéramos más cómodos y comencé a desabrochar su camisa. Detrás de ella se
observaba un pecho bien formado, con algo de pelo... me gustaba porque a
diferencia de los torsos que yo estaba acostumbrada a disfrutar este parecía ser
más de hombre adulto...
Llevo su mano entre mis piernas y note por primera vez esos
fuertes y anchos dedos como se introducían entre mis labios vaginales, que
placer sentí y a él pareció volverle loco
Que pequeñito lo tienes- me dijo en un tono
enloquecedor
Esto hizo que acabara a cuatro patas con las rodilla en el
asiento del conductor y los brazos en el del copiloto, chupandole con gran deseo
su miembro... puso sus manos en mis nalgas y dejo caer su cabeza en el
reposacabezas del asiento abandonándose al placer que recibía
Si sigues me voy a ir – me advirtió
Paré de forma repentina, por nada del mundo quería que eso
ocurriera, lo más normal es que nunca más volviera a tener sexo con mi profesor
y quería ser penetrada por él. Mi parada produjo en él mucha ansiedad...
extendió su brazo y cuando yo estaba ya sentada sobre el asiento empezó a
introducir sus dedos dentro de mi vaginita... los movía de manera estupenda
Tienes condón? – le dije con voz rasgada por el
placer
No – contestó – sin dejar de mover sus dedos dentro
de mi- No me ire dentro, no te angusties...
Yo solo sabia que quería que me la metiera, quería ver como
lo hacia y sentirlo. Llevaba tomando la píldora un año, por problemas
ginecológicos el médico me la receto, era por las enfermedades por lo que más me
interesaba, pero si me la iba a meter sin condón ya casi en ese estado me daba
igual....
Me senté sobre él amarrándole la polla la enfoque hacia mi
tibio y oscuro agujerito.. baje lentamente, haciendo fuerza con mis músculos
interiores para presionarle... soltó un suspiro que pensé que solo con
introducirla se había ido... entró sola, yo estaba muy lubricada por cumplir mi
sueño y las caricias que sus expertas manos me habían dado...
Comencé a moverme rítmicamente de arriba abajo, la falda a la
cintura me molestaba, fui a quitármela pero él no me dejo, parecía que le daba
morbo verme sobre él con mis pechos desnudos, el coñito también y la falda
enroscada en la cintura...
Hacía muchísimo calor, paso un coche en un momento dado cerca
de nosotros, pude ver como sus ocupantes (seguramente unos obreros del lugar)
volteaban sus cabezas y miraban con asombro y entre risas nuestro encuentro
sexual. Los dos estábamos empapados en sudor, yo estaba a punto de irme , su
dedo masajeaba mi clítoris a la vez que nos movíamos frenéticamente... mis
piernas empezaban a flaquear....
En ese momento él me motivo a moverme de esa posición, dentro
del estrecho espacio, me dijo que me sentara sobre él pero de espaldas, así lo
hice, volví a introducírmela, estaba agotada, deje caer mi cuerpo ligeramente
sobre el salpicadero del coche y él con sus caderas ayudaba al movimiento,
mientras, sus manos abrían mis nalgas... Al cambiar de posición el me dijo que
se iba a correr, yo estaba a punto de irme y no quise que lo hiciera fuera mio,
estaba tan excitada que no pude pensar...
Note como me inundo entera, deje mi cuerpo caer hacia atrás
mientras su pene estaba sufriendo fuertes espasmos y el apretaba con energía mi
carne, fui notando como su polla se deshinchaba lentamente dentro de mi, el
rodeo mi cuerpo con sus brazos y me masturbo con mucha delicadeza mientras yo le
sentía dentro de mi y su leche empezaba a asomar entre mis piernas... en menos
de 2 minutos llegue a un exquisito orgasmo...
El asiento del copiloto quedo empapado de diversos fluido,
empecé a vestirme, me puse la camiseta, guarde el sujetador en el bolso y mi
tanguita, el se abrochaba los pantalones
Ni una palabra a nadie, vale?
Te lo jure Jaime, nunca más ocurrirá y a nadie se
lo contaré, por cierto tranquilo que tomo la píldora- sonreí
El pareció muy tranquilo, casi suspira de alivio.
Puso su mano con una sonrisa en la parte alta de mi muslo
dándome un apretón amistoso y al quitarla, sus dedos estaban manchados de su
propio semen junto con mis propios fluidos... me miro y ambos sonreímos.
Hoy en día ya tengo carné de conducir, aprobado a la segunda,
pero guardo un grato recuerdo de aquel profesor. Nunca jamás ninguno de los dos
intentó volverlo a repetir. Desde ese día la idea que paso a alimentar mi
imaginación por las noches era la imagen de esos tres hombres mirando
boquiabiertos como Jaime y yo nos lo montábamos en el coche de la autoescuela,
durante unos tres meses fantasee con ello mientras me masturbaba.
profesor habitual había cogido vacaciones su sustituto amenizaba mis
pensamientos cada noche. Era muy serio, probablemente rondara los cuarenta, su
mirada era penetrante y tenia la clásica voz varonil que a la mayoría nos
encanta.
Nada más cumplir los 18 me apunte a la autoescuela, estaba
deseando tener el carnet, de hecho, ya llevaba seis meses trabajando en una
hamburguesería para poder ahorrar un poco mientras estudiaba mi carrera para
comprarme un cochecito.
El teórico no se me resistió, a la primera, sin gran esfuerzo
y una importante dosis de suerte lo aprobé. Ahora llevaba un mes de clases
prácticas y empezaba a plantearme que llegaba la hora de presentarme a tan
inmenso suplicio. Desde que Jaime llego a sustituir a Alfonso, prestaba mucha
mas atención a las indicaciones del profesor.
El primer día debo reconocer que me pareció algo borde, muy
seco y estirado. Pasó una semana hasta que empecé a encontrarle su morbillo, un
morbillo que fue convirtiéndose casi en un reto, o un capricho (como se quiera
mirar) para mi.
Nunca note que me mirara de forma especial, él era lo que se
llama todo un profesional, entraba se abrochaba el cinto, ponía los pies sobre
los pedales, miraba al frente y no sonreía por nada del mundo... pero tenía una
voz tan envolvente... que a nada que dijera una linda palabra seguro que
resultaba un gran seductor.
Yo por las noches al irme a dormir pensaba en él, y me
imaginaba como llegaba poseerme, imaginaba unas manos fuertes, recias, agarrando
mi cintura, me imaginaba nuestros cuerpos unidos y me excitaba mucho, tanto que
mientras lo hacia bajo mis sabanas bajaba mi ropa interior para acariciar mis
genitales y posteriormente caer relajada en un plácido sueño.
Una de las tardes del mes de Agosto se dirigió a mi en un
tono un tanto distinto al habitual, todo era tan serio como siempre hasta que
estacione el vehículo enfrente de la autoescuela para acabar la clase. Al
despedirme le di las gracias con una sonrisa deseándole que pasara un feliz fin
de semana y él me dijo que era un placer enseñar a alumnas tan guapas como yo.
La verdad que estas palabras en boca de cualquier otra persona no habrían tenido
ninguna importancia para mi, pero en sus labios eran un auténtico tesoro, no
solo por como sonaban si no por lo extraordinario de que las pronunciara.
Sonaban mas sinceras de lo que en cualquier otros labios lo habrían hecho,
sobretodo cuando tras su silencio esbozo una pequeña sonrisa.
Me fui a mi casa encantada, encantada y coloradísima, me
sentí tan avergonzada como años atrás en la escuela cuando un profesor
preguntaba mi nombre, esta sensación me hizo sentir chiquita de nuevo y empecé a
enfadarme conmigo misma por no haber sabido corresponder a sus palabras como lo
habría hecho una mujer de armas tomar...
Al lunes todo transcurrió con normalidad, me comentó que si
no tenía mucha prisa podríamos ir a Mostoles (pueblo de Madrid en el que se
realiza el examen de conducir) a practicar por la zona dado que se aproximaba la
fecha de la prueba. Me pareció una idea excelente así que cogí los mandos y
hacia allí nos fuimos. En Agosto lo bueno es que la capital esta libre de
tráfico, así que en menos de 15 minutos allí nos plantamos.
Yo no conocía la zona y me fue guiando por los clásicos
lugares que solían llevar a los alumnos, casi al final de la tarde acabamos en
un polígono industrial por el cual se salía desde el Centro de Exámenes. Ahí
practique el estacionamiento, dado que no estuve muy fina me hizo parar el
motor, sacó una pizarra y empezó a explicarme que cosas tenia que tener en
cuenta etc...
En Agosto el calor aquí es insoportable, baje la ventanilla,
escuchaba su voz retumbar en mi interior, me imaginaba que en vez de hablar de
estacionamientos, volantes, etc sus palabras repetían mi nombre, o se convertían
en jadeos... Miraba como sus manos agarraban el rotulador y me centraba en sus
grandes y redondos dedos... podía imaginarlos en mi rajita... me estaba
humedeciendo levemente y me había evadido totalmente de la realidad...
Él seguía dibujando y marcándome las referencias que tenia
que tener en cuenta, no me miraba prácticamente a la cara... yo solo escuchaba
su voz y miraba sus manos... esta calentura tuvo un desenlace... como casi
adolescente que era, de forma impulsiva me lance a sus labios, intente
introducir la puntita de mi lengua entre ellos, opuso mínima resistencia... se
dejo llevar por mi beso y me gustó mucho... tenía miedo de separarme, me estaba
empezando a arrepentir, menuda vergüenza si ahora me separaba y me rechazaba...
él acompañaba los movimientos de mi lengua...
Me sujetó por los hombros y me apartó, me dijo que eso no
estaba bien, que se le podía caer el pelo y yo era mucho menor. Que estaba
totalmente prohibido mantener relación con ninguna alumna. Me sonroje tanto, que
hasta él se sintió mal... ahora su voz si que me estremecia... sus palabras eran
dulces. No se de donde saque las fuerzas para alzar la mirada y preguntarle:
Lo que pasa es que yo no te gusto, verdad?
Claro que me gustas, que crees que nunca antes me
fije en ti? Eres preciosa, pero yo soy mucho mayor y además... tengo
pareja... y el trabajo
Lleve la mano sobre su pantalón, la introduje debajo de la
pizarra que el sostenía y roce su hinchada entrepierna.
Te juro que no diré nada- mientras presionaba su
paquete- será nuestro secreto y nunca más intentaré repetirlo te lo
juro.
Vamos a dejarlo vale?
Desabroche los botones de sus pantalones, se le veía
excitado, no paraba de intentar pararlo y sus palabras mas me animaban a mi a
continuar porque no eran fuertes, no tenían credibilidad, introduje la mano en
su boxer y saque su pene por fuera de los pantalones, agacho su vista pudo verse
totalmente empalmado, ya no volvió a intentar pararlo.
Le agarré el miembro con las dos manos, envolviéndolo, estaba
excitadísima, él miraba mi cara con dos colores en cada moflete... me quite yo
sola la camiseta de algodón que llevaba y desabroche mi sujetador... me quede de
frente mostrándole mis pechos...
Escucha – me dijo- vamos a llevar el coche a la
parte de atrás del polígono, aquí nos podrían ver...
Puse mi camiseta de nuevo sobre mis pechos, redondos, de
pequeños pezones endurecidos, desnudos y seguí sus indicaciones... el pene de él
asomaba entre los pantalones habiendo disminuido un poco su erección.
Allegar allí, él pareció mucho más convencido:
Estas segura entonces?- me dijo agarrando mi carita
con su mano
Si- le respondi sonriente
No se lo diras a nadie verdad- a nadie te lo juro
Mientras yo decia, esas, mis últimas palabras, él sacaba de
nuevo mi camiseta por la cabeza... acarició mis pechos de forma encantadora...
sus manos los envolvían enteros, llenándolas completamente...volvía notar su
polla muy dura, besaba mi cuello y comenzaba a subir mi falda veraniega para
acceder a mi rajita, agarro mi tanga y me lo quito...
Con la falda en la cintura me puse encima de él, sobre su
asiento, mas bien sobre sus piernas... hecho el respaldo hacia atrás para que
estuviéramos más cómodos y comencé a desabrochar su camisa. Detrás de ella se
observaba un pecho bien formado, con algo de pelo... me gustaba porque a
diferencia de los torsos que yo estaba acostumbrada a disfrutar este parecía ser
más de hombre adulto...
Llevo su mano entre mis piernas y note por primera vez esos
fuertes y anchos dedos como se introducían entre mis labios vaginales, que
placer sentí y a él pareció volverle loco
Que pequeñito lo tienes- me dijo en un tono
enloquecedor
Esto hizo que acabara a cuatro patas con las rodilla en el
asiento del conductor y los brazos en el del copiloto, chupandole con gran deseo
su miembro... puso sus manos en mis nalgas y dejo caer su cabeza en el
reposacabezas del asiento abandonándose al placer que recibía
Si sigues me voy a ir – me advirtió
Paré de forma repentina, por nada del mundo quería que eso
ocurriera, lo más normal es que nunca más volviera a tener sexo con mi profesor
y quería ser penetrada por él. Mi parada produjo en él mucha ansiedad...
extendió su brazo y cuando yo estaba ya sentada sobre el asiento empezó a
introducir sus dedos dentro de mi vaginita... los movía de manera estupenda
Tienes condón? – le dije con voz rasgada por el
placer
No – contestó – sin dejar de mover sus dedos dentro
de mi- No me ire dentro, no te angusties...
Yo solo sabia que quería que me la metiera, quería ver como
lo hacia y sentirlo. Llevaba tomando la píldora un año, por problemas
ginecológicos el médico me la receto, era por las enfermedades por lo que más me
interesaba, pero si me la iba a meter sin condón ya casi en ese estado me daba
igual....
Me senté sobre él amarrándole la polla la enfoque hacia mi
tibio y oscuro agujerito.. baje lentamente, haciendo fuerza con mis músculos
interiores para presionarle... soltó un suspiro que pensé que solo con
introducirla se había ido... entró sola, yo estaba muy lubricada por cumplir mi
sueño y las caricias que sus expertas manos me habían dado...
Comencé a moverme rítmicamente de arriba abajo, la falda a la
cintura me molestaba, fui a quitármela pero él no me dejo, parecía que le daba
morbo verme sobre él con mis pechos desnudos, el coñito también y la falda
enroscada en la cintura...
Hacía muchísimo calor, paso un coche en un momento dado cerca
de nosotros, pude ver como sus ocupantes (seguramente unos obreros del lugar)
volteaban sus cabezas y miraban con asombro y entre risas nuestro encuentro
sexual. Los dos estábamos empapados en sudor, yo estaba a punto de irme , su
dedo masajeaba mi clítoris a la vez que nos movíamos frenéticamente... mis
piernas empezaban a flaquear....
En ese momento él me motivo a moverme de esa posición, dentro
del estrecho espacio, me dijo que me sentara sobre él pero de espaldas, así lo
hice, volví a introducírmela, estaba agotada, deje caer mi cuerpo ligeramente
sobre el salpicadero del coche y él con sus caderas ayudaba al movimiento,
mientras, sus manos abrían mis nalgas... Al cambiar de posición el me dijo que
se iba a correr, yo estaba a punto de irme y no quise que lo hiciera fuera mio,
estaba tan excitada que no pude pensar...
Note como me inundo entera, deje mi cuerpo caer hacia atrás
mientras su pene estaba sufriendo fuertes espasmos y el apretaba con energía mi
carne, fui notando como su polla se deshinchaba lentamente dentro de mi, el
rodeo mi cuerpo con sus brazos y me masturbo con mucha delicadeza mientras yo le
sentía dentro de mi y su leche empezaba a asomar entre mis piernas... en menos
de 2 minutos llegue a un exquisito orgasmo...
El asiento del copiloto quedo empapado de diversos fluido,
empecé a vestirme, me puse la camiseta, guarde el sujetador en el bolso y mi
tanguita, el se abrochaba los pantalones
Ni una palabra a nadie, vale?
Te lo jure Jaime, nunca más ocurrirá y a nadie se
lo contaré, por cierto tranquilo que tomo la píldora- sonreí
El pareció muy tranquilo, casi suspira de alivio.
Puso su mano con una sonrisa en la parte alta de mi muslo
dándome un apretón amistoso y al quitarla, sus dedos estaban manchados de su
propio semen junto con mis propios fluidos... me miro y ambos sonreímos.
Hoy en día ya tengo carné de conducir, aprobado a la segunda,
pero guardo un grato recuerdo de aquel profesor. Nunca jamás ninguno de los dos
intentó volverlo a repetir. Desde ese día la idea que paso a alimentar mi
imaginación por las noches era la imagen de esos tres hombres mirando
boquiabiertos como Jaime y yo nos lo montábamos en el coche de la autoescuela,
durante unos tres meses fantasee con ello mientras me masturbaba.
5 comentarios - En la autoescuela♥By:Pauliiita_quinn
Gracias por compartir