Nos conocimos en un boliche, él festejaba sus 27 años, yo había ido con amigas, bailamos, tomamos algo, nos dimos algunos besos e intercambiamos teléfonos. Nos mensajeamos toda la semana y el viernes nos volvimos a ver.
A veces cena, otras veces bar, telo y cada uno a su casa. Así eran fueron nuestros fines de semana durante casi seis meses, yo con mis tiernos 20 años no tenía intencion de atarme a una relación, estaba aprendiendo a disfrutar del sexo y un noviazgo no estaba en mis planes.
Así fuimos viéndonos cada vez menos, llamándonos sólo para arreglar el encuentro y de a poco separando nuestros caminos.
5 años y muchas historias después nos volvimos a encontrar, esta vez la cumpleañera era yo. Nada de casualidades, yo sabía de él por un amigo en común y los invité a bailar para festejar mis 25.
No pensé q iba a aceptar pero me equivoqué. Lo ví acercarse tal como lo recordaba, con el brillo en los ojos y la sonrisa seductora intactas. Después de algunas horas de risas e insinuaciones me despedí de mis amigas y sin mucho preámbulo salimos rumbo a un lindo hotel.
La química entre nosotros no se había perdido, nuestras bocas y manos se reencontraron como si nunca hubiese pasado el tiempo, pero había pasado y yo ya no era la casi inexperta veinteañera que él había conocido.
Apenas nos despojamos de la ropa me arrodille y mirándolo a los ojos tomé entre mis manos su miembro que ya estaba erecto, lo lami despacito y lo comí con ansias, escuchaba sus leves gemidos y lo miraba cerrar los ojos e inclinar la cabeza disfrutando al máximo de mis lamidas.
-veni, vamos a la cama, yo también te quiero comer. Me dijo ayudándome a levantarme del piso
Se acostó boca arriba, me senté en su cara brindándole lo que quería y volví a mi tarea formando un exquisito 69. El gozo era absoluto, dar y recibir placer oral al mismo tiempo, su boca y sus caricias me llevaron a un orgasmo incontenible, gemía y me arqueaba sin dejar de masturbarlo.
Me separé de sus labios pero no lo dejé levantarse, me giré y de un sólo golpe introduje su hinchadisimo sexo en mi. Le di un largo beso degustando mi propia escencia. El aprovechó la posición para acariciar y besar mis pechos, mis pezones estaban más que sensibles. Lo cabalgue como sabia que le gustaba y de a poco se fue incorporando hasta que quedamos sentados logrando una penetración profunda y deliciosa.
Sus manos pasaron de mis pechos a mi espalda y de ahí a mi cola, con sus dedos comenzó a jugar y uno de ellos a se fue acercando a mi hoyito para dilatarlo. Cuando logró meterlo me hizo acabar de nuevo.
Era el momento preciso para hacerme dar vuelta y ponerme boca abajo, se acomodó detrás mio y volvió a meterse en mi empapada entrepierna mientras que sus dedos seguían entretenidos en la tarea de dilatarme.
Se inclinó hasta posar su cara en mi hombro
-ahora si me vas a dar la colita?
-todavía no... Tenés que seguir trabajando, vos sabes lo que me gusta.
El desafío estaba planteado, se incorporó y me agarró fuerte de la cadera, me bombeó sin delicadeza casi hasta estallar. Justo unos segundo antes salió de adentro mio y se arrodilló frente a mi boca. Descargó grandes chorros de caliente semen que yo fui intentando tragar, un poco cayó en mis pechos enloqueciendolo con la imagen.
-Mira lo que me hiciste, ahora me vas a tener que bañar...
-por supuesto hermosa, esa era la idea.
La ducha era otro de nuestros lugares favoritos, habíamos pasado grandes y calientes momentos en diferentes hoteles bajo el agua.
No tardamos mucho en volver a empezar, esta vez me apoye en la pared y le ofrecí lo que tantas veces me había pedido, se arrodilló, me agarró la cola con las dos manos y con la lengua empezó a estimularme logrando la dilatación que buscaba.
Se paró y se acomodó entre mis nalgas, apoyó su glande palpitante y se fue abriendo paso al tiempo que con una de sus manos me acariciaba el clitoris haciéndome gozar.
Lo sentía entrar y salir cada vez mas duro, masturbandome con dedicación y besando el cuello con lujuria. La combinación fue irresistible y me llevó a un orgasmo bestial que lo hizo explotar a él también llenándome la cola de su leche.
El reencuentro siguio en la cama. La madrugada se convirtió en mañana y la mañana en mediodía, nos despedimos sin promesas y volvimos cada uno a su vida.
6 comentarios - El reencuentro, las segundas partes pueden ser exquisitas
volvere con puntos
Felicitaciones Misko
Muy bueno el post como siempre querida!! Besos