Luego de acomodarme a mi nueva vida y trabajo en Buenos Aires, empecé a explorar un poco la ciudad. Los fines de semana que me quedaba iba a pasear y sacar fotos, aprendí a usar el subte, y durante la semana, empecé a descubrir un mundo nuevo y desconocido para mi hasta ese momento: los after office.
Cerca de mi trabajo había un bar chiquito que de afuera no te decía nada, pero adentro estaba muy bien decorado, buena música y ricos tragos. Encima quedaba de camino a mi casa. Así que varias veces, antes de volver pasaba por ahí. Como todavía no había hecho grandes amistades en el trabajo, iba sola. En general, se veían las mismas caras, por lo que, aunque no hablaba con nadie, el ambiente se hacía familiar. No hablaba con nadie, hasta este día.
Yo estaba sentada en la barra (como lo hacía habitualmente), cuando se me acercó un chico; de mi edad (22) o un poco más grande tal vez. Nos pusimos a hablar, me dijo que me veía siempre sola. Entonces le conté mi historia. Él también trabajaba cerca del bar, se llamaba Mauricio y estaba con un compañero de trabajo, que luego se sumó a la charla.
Me empezaron a preguntar sobre Rosario, que tenían ganas de ir a visitar, y así la charla se hizo divertida; obviamente siempre estaba acompañada con un vaso en la mano. Cuando me di cuenta eran las 10 de la noche.
Ahí se les ocurrió a los chicos pedir un champagne. No me pareció buena idea, sabiendo mis antecedentes, pero acepté "solo una copa". Que se hicieron 2. Los temas de conversación ya eran cualquier cosa. Eduardo (el otro chico) propuso ir a su departamento a seguir la charla, para dejar de gastar en el bar (la cuenta se había hecho realmente importante). Yo prefería ir a casa, ya que al otro día tenía que trabajar y sabía que iba a tener una resaca por demás de importante.
La cuestión es que les dije que me iba a casa. Pero me terminaron convenciendo, por insistencia, a ir a la casa de Eduardo. "vení un rato, y te llevo cuando vos quieras", fue la propuesta que terminé aceptando.
Eduardo tenía una barra totalmente equipada en su departamento. Me encantó, y de hecho, la terminé copiando para el mío. Vamos a lo que nos reúne aquí: Mauricio se fue para el baño, y quedé sola con Eduardo. Yo estaba apoyada en la barra y él acercándose por atrás me abrazó por la cintura y empezó a besarme el cuello. Mis piernas se aflojaron. Dejé mi vaso en la barra y agarré su cabeza. Me di vuelta y empezamos a chapar con ganas.
Sus manos bajaban a mi cola. Yo empecé a desabrocharle la camisa, que en poco tiempo terminó tirada en el piso. Al rato, llegó Mauricio. Yo no me había dado cuenta, y él sigilosamente se ubicó atrás mío. Puso sus manos en mi cintura y las fue bajando hasta agarrarme la cola.
Yo me di vuelta, le sonreí y seguí comiéndome a Edu, al que ya le había desabrochado el pantalón. Mauricio agarró mi remera y me la sacó. Eduardo empezó a hacer lo mismo con mis jean. Estaba cada vez más excitada, siendo desvestida por dos machos desesperados por cogerme.
Quedé totalmente desnuda entre ellos. Me arrodillaron y se bajaron los pantalones quedando totalmente desnudos. Se acercaron ofreciéndome sus pijas: pensé que la de Eduardo estaba dormida, pero no... era chica y estaba muy dura. A comparación con la de Mauricio, que media dormida era mucho más grande que la de su amigo. Y muy ancha. Se me hacía agua la boca.
Empecé a pajearlos y petearlos, tirada en el piso. Me las metía en la boca y las escupía; dejándolas bien mojadas. Mi mano resbalaba entre tanta saliva. Eduardo me agarró de las manos y me llevó hasta su habitación. Atrás de él entró Mauricio. Me tiraron a la cama. Eduardo se arrodilló en la punta y se empezó a tragar mi concha.
Me sentía violada por su lengua. Se movía con voracidad y firmeza chupando y lamiendo por todos lados. Mauricio se arrodilló a mi lado y me ofreció su pija. La agarré de las bolas y me la metí entera en la boca. No podía concentrarme mucho en petearlo por la terrible chupada de concha que me pegaba Eduardo.
Después de un rato cambiaron. Edu me puso la pija en la boca, y Mauricio bajó a mi concha. Me levantó las piernas y su lamida arrancó desde mi cola. Me empezó a pasar su lengua desde mi ano hasta la entrada de mi concha, donde me la metía un par de veces, para bajar de nuevo y subir hasta mi clítoris. Mis gritos los ahogaba la pija de Eduardo.
Mauricio se paró y me penetró. Empezó a cogerme despacio, sacando su pija casi por completo metiéndola hasta el fondo. Eduardo bajó una de sus manos para estimularme el clítoris, mientras su amigo me penetraba. Ahí me acordé de la pija de Edu y seguí chupándosela. "Dejame un rato a mi, que ya acabo", dijo Edu.
Tal como había dicho, no llegó a ponermela más de 5 veces que me llenó la panza de leche. Cuando empecé a desparramarla por mi cuerpo, Mauricio y Edu empezaron a ayudarme. "Ahora haceme acabar a mi, bombón" me dijo Mauricio, acostándose boca arriba en la cama. Me arrodillé a su lado, y empecé a chupársela. Con una mano acariciaba sus bolas acompañando el movimiento de mi cabeza.
- Bajá más la mano, Juli. - me dijo Mauri entre gemidos
- Más a donde?
- Ahi...- dijo mientras me agarraba la mano y la acompañaba hasta su cola. Instintivamente la saqué
- NO, ahi no!
- Porqué no?
- Que se yo... porque no... - le dije, sorprendida. Nunca lo había hecho, y nunca me lo habían pedido!
- No pasa nada... mirá. - dijo Edu, metiéndose en la conversación. Se arrodilló frente a mi, al costado de Mauricio, y metió su mano entre las piernas de su amigo bajando hasta su ano. Empezó a mover sus dedos ahí mientras lo pajeaba, provocando caras de placer en Mauri.
- Dale, ahora chupala.. - me ordenaron. Acosté mi cara contra la panza de Mauricio y se la empecé a chupar, mientras Eduardo estimulaba su cola.
"Ahí acaboooo" gritó Mauricio y alcancé a sacar mi cabeza antes que empezara a largar chorros y chorros de leche sobre su cuerpo, mientras Eduardo seguía moviendo los dedos adentro del culo. Me quedé callada en el borde de la cama sin saber que hacer o decir. Mauricio se levantó y se fue a limpiar toda la leche que había caído en su cuerpo. Yo seguía con cara de asombro. "No pasa nada Juli..." me dijo acercándose para darme un beso. Empezamos a chapar y me fui relajando y tranquilizando.
Al rato estaba de nuevo acostada en la cama con Edu arrodillado chupándomela. Y me olvidé de todo. Hasta que Mauricio llegó y fue directo a la cola de su amigo. Lo vi cuando levanté la cabeza y no lo podía creer. Estaba entre salir corriendo o dejarme llevar por la hermosa chupada de Edu, que estaba a punto de regalarme un orgasmo.
Mientras miraba como Mauri le chupaba el culo a su amigo, no aguanté y acabé agarrando fuerte las sábanas gritando como loca. Me senté en la cama. Mauricio seguía jugando con el culo de Edu. se levantó y se puso atrás suyo para penetrarlo, pero yo le grité que no lo hiciera.
"Mirá Juli... hoy rompo un culo. Si no es el de él, es el tuyo." me desafió Mauricio. Asentí con mi cabeza. Se pararon los dos y me pusieron en 4, con la cola para arriba. Entre los dos empezaron a hacerme de todo en la cola: uno la escupía, otro la chupaba, la lamían, le metían la lengua, los dedos.
Estaba loca, excitada, re caliente. Nunca había deseado tanto una pija por el culo como ese día. Mauricio se paró en la cama, y apuntó su pija a mi cola que ya estaba bien dilatada esperando su embestida.
Despacito la fue metiendo. Iba ganado terreno con cada penetrada. La sacaba y le metía cada vez un poquito más. Yo estaba agarrada de las sábanas mordiendo la almohada, pero sabía que el dolor se iba a ir pronto. Edu me agarró de los pelos y levantó mi cabeza poniéndola frente a su pija. La agarré y se la chupé. Por momentos sentía que iba a acabar. No podía creer lo caliente que estaba. Ahora ya no dolía. Le pedía a gritos que me culeara más fuerte, y Mauri obedecía con ganas.
Le pedí que me tirara la leche en la cola. Sacó su pija y caí rendida en la cama. Se empezó a pajear arriba mío. Edu agarró la pija de su amigo, ayudándolo con la paja. Al poco tiempo, sentí como caían sobre mi chorros de leche espesa y caliente. Edu, sin soltar la pija de Mauri, se la metió en la boca para limpiarla.
"Quiero más... Cogeme dale" le dije a Edu, que todavía no había acabado. Me di vuelta y abrí mis piernas. Edu me pegó una cogida feroz que me hizo acabar en poco tiempo. Con la calentura acumulada que tenía, sentí que mi cuerpo se estremecía por completo. Mis piernas se tensionaron y las levanté sin dejar de temblar. Fueron varios segundos, creo que pude haber acabado dos veces seguidas... me dejé caer y exhausta le pedí que terminara. Sacó su pija y se pajeó sobre mi panza, dejándome otra vez enchastrada.
Me fui a limpiar, y rápido me cambié y pedí que me llevaran a casa. Al otro día, no solo tuve una terrible resaca en el trabajo, sino también mucho sueño y la cabeza me maquinaba a mil. La llamé a Agus, mi mejor amiga, para contarle (tenía que contárselo a alguien!!!!). Se sorprendió aunque me confesó que alguna que otra vez, con algún pibe había jugado con sus dedos por ahí abajo... Por lo pronto, a mi, Buenos Aires no dejaba de sorprenderme.
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Cerca de mi trabajo había un bar chiquito que de afuera no te decía nada, pero adentro estaba muy bien decorado, buena música y ricos tragos. Encima quedaba de camino a mi casa. Así que varias veces, antes de volver pasaba por ahí. Como todavía no había hecho grandes amistades en el trabajo, iba sola. En general, se veían las mismas caras, por lo que, aunque no hablaba con nadie, el ambiente se hacía familiar. No hablaba con nadie, hasta este día.
Yo estaba sentada en la barra (como lo hacía habitualmente), cuando se me acercó un chico; de mi edad (22) o un poco más grande tal vez. Nos pusimos a hablar, me dijo que me veía siempre sola. Entonces le conté mi historia. Él también trabajaba cerca del bar, se llamaba Mauricio y estaba con un compañero de trabajo, que luego se sumó a la charla.
Me empezaron a preguntar sobre Rosario, que tenían ganas de ir a visitar, y así la charla se hizo divertida; obviamente siempre estaba acompañada con un vaso en la mano. Cuando me di cuenta eran las 10 de la noche.
Ahí se les ocurrió a los chicos pedir un champagne. No me pareció buena idea, sabiendo mis antecedentes, pero acepté "solo una copa". Que se hicieron 2. Los temas de conversación ya eran cualquier cosa. Eduardo (el otro chico) propuso ir a su departamento a seguir la charla, para dejar de gastar en el bar (la cuenta se había hecho realmente importante). Yo prefería ir a casa, ya que al otro día tenía que trabajar y sabía que iba a tener una resaca por demás de importante.
La cuestión es que les dije que me iba a casa. Pero me terminaron convenciendo, por insistencia, a ir a la casa de Eduardo. "vení un rato, y te llevo cuando vos quieras", fue la propuesta que terminé aceptando.
Eduardo tenía una barra totalmente equipada en su departamento. Me encantó, y de hecho, la terminé copiando para el mío. Vamos a lo que nos reúne aquí: Mauricio se fue para el baño, y quedé sola con Eduardo. Yo estaba apoyada en la barra y él acercándose por atrás me abrazó por la cintura y empezó a besarme el cuello. Mis piernas se aflojaron. Dejé mi vaso en la barra y agarré su cabeza. Me di vuelta y empezamos a chapar con ganas.
Sus manos bajaban a mi cola. Yo empecé a desabrocharle la camisa, que en poco tiempo terminó tirada en el piso. Al rato, llegó Mauricio. Yo no me había dado cuenta, y él sigilosamente se ubicó atrás mío. Puso sus manos en mi cintura y las fue bajando hasta agarrarme la cola.
Yo me di vuelta, le sonreí y seguí comiéndome a Edu, al que ya le había desabrochado el pantalón. Mauricio agarró mi remera y me la sacó. Eduardo empezó a hacer lo mismo con mis jean. Estaba cada vez más excitada, siendo desvestida por dos machos desesperados por cogerme.
Quedé totalmente desnuda entre ellos. Me arrodillaron y se bajaron los pantalones quedando totalmente desnudos. Se acercaron ofreciéndome sus pijas: pensé que la de Eduardo estaba dormida, pero no... era chica y estaba muy dura. A comparación con la de Mauricio, que media dormida era mucho más grande que la de su amigo. Y muy ancha. Se me hacía agua la boca.
Empecé a pajearlos y petearlos, tirada en el piso. Me las metía en la boca y las escupía; dejándolas bien mojadas. Mi mano resbalaba entre tanta saliva. Eduardo me agarró de las manos y me llevó hasta su habitación. Atrás de él entró Mauricio. Me tiraron a la cama. Eduardo se arrodilló en la punta y se empezó a tragar mi concha.
Me sentía violada por su lengua. Se movía con voracidad y firmeza chupando y lamiendo por todos lados. Mauricio se arrodilló a mi lado y me ofreció su pija. La agarré de las bolas y me la metí entera en la boca. No podía concentrarme mucho en petearlo por la terrible chupada de concha que me pegaba Eduardo.
Después de un rato cambiaron. Edu me puso la pija en la boca, y Mauricio bajó a mi concha. Me levantó las piernas y su lamida arrancó desde mi cola. Me empezó a pasar su lengua desde mi ano hasta la entrada de mi concha, donde me la metía un par de veces, para bajar de nuevo y subir hasta mi clítoris. Mis gritos los ahogaba la pija de Eduardo.
Mauricio se paró y me penetró. Empezó a cogerme despacio, sacando su pija casi por completo metiéndola hasta el fondo. Eduardo bajó una de sus manos para estimularme el clítoris, mientras su amigo me penetraba. Ahí me acordé de la pija de Edu y seguí chupándosela. "Dejame un rato a mi, que ya acabo", dijo Edu.
Tal como había dicho, no llegó a ponermela más de 5 veces que me llenó la panza de leche. Cuando empecé a desparramarla por mi cuerpo, Mauricio y Edu empezaron a ayudarme. "Ahora haceme acabar a mi, bombón" me dijo Mauricio, acostándose boca arriba en la cama. Me arrodillé a su lado, y empecé a chupársela. Con una mano acariciaba sus bolas acompañando el movimiento de mi cabeza.
- Bajá más la mano, Juli. - me dijo Mauri entre gemidos
- Más a donde?
- Ahi...- dijo mientras me agarraba la mano y la acompañaba hasta su cola. Instintivamente la saqué
- NO, ahi no!
- Porqué no?
- Que se yo... porque no... - le dije, sorprendida. Nunca lo había hecho, y nunca me lo habían pedido!
- No pasa nada... mirá. - dijo Edu, metiéndose en la conversación. Se arrodilló frente a mi, al costado de Mauricio, y metió su mano entre las piernas de su amigo bajando hasta su ano. Empezó a mover sus dedos ahí mientras lo pajeaba, provocando caras de placer en Mauri.
- Dale, ahora chupala.. - me ordenaron. Acosté mi cara contra la panza de Mauricio y se la empecé a chupar, mientras Eduardo estimulaba su cola.
"Ahí acaboooo" gritó Mauricio y alcancé a sacar mi cabeza antes que empezara a largar chorros y chorros de leche sobre su cuerpo, mientras Eduardo seguía moviendo los dedos adentro del culo. Me quedé callada en el borde de la cama sin saber que hacer o decir. Mauricio se levantó y se fue a limpiar toda la leche que había caído en su cuerpo. Yo seguía con cara de asombro. "No pasa nada Juli..." me dijo acercándose para darme un beso. Empezamos a chapar y me fui relajando y tranquilizando.
Al rato estaba de nuevo acostada en la cama con Edu arrodillado chupándomela. Y me olvidé de todo. Hasta que Mauricio llegó y fue directo a la cola de su amigo. Lo vi cuando levanté la cabeza y no lo podía creer. Estaba entre salir corriendo o dejarme llevar por la hermosa chupada de Edu, que estaba a punto de regalarme un orgasmo.
Mientras miraba como Mauri le chupaba el culo a su amigo, no aguanté y acabé agarrando fuerte las sábanas gritando como loca. Me senté en la cama. Mauricio seguía jugando con el culo de Edu. se levantó y se puso atrás suyo para penetrarlo, pero yo le grité que no lo hiciera.
"Mirá Juli... hoy rompo un culo. Si no es el de él, es el tuyo." me desafió Mauricio. Asentí con mi cabeza. Se pararon los dos y me pusieron en 4, con la cola para arriba. Entre los dos empezaron a hacerme de todo en la cola: uno la escupía, otro la chupaba, la lamían, le metían la lengua, los dedos.
Estaba loca, excitada, re caliente. Nunca había deseado tanto una pija por el culo como ese día. Mauricio se paró en la cama, y apuntó su pija a mi cola que ya estaba bien dilatada esperando su embestida.
Despacito la fue metiendo. Iba ganado terreno con cada penetrada. La sacaba y le metía cada vez un poquito más. Yo estaba agarrada de las sábanas mordiendo la almohada, pero sabía que el dolor se iba a ir pronto. Edu me agarró de los pelos y levantó mi cabeza poniéndola frente a su pija. La agarré y se la chupé. Por momentos sentía que iba a acabar. No podía creer lo caliente que estaba. Ahora ya no dolía. Le pedía a gritos que me culeara más fuerte, y Mauri obedecía con ganas.
Le pedí que me tirara la leche en la cola. Sacó su pija y caí rendida en la cama. Se empezó a pajear arriba mío. Edu agarró la pija de su amigo, ayudándolo con la paja. Al poco tiempo, sentí como caían sobre mi chorros de leche espesa y caliente. Edu, sin soltar la pija de Mauri, se la metió en la boca para limpiarla.
"Quiero más... Cogeme dale" le dije a Edu, que todavía no había acabado. Me di vuelta y abrí mis piernas. Edu me pegó una cogida feroz que me hizo acabar en poco tiempo. Con la calentura acumulada que tenía, sentí que mi cuerpo se estremecía por completo. Mis piernas se tensionaron y las levanté sin dejar de temblar. Fueron varios segundos, creo que pude haber acabado dos veces seguidas... me dejé caer y exhausta le pedí que terminara. Sacó su pija y se pajeó sobre mi panza, dejándome otra vez enchastrada.
Me fui a limpiar, y rápido me cambié y pedí que me llevaran a casa. Al otro día, no solo tuve una terrible resaca en el trabajo, sino también mucho sueño y la cabeza me maquinaba a mil. La llamé a Agus, mi mejor amiga, para contarle (tenía que contárselo a alguien!!!!). Se sorprendió aunque me confesó que alguna que otra vez, con algún pibe había jugado con sus dedos por ahí abajo... Por lo pronto, a mi, Buenos Aires no dejaba de sorprenderme.
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32 comentarios - Extraña biexperiencia
Pero si tu que ya habias tenido experiencias con chicas en aquel momento te "alarmaste", en fin jajajjajaja
¿Volviste a participar en algo así? ¡que dos chicos hicieran cosas entre ellos delante tuyo! ¿Te calienta o te produce rechazo?
no me produce rechazo, pero tampoco es algo que me caliente
gracias por pasar!
Excelente como siempre!
Besos!
Cada vez mejor!!
Excelente!
Gracias por compartir
Cada relato supera al anterior...
¡Felicitaciones...!
espero seguir mejorando!
Enchastreeeeee!!! Jaja
Otro gran relato Juli 😘