Los findes que volvía a Rosario, aprovechaba para ver a mis amigas y salir con ellas. Muchas veces me sentía sola en Buenos Aires y la verdad, que extrañaba mucho. Fueron muy duros los primeros meses.
Ese fin de semana no fue la excepción. Fuimos a hacer previa a la casa de uno de los chicos, y así arrancamos a tomar desde temprano. Yo estuve hablando con Seba casi toda la noche. Antes de irme a Buenos Aires, éramos "garche fijo", por así decirlo. Varias veces amagamos con ponernos de novios, pero nunca prosperó. Esa noche, salíamos chicos y chicas por separado. Pero con Seba (luego de unos besos para recordar viejos momentos), quedamos en que nos mensajeabamos para vernos a la salida y terminar la noche juntos en un telo.
Adentro del boliche con las chicas nos pedimos un vino atrás de otro. Con Agustina nos quedamos solas un rato, y conocimos 2 chicos que nos invitaron con más champagne. Yo no me quería zarpar mucho, pensando en lo que me esperaba después.
Nos comimos a los pibes, hasta que nos invitaron a irnos al departamento de uno de ellos a seguir "de fiesta". Agus quería arrancar, pero yo le dije que quería terminar la noche con Seba. Ella entendió y se quedó a hacerme el aguante.
Cuestión que estos pibes se fueron y el otro boludo nunca me escribió. Le mandé yo mensajes, pero no me respondía. Al otro día recién, me dijo que se había puesto muy en pedo y no se acordaba de nada y no se que chamuyo más.
Yo me sentía re estúpida por no haberme ido con esos pibes por esperar al otro tarado, pero también mal por Agus, que se quedó conmigo. Terminó la noche y nos fuimos a su casa, como ya habíamos acordado antes. Nos acostamos y apagamos las luces, pero yo no me podía dormir.
- Ey perdoname que hoy no quise arrancar.- le dije a Agus, un poco sentimental por el pedo que cargaba.
- No te hagas drama. No van a ser los últimos flacos en la historia! jaja
- Jaja seguro! Pero bueno, que se yo... Extraño un poco hacer locuras con vos!! Bah, te extraño. Me siento re sola allá.
- Si, me imagino... boluda, posta hemos hecho cada cosa nosotras! - me dijo, saltando de su cama y sentándose al lado mío.
La charla siguió un rato recordando viejas historias, hasta que vino la madre de Agustina a pedirnos que no habláramos tan fuerte. Entre el pedo y los oídos aún con los efectos de la música fuerte, ni nos dimos cuenta que hablábamos a los gritos.
Cuando cerró la puerta, nos quedamos mirándonos. No podía apartar mi mirada de sus ojos. Agarré su mano y ella devolvió el gesto acariciando mi cara. Sin decir ni una palabra, nos abrazamos un rato, hasta que ella corrió su cara. Mi corazón se aceleró. Sabía qué iba a pasar. Y en mi interior lo deseaba muchísimo. Cuando nos volvimos a mirar, ella me dio un beso en la mejilla, apoyando sus labios y dejando su cara pegada a la mía. La abracé, y le devolví el gesto besando su mejilla. Mi boca se arrastró rozando mis labios en su piel buscando su boca. Ella abrió los labios esperando los míos, que tímidamente fueron chocándose en un beso suave, dulce, tierno; mientras que con nuestras manos nos acariciábamos la espalda.
Los besos empezaron a hacerse más profundos. Más apasionados. Me saqué la remera. Ella hizo lo mismo con la suya. Sus manos fueron directo a mis tetas. Me dejé caer en la cama, y Agus me besó los costados de mis pechos. Mi cuerpo se estremecía cada vez que sus labios rozaban mi piel.
Subió con sus besos hasta llegar a mi cuello. Y luego acostándose arriba mío nos volvimos a besar, esta vez, más fuerte que antes, con más pasión y calentura que ternura. Su rodilla se metió entre mis piernas y la apretaba contra mi concha. Con mis manos apreté su cola, trayendo su cuerpo más sobre mi.
La acosté en la cama y le bajé su shorcito arrastrando también su tanguita. Abrí sus piernas y con mis manos empecé a acariciar sus muslos, desde la rodilla hasta llegar cerca de su concha. Podía ver como levantaba su cuerpo cada vez que la rozaba.
Me agaché y empecé a besar sus muslos. Su entrepierna. Ella me miraba fijamente, pidiéndome que lo hiciera. Yo la miraba desafiante, rozando la lengua por todos lados, menos por donde ella quería. Me fui acercando de a poco. Hasta que me dijo "dale, Juli por favor" y ahí me abalancé como loba hambrienta a su concha. Abrí mi boca y se la comí por completo.
Sus manos apretaban mi cabeza contra su concha. Le había metido 2 dedos adentro, los cuales saqué empapados. Me levanté y se los di para que los chupe. Me agarró fuerte de la muñeca y me tiró encima suyo. Nos besamos de nuevo. Puse mi pierna entre las suyas y empecé a mover mi muslo entre su concha. Agus me levantó y me bajó el short. Me quedé desnuda, como ella. Nos dimos vuelta, ella quedó encima mío, y seguimos besándonos mientas nuestros cuerpos se refregaban rozando la piel caliente.
Agustina se arrodilló a mi lado, y con una mano, acariciaba mi cuerpo, y con la otra me cogía con 3 dedos metidos en mi concha, moviéndolos de forma frenética y violenta para todos lados. Yo me comía los gemidos mordiendo la almohada. Sin sacar los dedos, pasó una rodilla por arriba de mi cabeza y se puso encima mío. Empezó a chuparme la concha, mientras bajaba su concha hasta mi cara. No recordaba una situación tan excitante al ver acercarse la concha de mi amiga a mi cara, mientras sentía su lengua golpear mi clítoris con fuerza.
Como pude, incómoda, se la empecé a chupar. Sus piernas se tensionaron y pude sentir como acababa en mi boca. Sus flujos cayeron por mi mejilla goteando en la cama. Tomé aire y seguí chupándosela. Ella seguía su trabajo en mi concha. Hasta que se paró y se acostó al lado mío.
- Pará Juli... pará. Está muy sensible... - me dijo deteniendo mi chupada. - Acabaste?
- No. vos?
- Si... dos veces! - me dijo riéndose y con signos aún de estar agitada. Me abrazó y me besó, un beso con un gustito a conchita hermoso.
Su mano otra vez bajó a mi concha para seguir tocándome. Sus dedos se movían en círculos rápidos sobre mi clítoris. Sus labios besaban mis tetas. Acercó su boca a la mía y no dudé en comersela desesperada. Estaba excitadísima, tanto que le supliqué: "chupamela por favor!"
Agus me miró, se sonrió y sin decir nada se acomodó entre mis piernas. Primero metió un dedo adentro mío, y empezó a moverlo despacio mientras su lengua empezaba a rozar mi clítoris. Ahora tenía 2 dedos moviéndose dentro de mi concha y su lengua cada vez más punzante. Por momentos sentía que me quedaba sin respiración.
"Acabaste?" me preguntó Agus. "No.. casi" le respondí entre gemidos, y agarrándola de los pelos le metí otra vez la cabeza entre mis piernas. Su lengua volvió a moverse velozmente desde mi cola hasta mi concha repetidas veces. Me cogía con la lengua. No daba más!!! quería explotar. Volvió a clavarme los dedos y su boca tapó mi concha para lamerla con fuerza.
Llegué al orgasmo con los dedos adentro y la punta de su lengua rozando mi clítoris. Mi espalda se curvó y mis músculos se tensaron por unos segundos. Agus me soltó y caí desplomada a la cama. "Ahora siiii", dije aliviada y con una sonrisa en mi rostro. Mi amiga se acostó a mi lado y me besó. Pude sentir mis fluidos todavía en su boca, cosa que me excitó aun más.
Nos quedamos acostadas en la misma cama. Casi nos quedamos dormidas, cuando nos dimos cuenta que seguíamos desnudas. "Vestite!" le dije alcanzándole el short, y poniéndome el mío. Me acosté a su lado y la volví a besar. No se si el hecho de estar lejos y sentirme sola en Buenos Aires me llevó a hacer esto.
Si bien no era la primera vez que pasaba algo con ella, esa noche fue diferente. La primera vez, fue más una travesura adolescente que otra cosa. Y las otras veces siempre había sido con algún chabón de por medio.
Esa noche fue distinta. La había disfrutado mucho. Había sentido una conexión mucho más fuerte con ella. Al otro día tratamos de no hablar mucho del tema. Terminamos echándole la culpa al alcohol. Si bien aceptamos que la habíamos pasado bien, coincidimos en una cosa: "no hay nada como una buena pija" le dije mientras nos empezamos a reír juntas. "La próxima...(me dijo) va a haber una pija entre nosotras".
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Indice
Ese fin de semana no fue la excepción. Fuimos a hacer previa a la casa de uno de los chicos, y así arrancamos a tomar desde temprano. Yo estuve hablando con Seba casi toda la noche. Antes de irme a Buenos Aires, éramos "garche fijo", por así decirlo. Varias veces amagamos con ponernos de novios, pero nunca prosperó. Esa noche, salíamos chicos y chicas por separado. Pero con Seba (luego de unos besos para recordar viejos momentos), quedamos en que nos mensajeabamos para vernos a la salida y terminar la noche juntos en un telo.
Adentro del boliche con las chicas nos pedimos un vino atrás de otro. Con Agustina nos quedamos solas un rato, y conocimos 2 chicos que nos invitaron con más champagne. Yo no me quería zarpar mucho, pensando en lo que me esperaba después.
Nos comimos a los pibes, hasta que nos invitaron a irnos al departamento de uno de ellos a seguir "de fiesta". Agus quería arrancar, pero yo le dije que quería terminar la noche con Seba. Ella entendió y se quedó a hacerme el aguante.
Cuestión que estos pibes se fueron y el otro boludo nunca me escribió. Le mandé yo mensajes, pero no me respondía. Al otro día recién, me dijo que se había puesto muy en pedo y no se acordaba de nada y no se que chamuyo más.
Yo me sentía re estúpida por no haberme ido con esos pibes por esperar al otro tarado, pero también mal por Agus, que se quedó conmigo. Terminó la noche y nos fuimos a su casa, como ya habíamos acordado antes. Nos acostamos y apagamos las luces, pero yo no me podía dormir.
- Ey perdoname que hoy no quise arrancar.- le dije a Agus, un poco sentimental por el pedo que cargaba.
- No te hagas drama. No van a ser los últimos flacos en la historia! jaja
- Jaja seguro! Pero bueno, que se yo... Extraño un poco hacer locuras con vos!! Bah, te extraño. Me siento re sola allá.
- Si, me imagino... boluda, posta hemos hecho cada cosa nosotras! - me dijo, saltando de su cama y sentándose al lado mío.
La charla siguió un rato recordando viejas historias, hasta que vino la madre de Agustina a pedirnos que no habláramos tan fuerte. Entre el pedo y los oídos aún con los efectos de la música fuerte, ni nos dimos cuenta que hablábamos a los gritos.
Cuando cerró la puerta, nos quedamos mirándonos. No podía apartar mi mirada de sus ojos. Agarré su mano y ella devolvió el gesto acariciando mi cara. Sin decir ni una palabra, nos abrazamos un rato, hasta que ella corrió su cara. Mi corazón se aceleró. Sabía qué iba a pasar. Y en mi interior lo deseaba muchísimo. Cuando nos volvimos a mirar, ella me dio un beso en la mejilla, apoyando sus labios y dejando su cara pegada a la mía. La abracé, y le devolví el gesto besando su mejilla. Mi boca se arrastró rozando mis labios en su piel buscando su boca. Ella abrió los labios esperando los míos, que tímidamente fueron chocándose en un beso suave, dulce, tierno; mientras que con nuestras manos nos acariciábamos la espalda.
Los besos empezaron a hacerse más profundos. Más apasionados. Me saqué la remera. Ella hizo lo mismo con la suya. Sus manos fueron directo a mis tetas. Me dejé caer en la cama, y Agus me besó los costados de mis pechos. Mi cuerpo se estremecía cada vez que sus labios rozaban mi piel.
Subió con sus besos hasta llegar a mi cuello. Y luego acostándose arriba mío nos volvimos a besar, esta vez, más fuerte que antes, con más pasión y calentura que ternura. Su rodilla se metió entre mis piernas y la apretaba contra mi concha. Con mis manos apreté su cola, trayendo su cuerpo más sobre mi.
La acosté en la cama y le bajé su shorcito arrastrando también su tanguita. Abrí sus piernas y con mis manos empecé a acariciar sus muslos, desde la rodilla hasta llegar cerca de su concha. Podía ver como levantaba su cuerpo cada vez que la rozaba.
Me agaché y empecé a besar sus muslos. Su entrepierna. Ella me miraba fijamente, pidiéndome que lo hiciera. Yo la miraba desafiante, rozando la lengua por todos lados, menos por donde ella quería. Me fui acercando de a poco. Hasta que me dijo "dale, Juli por favor" y ahí me abalancé como loba hambrienta a su concha. Abrí mi boca y se la comí por completo.
Sus manos apretaban mi cabeza contra su concha. Le había metido 2 dedos adentro, los cuales saqué empapados. Me levanté y se los di para que los chupe. Me agarró fuerte de la muñeca y me tiró encima suyo. Nos besamos de nuevo. Puse mi pierna entre las suyas y empecé a mover mi muslo entre su concha. Agus me levantó y me bajó el short. Me quedé desnuda, como ella. Nos dimos vuelta, ella quedó encima mío, y seguimos besándonos mientas nuestros cuerpos se refregaban rozando la piel caliente.
Agustina se arrodilló a mi lado, y con una mano, acariciaba mi cuerpo, y con la otra me cogía con 3 dedos metidos en mi concha, moviéndolos de forma frenética y violenta para todos lados. Yo me comía los gemidos mordiendo la almohada. Sin sacar los dedos, pasó una rodilla por arriba de mi cabeza y se puso encima mío. Empezó a chuparme la concha, mientras bajaba su concha hasta mi cara. No recordaba una situación tan excitante al ver acercarse la concha de mi amiga a mi cara, mientras sentía su lengua golpear mi clítoris con fuerza.
Como pude, incómoda, se la empecé a chupar. Sus piernas se tensionaron y pude sentir como acababa en mi boca. Sus flujos cayeron por mi mejilla goteando en la cama. Tomé aire y seguí chupándosela. Ella seguía su trabajo en mi concha. Hasta que se paró y se acostó al lado mío.
- Pará Juli... pará. Está muy sensible... - me dijo deteniendo mi chupada. - Acabaste?
- No. vos?
- Si... dos veces! - me dijo riéndose y con signos aún de estar agitada. Me abrazó y me besó, un beso con un gustito a conchita hermoso.
Su mano otra vez bajó a mi concha para seguir tocándome. Sus dedos se movían en círculos rápidos sobre mi clítoris. Sus labios besaban mis tetas. Acercó su boca a la mía y no dudé en comersela desesperada. Estaba excitadísima, tanto que le supliqué: "chupamela por favor!"
Agus me miró, se sonrió y sin decir nada se acomodó entre mis piernas. Primero metió un dedo adentro mío, y empezó a moverlo despacio mientras su lengua empezaba a rozar mi clítoris. Ahora tenía 2 dedos moviéndose dentro de mi concha y su lengua cada vez más punzante. Por momentos sentía que me quedaba sin respiración.
"Acabaste?" me preguntó Agus. "No.. casi" le respondí entre gemidos, y agarrándola de los pelos le metí otra vez la cabeza entre mis piernas. Su lengua volvió a moverse velozmente desde mi cola hasta mi concha repetidas veces. Me cogía con la lengua. No daba más!!! quería explotar. Volvió a clavarme los dedos y su boca tapó mi concha para lamerla con fuerza.
Llegué al orgasmo con los dedos adentro y la punta de su lengua rozando mi clítoris. Mi espalda se curvó y mis músculos se tensaron por unos segundos. Agus me soltó y caí desplomada a la cama. "Ahora siiii", dije aliviada y con una sonrisa en mi rostro. Mi amiga se acostó a mi lado y me besó. Pude sentir mis fluidos todavía en su boca, cosa que me excitó aun más.
Nos quedamos acostadas en la misma cama. Casi nos quedamos dormidas, cuando nos dimos cuenta que seguíamos desnudas. "Vestite!" le dije alcanzándole el short, y poniéndome el mío. Me acosté a su lado y la volví a besar. No se si el hecho de estar lejos y sentirme sola en Buenos Aires me llevó a hacer esto.
Si bien no era la primera vez que pasaba algo con ella, esa noche fue diferente. La primera vez, fue más una travesura adolescente que otra cosa. Y las otras veces siempre había sido con algún chabón de por medio.
Esa noche fue distinta. La había disfrutado mucho. Había sentido una conexión mucho más fuerte con ella. Al otro día tratamos de no hablar mucho del tema. Terminamos echándole la culpa al alcohol. Si bien aceptamos que la habíamos pasado bien, coincidimos en una cosa: "no hay nada como una buena pija" le dije mientras nos empezamos a reír juntas. "La próxima...(me dijo) va a haber una pija entre nosotras".
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34 comentarios - Mi 69
gracias por pasar!
gracias por pasar!
besoo
Muy buenas amigas! je
Gracias por compartir
Ojala algun dia te cruze x bs as y pueda tener una experiencia unica con vos:p
gracias por comentar!
Van puntos
gracias!
Pero siempre franeleas con Agus...
¿No paso nada con la mamá de Agustín, tu vecinito en Buenos Aires...?