Hace tiempo ya, comencé a tener una extraña sensación de contar cosas secretas. En este primer relato tratare de evidenciar esa sensación.
Mi nombre es….., bueno, mi nombre no interesa. Corría el año 2008 con veinte años, transcurría mi noviazgo (hasta ese momento de dos años de antigüedad). Esos primeros noviazgos. Un día, un domingo para ser precisos, estábamos merendando en la casa de mi novia y aparece su hermana. Recién hacia unas semanas se había puesto de novia con un muchacho. Este, bien formal, presenta a sus padres (algo que la gran mayoría no haría sino luego de muchos años). Es ahí cuando comienza esta historia.
Nadie sabía que la presentación sería tan apresurado todo, a todos nos sorprendió dicho acto. Por la puerta principal veo entrar a los padres del muchacho. Es entonces que quede estupefacto al ver a la madre. Hasta ese momento las maduras pasaban desapercibidas para mí. Pero es ahí cuando se me pararon todos los sentidos al ver a semejante belleza acercándose para saludar. Esa mujer de nombre Clarisa era hermosa, sus senos grandes y duros, cola paradita y un vientre que fueron tallados en algún gimnasio, ojos azules, morocha y largas piernas. Y su cara, su cara demasiado angelical, una belleza en si misma. En ese momento trate de mantener la postura pero era muy difícil. Luego de ese día mi vida cambia drásticamente. Si bien estaba enamorado de mi novia, la sensación de hacer el amor con esa mujer era extrema. Pensar solamente en los aprendizajes que podría darme era excitación.
Pasaron los días, los meses y mi cabeza daba vueltas sin parar. Estudie varias estrategias para poder acercarme más pero todas terminaban mal. Quizá era mi sentido negativo de las cosas pero se veía imposible un acercamiento. Terminando el verano, un fin de semana de mucho calor. Vuelve Clarisa a la casa de mi novia, esta vez se me tenía que dar y poner en prácticas algunas de todas las tácticas estudiadas en ese verano. Ella llego, se sentó a tomar mates y a charlas. Así, se hicieron las nueve de la noche, hora en la cual los padres de mi novia le piden que se quede a cenar. Ella acepta de buena manera la invitación sin entrar en reparo que su hijo no iba a poder buscarla. Se hizo medianoche y dice: – Miren la hora que es… me tendría que haber ido ya hace bastante. A lo que su nuera dice: - No importa ahora lo llamo a Seba para que te busque. En un intervalo de 5 minutos su hijo exclama que ya no podía buscarla. Es ahí cuando anime a balbucear “deja que yo la llevo”.
Nos despedimos de todos, nos subimos al auto y me agradece el gesto pero que la lleve a una avenida para que pueda tomarse un taxi. A lo cual le respondí que no había problemas que yo la llevaba. Estábamos en pleno recorrido cuando de pronto me dice que doble a la derecha, yo sorprendido le digo que por ahí no era su casa. A lo que ella me responde “haceme caso”. Las calles cada vez eran más oscuras. De golpe me grita “estaciona acá”. Hago lo que me pide y me da un beso inolvidable. Hacia mi interior pensaba que las estrategias estudiadas de memoria ya no servían y me entregue a ese beso hermoso, lleno de pasión su lengua rozaba la mía con una fuerza inexplicable. Me empezó a tocar la pija, me desabrocho los botones de la bermuda de jean, la saco y me la empezó a chupar dulcemente. Yo diría con mucha experiencia. Se sentía realmente muy bien, comencé a tocar, acariciando sus tetas, su cola. En un momento frena todo de golpe, me mira y me dice: - Estaba muy excitada, desde que te conocí no paro de pensar cosas raras, mis fantasías se multiplicaron y esta es una de ellas. Ansiaba chupártela”. Al decirme eso, quedé más loco de lo que ya estaba. Le digo: - a mí también me pasaba lo mismo y que no sabía cómo acercarme a ella. Ahí es cuando se reincorpora en el asiento, deja de masturbarme, me mira a los ojos y me dice: - sigamos esto en otro momento. Obviamente mi cara comenzó a distorsionarse y le pregunte “qué es lo que había pasado” a lo que me responde que arranque y que íbamos a ir a un lugar más tranquilo. La felicidad volvió a mi cuerpo. Seguimos camino y terminamos en su casa. En el trayecto me comenta que hizo eso para probar mi verga. Ella estaba en todos los detalles, había pensado todo esto mucho más que yo, era obvio. Sabia cuando iba a quedarse sola, sabia donde me la podía chupar sin ser vistos y sabía que día y donde podía verme. Estaba todo planeado, lo cual me excitaba mucho más.
Llegamos a su casa, entramos por un largo pasillo donde nos besamos desde que cerró la puerta hasta llegar al living. Nos desnudamos rápidamente, hizo que me sentara en un gran sillón, ella se acostó boca arriba con su cabeza en mis piernas y me imploraba que la tocara. Humedecí mis dedos en su boca y comencé a tocarla suavemente. La excitación que tenía era impresionante, estaba muy húmeda. Llegaba para chuparle los pezones, que a esa altura ya estaban muy duros. Pezones rojos y grandes. De pronto me agarra la mano con la que la estaba masturbando y hace que mis dedos se introduzcan en su vagina. Primero uno… después dos… luego tres… el cuarto dedo y por último la mano entera. Y en esa posición comenzó a chuparme la pija que estaba al lado de su cabeza, con mi otra mano se la daba en la boca y ella tragaba lo más posible. Luego de un tiempo (no sé cuánto, estaba totalmente entregado a ella) se sienta y me dice que me acomode en el medio del sillón. Ella se arrodilla, comienza a chuparme la verga y los huevos, se la tragaba toda. Nunca había sentido cosa igual. Se para y se sienta arriba mío. Me dice: - No te muevas déjame coger a mí. A lo que asentí, sentía lo húmeda y lo excitada que estaba. Yo la tocaba por todos lados, desde las piernas, pasando por su vientre, por sus tetas, volviendo por su espalda y agarrando su cola bien fuerte. Después se dio vuelta, dejo que yo pudiera cogerla, la sujete por sus costados, con movimientos cada vez más fuertes. Se paró y se puso en cuatro en la alfombra. Pasaron unos minutos y comienza a pedirme mi leche. Me decía: - dame la leche ya, quiero tu leche. La hago acabar y luego se da vuelta, me paro y recibe todo mi semen en su boca. Me mira y se lo traga.
Luego nos sentamos de nuevo en el sillón y prometimos volver a vernos muchas veces más. Había una conexión muy fuerte, nos mirábamos y nos excitábamos.
Por el momento esta es mi primera historia. A su tiempo vendrán muchas más, espero que les guste. Gracias.
Mi nombre es….., bueno, mi nombre no interesa. Corría el año 2008 con veinte años, transcurría mi noviazgo (hasta ese momento de dos años de antigüedad). Esos primeros noviazgos. Un día, un domingo para ser precisos, estábamos merendando en la casa de mi novia y aparece su hermana. Recién hacia unas semanas se había puesto de novia con un muchacho. Este, bien formal, presenta a sus padres (algo que la gran mayoría no haría sino luego de muchos años). Es ahí cuando comienza esta historia.
Nadie sabía que la presentación sería tan apresurado todo, a todos nos sorprendió dicho acto. Por la puerta principal veo entrar a los padres del muchacho. Es entonces que quede estupefacto al ver a la madre. Hasta ese momento las maduras pasaban desapercibidas para mí. Pero es ahí cuando se me pararon todos los sentidos al ver a semejante belleza acercándose para saludar. Esa mujer de nombre Clarisa era hermosa, sus senos grandes y duros, cola paradita y un vientre que fueron tallados en algún gimnasio, ojos azules, morocha y largas piernas. Y su cara, su cara demasiado angelical, una belleza en si misma. En ese momento trate de mantener la postura pero era muy difícil. Luego de ese día mi vida cambia drásticamente. Si bien estaba enamorado de mi novia, la sensación de hacer el amor con esa mujer era extrema. Pensar solamente en los aprendizajes que podría darme era excitación.
Pasaron los días, los meses y mi cabeza daba vueltas sin parar. Estudie varias estrategias para poder acercarme más pero todas terminaban mal. Quizá era mi sentido negativo de las cosas pero se veía imposible un acercamiento. Terminando el verano, un fin de semana de mucho calor. Vuelve Clarisa a la casa de mi novia, esta vez se me tenía que dar y poner en prácticas algunas de todas las tácticas estudiadas en ese verano. Ella llego, se sentó a tomar mates y a charlas. Así, se hicieron las nueve de la noche, hora en la cual los padres de mi novia le piden que se quede a cenar. Ella acepta de buena manera la invitación sin entrar en reparo que su hijo no iba a poder buscarla. Se hizo medianoche y dice: – Miren la hora que es… me tendría que haber ido ya hace bastante. A lo que su nuera dice: - No importa ahora lo llamo a Seba para que te busque. En un intervalo de 5 minutos su hijo exclama que ya no podía buscarla. Es ahí cuando anime a balbucear “deja que yo la llevo”.
Nos despedimos de todos, nos subimos al auto y me agradece el gesto pero que la lleve a una avenida para que pueda tomarse un taxi. A lo cual le respondí que no había problemas que yo la llevaba. Estábamos en pleno recorrido cuando de pronto me dice que doble a la derecha, yo sorprendido le digo que por ahí no era su casa. A lo que ella me responde “haceme caso”. Las calles cada vez eran más oscuras. De golpe me grita “estaciona acá”. Hago lo que me pide y me da un beso inolvidable. Hacia mi interior pensaba que las estrategias estudiadas de memoria ya no servían y me entregue a ese beso hermoso, lleno de pasión su lengua rozaba la mía con una fuerza inexplicable. Me empezó a tocar la pija, me desabrocho los botones de la bermuda de jean, la saco y me la empezó a chupar dulcemente. Yo diría con mucha experiencia. Se sentía realmente muy bien, comencé a tocar, acariciando sus tetas, su cola. En un momento frena todo de golpe, me mira y me dice: - Estaba muy excitada, desde que te conocí no paro de pensar cosas raras, mis fantasías se multiplicaron y esta es una de ellas. Ansiaba chupártela”. Al decirme eso, quedé más loco de lo que ya estaba. Le digo: - a mí también me pasaba lo mismo y que no sabía cómo acercarme a ella. Ahí es cuando se reincorpora en el asiento, deja de masturbarme, me mira a los ojos y me dice: - sigamos esto en otro momento. Obviamente mi cara comenzó a distorsionarse y le pregunte “qué es lo que había pasado” a lo que me responde que arranque y que íbamos a ir a un lugar más tranquilo. La felicidad volvió a mi cuerpo. Seguimos camino y terminamos en su casa. En el trayecto me comenta que hizo eso para probar mi verga. Ella estaba en todos los detalles, había pensado todo esto mucho más que yo, era obvio. Sabia cuando iba a quedarse sola, sabia donde me la podía chupar sin ser vistos y sabía que día y donde podía verme. Estaba todo planeado, lo cual me excitaba mucho más.
Llegamos a su casa, entramos por un largo pasillo donde nos besamos desde que cerró la puerta hasta llegar al living. Nos desnudamos rápidamente, hizo que me sentara en un gran sillón, ella se acostó boca arriba con su cabeza en mis piernas y me imploraba que la tocara. Humedecí mis dedos en su boca y comencé a tocarla suavemente. La excitación que tenía era impresionante, estaba muy húmeda. Llegaba para chuparle los pezones, que a esa altura ya estaban muy duros. Pezones rojos y grandes. De pronto me agarra la mano con la que la estaba masturbando y hace que mis dedos se introduzcan en su vagina. Primero uno… después dos… luego tres… el cuarto dedo y por último la mano entera. Y en esa posición comenzó a chuparme la pija que estaba al lado de su cabeza, con mi otra mano se la daba en la boca y ella tragaba lo más posible. Luego de un tiempo (no sé cuánto, estaba totalmente entregado a ella) se sienta y me dice que me acomode en el medio del sillón. Ella se arrodilla, comienza a chuparme la verga y los huevos, se la tragaba toda. Nunca había sentido cosa igual. Se para y se sienta arriba mío. Me dice: - No te muevas déjame coger a mí. A lo que asentí, sentía lo húmeda y lo excitada que estaba. Yo la tocaba por todos lados, desde las piernas, pasando por su vientre, por sus tetas, volviendo por su espalda y agarrando su cola bien fuerte. Después se dio vuelta, dejo que yo pudiera cogerla, la sujete por sus costados, con movimientos cada vez más fuertes. Se paró y se puso en cuatro en la alfombra. Pasaron unos minutos y comienza a pedirme mi leche. Me decía: - dame la leche ya, quiero tu leche. La hago acabar y luego se da vuelta, me paro y recibe todo mi semen en su boca. Me mira y se lo traga.
Luego nos sentamos de nuevo en el sillón y prometimos volver a vernos muchas veces más. Había una conexión muy fuerte, nos mirábamos y nos excitábamos.
Por el momento esta es mi primera historia. A su tiempo vendrán muchas más, espero que les guste. Gracias.
2 comentarios - Hermosa sensación madura