Un día viendo la televisión recostada en el sofá de mi cuarto con mi novio haciéndome compañía, y aburrida de la programación repetitiva que pasan cada noche; decidí empezar a acariciarle la entrepierna por encima del pantalón, fue un masaje suave de lado a lado y de arriba a abajo. No sentí rechazo por parte de él, así que me anime a desabrocharle el pantalón y bajarle lentamente el cierre; pude sentir como levanto un poco la cadera permitiéndome bajar unos centímetros el pantalón y bóxer para introducir mi pequeña mano morena. Deje que se deslizará despacio sintiendo su vello recortado y su pito hinchado. Seguí acariciando hasta sus testículos, empezamos a besarnos y él toco mis pechos, mi cara y jalaba fuerte con su mano mi cabello largo y castaño. No podía parar de pensar en lo rico que se estaba poniendo su pene que estaba ya escurriendo.
Lentamente baje sus pantalones al mismo tiempo que baje sus bóxer, su pene estaba realmente húmedo, grande y rojo; bese lentamente todo su tronco y testículos mientras él me veía, saque mi lengua y di unos golpecitos con la misma, hasta que llegue a la punta, abrí mi boca y me metí ese pedazo de carne que desde rato ansiaba sentir el calor y la humedad de mi boca. Deslizaba mi boca al mismo tiempo que movía mi lengüa y llenaba de babita todo su pene. Me detuve un momento para quitarme mis calzoncitos de color blanco, con un moñito al centro y deje ver mi pubis totalmente depilado, estaba la piel suave y mi clítoris sobresalía de lo hinchado que se había puesto.
Me coloque encima de él dejando mi colita en su cara, él empezó a acariciar mis muslos morenos; tocaba mis nalgas y me las abría viendo mi panocha húmeda e hinchada, yo seguí chupando su pene mientras el recorría mis piernas unas vez más. Levanto mi falda hasta la cintura abrió mis nalgas y de un tirón pego mi ano en su boca, el jadeo al poner su lengüa en mi puntito obscuro, yo me jalé para quitarme pues sabía que no era correcto, a pesar que recorrió un escalofrío por mi cuerpo y no pude evitar abrir a la vez mi ano al sentir el roce de su húmeda lengüa. Él me sujeto con fuerza y siguió gozando de mi puntito prieto. Jadeó, y supe entonces que debía de entregarme a él de esta forma, seguí lamiendo su pene, que se puso más duro y grande, su color había cambiado, quito su boca de mi ano y empezó a juguetear con su dedo en mi punto el cuál le abría y cerraba como cuando hago caquita
-Que rico lo tienes y quiero sentir tu interior- me dijo.
Me cogió por las caderas y me recostó con las nalguitas paraditas
-Putilla- susurro al tiempo que resbala su pitote por en medio de mis nalgas hacia la espalda -Siente como se puso al ver tu ano prieto y te voy a coger hasta dejarlo bien abierto-
Sentí como chorreaba y como con saliva en una mano se lubrico el pene, y con la otra me metía un dedo, mi cuerpo aceptaba aquella sensación que provocaba que mi panocha se humedeciera
-Puedo ver cómo te mojas- dijo como si adivinara mis pensamientos, quito su dedo de mi ano y rápidamente lo empezó a remplazar con su pito sentí como se abrió mi ano y entro lentamente
- ¡Para! - grite apretando los ojos y jalando mi cuerpo hacia adelante, él me detuvo - no - dijo firmemente mientras me atraía hacia su cuerpo.
Mi ano se expandió y se relajó al sentir su pito caliente en mi interior. Sabía que no era correcto, era sexo sucio y por lo mismo empecé a excitarme, mis caderas se movían lentamente, su cuerpo se movía al mismo ritmo con el mío, sujetó fuerte mis nalgas y la abrió saco su pito y vio mi ano abierto, metía su pene lentamente y pude sentir como llenaba mi ano, repitió una vez más y empezó a moverse más rápido, cogió un cojín y lo coloco en mi pubis dejo caer su cuerpo encima metiendo todo su pito moviéndose lentamente no podía creer lo bien que sentía, escuchaba su respiración, sentí su calor en mi interior anal.
- ¿Te gusta que te penetre por atrás? Puedo sentir tu ano jugoso y caliente-
Sus palabras me llevaron a un glorioso clímax que no pude decir palabra alguna, mi cuerpo empezó a convulsionar y mis gemidos hicieron más evidente mi orgasmo, levante un poco más las nalguitas y con mis manos las abrí mi interior, empezó a cogerme con rapidez mi ano estaba totalmente relajado y puje para abrirlo más, sus embestidas golpeaban mis nalgas, su pito se hinchaba mas, si fuera posible juraría que sobresalía su pene por mi vientre, -voy a eyacular- me dijo entre gemidos y su pene estremeció y empezó a rellenar mi interior con su leche, gimió y me mordió el hombro para no gritar, mi ano empezó a escurrir por los lados escurriendo por la ingle, saco su pene de mi ano, el cual quedo sensible.
Nos besamos y acariciamos hasta quedarnos dormidos abrazados. Siempre tuve la sensación de que en mi cuerpo le hacía falta algo más, y ese día descubrí lo que era. Fin.
Lentamente baje sus pantalones al mismo tiempo que baje sus bóxer, su pene estaba realmente húmedo, grande y rojo; bese lentamente todo su tronco y testículos mientras él me veía, saque mi lengua y di unos golpecitos con la misma, hasta que llegue a la punta, abrí mi boca y me metí ese pedazo de carne que desde rato ansiaba sentir el calor y la humedad de mi boca. Deslizaba mi boca al mismo tiempo que movía mi lengüa y llenaba de babita todo su pene. Me detuve un momento para quitarme mis calzoncitos de color blanco, con un moñito al centro y deje ver mi pubis totalmente depilado, estaba la piel suave y mi clítoris sobresalía de lo hinchado que se había puesto.
Me coloque encima de él dejando mi colita en su cara, él empezó a acariciar mis muslos morenos; tocaba mis nalgas y me las abría viendo mi panocha húmeda e hinchada, yo seguí chupando su pene mientras el recorría mis piernas unas vez más. Levanto mi falda hasta la cintura abrió mis nalgas y de un tirón pego mi ano en su boca, el jadeo al poner su lengüa en mi puntito obscuro, yo me jalé para quitarme pues sabía que no era correcto, a pesar que recorrió un escalofrío por mi cuerpo y no pude evitar abrir a la vez mi ano al sentir el roce de su húmeda lengüa. Él me sujeto con fuerza y siguió gozando de mi puntito prieto. Jadeó, y supe entonces que debía de entregarme a él de esta forma, seguí lamiendo su pene, que se puso más duro y grande, su color había cambiado, quito su boca de mi ano y empezó a juguetear con su dedo en mi punto el cuál le abría y cerraba como cuando hago caquita
-Que rico lo tienes y quiero sentir tu interior- me dijo.
Me cogió por las caderas y me recostó con las nalguitas paraditas
-Putilla- susurro al tiempo que resbala su pitote por en medio de mis nalgas hacia la espalda -Siente como se puso al ver tu ano prieto y te voy a coger hasta dejarlo bien abierto-
Sentí como chorreaba y como con saliva en una mano se lubrico el pene, y con la otra me metía un dedo, mi cuerpo aceptaba aquella sensación que provocaba que mi panocha se humedeciera
-Puedo ver cómo te mojas- dijo como si adivinara mis pensamientos, quito su dedo de mi ano y rápidamente lo empezó a remplazar con su pito sentí como se abrió mi ano y entro lentamente
- ¡Para! - grite apretando los ojos y jalando mi cuerpo hacia adelante, él me detuvo - no - dijo firmemente mientras me atraía hacia su cuerpo.
Mi ano se expandió y se relajó al sentir su pito caliente en mi interior. Sabía que no era correcto, era sexo sucio y por lo mismo empecé a excitarme, mis caderas se movían lentamente, su cuerpo se movía al mismo ritmo con el mío, sujetó fuerte mis nalgas y la abrió saco su pito y vio mi ano abierto, metía su pene lentamente y pude sentir como llenaba mi ano, repitió una vez más y empezó a moverse más rápido, cogió un cojín y lo coloco en mi pubis dejo caer su cuerpo encima metiendo todo su pito moviéndose lentamente no podía creer lo bien que sentía, escuchaba su respiración, sentí su calor en mi interior anal.
- ¿Te gusta que te penetre por atrás? Puedo sentir tu ano jugoso y caliente-
Sus palabras me llevaron a un glorioso clímax que no pude decir palabra alguna, mi cuerpo empezó a convulsionar y mis gemidos hicieron más evidente mi orgasmo, levante un poco más las nalguitas y con mis manos las abrí mi interior, empezó a cogerme con rapidez mi ano estaba totalmente relajado y puje para abrirlo más, sus embestidas golpeaban mis nalgas, su pito se hinchaba mas, si fuera posible juraría que sobresalía su pene por mi vientre, -voy a eyacular- me dijo entre gemidos y su pene estremeció y empezó a rellenar mi interior con su leche, gimió y me mordió el hombro para no gritar, mi ano empezó a escurrir por los lados escurriendo por la ingle, saco su pene de mi ano, el cual quedo sensible.
Nos besamos y acariciamos hasta quedarnos dormidos abrazados. Siempre tuve la sensación de que en mi cuerpo le hacía falta algo más, y ese día descubrí lo que era. Fin.
4 comentarios - Me cogieron por atrás.
Besos