Mi papá y sus amigos se juntaban todos los jueves a jugar al fútbol en una chancha que alquilan para la ocasión. Son un equipo de 5 tipos que oscilan entre los treintilargos y los cuarentaitantos. Como la canchita queda cerca de casa vienen a casa después de los partidos suelen juntarse a comer algo acá y charlan de los partidos y de sus vidas mientras toman unas cervecitas. Dicen que lo hacían por cábala, para seguir ganando, hacen siempre la misma rutina.
Generalmente trataba de no estar en casa porque a mi papá no lo seducía mucho la idea de que sus amigos que son un poco babosos estén cerca de su hija. Sabía perfectamente que las horas de gym y la costumbre que tengo de salir a correr ya estaba dando resultados muy apetecibles para la platea masculina.
Un jueves olvidé que venían y cuando llegué de correr, estaban todos ahí. Los 5 integrantes del equipo: mi papi, Robert, Eze, Juampi y Manu. Yo estaba muerta de sed y pasé derecho a la cocina a tomar agua, ni siquiera los vi. Cuando me di vuelta noté las miradas de Robert y Manu clavadas en mi culo. Mi papá y los otros dos estaban de espaldas y no vieron los ojos clavados en mi calza roja. Me causó gracia y sonreí. Me acerqué rápidamente para saludar al resto.
- Hola, como le fue al Barça de la tercera edad? - les dije en broma, en parte para no saludar uno por uno.
- Hola princesa, pensé que no venías a comer - Me dijo mi papá un poco preocupado.
- Tranquilo Beto, si la pizza alcanza y sobra. Vení querida sentate acá con el tío Robertito - me invitó Robert
Así que me senté con mis "tíos postizos" a comer. Manu que se había parado a cortar la pizza se sentó del otro lado mío en el banco y quedé en el medio.
- Que buena está - dijo Ezequiel, que estaba en frente mío, después de morder la primer porción
- Por la pizza digo jejeje - aclaró con tono picante.
Todos reímos un rato por la aclaración.
La charla fue para el lado del partido y yo me quedé un poco colgada, así que comía y tomaba cerveza nada más.
Estaban muy entretenidos cuando sonó el celular de mi papá. Se paró a atender a unos metros
- No no, dejame de joder, estoy con gente en casa ahora - respondió molesto
- Bueno, yo que culpa tengo? - contestó después
- Está bien en un rato estoy ahí - terminó diciendo resignado. Todos lo mirábamos sin entender nada de lo que hablaba. Al parecer el boludo de mi hermano había dado positivo en un control de alcoholemia y necesitaba que alguien lo fuera a buscar. Y como le tiene miedo a la mujer lo llama siempre a mi viejo cuando tiene algún problema.
- Lo dejo al salame este en su casa y vuelvo - nos prometió mientras agarraba las llaves del auto.
- No te hagas problema Betito, te esperamos, los hijos son los hijos - Le dijo Juampi que era el más serio del grupo.
- Este Ariel no aprende más, debe ser la cuarta vez que le pasa lo mismo, por eso no la llama a mi cuñada ya - me desahogué antes de tomar lo que quedaba de cerveza en mi baso.
- Tranquila chiquita - me dijo Manu, dándome una palmada en la pierna.
- Vos te mandaste alguna macana borrachita alguna vez?- me preguntó Eze.
Se me vinieron varios recuerdos a la mente. Cosas que jamas les diría a ellos.
- Si, algunas veces si - dije y no pude evitar que se me hiciera una media sonrisa
- Seguro no se pueden contar - tiró sugerente Robert
Yo solo me reí y miré para abajo. Cuando lo hice pude ver que tanto Robert como Manu tenían unas erecciones bastante marcadas. Levanté la vista y vi que los ojos de Ezequiel estaba clavados en mis pechos. Giré buscando la mirada de Juampi y observando el reloj me preguntó
- Tu viejo tiene como una hora ida y vuelta, no?
- Depende donde lo hayan agarrado a Ariel - Respondí.
- Bueno, si no nos queres decir nos podes mostrar las cosas que haces cuando te pones borrachita - sugirió Roberto mientras cruzó su brazo por atrás de mi cabeza y acariciaba mi hombro.
- Te parece que hagamos tiempo hasta que vuelva tu papá? - completó la invitación Manu
Ya estaban todos un poco tomados por eso se pusieron más verdes que de costumbre. La verdad la idea de ser la mina de los amigos de papá no me desagradaba tanto así que le puse una mano a cada uno en el bulto y mientras los acariciaba por arriba del pantalón les dije
- Qué quieren hacer ustedes? -
Juampi miraba asomado por arriba de la mesa y Eze ya se empezó a frotar la pija arriba del pantalón.
Roberto no podía creer y me comió la boca a lo que yo respondí generosamente con mi lengua adentro de la suya.
Me di vuelta y lo miré con gesto felino a Manu que estaba paralizado mientras seguía sintiendo mis caricia en su pija. Le pasé la lengua por el cuello y la mejilla y me empecé a deslizar en el banco.
- Se me ocurrió una idea para tenerlos entretenidos - les lancé, mientras mi cabeza se perdía abajo de la mesa. En el momento que Robert y Manu sacaban sus pijas del pantalón, vi de reojo que tanto Eze como Juampi ya se estaban pegando una paja importante. Así que me fui gateando al otro lado de la mesa y agarrando esos dos pedazos empecé a masturbarlos y les dije
- Necesitan ayuda por acá? - acelerando la velocidad de mis manos.
- seee - dijeron a coro.
Eso fue suficiente para mi para meterme la de Juampi en la boca y empezar a jugar con mi lengua en esa cabezota hinchada. Pude ver claramente como tiraba la cabeza para atrás en pleno goce. No dejaba de pajear a Eze mientras ya me había metido entera la pija que tenía en la boca y había empezado el sube y baja de mis labios, tragandola una y otra vez. Cambié de verga y empecé a hacerle lo mismo a Eze en el momento en el que sentía las manos de Robert y Manu tocandome las nalgas y bajando mi calza. Mientras recorría todo el tronco de esa rica pija con mi lengua sentía como los dos estaban jugando con mi concha y mi culo pasando los dedos.
Ezequiel no, porque estaba con los ojos cerrados y las dos manos en su nuca recibiendo mi mamada, pero Juan Pablo se encargó de subirme un poco la remera y acariciaba una de mis tetas mientras lo pajeaba con mas fuerza como agradeciendole el mimo.
Estuvimos unos minutos más así y me di la vuelta a mi lugar original. Tenía la calza a la altura de las rodillas y la tanga justo donde terminaban los cachetes de mi cola.
- Ahora les toca a ustedes - les dije con mi sonrisa adornada de saliva y liquidos de las pijas que ya había probado.
- Vení acá bebota - Me ordenó ansioso, Robert y me metió la pija hasta la garganta agarrándome la cabeza para tenerla unos segundos ahí. Me soltó y yo tosí un poco pero rápidamente empecé a lamerla y otra vez me la metí para mamarsela un rato. Empecé a intercalar la pija de Manu mientras sentía las manos de los otros dos apretándome las nalgas.
Manu me levantó de los hombros como si no pesara nada y me dijo
- A ver mejor vení para acá que te quiero ver bien cuando me la chupas. Los cuatro se pararon en ronda y yo quedé arrodillada en el medio. Cada uno se pajeaba mientras yo iba chupandoselas uno por uno. Mientras me tocaban las tetas y el culo a gusto y yo les agradecía intensificando la mamada de turno. Era genial verlos a todos iguales, con sus camisetas a rayas los pantaloncitos cortos en el piso compartiendo mi boca y delirando de placer.
- Bueno chicos vamos a apurar un poco esto - les dije y empecé a chuparsela muy rapido a Robert. Casi de inmediato, sentí el estallido dentro de mi boca y el espeso liquido blanco empezando a escaparse de mis labios. Me la saqué y limpiandome con la mano hice lo mismo con Eze que también levantó la cabeza y en medio de un gemido me dio la lechita. Manu y Juampi sin embargo me sugirieron cerrar los ojos y abrir la boca. Yo obedecí y apenas cerré los ojos varios chorros calientes me cayeron en la boca pero también en las mejillas y en la frente, era mucho así que chorreaba por mi cuello. Sentía las cuatro pijas rozarme la cara dejando las últimas gotas. Los cuatro estaban disfrutando en grande y me lo hacían saber con sus gemidos. - Que rica putita sos - resumió Robert, el sentir de los demás
Todavía tenía los ojos cerrados cuando escuché fuerte
- Los voy a matar hijos de puta! - Me limpié los ojos y era papá que ya había agarrado del cuello a Robert, mientras los otros tres se subían los pantaloncitos y asustados le gritaban.
- Para! Calmate! No te pongas así! - sorprendidos
- Andate de acá antes de que te mate! - le dijo al soltarlo. Robert salió corriendo de la casa sin mediar palabra.
- Perdón Betito - Intentó disculparse Juampi, mientras los otros dos salían corriendo también a su espalda. Papá no los pudo interceptar. Mi viejo lo dejó que se acerque y le dio un rodillazo en los huevos que lo dejó sin aire. Cuando se pudo parar salió rápido como sus amigos
Yo estaba paralizada con tanta violencia. No sabía que hacer. Me acomodé la ropa y me estaba limpiando la cara con las manos, cuando me dijo
- Y vos, mi propia hija, me haces esto - y se fue al sillón agarrándose la cara con las dos manos.
- Papi, perdoname! Fue sin querer- le dije de rodillas frente a él. Se sacó las manos de la cara y vio que todavía tenía restos de leche en chorreando desde mi frente.
La mirada que puso me dio una idea.
Con cara de puta puse mis manos en sus rodillas acariciándolo lentamente y le dije
- Papi, todavía me falta el mejor jugador del equipo -
Abrió los ojos grandes cuando mis dos manos se fueron a su bulto y yo puse una sonrisa de oreja a oreja al sacarlo del pantalón medio duro
- No no, que haces? - llegó a decir antes de que me tragara la cabeza y la saboree bien rápido con mi lengua inquieta.
- mmmm que rica pija pa - le susurre rosandola con mis labios. La tragué toda y empecé a darle la mejor de las mamadas.
- ay si que buena que sos con esa boquita mi chiquita -
me dijo totalmente extasiado por mis labios y mi lengua recorriendo cada centímetro de su venosa y gorda verga que ya no me entraba completa en la boca.
Me sacó la remera y el corpiño y me acosté boca arriba con la cabeza en el aire. Mientras me apretaba las tetas y se mordía los labios me metió la pija en la boca y la hundió hasta la garganta, la sentía que llegaba hasta el fondo y sus huevos golpeaban mi frente. Eso lo excitó mucho y empezó a cogerme la cara. Yo tenía mis manos en sus piernas y cuando me ahogaba le clavaba las uñas, cosa que al parecer le gustaba.
Estuvo gozando de mi boca y mis tetas un buen rato hasta que totalmente agitado y transpirado como yo, me dijo
- Ahora date vuelta putita - y me bajó la calza - Apoyó su enorme pija en mi culo y ahora fui yo la que abrió los ojos enormes. Un grito desde lo más profundo de mi ser retumbó por la casa cuando me la metió con fuerza y tras unos segundos empezó el bombeo feroz.
Me tenía con las dos piernas juntas hacia el costado y rompiéndome el culo como a una puta. Se deleitaba con mis gritos de placer y el sonido de mis nalgas golpeadas por la violencia de sus movimientos. También me daba un par de chirlos para sumarle excitación al momento.
Ya estaba roja como un tomate y empapada en sudor. Casi no tenía aire ni fuerzas de tanto gritar.
Le grité con mis últimas fuerzas
- Acabame ahí mismo pa! - y como si estuviera esperando mi orden me dio un último chirlo bien fuerte y al sentir la explosión caliente adentro mío, me calenté como nunca. La sacó y quedé rendida en esa posición. La leche de papá chorreaba por mis nalgas hasta la mesita. El se quedó mirando ese pintoresco espectáculo hasta que giré la cabeza y lo miré lamiendo la acaba que junte con mis dedos. No le dije nada ni él tampoco a mi pero la complicidad y la pasión en esas miradas lo dijo todo.
A partir de ese jueves pasé a ser jugadora del equipo, a mi manera. No me puedo perder una sola cena con los muchachos de Futbol 5. Después de las pizzas y la birra yo me voy debajo de la mesa y mientras todos se bajan sus pantaloncitos de fútbol mi papá dice - es la cábala
Generalmente trataba de no estar en casa porque a mi papá no lo seducía mucho la idea de que sus amigos que son un poco babosos estén cerca de su hija. Sabía perfectamente que las horas de gym y la costumbre que tengo de salir a correr ya estaba dando resultados muy apetecibles para la platea masculina.
Un jueves olvidé que venían y cuando llegué de correr, estaban todos ahí. Los 5 integrantes del equipo: mi papi, Robert, Eze, Juampi y Manu. Yo estaba muerta de sed y pasé derecho a la cocina a tomar agua, ni siquiera los vi. Cuando me di vuelta noté las miradas de Robert y Manu clavadas en mi culo. Mi papá y los otros dos estaban de espaldas y no vieron los ojos clavados en mi calza roja. Me causó gracia y sonreí. Me acerqué rápidamente para saludar al resto.
- Hola, como le fue al Barça de la tercera edad? - les dije en broma, en parte para no saludar uno por uno.
- Hola princesa, pensé que no venías a comer - Me dijo mi papá un poco preocupado.
- Tranquilo Beto, si la pizza alcanza y sobra. Vení querida sentate acá con el tío Robertito - me invitó Robert
Así que me senté con mis "tíos postizos" a comer. Manu que se había parado a cortar la pizza se sentó del otro lado mío en el banco y quedé en el medio.
- Que buena está - dijo Ezequiel, que estaba en frente mío, después de morder la primer porción
- Por la pizza digo jejeje - aclaró con tono picante.
Todos reímos un rato por la aclaración.
La charla fue para el lado del partido y yo me quedé un poco colgada, así que comía y tomaba cerveza nada más.
Estaban muy entretenidos cuando sonó el celular de mi papá. Se paró a atender a unos metros
- No no, dejame de joder, estoy con gente en casa ahora - respondió molesto
- Bueno, yo que culpa tengo? - contestó después
- Está bien en un rato estoy ahí - terminó diciendo resignado. Todos lo mirábamos sin entender nada de lo que hablaba. Al parecer el boludo de mi hermano había dado positivo en un control de alcoholemia y necesitaba que alguien lo fuera a buscar. Y como le tiene miedo a la mujer lo llama siempre a mi viejo cuando tiene algún problema.
- Lo dejo al salame este en su casa y vuelvo - nos prometió mientras agarraba las llaves del auto.
- No te hagas problema Betito, te esperamos, los hijos son los hijos - Le dijo Juampi que era el más serio del grupo.
- Este Ariel no aprende más, debe ser la cuarta vez que le pasa lo mismo, por eso no la llama a mi cuñada ya - me desahogué antes de tomar lo que quedaba de cerveza en mi baso.
- Tranquila chiquita - me dijo Manu, dándome una palmada en la pierna.
- Vos te mandaste alguna macana borrachita alguna vez?- me preguntó Eze.
Se me vinieron varios recuerdos a la mente. Cosas que jamas les diría a ellos.
- Si, algunas veces si - dije y no pude evitar que se me hiciera una media sonrisa
- Seguro no se pueden contar - tiró sugerente Robert
Yo solo me reí y miré para abajo. Cuando lo hice pude ver que tanto Robert como Manu tenían unas erecciones bastante marcadas. Levanté la vista y vi que los ojos de Ezequiel estaba clavados en mis pechos. Giré buscando la mirada de Juampi y observando el reloj me preguntó
- Tu viejo tiene como una hora ida y vuelta, no?
- Depende donde lo hayan agarrado a Ariel - Respondí.
- Bueno, si no nos queres decir nos podes mostrar las cosas que haces cuando te pones borrachita - sugirió Roberto mientras cruzó su brazo por atrás de mi cabeza y acariciaba mi hombro.
- Te parece que hagamos tiempo hasta que vuelva tu papá? - completó la invitación Manu
Ya estaban todos un poco tomados por eso se pusieron más verdes que de costumbre. La verdad la idea de ser la mina de los amigos de papá no me desagradaba tanto así que le puse una mano a cada uno en el bulto y mientras los acariciaba por arriba del pantalón les dije
- Qué quieren hacer ustedes? -
Juampi miraba asomado por arriba de la mesa y Eze ya se empezó a frotar la pija arriba del pantalón.
Roberto no podía creer y me comió la boca a lo que yo respondí generosamente con mi lengua adentro de la suya.
Me di vuelta y lo miré con gesto felino a Manu que estaba paralizado mientras seguía sintiendo mis caricia en su pija. Le pasé la lengua por el cuello y la mejilla y me empecé a deslizar en el banco.
- Se me ocurrió una idea para tenerlos entretenidos - les lancé, mientras mi cabeza se perdía abajo de la mesa. En el momento que Robert y Manu sacaban sus pijas del pantalón, vi de reojo que tanto Eze como Juampi ya se estaban pegando una paja importante. Así que me fui gateando al otro lado de la mesa y agarrando esos dos pedazos empecé a masturbarlos y les dije
- Necesitan ayuda por acá? - acelerando la velocidad de mis manos.
- seee - dijeron a coro.
Eso fue suficiente para mi para meterme la de Juampi en la boca y empezar a jugar con mi lengua en esa cabezota hinchada. Pude ver claramente como tiraba la cabeza para atrás en pleno goce. No dejaba de pajear a Eze mientras ya me había metido entera la pija que tenía en la boca y había empezado el sube y baja de mis labios, tragandola una y otra vez. Cambié de verga y empecé a hacerle lo mismo a Eze en el momento en el que sentía las manos de Robert y Manu tocandome las nalgas y bajando mi calza. Mientras recorría todo el tronco de esa rica pija con mi lengua sentía como los dos estaban jugando con mi concha y mi culo pasando los dedos.
Ezequiel no, porque estaba con los ojos cerrados y las dos manos en su nuca recibiendo mi mamada, pero Juan Pablo se encargó de subirme un poco la remera y acariciaba una de mis tetas mientras lo pajeaba con mas fuerza como agradeciendole el mimo.
Estuvimos unos minutos más así y me di la vuelta a mi lugar original. Tenía la calza a la altura de las rodillas y la tanga justo donde terminaban los cachetes de mi cola.
- Ahora les toca a ustedes - les dije con mi sonrisa adornada de saliva y liquidos de las pijas que ya había probado.
- Vení acá bebota - Me ordenó ansioso, Robert y me metió la pija hasta la garganta agarrándome la cabeza para tenerla unos segundos ahí. Me soltó y yo tosí un poco pero rápidamente empecé a lamerla y otra vez me la metí para mamarsela un rato. Empecé a intercalar la pija de Manu mientras sentía las manos de los otros dos apretándome las nalgas.
Manu me levantó de los hombros como si no pesara nada y me dijo
- A ver mejor vení para acá que te quiero ver bien cuando me la chupas. Los cuatro se pararon en ronda y yo quedé arrodillada en el medio. Cada uno se pajeaba mientras yo iba chupandoselas uno por uno. Mientras me tocaban las tetas y el culo a gusto y yo les agradecía intensificando la mamada de turno. Era genial verlos a todos iguales, con sus camisetas a rayas los pantaloncitos cortos en el piso compartiendo mi boca y delirando de placer.
- Bueno chicos vamos a apurar un poco esto - les dije y empecé a chuparsela muy rapido a Robert. Casi de inmediato, sentí el estallido dentro de mi boca y el espeso liquido blanco empezando a escaparse de mis labios. Me la saqué y limpiandome con la mano hice lo mismo con Eze que también levantó la cabeza y en medio de un gemido me dio la lechita. Manu y Juampi sin embargo me sugirieron cerrar los ojos y abrir la boca. Yo obedecí y apenas cerré los ojos varios chorros calientes me cayeron en la boca pero también en las mejillas y en la frente, era mucho así que chorreaba por mi cuello. Sentía las cuatro pijas rozarme la cara dejando las últimas gotas. Los cuatro estaban disfrutando en grande y me lo hacían saber con sus gemidos. - Que rica putita sos - resumió Robert, el sentir de los demás
Todavía tenía los ojos cerrados cuando escuché fuerte
- Los voy a matar hijos de puta! - Me limpié los ojos y era papá que ya había agarrado del cuello a Robert, mientras los otros tres se subían los pantaloncitos y asustados le gritaban.
- Para! Calmate! No te pongas así! - sorprendidos
- Andate de acá antes de que te mate! - le dijo al soltarlo. Robert salió corriendo de la casa sin mediar palabra.
- Perdón Betito - Intentó disculparse Juampi, mientras los otros dos salían corriendo también a su espalda. Papá no los pudo interceptar. Mi viejo lo dejó que se acerque y le dio un rodillazo en los huevos que lo dejó sin aire. Cuando se pudo parar salió rápido como sus amigos
Yo estaba paralizada con tanta violencia. No sabía que hacer. Me acomodé la ropa y me estaba limpiando la cara con las manos, cuando me dijo
- Y vos, mi propia hija, me haces esto - y se fue al sillón agarrándose la cara con las dos manos.
- Papi, perdoname! Fue sin querer- le dije de rodillas frente a él. Se sacó las manos de la cara y vio que todavía tenía restos de leche en chorreando desde mi frente.
La mirada que puso me dio una idea.
Con cara de puta puse mis manos en sus rodillas acariciándolo lentamente y le dije
- Papi, todavía me falta el mejor jugador del equipo -
Abrió los ojos grandes cuando mis dos manos se fueron a su bulto y yo puse una sonrisa de oreja a oreja al sacarlo del pantalón medio duro
- No no, que haces? - llegó a decir antes de que me tragara la cabeza y la saboree bien rápido con mi lengua inquieta.
- mmmm que rica pija pa - le susurre rosandola con mis labios. La tragué toda y empecé a darle la mejor de las mamadas.
- ay si que buena que sos con esa boquita mi chiquita -
me dijo totalmente extasiado por mis labios y mi lengua recorriendo cada centímetro de su venosa y gorda verga que ya no me entraba completa en la boca.
Me sacó la remera y el corpiño y me acosté boca arriba con la cabeza en el aire. Mientras me apretaba las tetas y se mordía los labios me metió la pija en la boca y la hundió hasta la garganta, la sentía que llegaba hasta el fondo y sus huevos golpeaban mi frente. Eso lo excitó mucho y empezó a cogerme la cara. Yo tenía mis manos en sus piernas y cuando me ahogaba le clavaba las uñas, cosa que al parecer le gustaba.
Estuvo gozando de mi boca y mis tetas un buen rato hasta que totalmente agitado y transpirado como yo, me dijo
- Ahora date vuelta putita - y me bajó la calza - Apoyó su enorme pija en mi culo y ahora fui yo la que abrió los ojos enormes. Un grito desde lo más profundo de mi ser retumbó por la casa cuando me la metió con fuerza y tras unos segundos empezó el bombeo feroz.
Me tenía con las dos piernas juntas hacia el costado y rompiéndome el culo como a una puta. Se deleitaba con mis gritos de placer y el sonido de mis nalgas golpeadas por la violencia de sus movimientos. También me daba un par de chirlos para sumarle excitación al momento.
Ya estaba roja como un tomate y empapada en sudor. Casi no tenía aire ni fuerzas de tanto gritar.
Le grité con mis últimas fuerzas
- Acabame ahí mismo pa! - y como si estuviera esperando mi orden me dio un último chirlo bien fuerte y al sentir la explosión caliente adentro mío, me calenté como nunca. La sacó y quedé rendida en esa posición. La leche de papá chorreaba por mis nalgas hasta la mesita. El se quedó mirando ese pintoresco espectáculo hasta que giré la cabeza y lo miré lamiendo la acaba que junte con mis dedos. No le dije nada ni él tampoco a mi pero la complicidad y la pasión en esas miradas lo dijo todo.
A partir de ese jueves pasé a ser jugadora del equipo, a mi manera. No me puedo perder una sola cena con los muchachos de Futbol 5. Después de las pizzas y la birra yo me voy debajo de la mesa y mientras todos se bajan sus pantaloncitos de fútbol mi papá dice - es la cábala
28 comentarios - La cábala
Muy buen relato
Me encantaria mostrarte como me dejan tus relatos
Ese es el corazón del relato: el morbo
Donde me tengo que presentar para la prueba??? Tengo 33!
y ese momento donde te rompen la colita!! me re calento!!
-lu
Me dejas mas caliente que una pipa con tus relatos
Saludos linda, estos relatos tuyos me estan matando ... estoy mas seco que el desierto u 😀