Ya dentro de nuestra casa, ambos (mi hermana y yo) intentábamos explicar lo inexplicable a nuestra madre, testigo de todo aquello, e intentábamos generarle algunas dudas de lo que decía haber visto. De todos modos y a pesar que me miraba con decepción, fundamentalmente a mi, con la que estaba furiosa era con Felina. La que en definitiva, podía robarle el amor de su hijo...
Le ordenó a mi hermana, su hija, que se internara en la habitación, y que no saliera del cuarto hasta la cena, ella obedeció sin chistar. Y a mi, sólo me miró, con un dejo en sus ojos de tristeza, como defraudada por mi accionar. Eso me mataba, siempre logró, en todos los ámbitos de mi vida generarme culpa. Aunque en este caso puntual, era legítimo su desencanto, yo era culpable, no tenía defensa alguna que presentar y lidiar.
Entró a su dormitorio dejándome en la sala de estar, sin decirme una palabra, yo permanecí inmóvil, de pie a la espera de su reacción y reprimenda.
Al cabo de un tiempo, que a mi me pareció interminable y pudieron tal vez ser unos instantes, al no salir de la habitación, me asomé con cuidado y la observé, más cómodamente vestida, más que eso, sensualmente ataviada, y recostada en un sillón...
¡Pasá! Al verme me invitó a ingresar, se levantó, fue hasta un extremo de la habitación y mientras se quitaba una especie de camisola larga que cubría su cuerpo, murmuró de espaldas a mi: ¡Tengo una duda!
Y quedando en ropa interior, puso sus brazos en jarra y me preguntó con cara recia:
¿Y a vos qué te pasa?
Verla semidesnuda, no era especial, ella, al igual que mi hermana y en alguna medida yo también, acostumbrábamos a andar a medio vestir. Sin embargo, en ese preciso momento, la tensión de lo sucedido, le daba otra carga al asunto, una especie de erotismo acompañaba la situación.. Y a todo ello, quedaba en el aire mi respuesta, que responderle, serle honesto y decirle que estaba caliente? O mentirle y seguir argumentando pavadas como hasta ese momento? De todos modos, nuestra madre nos conocía a todos y a mi, me leía con sólo mirarme, de hecho, ella ya sabía la respuesta a su pregunta, lo que era, que sucedía...
Yo quedé convencido, que ella quería algo más en ese momento, mucho más, y lo quería conmigo, en ese instante, pero, no se animó, y yo menos aún, venía de ser descubierto en una macana monumental, y no estaba para malinterpretar señales femeninas, justo en este caso, las de mi madre. A pesar de que eran evidentes, ella, había jugado estratégicamente pero de alguna manera conservadora, sin ir a la carga final, enceguecida, su táctica, muy sagaz, le daba la oportunidad de retroceder y salir victoriosa. Yo estaba entre la espada y la pared, así que me resigné.
¡Quedate acá a cumplir tu penitencia! Decidió eso, porque mi hermana y yo, compartíamos la misma pieza, así que ella salió de su dormitorio para continuar con las tareas del hogar y yo me recosté en su cama, la que tenía su olor, el aroma a la mujer que yo más amé en la vida, tomé de un mueble, "la cómoda" una fotografía de ella, jovencita, cuando tenía mi edad, y me dormí abrazado a ese retrato en mi pecho.
Ese día terminó sin ninguna otra cosa para destacar, salvo el hecho de cenar todos en silencio, y que mi padre, fue a dormir conmigo en el dormitorio que compartía con mi hermana, y Felina durmió con nuestra madre en la cama de dos plazas.
Mi padre, nunca se enteró de nada, como la mayoría de las veces, respecto a ninguna cosa que sucediera dentro de la familia.
A la mañana siguiente, me desperté estando sólo en la casa, era cerca del mediodía. Cuando comenzaba a desesperarme, entraron por la puerta de entrada, mi hermana y mi madre, que volvían del ginecólogo.
Apartir de lo sucedido con nosotros dos, (mi hermana y yo), mi madre, había decidido un par de cosas drásticas, sacarla a Felina del dormitorio que compartíamos, y armó en medio de un pasillo corredor, que llevaba a los distintos ambientes de la casa, con un sofá cama, un lugar para que descanse, de hecho, eso era complicado, ya que, por ahí, todos los integrantes de la casa, debíamos pasar para, ir a la cocina, para ir al comedor, para ir al baño, para ir a los dos dormitorios, para ir hacia la puerta de entrada a la calle, y para ir a la puerta de salida al fondo de la casa. Era en si, otro castigo para la díscola casquivana de felina, y esta, para demostrar su rebeldía y mantener su espíritu, de no dar nunca el brazo a torcer, lo agradeció, y lo utilizaba con absoluta libertad, como si pudiera tener intimidad en ese, su lugar, y dormía o permanecía semi sin ropas, a gusto, como algo totalmente natural.
A mi madre eso no la condicionó ni le preocupó, ya que como estaba en el medio de todo, siempre había alguien, nunca estaba sola, y podía ser bien vigilada.
Y la segunda cosa, fue llevarla al ginecólogo para estar segura de su doncellez, debido a la penitencia, no me animé siquiera a preguntar, y nadie mencionó nada.
En virtud de eso, no pude enterarme de nada de aquella consulta hasta algunos días después, producto de la vigilancia que se producía en nuestra casa, pasados unos días está (la vigilancia) se relajó y pude acercarme a mi, hermana y ella me contó, y lo que me dijo, me hizo explotar la cabeza....
Pero, eso amerita otro episodio, aunque (poque quiero que se enganchen con la historia) sólo voy a adelantar el principio: Mi madre la acompañó hasta el consultorio, y se quedó con ella para tranquilizarla, ya que por primera vez, Felina, mi hermana, iba a ser auscultada, revisada e inspeccionado su bisoño cuerpo, el profesional le indicó que se quitara toda la ropa, que estuviera como Dios la trajo al mundo. Luego de su desnudo total, el facultativo le pidió a nuestra madre que se retirara, ya que debía ejercer su ciencia asistiéndola legalmente.
El galeno le preguntó una serie de consignas protocolares, nombre y apellido, edad, antecedentes médicos familiares, y por supuesto, si era virgen...
Ella, mi hermana Felina, le respondió ¡Cómo las que están en las estampitas! Y se rió a carcajadas
El médico sonrió y le dijo ¡No, si no has mantenido relaciones sexuales!
Ella retrucó ¿Qué tipo de relaciones sexuales?
Él replicó ¡Si sos casta!
Y ella inquirió ¡Defíname casta!
http://www.poringa.net/posts/relatos/2658939/Mi-madre-llevo-a-mi-hermana-a-su-1-visita-al-ginecologo.html#comment-107878
Este es el link de la primera parte, para los que no lo leyeron o los que quieren recordarlo, saludos
Le ordenó a mi hermana, su hija, que se internara en la habitación, y que no saliera del cuarto hasta la cena, ella obedeció sin chistar. Y a mi, sólo me miró, con un dejo en sus ojos de tristeza, como defraudada por mi accionar. Eso me mataba, siempre logró, en todos los ámbitos de mi vida generarme culpa. Aunque en este caso puntual, era legítimo su desencanto, yo era culpable, no tenía defensa alguna que presentar y lidiar.
Entró a su dormitorio dejándome en la sala de estar, sin decirme una palabra, yo permanecí inmóvil, de pie a la espera de su reacción y reprimenda.
Al cabo de un tiempo, que a mi me pareció interminable y pudieron tal vez ser unos instantes, al no salir de la habitación, me asomé con cuidado y la observé, más cómodamente vestida, más que eso, sensualmente ataviada, y recostada en un sillón...
¡Pasá! Al verme me invitó a ingresar, se levantó, fue hasta un extremo de la habitación y mientras se quitaba una especie de camisola larga que cubría su cuerpo, murmuró de espaldas a mi: ¡Tengo una duda!
Y quedando en ropa interior, puso sus brazos en jarra y me preguntó con cara recia:
¿Y a vos qué te pasa?
Verla semidesnuda, no era especial, ella, al igual que mi hermana y en alguna medida yo también, acostumbrábamos a andar a medio vestir. Sin embargo, en ese preciso momento, la tensión de lo sucedido, le daba otra carga al asunto, una especie de erotismo acompañaba la situación.. Y a todo ello, quedaba en el aire mi respuesta, que responderle, serle honesto y decirle que estaba caliente? O mentirle y seguir argumentando pavadas como hasta ese momento? De todos modos, nuestra madre nos conocía a todos y a mi, me leía con sólo mirarme, de hecho, ella ya sabía la respuesta a su pregunta, lo que era, que sucedía...
Yo quedé convencido, que ella quería algo más en ese momento, mucho más, y lo quería conmigo, en ese instante, pero, no se animó, y yo menos aún, venía de ser descubierto en una macana monumental, y no estaba para malinterpretar señales femeninas, justo en este caso, las de mi madre. A pesar de que eran evidentes, ella, había jugado estratégicamente pero de alguna manera conservadora, sin ir a la carga final, enceguecida, su táctica, muy sagaz, le daba la oportunidad de retroceder y salir victoriosa. Yo estaba entre la espada y la pared, así que me resigné.
¡Quedate acá a cumplir tu penitencia! Decidió eso, porque mi hermana y yo, compartíamos la misma pieza, así que ella salió de su dormitorio para continuar con las tareas del hogar y yo me recosté en su cama, la que tenía su olor, el aroma a la mujer que yo más amé en la vida, tomé de un mueble, "la cómoda" una fotografía de ella, jovencita, cuando tenía mi edad, y me dormí abrazado a ese retrato en mi pecho.
Ese día terminó sin ninguna otra cosa para destacar, salvo el hecho de cenar todos en silencio, y que mi padre, fue a dormir conmigo en el dormitorio que compartía con mi hermana, y Felina durmió con nuestra madre en la cama de dos plazas.
Mi padre, nunca se enteró de nada, como la mayoría de las veces, respecto a ninguna cosa que sucediera dentro de la familia.
A la mañana siguiente, me desperté estando sólo en la casa, era cerca del mediodía. Cuando comenzaba a desesperarme, entraron por la puerta de entrada, mi hermana y mi madre, que volvían del ginecólogo.
Apartir de lo sucedido con nosotros dos, (mi hermana y yo), mi madre, había decidido un par de cosas drásticas, sacarla a Felina del dormitorio que compartíamos, y armó en medio de un pasillo corredor, que llevaba a los distintos ambientes de la casa, con un sofá cama, un lugar para que descanse, de hecho, eso era complicado, ya que, por ahí, todos los integrantes de la casa, debíamos pasar para, ir a la cocina, para ir al comedor, para ir al baño, para ir a los dos dormitorios, para ir hacia la puerta de entrada a la calle, y para ir a la puerta de salida al fondo de la casa. Era en si, otro castigo para la díscola casquivana de felina, y esta, para demostrar su rebeldía y mantener su espíritu, de no dar nunca el brazo a torcer, lo agradeció, y lo utilizaba con absoluta libertad, como si pudiera tener intimidad en ese, su lugar, y dormía o permanecía semi sin ropas, a gusto, como algo totalmente natural.
A mi madre eso no la condicionó ni le preocupó, ya que como estaba en el medio de todo, siempre había alguien, nunca estaba sola, y podía ser bien vigilada.
Y la segunda cosa, fue llevarla al ginecólogo para estar segura de su doncellez, debido a la penitencia, no me animé siquiera a preguntar, y nadie mencionó nada.
En virtud de eso, no pude enterarme de nada de aquella consulta hasta algunos días después, producto de la vigilancia que se producía en nuestra casa, pasados unos días está (la vigilancia) se relajó y pude acercarme a mi, hermana y ella me contó, y lo que me dijo, me hizo explotar la cabeza....
Pero, eso amerita otro episodio, aunque (poque quiero que se enganchen con la historia) sólo voy a adelantar el principio: Mi madre la acompañó hasta el consultorio, y se quedó con ella para tranquilizarla, ya que por primera vez, Felina, mi hermana, iba a ser auscultada, revisada e inspeccionado su bisoño cuerpo, el profesional le indicó que se quitara toda la ropa, que estuviera como Dios la trajo al mundo. Luego de su desnudo total, el facultativo le pidió a nuestra madre que se retirara, ya que debía ejercer su ciencia asistiéndola legalmente.
El galeno le preguntó una serie de consignas protocolares, nombre y apellido, edad, antecedentes médicos familiares, y por supuesto, si era virgen...
Ella, mi hermana Felina, le respondió ¡Cómo las que están en las estampitas! Y se rió a carcajadas
El médico sonrió y le dijo ¡No, si no has mantenido relaciones sexuales!
Ella retrucó ¿Qué tipo de relaciones sexuales?
Él replicó ¡Si sos casta!
Y ella inquirió ¡Defíname casta!
http://www.poringa.net/posts/relatos/2658939/Mi-madre-llevo-a-mi-hermana-a-su-1-visita-al-ginecologo.html#comment-107878
Este es el link de la primera parte, para los que no lo leyeron o los que quieren recordarlo, saludos
29 comentarios - Madre llevó a mi hermana a su 1° visita al ginecólogo 2Pa