Fue un día casual en el cual fui al trabajo y con la mente abierta, jamas pensando en lo que haría.
Como encargado de personal del hotel mi obligación era revisar las habitaciones antes de que los huéspedes aparecieran, esta vez, me tocó ir con la chica de siempre, la caliente, una morena bajita de esas que tienen un culo descomunal y muerde cuando besa, nos dirigimos a la habitación y la rutina ya era de revisar y luego una pequeño juego de besos y toqueteo.
La chica quien me acompañaba, en ocasiones me dejaba tocarla y sí, ya me había visto una que otra vez mi erección, pero esta vez la cosa era diferente. Desde el momento que la bese sentí su desesperada necesidad de ser follada en ese instante, y yo, sin tener sexo por mas de dos meses, andaba en gran urgencia.
Así que lo de siempre era hacer el juego en el baño, a donde nos dirigimos y comenzó aquella desenfrenada locura de prensar, saque mi pene que ya estaba duro lo suficiente como para usarse de martillo y ella lo acaricio de raíz a punta haciéndome gemir de placer. Le desabroche el pantalón a lo cual ella puso un poco de resistencia pero luego acepto y comencé a tocar su clítoris que ya podía humedecer mis dedos curiosos. La bese, me beso mientras tocábamos el sexo del otro y con mi otra mano apretaba aquellas descomunales tetas que estaban erguidas a la par de mi abdomen.
Le susurre en el oído "hagamoslo" y ella dijo, "ok, pero rápido". Dado a que contábamos con poco tiempo ya que podíamos ser descubiertos y que ella vestía jeans ajustados, lo primero que hice fue voltearla, bajar sus jeans y luego esa sexy tanga verde menta, mostrándome sus protuberantes glúteos y al centro la maravilla húmeda de clítoris que parecía rogar que mi gran polla la destrozara en instantes.
Levanto ligeramente el trasero y yo doble ligeramente mis rodillas -debido a que era baja de estatura- y lubricando con saliva mi pene el cual como guiado con mente propia se deslizo hasta alcanzar su clítoris el cual fue abruptamente atravesado, atestiguándolo un rico y excitante ay, seguido del mmm que soltaba de su sexy boca.
Comencé en la faena de brindar y recibir placer mientras sus enormes glúteos golpeaban y sonaban en los alrededores de mi pene y sentí como aquel fogueo la volvía loca tanto como a mi.
La saque y volví a empezar rompiéndole bien la cuca y ella que se venia en mi.
Cuando de repente oímos lo que puso punto final a todo, dos trabajadores se aproximaban a la habitación haciéndonos separarnos de manera abrupta y acomodando ropa y pelo nos pudimos escabullir con todo eso quemándonos por dentro.
Deje la habitación con una erección descomunal y me dirijí a un baño donde con ayuda de mi leal amiga "manuela" finalice mi acometido, pero la chaparrita y yo, lo volveríamos a repetir...
Como encargado de personal del hotel mi obligación era revisar las habitaciones antes de que los huéspedes aparecieran, esta vez, me tocó ir con la chica de siempre, la caliente, una morena bajita de esas que tienen un culo descomunal y muerde cuando besa, nos dirigimos a la habitación y la rutina ya era de revisar y luego una pequeño juego de besos y toqueteo.
La chica quien me acompañaba, en ocasiones me dejaba tocarla y sí, ya me había visto una que otra vez mi erección, pero esta vez la cosa era diferente. Desde el momento que la bese sentí su desesperada necesidad de ser follada en ese instante, y yo, sin tener sexo por mas de dos meses, andaba en gran urgencia.
Así que lo de siempre era hacer el juego en el baño, a donde nos dirigimos y comenzó aquella desenfrenada locura de prensar, saque mi pene que ya estaba duro lo suficiente como para usarse de martillo y ella lo acaricio de raíz a punta haciéndome gemir de placer. Le desabroche el pantalón a lo cual ella puso un poco de resistencia pero luego acepto y comencé a tocar su clítoris que ya podía humedecer mis dedos curiosos. La bese, me beso mientras tocábamos el sexo del otro y con mi otra mano apretaba aquellas descomunales tetas que estaban erguidas a la par de mi abdomen.
Le susurre en el oído "hagamoslo" y ella dijo, "ok, pero rápido". Dado a que contábamos con poco tiempo ya que podíamos ser descubiertos y que ella vestía jeans ajustados, lo primero que hice fue voltearla, bajar sus jeans y luego esa sexy tanga verde menta, mostrándome sus protuberantes glúteos y al centro la maravilla húmeda de clítoris que parecía rogar que mi gran polla la destrozara en instantes.
Levanto ligeramente el trasero y yo doble ligeramente mis rodillas -debido a que era baja de estatura- y lubricando con saliva mi pene el cual como guiado con mente propia se deslizo hasta alcanzar su clítoris el cual fue abruptamente atravesado, atestiguándolo un rico y excitante ay, seguido del mmm que soltaba de su sexy boca.
Comencé en la faena de brindar y recibir placer mientras sus enormes glúteos golpeaban y sonaban en los alrededores de mi pene y sentí como aquel fogueo la volvía loca tanto como a mi.
La saque y volví a empezar rompiéndole bien la cuca y ella que se venia en mi.
Cuando de repente oímos lo que puso punto final a todo, dos trabajadores se aproximaban a la habitación haciéndonos separarnos de manera abrupta y acomodando ropa y pelo nos pudimos escabullir con todo eso quemándonos por dentro.
Deje la habitación con una erección descomunal y me dirijí a un baño donde con ayuda de mi leal amiga "manuela" finalice mi acometido, pero la chaparrita y yo, lo volveríamos a repetir...
0 comentarios - Con la chaparra