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La madre de mi amigo me marco a fuego

Ezequiel es mi amigo del alma, como un hermano para mi, ese confidente en el cual uno confía hasta su vida.
Nos conocimos en la secundaria, y ahí formamos nuestra amistad, estudiábamos juntos, iba a su casa ó el venía a la mía. También éramos compañeros de aventura fuera, jugábamos al futbol en le mismo equipo, salíamos de joda por las noches y nos hacíamos tiempo para de vez en cuando para ir a algún bar a tomar cerveza y solo dejar pasar el tiempo.
Conocíamos nuestros gustos, nos pasábamos las minitas de turno, el era un poco mas decidido que yo, mas entrador, era el que iba al frente y yo lo seguía, le conocíamos la historia a mas de una, habitualmente charlábamos de esto ó de la otra, que le gustaba y que no, cual cogía bien y cual era frígida…

A esta altura, recién habíamos pasado los veintiun años, conocía a Patricia, la madre de Ezequiel desde hace mucho tiempo. El padre de mi amigo había fallecido cuando el era muy pequeño, ella era viuda desde antes que yo la conociera. Es una hermosa mujer, está cerca de los 45 años, pero aparentaba muchos menos, de hecho cualquiera diría que tiene unos 35.
Es delgada, de fina silueta, estilizada, muy armónica, no parece faltarle nada, tampoco sobrarle, además es muy amable conmigo, siempre me ha tratado muy bien. Es una mujer insinuante, delicada, pero a su vez tenaz, que ha salido delante de cuanto impedimento le puso la vida.

Cada vez que iba a esa casa de visitas para mi se tornaba un problema, era la madre de mi mejor amigo, pero no podía dejar de abstraerme ante esa hermosa mujer, y mirarla como tal, yo me sentía muy mal por este hecho que era mas fuerte que yo.
Ella venía, me saludaba y luego seguía con sus cosas, como si nada, en su mundo… pero cada vez que pasaba cerca nuestro no podía dejar de mirarla, de sentir su fragancia, tenía que disimular porque Eze siempre estaba junto a mi…. debía controlar mis pensamientos y emociones, eran solo eso, pensamientos y emociones….

Avanzada la primavera, habíamos coordinado con mi amigo para estudiar en su casa, así que ese día cerca de las 15 hs. fui a su domicilio esperando verla pero me llevé una desilusión, solo estaba Ezequiel, supuse que había salido así que resignado nos pusimos a estudiar en la mesa principal del comedor, por un lado mejor pensé…
Había pasado una hora mas ó menos cuando sentimos unos ruidos en el patio del fondo de la casa, me exalté, pero mi amigo me dijo

– Tranquilo, es mi vieja que está tomando sol….

Más que tranquilo me puse nervioso…. me la imaginé tomando sol y esa imagen quedó en mi mente… unos minutos mas tarde entró ella… tal cual la había imaginado…

– Ufff! Qué calor!!!

Lucía espléndida, que cuerpo de mujer!…. observé sus piernas bien torneadas, esbeltas, una pequeña tanguita en animal print tipo leopardo, una pequeña cintura y unos lindos pechos tapados por un sostén blanco, su piel bronceada….

– Nacho! que tal? No sabías que venías…
– Hola Pato, mucho calor no?

Al tiempo que me daba un dulce beso en la mejilla, sentí su transpiración, su olor a mujer mezclada con bronceador, mi pija se endureció bajo la mesa, no pude evitarlo…

– Ezequiel, por qué no me dijiste que venía tu amigo? Me doy una ducha para refrescarme y vuelvo….

Cuando Patricia se dirigió al baño no pude evitar mirarle el trasero, la malla era muy chiquitita y dejaba al descubierto sus hermosas nalgas, redonditas, apetecibles, hasta que Ezequiel me dio un codazo

– Hey boludo! ojo… con la vieja no se jode…

Sentí mi cara hervir de vergüenza, era evidente… el se rió de la situación y me sentí aliviado.

Pasaron unos quince minutos y Patricia salió de baño envuelta en una bata blanca, su piel bronceada aun se notaba húmeda, su cabello dejaba caer agua de sus puntas, me excusé con mi amigo y me fui ami casa, estaba muy tenso, me sentía mal por la situación…

Un par de noches después estando en casa acomodando mis cosas, mis libros de estudio, una nota cayó al piso de entre las hojas de uno, la tomé intrigado…

Querido Nacho:
Decidí escribirte esta nota porque se que vos nunca darás el paso adelante, soy una buena mujer, sabés mejor que yo los horarios de mi hijo, cuando quieras te estaré esperando.
Supongo que hiciste el amor con muchas chicas, pero alguna vez lo hiciste con una mujer?
Patricia


Me estalló la cabeza, que hacer… estuve mas de quince días perdido, entre la espada y la pared, traicionar a mi amigo ó entregarme a esa mujer. Evité volver a su casa ese tiempo y me mostraba nervioso ante su presencia.
Una tarde de esas tomé la decisión, no podía evitarlo, teníamos un partido de fútbol, fingí una descompostura para ausentarme sabiendo que Eze estaría ocupado y fui derecho a su casa.

Llegué, indeciso toqué timbre, ella me recibió sorprendida, no me esperaba…

– Hola Nacho, veo que te decidiste, si me hubieras avisado me arreglaba un poco…
– No importa… puedo pasar?

Ingresé y me condujo directo al dormitorio, sin muchas vueltas ni histeriqueos, tenía un vestido amarillito que le llegaba hasta las rodillas de una fina tela, traslucía una bombachita oscura y además se notaba que no tenía corpiño, me excité solo con verla…

Me saqué la ropa presuroso, rápido, ella sonreía de mi torpeza al tiempo que se sacaba el vestido quedándose solo con su bombachita. Mientras cerraba las ventanas oscureciendo el cuarto me indicó que solo me deje el calzoncillo.
Fuimos a la cama, estaba apurado pero ella me tranquilizó, – despacio, despacio, tenemos tiempo me dijo y comenzó besarme profundamente, me recostó y me acariciaba el pecho, yo respondía recorriendo sus curvas, no sacaba la lengua de mi boca, me impacientaba, mi pija hervía, pero ella tomaba todo con tranquilidad, manejaba los tiempos.
Seguía besándome, su lengua se cruzaba con la mía, acariciaba su largo cabello y ella ahora acariciaba mis testículos dulcemente por sobre la tela de mi ropa interior, estuvo un buen rato, jugaba con ellos, me moría, quería que agarre mi verga pero no lo hacía… solo cuando estuvo satisfecha bajó y me terminó de desnudar, subió desde mis pies besándome las piernas, luego las bolas y apenas si pasó los labios por mi pija hinchada, apenas un roce. Siguió ascendiendo, recorrió con su lengua mi vientre, mi pecho y volvió a mi boca, se puso sobre mi, para cabalgarme, mis manos recorrían su pequeña cintura y sus anchas caderas, sus nalgas…
Ella estaba excitada, acercaba sus pechos a mi boca y jugaba, primero uno, luego el otro, alternaba, eran blandos, suaves, mordía sus pezones con mis labios, estaban duros como piedra, al mismo tiempo refregaba su vagina, su clítoris y su pubis contra mi verga, me apretaba… los minutos me parecían siglos, quería cogerla….

Siguió así un buen rato, se acercó a mi oído y me susurró – Nachito, correme la bombacha… tomé su pequeña tanguita y la hice a un lado, dejando bien expuesta su intimidad, con maestría apuntó su agujero en mi pija y se la comió toda, entera hasta la base, ahora subía y bajaba lentamente, la sentía hermosa, toda empapada por sus jugos, la acompañaba teniéndola firmemente de las nalgas y lamiendo sus pechos, ella puso su boca muy cerca de mi oído, cada vez que mi verga entraba y llegaba al fondo ella largaba un ‘aaayyyy’ que me mataba, una y otra vez, muy natural, nada actuado
Cuando mi pija salía pasaba mis dedos por ella, mojaba los mismos con el flujo y lo llevé a su ano, se notaba dilatado, apenas si ponía resistencia a mi arremetida, seguí jugando ahí y fui agrandando, ella gemía cada vez mas….

Llevó su mano a su clítoris y se masturbó, yo estaba perdido ante esa hembra, cada tanto ella paraba y yo desde abajo tomaba la iniciativa cogiéndola con fuerza y rapidez, pero luego retomaba el ritmo cadencioso que a ella le gustaba…
Se apretó su entrepiernas con fuerzas, venía un gran orgasmo, gritaba y gritaba mientras acababa, y me arrancó el mio, ambos gritábamos ahora al tiempo que le llenaba la concha de leche, fue hermoso, ella se movía en mi pija y en cada embate me hacía saltar un chorro en su interior, siguió un rato moviéndose hasta que mi verga fue decreciendo en su interior….

Se puso a mi lado, tomó mi mano cerrándola y dejando solo mis dedos índice y mayor abiertos, luego pasó la lengua por ellos, los metió en la boca y les llevó al fondo de su garganta, una y otra vez…. pregunté

– Te gustó?, estuve bien?

– Sshhhh!!! Sos muy joven, te aviso que voy por mas….

Dicho esto llevó mis dedos a su vagina metiéndolos en su interior, los sacó embebidos en leche aun tibia y los llevó a su ano usando el líquido como lubricante… – seguí jugando así, indicó mientras ella se fue a lamer mi verga. Me chupó la pija como nunca me la habían chupado, no tardé en ponerme al palo nuevamente mientras su ano ya se abría ante mis ojos.
Tenía mi verga pelada, toda pelada, jugaba con la punta de la lengua recorriendo el tronco y la cabeza, siempre por abajo en mi zona mas sensible, sabía donde jugar, alternaba comiéndosela toda hasta el fondo y sacándola succionando como una aspiradora… estaba duro, no quería que deje de chupar, tenía ganas de llenarle la boca de esperma, era una maestra haciéndolo….

Pero se detuvo poniéndose en cuatro patas, expuso su culo hacia mi y me pidió que se la metiera en el….
Peor aun, mas duro me puse, me acomodé tras ella, su orto impresionante, hermoso, su fina cintura se veía mas fina, sus anchas caderas se veían mas anchas, se la metí toda hasta el fondo, su esfínter ya dilatado no puso resistencia, ahora yo llevaba el ritmo, toda hasta el fondo, ella gemía mas que antes, hasta gritaba, me decía palabras sucias que mas me calentaban…

– Dale, te gusta? rompeme el culo… dale llenámelo de lecha bebe… ayy, ayyy, me encanta, abrímelo todo…

En ese contexto no pude resistir, y un embate tras otro fui llenando su orificio trasero, lo rebalsé, precioso, hasta la última gota… saqué mi pija chorreando aun, abrí sus nalgas, su culo dilatado me excitaba, la leche chorreaba de el hacia su argolla que aun estaba sucia de mi primer polvo…

Nos tranquilizamos luego de la pasión, ahí recordé a mi amigo, me puse mal, no pude evitarlo….
Ella tomó la palabra

– Nacho, estuvo hermoso, no soy una cualquiera, solo soy una mujer que tiene necesidades como todas, y elijo buenas personas para que me acompañen, vos sos una de ellas. Pero entenderás que esto no puede ni debe repetirse, Ezequiel es tu mejor amigo… y mi hijo… Cambiate y andate, el tiempo se termina….

Ella tenía razón, mientras me cambiaba le agradecí el excelente momento que me había hecho pasar.

En adelante las cosas siguieron con naturalidad, obviamente nunca tuve el valor de hablar con mi amigo y ella tampoco lo haría, en su casa actuaba con total naturalidad, como si nada hubiera pasado entre nosotros…

Para mi fue único, el amor de esa mujer me había marcado a fuego por el resto de mi vida…

espero les haya gustado... hasta la proxima!!

1 comentarios - La madre de mi amigo me marco a fuego

kramalo
muy buen relato... excelente. Realmente, no pasó mas nada..? o sos lenteja..? acordate, que a las minas, son como las chapas, si no las clavas bien..... se vuelan....jeje..saludos.