Primero lo primero, gracias por los comentarios y los puntos de la primera parte que la pueden leer haciendo click aca abajo ↓
Link a primer parte
La semana empezó y yo cada día veía la tijera sobre la mesa de la cocina de mi casa como un rehen que nadie quería rescatar.
Pasó el lunes
Pasó el martes
Pasó el miércoles
Llegó el jueves y llegó un WhatsApp de Ivana y conversamos por ahí:
-Santi, como andas?
-Bien, trabajando tranqui desde casa hoy, vos?
-Media shockeada por lo que pasó, perdón por lo del otro día.
-No pasa nada Ivi, igual las cosas quedaron inconclusas.
-Si, lo se, tenemos que hablar, pero personalmente, hay cosas que no dan hablaras por chat, aparte si me olvido de borrar algún mensaje y Javi lo ve me corto las venas.
-Si te las vas a cortar con la tijera, acordate que la tengo yo.
-Usemosla de excusa y de código para hablar, igual yo borro todo, pero por si me olvido.
-Ok, cuando quieras podes venir a buscarla.
-Lo se, hoy imposible y mañana lo mismo, Enzo está en casa con fiebre, aunque se mejore hoy, mañana no lo voy a mandar al jardín, estoy de mamá Full Time.
-No te hagas problema, cuando quieras, yo casi todos los días estoy trabajando desde casa.
Pasó el viernes
Pasó el sábado
Pasó el domingo
Llegó el lunes y el WhatsApp volvió a sonar gracias a Ivana:
-Santi, como andas? Necesito la tijera, puedo pasar a buscarla ahora?
-Todo bien, vos? Justo salí, pero tipo 12:30 estaré llegando.
-Ok, aprovecho para terminar de hacer unas cosas del trabajo a la mañana y después de comer paso por tu casa.
Yo llegué a mi casa, almorcé, me pegué una ducha, me vestí, jean y una remera y sonó el timbre.
Le abrí a Ivana. Con una pollera negra de tablitas, apenas por encima de las rodillas y una musculosa roja.
-Como andas Santi?
-Bien, vos?
-Revolucionada internamente.
-Por?
-Por lo de nosotros.
-Pero que pensaste?
-Primero me dio miedo, después me empezó a calentar, cuando vine acá me pasó lo mismo, pero después me vino un baldazo de culpa y por eso me fui.
-Y volviste por que?
-Porque tenes mi tijera.-Sonrió
-Hagamos como que es por eso, no?
-Vine a hablar, a ver que pasa, que me pasa.
-Y después que te fuiste de acá que pensaste?
-Primero culpa, después bronca porque me dio culpa.
-Estuviste con Javier en estos días?
-Si, lo busqué todos los días, cogimos una vez, el lo hizo medio forzado, sin ganas. Ni acabé.
-Y qué sentiste?
-Más bronca por haber sentido culpa, no soy una vieja, tengo 34 Santi, necesito que me cojan, que me garchen.
Instantaneamente di un paso hacia ella, la agarré del cuello y le di un beso, suavemente.
-Bienvenida-Le susurré al oído.
Agarrándola de la cintura la volví a besar, suavemente, tiernamente.
Ivana se iba calentando, yo quería que pase el punto que la había hecho parar antes.
Empecé a ir al sillón, lentamente sin dejar de besarla, me senté y ella se sentó sobre mí, frente a mí. Yo ya sentía su hermoso cuerpo sobre mí, ella sentía como mi pija se iba poniendo cada vez más dura. Descubrí que los besos en el cuello la volvían muy loca, hasta gemía suavemente al recibirlos. Yo ya estaba preparado para todo.
Deslicé mis manos en su cadera, por debajo de la remera y de a poco se la fui levantando, hasta que se la saqué quedando a mi vista sus hermosos pechos tapados solo por un corpiño de encaje negro muy sexy. Me sacó mi remera y seguimos besándonos, cada vez más calientes, cada vez nuestras respiraciones estaban más agitadas.
Sus manos se deslizaron hacia mi entrepierna, me desabrochó el jean, yo la agarré del culo por debajo de la pollera con las 2 manos y la traje hacia mi para que sienta mi pija bien contra su concha que ya se la sentía caliente. Ivana gemía al ritmo que yo la apretaba contra mi cuerpo.
Le desabroché el corpiño y lo hice a un lado. Automáticamente ella me puso sus hermosos pechos en la cara, resfregandomelos y yo con mi boca trataba de atraparlos, los besaba, pero sin tocarle los pezones con la lengua. Esto la estaba poniendo más loca y comenzó a desesperarse, yo se los esquivaba.
La corrí y la recosté a mi lado en el sillón, me acosté sobre ella, la besé en la boca y empecé a bajar, llegué a sus tetas y empecé a hacerle un espiral, a medida que mis labios y mi lengua se acercaba a su pezón ella se ponía más loca, estaba desesperada. Finalmente llegué, mis labios y mi lengua se divirtieron provocándole placer y excitación.
La miré a los ojos fijamente y me alejé de ese pezón solo para ir instantáneamente al otro sin quitarle la mirada de los ojos. A medida que se lo chupaba fui bajando mi mano derecha y acariciándole los muslos de a poco llegué a su conchita, caliente, mojada, justo lo que quería, la tocaba sobre la tanguita e Ivana gemía, cada vez más, mi boca bajó a su panza, chata, hermosa, mientras mis manos se dedicaron a sacarle la tanga que hacía juego con el corpiño.
Siempre tuve el fetiche de la mina con pollerita y nada más, me vuelve loco.
Volviendo al relato, lentamente seguí bajando dandole besos, pasando por sobre su pollera hasta sus muslos, ella abrió sus piernas mostrandome su hermosa y perfectamente depilada concha.
Su aroma me atraía, me moría de ganas por comerme esa conchita a besos, lentamente me fui acercando a ella y empecé a besarla suavemente, besaba sus labios, le pasaba la lengua por el clítotís, de a poquito fui metiendole un dedo y buscando su punto G, ella se descontrolaba, gemía mientras arqueaba su espalda y ponía una cara de putita increible hasta que ella dijo "Ahora me toca a mi"
De un momento para otro yo ya estaba completamente desnudo acostado en el sillón y ella chupandome la pija desaforadamente, la hice subir al sillón y quedamos en un perfecto 69, ella ya sin la pollerita negra, entre mis dedos, mi lengua, sus manos y su boca entera acabamos simultaneamente de una manera espectacular, ella se tragó toda mi lechita y me la siguió chupando despacito hasta que se me bajó.
Se dio la vuelta y se recostó sobre mi.
-Santi, esto no termina aca.
-Lo se mejor que vos Ivi.
-Te doy unos minutos y me llevas a conocer tu cama.
Asentí con la cabeza y nos quedamos unos minutos literalmente tirados en el sillón recuperando energías.
Cuando sentí que mi amigo podía volver a la acción le dije y nos fuimos a la habitación.
Yo ya había dejado los forros a mano para no tener que perder tiempo de más.
Entramos a mi habitación, ella me besó, me puso contra la pared y poco poco fue bajando para hacer que mi pija se vuelva a subir chupandomela.
Con una mano me agarraba la pija mientras se la metía en la boca, mientras me pasaba la lengua por los huevos mientras con la otra se tocaba.
La guié a la cama y la hice recostar con su hermoso culito para arriba. Comencé a besarla desde los tobillos, pasando por sus gemelos, la parte posterior de sus rodillas y muslos hasta que llegué a esas dos semiesferas hermosas. Ella lentamente fue abriendo sus piernas y levantando el culo para que yo llegue a chuparle la conchita otra vez, a la vez que ella se tocaba pasando una mano por debajo de su cuerpo.
Me estiré para agarrar un forro y en esa posición y con ella tocandose el clitoris empecé a cogermela. Esta mujer necesitaba sexo y el marido no se lo estaba dando, ella tuvo un orgasmo en cuestión de segundos y en unos segundos más me dijo "ahora me toca a mi cogerte".
Hizo una pila con las almohadas contra el respaldo de la cama para que yo quede semisentado y empezó a cabalgarme desenfrenadamente, yo le chupaba las tetas, le agarraba el culo y se lo apretaba contra mi cuerpo hasta que no aguanté más y acabé, ella siguió unos segundos más y acabó otra vez.
Se recostó al lado mio y nos quedamos unos minutos disfrutando el momento. Miró la hora y era el momento de volver a su casa, se vistió y se fue sin decir palabra que haga referencia a lo sucedido.
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La semana empezó y yo cada día veía la tijera sobre la mesa de la cocina de mi casa como un rehen que nadie quería rescatar.
Pasó el lunes
Pasó el martes
Pasó el miércoles
Llegó el jueves y llegó un WhatsApp de Ivana y conversamos por ahí:
-Santi, como andas?
-Bien, trabajando tranqui desde casa hoy, vos?
-Media shockeada por lo que pasó, perdón por lo del otro día.
-No pasa nada Ivi, igual las cosas quedaron inconclusas.
-Si, lo se, tenemos que hablar, pero personalmente, hay cosas que no dan hablaras por chat, aparte si me olvido de borrar algún mensaje y Javi lo ve me corto las venas.
-Si te las vas a cortar con la tijera, acordate que la tengo yo.
-Usemosla de excusa y de código para hablar, igual yo borro todo, pero por si me olvido.
-Ok, cuando quieras podes venir a buscarla.
-Lo se, hoy imposible y mañana lo mismo, Enzo está en casa con fiebre, aunque se mejore hoy, mañana no lo voy a mandar al jardín, estoy de mamá Full Time.
-No te hagas problema, cuando quieras, yo casi todos los días estoy trabajando desde casa.
Pasó el viernes
Pasó el sábado
Pasó el domingo
Llegó el lunes y el WhatsApp volvió a sonar gracias a Ivana:
-Santi, como andas? Necesito la tijera, puedo pasar a buscarla ahora?
-Todo bien, vos? Justo salí, pero tipo 12:30 estaré llegando.
-Ok, aprovecho para terminar de hacer unas cosas del trabajo a la mañana y después de comer paso por tu casa.
Yo llegué a mi casa, almorcé, me pegué una ducha, me vestí, jean y una remera y sonó el timbre.
Le abrí a Ivana. Con una pollera negra de tablitas, apenas por encima de las rodillas y una musculosa roja.
-Como andas Santi?
-Bien, vos?
-Revolucionada internamente.
-Por?
-Por lo de nosotros.
-Pero que pensaste?
-Primero me dio miedo, después me empezó a calentar, cuando vine acá me pasó lo mismo, pero después me vino un baldazo de culpa y por eso me fui.
-Y volviste por que?
-Porque tenes mi tijera.-Sonrió
-Hagamos como que es por eso, no?
-Vine a hablar, a ver que pasa, que me pasa.
-Y después que te fuiste de acá que pensaste?
-Primero culpa, después bronca porque me dio culpa.
-Estuviste con Javier en estos días?
-Si, lo busqué todos los días, cogimos una vez, el lo hizo medio forzado, sin ganas. Ni acabé.
-Y qué sentiste?
-Más bronca por haber sentido culpa, no soy una vieja, tengo 34 Santi, necesito que me cojan, que me garchen.
Instantaneamente di un paso hacia ella, la agarré del cuello y le di un beso, suavemente.
-Bienvenida-Le susurré al oído.
Agarrándola de la cintura la volví a besar, suavemente, tiernamente.
Ivana se iba calentando, yo quería que pase el punto que la había hecho parar antes.
Empecé a ir al sillón, lentamente sin dejar de besarla, me senté y ella se sentó sobre mí, frente a mí. Yo ya sentía su hermoso cuerpo sobre mí, ella sentía como mi pija se iba poniendo cada vez más dura. Descubrí que los besos en el cuello la volvían muy loca, hasta gemía suavemente al recibirlos. Yo ya estaba preparado para todo.
Deslicé mis manos en su cadera, por debajo de la remera y de a poco se la fui levantando, hasta que se la saqué quedando a mi vista sus hermosos pechos tapados solo por un corpiño de encaje negro muy sexy. Me sacó mi remera y seguimos besándonos, cada vez más calientes, cada vez nuestras respiraciones estaban más agitadas.
Sus manos se deslizaron hacia mi entrepierna, me desabrochó el jean, yo la agarré del culo por debajo de la pollera con las 2 manos y la traje hacia mi para que sienta mi pija bien contra su concha que ya se la sentía caliente. Ivana gemía al ritmo que yo la apretaba contra mi cuerpo.
Le desabroché el corpiño y lo hice a un lado. Automáticamente ella me puso sus hermosos pechos en la cara, resfregandomelos y yo con mi boca trataba de atraparlos, los besaba, pero sin tocarle los pezones con la lengua. Esto la estaba poniendo más loca y comenzó a desesperarse, yo se los esquivaba.
La corrí y la recosté a mi lado en el sillón, me acosté sobre ella, la besé en la boca y empecé a bajar, llegué a sus tetas y empecé a hacerle un espiral, a medida que mis labios y mi lengua se acercaba a su pezón ella se ponía más loca, estaba desesperada. Finalmente llegué, mis labios y mi lengua se divirtieron provocándole placer y excitación.
La miré a los ojos fijamente y me alejé de ese pezón solo para ir instantáneamente al otro sin quitarle la mirada de los ojos. A medida que se lo chupaba fui bajando mi mano derecha y acariciándole los muslos de a poco llegué a su conchita, caliente, mojada, justo lo que quería, la tocaba sobre la tanguita e Ivana gemía, cada vez más, mi boca bajó a su panza, chata, hermosa, mientras mis manos se dedicaron a sacarle la tanga que hacía juego con el corpiño.
Siempre tuve el fetiche de la mina con pollerita y nada más, me vuelve loco.
Volviendo al relato, lentamente seguí bajando dandole besos, pasando por sobre su pollera hasta sus muslos, ella abrió sus piernas mostrandome su hermosa y perfectamente depilada concha.
Su aroma me atraía, me moría de ganas por comerme esa conchita a besos, lentamente me fui acercando a ella y empecé a besarla suavemente, besaba sus labios, le pasaba la lengua por el clítotís, de a poquito fui metiendole un dedo y buscando su punto G, ella se descontrolaba, gemía mientras arqueaba su espalda y ponía una cara de putita increible hasta que ella dijo "Ahora me toca a mi"
De un momento para otro yo ya estaba completamente desnudo acostado en el sillón y ella chupandome la pija desaforadamente, la hice subir al sillón y quedamos en un perfecto 69, ella ya sin la pollerita negra, entre mis dedos, mi lengua, sus manos y su boca entera acabamos simultaneamente de una manera espectacular, ella se tragó toda mi lechita y me la siguió chupando despacito hasta que se me bajó.
Se dio la vuelta y se recostó sobre mi.
-Santi, esto no termina aca.
-Lo se mejor que vos Ivi.
-Te doy unos minutos y me llevas a conocer tu cama.
Asentí con la cabeza y nos quedamos unos minutos literalmente tirados en el sillón recuperando energías.
Cuando sentí que mi amigo podía volver a la acción le dije y nos fuimos a la habitación.
Yo ya había dejado los forros a mano para no tener que perder tiempo de más.
Entramos a mi habitación, ella me besó, me puso contra la pared y poco poco fue bajando para hacer que mi pija se vuelva a subir chupandomela.
Con una mano me agarraba la pija mientras se la metía en la boca, mientras me pasaba la lengua por los huevos mientras con la otra se tocaba.
La guié a la cama y la hice recostar con su hermoso culito para arriba. Comencé a besarla desde los tobillos, pasando por sus gemelos, la parte posterior de sus rodillas y muslos hasta que llegué a esas dos semiesferas hermosas. Ella lentamente fue abriendo sus piernas y levantando el culo para que yo llegue a chuparle la conchita otra vez, a la vez que ella se tocaba pasando una mano por debajo de su cuerpo.
Me estiré para agarrar un forro y en esa posición y con ella tocandose el clitoris empecé a cogermela. Esta mujer necesitaba sexo y el marido no se lo estaba dando, ella tuvo un orgasmo en cuestión de segundos y en unos segundos más me dijo "ahora me toca a mi cogerte".
Hizo una pila con las almohadas contra el respaldo de la cama para que yo quede semisentado y empezó a cabalgarme desenfrenadamente, yo le chupaba las tetas, le agarraba el culo y se lo apretaba contra mi cuerpo hasta que no aguanté más y acabé, ella siguió unos segundos más y acabó otra vez.
Se recostó al lado mio y nos quedamos unos minutos disfrutando el momento. Miró la hora y era el momento de volver a su casa, se vistió y se fue sin decir palabra que haga referencia a lo sucedido.
7 comentarios - Ivana, mi vecina casada (2)