Esto que voy a relatar sucedió hace muy pocos días, el último miércoles. Estaba de vacaciones, disfrutando de una de las playas de nuestro país vecino (Uruguay), solo, dado que hace poco me separé y todavía estamos “desarmando” el departamento con mi ex.
Tengo 30 años, soy rubio, mido 1,73 mts y peso casi 90 kg (sí, estoy algo “pasado”).
Ya llevaba varios días recorriendo mi destino pero desde que llegué al hotel, me dio mucha curiosidad una mujer madura (bastante madura) que me había cruzado en el pequeño lobby y en la playa.
Su nombre en este relato será Sofia. Es rubia (no natural), mide alrededor de 1,65/1,70, delgada, pechos operados, y a la que se le notan algunas “refrescaditas” faciales, y que además, al tener varios días más que yo en la playa estaba bastante bronceada.
Cuando nos veíamos en el hotel para el desayuno o en la playa nos saludábamos pero no pasaba de eso. Hasta el miércoles….
“Sofia” también estaba sin pareja (es divorciada) y compartía el viaje con una amiga suya de Buenos Aires. En el hotel se hizo de un grupo de personas (de su edad) con quienes hablaba, hasta ese miércoles…
Ese día, durante el desayuno nos cruzamos y dado que baje un tanto apurado quedaba solo una mesa disponible, que era la más próxima a la de “Sofia”. Allí me ubiqué y comencé a desayunar, notando que “Sofia” estaba con un bikini mucho más revelador que sus otros trajes de baño y que se traslucía por una pequeña pollera blanca y una remera blanca de algodón que llevaba. Esa mañana conversamos un poco más, sobre el calor, sobre ir a la playa y recibí su invitación para ir con ella y su grupo a tomar sol luego del desayuno. Acepté.
Ya en la playa, mientras tomábamos sol, poco a poco los “amigos” de Sofia se iban alejando, o porque volvían al hotel, o porque iban a nadar al mar.
En ese momento y cuando quedamos solos, ella con su bikini (bastante jugada para una mujer de esa edad) comenzamos a charlar con “Sofia”, hablamos sobre nuestras separaciones y me confesó que se había divorciado porque su ex (más joven que ella 13 años), se la había jugado por una chica de mi edad. Que de eso habían pasado 5 años, pero que cuando estuvo por fin con un hombre de 30, entendió el cambio.
Se la veía tan entusiasmada hablando y describiendo las bondades de los hombres de mi edad que sólo me limité a escuchar. Y a mirar su culo en esa bikini pequeña, porque estaba tomando sol de espaldas. Cuando hizo un silencio me levanté, no estaba erecto, pero se notaba que me estimuló su charla, y mirarle con disimulo el culo y lo notó.
No se lo tomó a mal. Sonrió. Inmediatamente, me sugirió volver al hotel. No podía creerlo. Subimos como quien cada cual a su habitación, pero yo sabía lo que vendría y ya estaba duro. Me miró y le ofrecí con un ademan entrar a mi habitación.
En cuanto entramos fui directo a besarla y ella fue directo a mi bulto. Estaba duro, venoso, por explotar mi short de baño. Lo amasó por sobre el pantalón e hizo un comentario sobre lo dura que la tenía.
Yo le arranqué el corpiño y comencé a chuparle las tetas mientras le apretaba esas nalgas firmes, pero a las que se les notaban sus seis décadas. Pasé mi lengua por sus pezones y los mordí suavamente, a la vez que ella me pajeaba con el short aún puesto. Me sacó el short y comenzó a chuparmela, la escupía, pasaba su lengua por el glande, el frenillo, el tronco, una verdadera maestra.
Comencé a tocar su vágina que estaba mojada y le supliqué hacer un 69 a lo que accedió sin más. La bebí mientras ella degustaba mi pene standard (18×5). Mi lengua pasaba por sus labios externos, sus labios internos y rozaba su clitoris cuando lo ameritaba para excitarla más. De tanto en tanto, también iba a su ano… Para que mentir? Quería prepararlo bien…
Tras un buen rato de sexo oral y de que ella acabara, me pidió clavarla.
Se acostó, le abrí las piernas como a una bailarina y comencé la “faena”. Mientras la bombeaba le acariciaba las tetas, le pellizcaba los pezones y le metía mis dedos en la boca. Sofia gemía… Disfrutaba y me dejaba la pija toda mojada, la sacaba y la metía y veía como su jugo me había empapado. Tras un rato de bombearla así, me pidió cambiar de posición, no sin antes chuparmela de nuevo por un minuto. La puse en cuatro piernas y comencé a bombearla, la agarraba de la cintura con una mano y con la otra le sujetaba una teta, la que amasaba y pellizcaba su pezón. Mientras me la cogía en cuatro con todas mis fuerzas, le escupía el culo y saqué mi mano de su teta para empezar a abrirle el culo con un dedo primero, dos después y tras el tercer dedo me dijo:
-Hacemelo, te lo ganaste pendejo
Yo estaba hecho un primate y no pasé la oportunidad… Despacio volví a lamer su culo y meter tres dedos, para luego introducir primero mi glande (allí ella hizo un pequeño sonido, mitad dolor mitad placer). Me quedé quieto un instante mientras mi glande iba perforando su culo y ella la iba metiendo toda despacio con movimientos muy bien medidos y cuidados. Cuando estuvo toda adentro la bombee sujetándola de las caderas. Le daba con todas mis fuerzas, ya estábamos empapados de transpiración y no aguantaba más.
Le dije que estaba por acabar y me pidió que se la dejara toda adentro del culo, a lo que accedí…
Tras sacar mi pija, ella pasó uno de sus dedos, que sacó con leche y se lo metió en la boca… me dijo:
-Me encanta tomarla toda…
Yo casi me infarto.
Siguió chupando mi pija un ratito más porque todavía seguía dura y tras 5/10 minutos de petear y pajearme, me hizo acabar de nuevo, pero esta vez la leche la contuvo toda con su boca.
Nos bañamos, fumamos y luego de eso, salió de mi habitación con disimulo…
A la tarde estuvimos en la playa y al día siguiente nos cruzamos en el desayuno, pero no cogimos…
Yo volví a Buenos Aires el jueves, ella volverá el domingo que viene, pero intercambiamos teléfonos y la promesa de vernos acá a la vuelta…
Veremos que pasa…
Tengo 30 años, soy rubio, mido 1,73 mts y peso casi 90 kg (sí, estoy algo “pasado”).
Ya llevaba varios días recorriendo mi destino pero desde que llegué al hotel, me dio mucha curiosidad una mujer madura (bastante madura) que me había cruzado en el pequeño lobby y en la playa.
Su nombre en este relato será Sofia. Es rubia (no natural), mide alrededor de 1,65/1,70, delgada, pechos operados, y a la que se le notan algunas “refrescaditas” faciales, y que además, al tener varios días más que yo en la playa estaba bastante bronceada.
Cuando nos veíamos en el hotel para el desayuno o en la playa nos saludábamos pero no pasaba de eso. Hasta el miércoles….
“Sofia” también estaba sin pareja (es divorciada) y compartía el viaje con una amiga suya de Buenos Aires. En el hotel se hizo de un grupo de personas (de su edad) con quienes hablaba, hasta ese miércoles…
Ese día, durante el desayuno nos cruzamos y dado que baje un tanto apurado quedaba solo una mesa disponible, que era la más próxima a la de “Sofia”. Allí me ubiqué y comencé a desayunar, notando que “Sofia” estaba con un bikini mucho más revelador que sus otros trajes de baño y que se traslucía por una pequeña pollera blanca y una remera blanca de algodón que llevaba. Esa mañana conversamos un poco más, sobre el calor, sobre ir a la playa y recibí su invitación para ir con ella y su grupo a tomar sol luego del desayuno. Acepté.
Ya en la playa, mientras tomábamos sol, poco a poco los “amigos” de Sofia se iban alejando, o porque volvían al hotel, o porque iban a nadar al mar.
En ese momento y cuando quedamos solos, ella con su bikini (bastante jugada para una mujer de esa edad) comenzamos a charlar con “Sofia”, hablamos sobre nuestras separaciones y me confesó que se había divorciado porque su ex (más joven que ella 13 años), se la había jugado por una chica de mi edad. Que de eso habían pasado 5 años, pero que cuando estuvo por fin con un hombre de 30, entendió el cambio.
Se la veía tan entusiasmada hablando y describiendo las bondades de los hombres de mi edad que sólo me limité a escuchar. Y a mirar su culo en esa bikini pequeña, porque estaba tomando sol de espaldas. Cuando hizo un silencio me levanté, no estaba erecto, pero se notaba que me estimuló su charla, y mirarle con disimulo el culo y lo notó.
No se lo tomó a mal. Sonrió. Inmediatamente, me sugirió volver al hotel. No podía creerlo. Subimos como quien cada cual a su habitación, pero yo sabía lo que vendría y ya estaba duro. Me miró y le ofrecí con un ademan entrar a mi habitación.
En cuanto entramos fui directo a besarla y ella fue directo a mi bulto. Estaba duro, venoso, por explotar mi short de baño. Lo amasó por sobre el pantalón e hizo un comentario sobre lo dura que la tenía.
Yo le arranqué el corpiño y comencé a chuparle las tetas mientras le apretaba esas nalgas firmes, pero a las que se les notaban sus seis décadas. Pasé mi lengua por sus pezones y los mordí suavamente, a la vez que ella me pajeaba con el short aún puesto. Me sacó el short y comenzó a chuparmela, la escupía, pasaba su lengua por el glande, el frenillo, el tronco, una verdadera maestra.
Comencé a tocar su vágina que estaba mojada y le supliqué hacer un 69 a lo que accedió sin más. La bebí mientras ella degustaba mi pene standard (18×5). Mi lengua pasaba por sus labios externos, sus labios internos y rozaba su clitoris cuando lo ameritaba para excitarla más. De tanto en tanto, también iba a su ano… Para que mentir? Quería prepararlo bien…
Tras un buen rato de sexo oral y de que ella acabara, me pidió clavarla.
Se acostó, le abrí las piernas como a una bailarina y comencé la “faena”. Mientras la bombeaba le acariciaba las tetas, le pellizcaba los pezones y le metía mis dedos en la boca. Sofia gemía… Disfrutaba y me dejaba la pija toda mojada, la sacaba y la metía y veía como su jugo me había empapado. Tras un rato de bombearla así, me pidió cambiar de posición, no sin antes chuparmela de nuevo por un minuto. La puse en cuatro piernas y comencé a bombearla, la agarraba de la cintura con una mano y con la otra le sujetaba una teta, la que amasaba y pellizcaba su pezón. Mientras me la cogía en cuatro con todas mis fuerzas, le escupía el culo y saqué mi mano de su teta para empezar a abrirle el culo con un dedo primero, dos después y tras el tercer dedo me dijo:
-Hacemelo, te lo ganaste pendejo
Yo estaba hecho un primate y no pasé la oportunidad… Despacio volví a lamer su culo y meter tres dedos, para luego introducir primero mi glande (allí ella hizo un pequeño sonido, mitad dolor mitad placer). Me quedé quieto un instante mientras mi glande iba perforando su culo y ella la iba metiendo toda despacio con movimientos muy bien medidos y cuidados. Cuando estuvo toda adentro la bombee sujetándola de las caderas. Le daba con todas mis fuerzas, ya estábamos empapados de transpiración y no aguantaba más.
Le dije que estaba por acabar y me pidió que se la dejara toda adentro del culo, a lo que accedí…
Tras sacar mi pija, ella pasó uno de sus dedos, que sacó con leche y se lo metió en la boca… me dijo:
-Me encanta tomarla toda…
Yo casi me infarto.
Siguió chupando mi pija un ratito más porque todavía seguía dura y tras 5/10 minutos de petear y pajearme, me hizo acabar de nuevo, pero esta vez la leche la contuvo toda con su boca.
Nos bañamos, fumamos y luego de eso, salió de mi habitación con disimulo…
A la tarde estuvimos en la playa y al día siguiente nos cruzamos en el desayuno, pero no cogimos…
Yo volví a Buenos Aires el jueves, ella volverá el domingo que viene, pero intercambiamos teléfonos y la promesa de vernos acá a la vuelta…
Veremos que pasa…
4 comentarios - Veterana de verano..