Hola, mi nombre es Luisina tengo 25 años, paso a describirme para que tengan una idea de cómo soy: rubia, de pelo largo, ojos verdes, facciones delicadas, estatura media que siempre complemento con unos buenos tacos, mis pechos son pequeños pero redonditos y en su lugar, soy delgada y mi mayor orgullo es mi cola que producto de años de baile es grande pero no exagerada, firme y redondita. Me gusta siempre que puedo, estar arreglada y bien vestida (digamos que me gusta sentirme admirada y deseada), soy hija única por tanto bastante consentida y caprichosa. Vivo en Montevideo pero soy originaria de Maldonado, viajó poco a mi ciudad a visitar a mis padres pero cuando puedo lo hago.
Un fin de semana de enero decidí viajar el viernes a la noche hacia Maldonado para poder disfrutar dos tranquilos días, mi novio un chico alto, rubio, de complexión algo robusta pero hermoso para mí, se ofreció a acompañarme hasta la terminal esa noche, recuerdo que en esa ocasión yo iba maquillada y vestida con una mini de jean y una musculosa ya que hacía mucho calor, una vez allí noté como se devoraba literalmente a otra chica con la mirada, lo que naturalmente género una discusión entre nosotros ya que soy muy celosa. Subí al ómnibus 20 minutos antes de que partiera y sin siquiera darle un beso a mi novio, muy enojada para que se diera cuenta que lo que hizo no estuvo nada bien.
Me acomodé en mi asiento en la ventanilla demasiado cerca del fondo para mi gusto, al segundo se ocupó el asiento a mi lado y mi novio subió al bus para pedirme perdón y darme un beso, tuve que pararme delante de la persona que estaba al lado mío que era un hombre y claramente tanto para mi cómo para mi novio que me lo hizo saber por mensaje 5 minutos después le había hecho una radiografía a mis piernas y mi colita mientras me paré y me volví a sentar. Me gustó la actitud de mi novio de pedir perdón pero seguía bastante enojada y así partí rumbo a mi ciudad.
Examine al hombre que tenía al lado, al final si mi novio podía mirar ¿porque yo no? Era un hombre de unos 35 años aproximadamente, de piel levemente oscura, con facciones recias, vestido de camisa blanca remangada (con un tatuaje en su brazo derecho), pantalón negro y corbata a tono con el pantalón, se le notaba un cuerpo trabajado bajo la ropa ceñida que llevaba y casualmente usaba el mismo perfume que mi novio. No puedo negar que me resultó atractivo y creo que él lo percibió ya que no fui muy disimulada al mirarlo.
Hasta allí nada más, yo ya estaba satisfecha con mi venganza, me acomodé para dormir una siesta para poder disfrutar de la noche con mis amigas cuando llegara.
Ya pasando el aeropuerto saliendo de Montevideo me sobresalté al sentir que una mano firme acariciaba mi brazo mientras me susurraba al oido: ¿-te gustó tanto lo que viste como a mí? La sorpresa no me dejó pensar y solo me salió como respuesta un -capaz. La situación se volvía cada vez más tensa ahora su mano bajaba a mi pierna y me acariciaba el muslo, era evidente que yo ya me estaba mojando de todas formas en un rapto de conciencia atiné a decir -para tengo novio. A lo que él me respondió que eso no lo preocupa en lo más mínimo (palabras de un macho decidido, que detonaron todas mis barreras). Adoro a mi novio pero la situación ya me había sobrepasado.
El condujo mi mano hasta su pantalón donde se podía sentir claramente por sobre la tela una verga dura, caliente y bastante grande que no dudé en acariciar, mientras sus manos buscaban mi conchita depilada y sumamente mojada por sobre mi pequeña tanguita.
Súbditamente saco su mano de mi sexo e hizo lo mismo con la mía, en el bus la mayoría de la gente dormía y todas las luces estaban apagadas. Me susurró al oído, - ahora voy a ir al baño te espero dos minutos ahí, sino venís vuelvo me siento y no ha pasado nada. Sin darme tiempo a responder se levantó y se fue al baño. La calentura me dominó y la perra que todas llevamos dentro sin meditarlo se puso de pie y se dirigió al baño.
Ahí me esperaba él con la pija desafiante y dura en su mano que inmediatamente comencé a acariciar. Pero me dijo -no hay tiempo para perder en cualquier momento puede venir alguien. Luego de esas palabras, me dio vuelta, me puso las manos sobre la pileta del baño me levantó la pollera, corrió mi tanguita y me enterró toda esa formidable pija de un saque, rápidamente me empezó a bombear acariciando mi clítoris con una mano y mis tetas y mi cuello con la otra me dijo al oído mientras que me daba un mordisco en la oreja -que linda putita me encontré. Estuvimos algunos minutos dándole duro hasta que los dos estallamos en un orgasmo lo más silencioso posible. No sé si fue por la hermosa verga que tenía el desconocido, por los nervios de la infidelidad, por los nervios de ser descubiertos, por el hecho de que fuera un completo extraño o si fue una combinación de todo pero fue uno de los mejores orgasmos de mi vida.
Decidimos dar por terminada nuestra aventura (eso pensé yo al menos), nos limpiamos (afortunadamente siempre llevo toallitas de bebé en mi cartera) el salió primero y se fue al asiento y casi en seguida hice lo mismo.
Esta vez él se sentó en la ventanilla y yo en el pasillo, se acercó nuevamente a mi oído y me decía mientras su mano volvía a buscar mi conchita -estuvo todo muy lindo pero me vas a dejar sin saber lo que puede hacer tu boquita? Bajó el cierre de su pantalón y sacó otra vez dura esa hermosa y venosa verga, (debo admitir que todos los hombres que han estado conmigo me han dicho que soy la mejor en ese arte) se me hizo agua la boca y aprovechando la oscuridad y que todos dormían me decidí a chuparla y lamerla con todas mis ganas hasta casi atragantarme con ese pedazo de carne... la devoraba todo lo que me era posible mientras acariciaba sus huevos y el seguía trabajando con su mano ahora en mi colita que también estaba abierta para la situación (aunque me quede con las ganas de eso que es solo para mi novio), luego de varios minutos de chupársela, su mano agarraba fuerte mi pelo obligándome a subir y bajar frenéticamente mis carnosos labios sobre su delicioso miembro hasta que sentí el fuerte y caliente chorro de delicioso semen inundar mi boca. Me apure a tragarlo para quedarme llenita de esa rica lechita.
Me dijo -que completa que sos putita, hasta te la tomaste toda. Palabras que de alguna manera me hicieron sentir orgullosa como una buena niña que cumple su tarea.
Descansamos los dos sin habernos dicho ni nuestros nombres todavía, a los pocos kilómetros, en pan de azúcar se bajó pero antes de hacerlo me deja una tarjeta diciéndome -llámame putita. Debo admitir que por un instante me dio curiosidad de saber su nombre al menos pero hubiera perdido parte de la gracia así que sin mirarla la rompí y la deje en el asiento ahora vacío.
Un chicle de menta en mi cartera y un retoque de maquillaje fueron suficiente para ocultar ante mis amigas lo que había sucedido.
Sigo con mi novio y hasta el día de hoy esta historia era sólo del desconocido y yo. A veces al tocarme y jugar con mi consolador la recuerdo. Aunque no creo volver a verlo nunca, no puedo evitar subirme a un ómnibus a Maldonado y buscar el rostro del desconocido inolvidable. Al fin y al cabo todo fue culpa de mi novio que no tiene que andar mirando otras mujeres por ahí...
Un fin de semana de enero decidí viajar el viernes a la noche hacia Maldonado para poder disfrutar dos tranquilos días, mi novio un chico alto, rubio, de complexión algo robusta pero hermoso para mí, se ofreció a acompañarme hasta la terminal esa noche, recuerdo que en esa ocasión yo iba maquillada y vestida con una mini de jean y una musculosa ya que hacía mucho calor, una vez allí noté como se devoraba literalmente a otra chica con la mirada, lo que naturalmente género una discusión entre nosotros ya que soy muy celosa. Subí al ómnibus 20 minutos antes de que partiera y sin siquiera darle un beso a mi novio, muy enojada para que se diera cuenta que lo que hizo no estuvo nada bien.
Me acomodé en mi asiento en la ventanilla demasiado cerca del fondo para mi gusto, al segundo se ocupó el asiento a mi lado y mi novio subió al bus para pedirme perdón y darme un beso, tuve que pararme delante de la persona que estaba al lado mío que era un hombre y claramente tanto para mi cómo para mi novio que me lo hizo saber por mensaje 5 minutos después le había hecho una radiografía a mis piernas y mi colita mientras me paré y me volví a sentar. Me gustó la actitud de mi novio de pedir perdón pero seguía bastante enojada y así partí rumbo a mi ciudad.
Examine al hombre que tenía al lado, al final si mi novio podía mirar ¿porque yo no? Era un hombre de unos 35 años aproximadamente, de piel levemente oscura, con facciones recias, vestido de camisa blanca remangada (con un tatuaje en su brazo derecho), pantalón negro y corbata a tono con el pantalón, se le notaba un cuerpo trabajado bajo la ropa ceñida que llevaba y casualmente usaba el mismo perfume que mi novio. No puedo negar que me resultó atractivo y creo que él lo percibió ya que no fui muy disimulada al mirarlo.
Hasta allí nada más, yo ya estaba satisfecha con mi venganza, me acomodé para dormir una siesta para poder disfrutar de la noche con mis amigas cuando llegara.
Ya pasando el aeropuerto saliendo de Montevideo me sobresalté al sentir que una mano firme acariciaba mi brazo mientras me susurraba al oido: ¿-te gustó tanto lo que viste como a mí? La sorpresa no me dejó pensar y solo me salió como respuesta un -capaz. La situación se volvía cada vez más tensa ahora su mano bajaba a mi pierna y me acariciaba el muslo, era evidente que yo ya me estaba mojando de todas formas en un rapto de conciencia atiné a decir -para tengo novio. A lo que él me respondió que eso no lo preocupa en lo más mínimo (palabras de un macho decidido, que detonaron todas mis barreras). Adoro a mi novio pero la situación ya me había sobrepasado.
El condujo mi mano hasta su pantalón donde se podía sentir claramente por sobre la tela una verga dura, caliente y bastante grande que no dudé en acariciar, mientras sus manos buscaban mi conchita depilada y sumamente mojada por sobre mi pequeña tanguita.
Súbditamente saco su mano de mi sexo e hizo lo mismo con la mía, en el bus la mayoría de la gente dormía y todas las luces estaban apagadas. Me susurró al oído, - ahora voy a ir al baño te espero dos minutos ahí, sino venís vuelvo me siento y no ha pasado nada. Sin darme tiempo a responder se levantó y se fue al baño. La calentura me dominó y la perra que todas llevamos dentro sin meditarlo se puso de pie y se dirigió al baño.
Ahí me esperaba él con la pija desafiante y dura en su mano que inmediatamente comencé a acariciar. Pero me dijo -no hay tiempo para perder en cualquier momento puede venir alguien. Luego de esas palabras, me dio vuelta, me puso las manos sobre la pileta del baño me levantó la pollera, corrió mi tanguita y me enterró toda esa formidable pija de un saque, rápidamente me empezó a bombear acariciando mi clítoris con una mano y mis tetas y mi cuello con la otra me dijo al oído mientras que me daba un mordisco en la oreja -que linda putita me encontré. Estuvimos algunos minutos dándole duro hasta que los dos estallamos en un orgasmo lo más silencioso posible. No sé si fue por la hermosa verga que tenía el desconocido, por los nervios de la infidelidad, por los nervios de ser descubiertos, por el hecho de que fuera un completo extraño o si fue una combinación de todo pero fue uno de los mejores orgasmos de mi vida.
Decidimos dar por terminada nuestra aventura (eso pensé yo al menos), nos limpiamos (afortunadamente siempre llevo toallitas de bebé en mi cartera) el salió primero y se fue al asiento y casi en seguida hice lo mismo.
Esta vez él se sentó en la ventanilla y yo en el pasillo, se acercó nuevamente a mi oído y me decía mientras su mano volvía a buscar mi conchita -estuvo todo muy lindo pero me vas a dejar sin saber lo que puede hacer tu boquita? Bajó el cierre de su pantalón y sacó otra vez dura esa hermosa y venosa verga, (debo admitir que todos los hombres que han estado conmigo me han dicho que soy la mejor en ese arte) se me hizo agua la boca y aprovechando la oscuridad y que todos dormían me decidí a chuparla y lamerla con todas mis ganas hasta casi atragantarme con ese pedazo de carne... la devoraba todo lo que me era posible mientras acariciaba sus huevos y el seguía trabajando con su mano ahora en mi colita que también estaba abierta para la situación (aunque me quede con las ganas de eso que es solo para mi novio), luego de varios minutos de chupársela, su mano agarraba fuerte mi pelo obligándome a subir y bajar frenéticamente mis carnosos labios sobre su delicioso miembro hasta que sentí el fuerte y caliente chorro de delicioso semen inundar mi boca. Me apure a tragarlo para quedarme llenita de esa rica lechita.
Me dijo -que completa que sos putita, hasta te la tomaste toda. Palabras que de alguna manera me hicieron sentir orgullosa como una buena niña que cumple su tarea.
Descansamos los dos sin habernos dicho ni nuestros nombres todavía, a los pocos kilómetros, en pan de azúcar se bajó pero antes de hacerlo me deja una tarjeta diciéndome -llámame putita. Debo admitir que por un instante me dio curiosidad de saber su nombre al menos pero hubiera perdido parte de la gracia así que sin mirarla la rompí y la deje en el asiento ahora vacío.
Un chicle de menta en mi cartera y un retoque de maquillaje fueron suficiente para ocultar ante mis amigas lo que había sucedido.
Sigo con mi novio y hasta el día de hoy esta historia era sólo del desconocido y yo. A veces al tocarme y jugar con mi consolador la recuerdo. Aunque no creo volver a verlo nunca, no puedo evitar subirme a un ómnibus a Maldonado y buscar el rostro del desconocido inolvidable. Al fin y al cabo todo fue culpa de mi novio que no tiene que andar mirando otras mujeres por ahí...
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