“El sexo es una de las nueve razones para la reencarnación... Las otras ocho no son importantes.” Henry Miller
Anita era un mina callada. Demasiado para mi gusto. Ya se pasaba de tímida. Se reía con mis chistes, pero hasta ahí, no sé si de compromiso. Era compañera de la colonia de vacaciones, los dos éramos profes, pero de grupos distintos. Tenía mi edad, 24 años, pero le decían Anita porque era muy chiquitita, 1,55 mts calculo. Imagínenla al lado de mi 1,90 mts. Me llegaba al pecho. Flaquita, menudita, tetas de rusita, puro pezón. Cuando salía de la pileta y le daba el viento me volvía loco al ver lo parado que los tenía. Rubia de ojos verdes, muy bonita de cara, preciosa. Y un culo... un culo de película. Me acuerdo habérselo elogiado una vez, en la hora del almuerzo, y ella me dijo:
-Dios no me dio tetas, algo me tenía que dar!
- Yo te quiero dar Anita- solté como broma.
-Callate, si vos tenés novia- me corrió.
-No tiene por qué enterarse.
No me retrucó. Bajó la vista. Vi un atisbo de duda que me dispuse a no desaprovechar. Decidí apurarla un poco:
-Qué, si no tuviera novia estarías conmigo?
-Y no sé, lo pensaría- soltó.
-Yo que vos no lo pensaría tanto. Podemos pasarla muy bien Ani.
Otra vez bajo la vista y no me contestó. Yo ya había iniciado mi ataque, la presa estaba ahí delante mío, herida de muerte. Le salté con todo a la yugular:
-Que pasa Ani!? Decime, podés hablar de lo que quieras conmigo.
-No, nada, nada.
Llegaron más profes, pasó la hora del almuerzo, y me la tuve que tragar. Al otro día era el campamento de la colonia, pasábamos la noche en carpa cada profe con su grupo de chicos. Pasó todo el día, haciendo juegos, fogatas, comiendo con los chicos. Llegó la noche, terminaron las actividades, los profes nos juntamos a tomar unos mates alrededor del fogón, en el centro de todas las carpas. Era el momento que aprovechábamos para juntarnos todos, como 12 profes éramos. Chiste va, chiste viene, algunos aprovechaban para ducharse en los vestuarios, otros para dormir un rato mientras dormían los pibes (que dormían poco y nada) y otros hablábamos al lado del fuego. Los profes se fueron yendo a dormir uno a uno, y en un momento quedamos solo 4 ó 5 mateando. Cómo siempre la charla derivó en temas sexuales. Hiciste trió? Dónde fue el lugar más raro dónde lo hiciste? Qué fantasías tenés? Íbamos contestando en ronda. Yo habré tirado algo como "que me la chupen dos al mismo tiempo". Alguna piba dijo "no tengo". Llegó el turno de Anita. Tiró muy suelta de cuerpo:
-Mi fantasía es hacerlo con alguien grandote... como Tete. Que me agarre fuerte, que no me pueda resistir. Que me viole casi.
Pedazo de hija de re mil putas!!! Qué carajo pasará por las cabecitas de esos seres maravillosos que son las mujeres!? La piba callada, casi tímida, que nunca bardeaba con nadie, de repente tira eso!? Aparte lo dijo mirándome, y con una voz que hizo que la pija se me pare al instante, como con un resorte. Me crucé de piernas porque mi joggings no iba a poder disimularla. Todos se rieron, y quedó como un chiste. Pero yo sabía que no era un chiste. Pasó un rato más, quedaríamos tres profes nada más en el fogón, y tiré:
-Me voy a pegar una ducha y me voy a tirar un rato. Mañana va a ser largo sino.
-Si -dijo Anita- Yo también.
El otro profe tiró algo como "ni da para bañarse, estoy muerto" y enfiló para su carpa.
Anita fue a buscar su bolso a la carpa, y yo fui a buscar el mío a mí carpa. Tardé un rato a propósito. Los vestuarios tenían la misma entrada, y después se dividían. Abrí despacio la puerta del vestuario de damas. Escuché el ruido de una ducha, y vi el bolso de Anita sobre un banco. Ya estaba jugado. Entré y escondí mi bolso arriba de un locker. No lo pensé dos veces, me quedé en bolas y metí toda la ropa ahí arriba, sin hacer ruido. Me acerqué a la única ducha que estaba abierta a esa hora. Corrí la cortina y me mandé de una. Anita me miró con los ojos desorbitados.
-Qué hacés Tete!? Estás loco!? Nos van a echar a la mierda!
-Huy pendeja, que linda sos- obtuvo como única respuesta.
-No, en serio, esto no...
No sé qué mierda me iba a decir, pero le comí la boca de un beso. No opuso resistencia. Me empezó a meter lengua de una manera magistral. Anita no era tan tímida. Lo primero que le manotee fue el culo, le tenía ganas hace rato. Tuve que agacharme un poco. Sin zapatillas se notaba todavía más la diferencia de estaturas. Le pasé la lengua por los pezones y ella empezó a gemir. Ya no iba a parar de hacerlo hasta llegar al orgasmo. Anita me manoteo la pija. Me hizo dar vuelta, mis manos contra la pared. Ella me abrazó de atrás y me empezó a pajear. Estaba desenfrenada. Se arrodilló y empezó a lamerme el culo y los huevos, sin dejar de pajearme. Ni sombra de la mina calladita. Su mano era tan chiquita que mi pija le quedaba enorme, parecía un pijón de negro. Su lengua en mi culo y el ritmo de su paja me estaban volviendo loco. No aguanté más, le dije que si seguí así iba a acabar. La hija de puta me dio vuelta, mi espalda contra la pared, y me empezó a chupar la pija, mientras con una mano me pajeaba y la otra me apretaba los huevos. Yo ya no podía más, y le llené la boca de leche. No se le cayó una gota. Juro que no se le cayó ni una gotita de semen. Se la tragó toda, me miró a los ojos y se pasó la lengua por los dientes.
-Pendeja, sos hermosa- me salió decirle, pero en realidad creo que quise decir gracias.
-Me encanta tu pija- me dijo. Yo ya estaba para acabar de nuevo.
Me arrodillé con muchísimas ganas de chuparle la concha. Tenía una conchita chiquita, apretadita, toda depiladita, por la pileta. Seguía estando muy baja para mí. Hice que levantara una pierna sobre cada uno de mis hombros. Y entonces sí, le chupé esa conchita vorazmente. Sus gemidos me volvían loco.
-Si puto, chupame la concha!- casi gritó
-Pará boluda, querés que nos maten!? traté de bajarle el volumen a sus gritos
-Dale, chupámela toda!- insistió Anita
Me empezó a tirar del pelo con ambas manos. Tengo pelo corto, pero me dolía. Y los gemidos se fueron convirtiendo en gritos, primero suaves, después más groseros. Yo tenía la boca ocupada, así que trataba de callarla metiéndole mi mano en su boca. La muy puta me mordía. Fuerte. Cuando acabó pensé que nos caía el coordinador de la colonia, los profes, gendarmería y un Juez de Paz. Gritó mucho. Por suerte no vino nadie. Me senté en el piso de la ducha y ella se sentó arriba de mi pija, de frente a mí.
Me cabalgó de una manera increíble. Frotaba su clítoris contra mi pelvis con cada embestida. Mi mano trató de taparle la boca nuevamente. Ella estaba enajenada, no le importaba nada. Tuvo un orgasmo espectacular, todo su cuerpo tembló en mis brazos. A mi dejaron de importarme sus gritos también. Solo quería cogerla. Me paré con ella montada a mi pija, y la cogí de parado contra los azulejos. No tardé nada en llegar al orgasmo. Un segundo antes la bajé, ella se arrodilló, y recibió toda mi leche en sus pequeñas pero no menos hermosas tetas.
Nos duchamos manoseándonos y besándonos. Miré que no haya nadie en el vestuario, agarré el bolso y me vestí en 5 segundos. Fui para mi carpa. Ya casi amanecía, no iba a poder dormir un carajo. El día iba a ser larguísimo. Igual en mi cara había una sonrisa.
Este es la 7ma parte del Diario Sexual... si queres ver de dónde viene, te dejo el link...
http://www.poringa.net/posts/relatos/2614070/Debora-19-anos-insaciable-Diario-sexual.html
Si te gustó comentá, recomendá, compartí!!! Hagamos más grande a P!
26 comentarios - Anita, de la colonia... parecía tímida!
gran post amigo.
Genial!
Felicitaciones lindo!!!
Gracias por compartir.
Angie te deja Besos y Lamiditas !!!
La mejor forma de agradecer la buena onda que se recibe es comentando, al menos al que te comenta. Yo comenté tu post, vos comentaste el mío?
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gracias viejo!
Excelente relato master +10 saludos 🆒