Mis comienzos en el mundo bisex / gay

Hola! Es la primera vez que escribo y quiero contarles 1 a 1 mis experiencias gay, esas que no les podes contar a nadie, porque son impulsos, son cosas que salen del interior, aún sabiéndote heterosexual, por lo que he vivido gran parte de mi vida definiéndome para mi como bisexual.

Todo comenzó una noche, cuando yendo a trabajar a una farmacia (24horas) me sucedió algo que cambió mi percepción hasta ese entonces...
Tenía 19 años, recién cumplidos, pocas experiencias sexuales, muy pajero incluso.
Iba caminando y decidí cruzar un parque, ya que de esa forma ahorraría aproximadamente 10 minutos de caminata.
Mi corazón latía fuerte, estaba oscuro, nunca se me ocurrió antes semejante locura. Era joven y no fui del todo consciente de los peligros que ello traía.
Siento una voz, algo de detrás de los arbustos que me chista. Miro más atentamente, me paro y noto que es un hombre, pelado, sentado en una especie de muro bajo, que me mira muy atentamente. Llevaba un perro negro, me acuerdo, y me dijo "querés que te la chupe".
A lo que dudé un instante, porque tal oferta para mí en esa época era esquiva.
De diferente forma reaccionó mi cuerpo, que al escuchar la palabra "chupe" hizo que mi pene se comenzara a parar al instante.
Entonces, me dijo: "dale, no te voy a hacer nada, solo chupartela, dale trae".
No me resistí. Hacía varios días que estaba absolutamente caliente, no tuve posibilidad alguna de ponerla ni pagando, porque como comenté anteriormente, laburaba en una farmacia.

Me bajé la bragueta de mi jean, saqué mi pene y me lo agarró con su firme mano derecha.
Tuve mucha confianza en ese hombre, me inspiraba eso.
Se la puso inmediatamente en su boca y comenzó a chupar y chupar.
Sentí muchísimo placer, nadie había tomado mi miembro de esa manera antes. Un experto, casi que me entregué completamente al placer en ese pequeño instante gigante de mi vida.
Tenía 20 minutos o más, ya que había salido temprano para el trabajo.
Me dijo: "Vamos a casa? Vivo acá cerca. Te juro que no te voy a hacer nada que vos no quieras".
Era lo que esperaba oír.
Efectivamente, vivía cruzando la calle.
Subimos los 3 pisos de su edificio por escalera, pero la adrenalina no dejó que pensara ni un instante en el ejercicio físico de subirlas.
Llegamos, me sacó la ropita lentamente, y a sí mismo.
Nos tocamos, manoseamos, besamos, le besé el cuello cual si fuera una mina, él, a su vez, me lo hacía a mí.
Caímos en la cama casi gimiendo de placer por la calentura feroz.
Me acuerdo de su pelada y me excito de solo pensarlo.
Le agarraba la cabeza para que me la chupara más y más.
Hacía calor, me re chupó el pene. No podía más de placer.
Sentí la necesidad absoluta de devolver tal favor hermoso que me estaba haciendo, chupándosela.
Fue mi primera vez.
Hicimos un 69 espectacular en esa cama, que aún hoy recuerdo, luego de casi 10 años.
Ahí no terminó todo. Me pidió que me lo cogiera.
Y así fue. Me puse el forro y como no daba más se la puse, me lo recontra clavé una y otra vez, una y otra vez.
Yo Gemía de placer como nunca antes con nadie. Gritaba de placer!

Estuve caliente varios días recordando lo sucedido. Aunque fue un episodio confuso de mi vida, sabía que no tendría retorno. Fue espectacular.

Lo volví a ver, varias veces más y fue tan mágico como la primera vez.