Mi esposa me provocó

Hola poringueros y poringueras. Mi esposa arregló con la hija, que este año se independizó, salir el sábado a la noche para festejar el día de la madre.
-A donde van a salir? -le pregunté con curiosidad.
-Victoria quiere ir a un resto-pub en Palermo. Pero prometo volver temprano. -me respondió después de un beso.
Debo decir que estaba espléndida, tenía un pantalón tipo capri blanco, una remera suelta con hombros descubiertos y unos zapatos con tacos que la estilizaban. Bien maquillada y bien perfumada se despide con un beso. Estaba sentado y al ver sus pechos desnudos a través del escote me dieron ganas de despedirme de ella de otra forma.
-Ay Fabián!!!! Me vas a despeinar!!!! Guardate ganitas para cuando vuelva... -me dijo mientras agarraba las llaves del auto.
Pasaron las horas y ella no venía, le mandé varios whats Apps y nada, la llamé cerca de las dos de la madrugada y no respondía las llamadas.
Cansado y contrariado me fui a dormir viendo una película aburrida.
Me desperté a ocho de la mañana y mi esposa aún no había llegado, cuando salía para comprar unas facturas se estaciona frente a casa un Audi manejado por un muchacho joven. Luego de un par de minutos bajó mi esposa acomodándose la remera. Me vi desbordado en mi machismo y la recibí con una bofetada a la que ella respondió con una sonrisa maliciosa.
-Vení!!! Pasá!!! -le dije enérgicamente tomándola de los brazos y metiéndola para dentro de casa.
-Que estuviste haciendo? Te estuviste pajeando? -me preguntó ella repuesta de la bofetada.
-Te estuve esperando!!!! Puta de mierda!!!!
-Siiiii!!!!! Soy una puta!!!! Bieeeeennnnn puta!!!!! Y sabés que? Ese pendejo de mierda me dejó toda rota pero satisfecha.
Herido por mi estúpido machismo le doy otro nuevo cachetazo. Tirada en el suelo veo que le corre un hilo de sangre de su boca pero, desafiante, sus ojos lucía una mirada lujuriosa. Ahí recién entendí lo que quería. Sus ojos, sus pechos desnudos visibles a través de su escote, sus pezones erectos buscaban que reaccione. La tomo con violencia y le arranco la remera de un tirón, la llevo contra la mesa del comedor y acaricio bruscamente su culo bien formado sobre su pantalón. Ella ofrece resistencia, su cuerpo se mueve buscando zafar, se da vuelta y me da un cachetazo violento. De nuevo la agarro con violencia y empujo su rostro a mi pene que a esa altura estaba que explotaba. Ella deja de resistir y lame mis testículos y el glande antes de meter todo mi pene dentro de su boca.
La tengo de la cabeza y la empujo para que se atragante con el hasta que tenga arcadas mientras la insulto.
-Asi que te gusta la pija putita? Tomá esta y tragala puta de mierdaaaaa!!!!!!
Ensimismada se entrega a su tarea mientras escucha con agrado cada uno de mis insultos.
De un tirón le quito mi pene de la boca a mi esposa, la empujo contra un viejo sillón, y le desprendo su pantalón capri. Al hacerlo veo que no tiene puesta ropa interior.
-Se la regalé al pendejo del Audi -me dijo entre risas al advertir la ausencia de la diminuta tanga que habitualmente suele usar.
Con más odio la empujo contra el sillón y la dejo sujeta con una mano mientras con la otra buscaba metérsela de golpe en su vagina. Bien húmeda, presa de su excitación, mis dedos exploraban las cavidades de mi esposa que gemía a gritos y me imploraba por más.
-Asi papito!!! Así me hizo el pendejo!!!! -me dijo provocando mi ira aún más.
A esa altura no me importaba nada, la tomé por detrás y de un saque le metí mi pene, grueso y viril, dentro de su vagina. Con ritmo frenético y con brusquedad la sacudía mientras mi esposa gritaba de placer y extasis.
-Siiiiiiii!!!!!!!!!!! Así papito!!!!! Llename de leche!!!!! -me dijo a los gritos.
Su cuerpo ensayaba movimientos espasmódicos y su rostro se desfiuraba en una mueca de grito en silencio. Seguí sacudiendo por detrás a mi esposa un tiempo prolongado hasta que por fín recibió el cálido esperma de mi pene bien activo. Ella quedó agitada y dolorida pero me seguía provocando, era evidente que quería más.
Estaba sentado a su lado mientra le pellizcaba sus pechos, retorcía sus pezones con violencia. Ella zafa de mi para empezar a chuparme el pene que en pocos segundos recuperó su virilidad.
Mientras ella hacía esto me acomodé para hacerle un beso negro hasta que empecé a meterle los dedos en su ano. Lo hacía metiendo uno, luego buscaba que entrara de a dos, en un momento estuve a poco de hacerle fisting en medio de los gritos de dolor y placer. Me detuve un instante y fui a buscar un profiláctico mientras ella quedaba deshecha tirada en el sillón. Al regresar mi esposa me miraba como implorando clemencia pero a su vez se acomodaba de modo tal que ponía su culo a mi entera disposición. Ya con el profiláctico puesto, con desprecio, la abordé por detrás atrás tomándola violentamente de los pelos y penetrando su ano de un saque, sin mediar preámbulos. Ella acusó recibo de la violenta penetración pero de inmediato empezó a cabalgar ese pene que la estaba volviendo loca de dolor, placer y lujuria. Se sentía los clap clap por el choque de mi pelvis contra sus nalgas y por su espalda corría unas gotas de transpiración en una carrera loca hacia su ano. Por fín la lleno de semen hasta expulsar los restos que saturaron la capacidad.
Más repuesta se acerca a mi como una gata en celo y me besa.
-Fue el mejor sexo que pudiste haber dado!!!!! Si me tratás así o peor no vas a tener necesidad de sentir más celos...
Así transcurre nuestros dias...