Relato ficticio!
El día había sido largo, salimos de casa a las diez de la mañana, se casaba una amiga de mi mujer y tanto ella como yo nos vestimos para ocasión. Ella llevaba un vestido corto gris plata con lentejuelas y como tenía la espalda al descubierto no se vistió sujetador. Aunque al tener tetas pequeñitas y el vestido tenía lentejuelas por delante, era imposible apreciar. Mi mujer tiene 26 años, un cuerpo bonito, mide 1,68 y pesa 53Kg, y es guapa de cara.
Como suele pasar en estos días, el día fue bien pero para el anochecer el alcohol y otras cosas habían hecho efecto, mi mujer andaba alegre, pero yo que salgo poco estaba peor. A eso de las dos de la mañana yo casi no me tenía en pie y un amigo de mi mujer nos ofreció llevarnos a casa. Ella no tenía muchas ganas de ir a casa todavía, pero viendo como me encontraba yo decidió irnos para casa, aunque no de muy buen humor.
Nos montamos con el amigo en coche, ella se puso de copiloto y yo me senté detrás del conductor. En seguida me quede medio dormido y no entraba en sus conversaciones, algunas veces el conductor me preguntaba algo pero yo como iba medio dormido y mareado no contestaba por lo que le comento a mi mujer, “ese se ha quedado dormido” ella miro para atrás y al verme medio tirado, le contesto “eso parece”. Siguieron hablando de diversos temas y yo iba a mi bola medio grogui. En una de estas él le comento “con lo guapa que te has preparado hoy, y este dormido! Hoy no te responde, te tendrás que quedar con las ganas” mi mujer no contesto. Continuaron hablando de otros temas y en una de estas me di cuenta de que el conductor llevaba la mano apoyada en la rodilla de mi mujer.
Llegamos delante de nuestra casa y el conductor me dijo que habíamos llegado, yo, no sé porque, pero, no le conteste, me hice el dormido. El volvió a avisarme, ahora más alto, pero yo me volví a hacer el dormido. Abrí los ojos un poco vi que la mano derecha de él, ahora estaba en el muslo de mi mujer. La conversación era tranquila, estaban hablando de lo bien que había ido la novia y cosas así pero la mano cada vez estaba más arriba. Mi mujer no le dejaba meter la mano en la entrepierna ya que mantenía las piernas cerradas pero tampoco le quitaba la mano de su muslo. En una de estas le dijo haber que hacía, que yo estaba detrás, pero él le contesto que estaba dormido.
Así seguimos un buen rato, ellos hablando de cómo había ido el día, yo haciéndome el dormido y mientras tanto el acariciando el muslo de mi mujer. De vez en cuando trataba de meter la mano entre las piernas pero mi mujer mantenía los muslos bien pegado uno al otro. De repente me di cuenta de que mi mujer cada vez respiraba más hondo, se estaba calentando y de golpe le vi un movimiento que conocía muy bien, y me había hecho muchas veces a mi. Se sentó unos centímetros más adelante abriendo las piernas completamente como diciéndole, ya has conseguido lo que buscabas, todo para ti.
El no desaprovecho la ocasión y le metió la mano completamente entre las piernas. Aunque de mi posición no podía ver los detalles, con la intensidad de la respiración de mi mujer era capaz de acertar donde estaba la mano de el en cada momento. Las respiraciones más profundas señalaban que los dedos de él se encontraban dentro de su vagina. Mi mujer cada vez respiraba más hondo pero seguía totalmente pasiva, ella no se movía, solo le dejaba hacer a él. Ella solo disfrutaba del momento. Yo seguía inmóvil en el asiento trasero y aunque debería ser al revés, mientras ellos disfrutaban tranquilamente del sexo, era yo el que estaba nervioso y de miedo de que me pillaran despierto.
Mientras tanto mi mujer cada vez estaba más caliente y su amigo aprovecho para subirle el vestido hasta la cintura y quitarle el tanga, que estaba totalmente empapado. Después, él se hecho hacia mi mujer y le empezó a comer el coño. Ella seguía inmóvil, con las piernas abiertas dejando que le chupara, con las manos apoyadas en su cabeza y la respiración agitada. Cuando ya parecía que no podía más, alargo la mano izquierda hacia el lado del conductor y él se volvió a sentar bien en su sitio.
Supongo que mi mujer le estaba metiendo la mano pero yo no era capaz de ver, ya que me encontraba detrás del asiento del conductor. Ahora era él el que cada respiraba más hondo y agitado. Mi mujer empezó a girarse y en un momento miro para atrás, yo cerré los ojos y estuve un rato inmóvil, de miedo a que me viese que estaba despierto.
Un rato después, no se seguro cuanto, volvi a abrir los ojos con cuidado y ya nadie miraba para atrás. Desde mi posición tenía una bonita vista. De entre los asientos veía a mi mujer a cuatro patas, no le veía ni la cabeza ni los brazos que se escondían en el asiento del conductor. Pero le veía perfectamente la tetas colgando ya que el vestido, lo tenía de cinturón, todo recogido en la cintura. Tenía las rodillas apoyadas en el asiento del copiloto y el culo para arriba, y la mano derecha de él le acariciandole.
Supuse que le estaba chupando la polla, pero desde mi posición no podía ver lo que sucedía en el asiento del conductor.
Aprovechando que parecía que estaban muy entretenidos, poco a poco me eché hacia la derecha quedándome medio tumbado en los asientos traseros. Ahora veía perfectamente lo que estaba sucediendo en el asiento del conductor.
Él se encontraba sentado con la camisa medio suelta y con los pantalones bajados. Mi mujer tenía un brazo detrás de él y la otra mano apoyada en el suelo mientras le estaba comiendo la polla con ansia. Tenía toda la polla dentro de la boca y movía la cabeza para arriba y para abajo. Él le agarraba con la mano izquierda a la cabeza de mi mujer y de vez en cuando le daba con la derecha un cachete en el culo. El cada vez estaba más excitado y le agarro con las dos manos por la cabeza mi mujer metiéndole la polla hasta garganta. Ella intento sacarla con una arcada pero le agarro fuertemente volviendo a introducirle hasta dentro. Así hubo unas cuantas embestidas, y aunque mi mujer más de una vez trato de sacarse la polla para respirar él no estaba por la labor de dejarle. No le dejaba ni respirar y cada vez intentaba sacarla un poco le volvía a meterle con fuerza hasta garganta.
Después de un par de movimientos bruscos más se tranquilizó, aunque siguió agarrándola por la cabeza con fuerza un rato más. Al parecer ya le estaba vaciando su semen a la boca. Cuando por fin le soltó la cabeza, saco en seguida la polla de la boca y hecho todo el semen encima de él, después se limpió la cara con su camisa. Se sentó en su sitio diciéndole que era un cabrón y que eso no se hacía, mientras se ponía el vestido y se vestía el tanga. Él le contesto que le había chupado de puta madre y que no pudo resistirse a correrse en su boquita, y añadió “gracias”.
Mi mujer salió del coche, abrió la puerta trasera y me dio un ligero empujón en la espalda, diciendo que me despertara que ya habíamos llegado a casa. Yo hice como si acabara de despertar, le di las gracias al conductor, salí del coche y fuimos a casa como si nada hubiese ocurrido.
El día había sido largo, salimos de casa a las diez de la mañana, se casaba una amiga de mi mujer y tanto ella como yo nos vestimos para ocasión. Ella llevaba un vestido corto gris plata con lentejuelas y como tenía la espalda al descubierto no se vistió sujetador. Aunque al tener tetas pequeñitas y el vestido tenía lentejuelas por delante, era imposible apreciar. Mi mujer tiene 26 años, un cuerpo bonito, mide 1,68 y pesa 53Kg, y es guapa de cara.
Como suele pasar en estos días, el día fue bien pero para el anochecer el alcohol y otras cosas habían hecho efecto, mi mujer andaba alegre, pero yo que salgo poco estaba peor. A eso de las dos de la mañana yo casi no me tenía en pie y un amigo de mi mujer nos ofreció llevarnos a casa. Ella no tenía muchas ganas de ir a casa todavía, pero viendo como me encontraba yo decidió irnos para casa, aunque no de muy buen humor.
Nos montamos con el amigo en coche, ella se puso de copiloto y yo me senté detrás del conductor. En seguida me quede medio dormido y no entraba en sus conversaciones, algunas veces el conductor me preguntaba algo pero yo como iba medio dormido y mareado no contestaba por lo que le comento a mi mujer, “ese se ha quedado dormido” ella miro para atrás y al verme medio tirado, le contesto “eso parece”. Siguieron hablando de diversos temas y yo iba a mi bola medio grogui. En una de estas él le comento “con lo guapa que te has preparado hoy, y este dormido! Hoy no te responde, te tendrás que quedar con las ganas” mi mujer no contesto. Continuaron hablando de otros temas y en una de estas me di cuenta de que el conductor llevaba la mano apoyada en la rodilla de mi mujer.
Llegamos delante de nuestra casa y el conductor me dijo que habíamos llegado, yo, no sé porque, pero, no le conteste, me hice el dormido. El volvió a avisarme, ahora más alto, pero yo me volví a hacer el dormido. Abrí los ojos un poco vi que la mano derecha de él, ahora estaba en el muslo de mi mujer. La conversación era tranquila, estaban hablando de lo bien que había ido la novia y cosas así pero la mano cada vez estaba más arriba. Mi mujer no le dejaba meter la mano en la entrepierna ya que mantenía las piernas cerradas pero tampoco le quitaba la mano de su muslo. En una de estas le dijo haber que hacía, que yo estaba detrás, pero él le contesto que estaba dormido.
Así seguimos un buen rato, ellos hablando de cómo había ido el día, yo haciéndome el dormido y mientras tanto el acariciando el muslo de mi mujer. De vez en cuando trataba de meter la mano entre las piernas pero mi mujer mantenía los muslos bien pegado uno al otro. De repente me di cuenta de que mi mujer cada vez respiraba más hondo, se estaba calentando y de golpe le vi un movimiento que conocía muy bien, y me había hecho muchas veces a mi. Se sentó unos centímetros más adelante abriendo las piernas completamente como diciéndole, ya has conseguido lo que buscabas, todo para ti.
El no desaprovecho la ocasión y le metió la mano completamente entre las piernas. Aunque de mi posición no podía ver los detalles, con la intensidad de la respiración de mi mujer era capaz de acertar donde estaba la mano de el en cada momento. Las respiraciones más profundas señalaban que los dedos de él se encontraban dentro de su vagina. Mi mujer cada vez respiraba más hondo pero seguía totalmente pasiva, ella no se movía, solo le dejaba hacer a él. Ella solo disfrutaba del momento. Yo seguía inmóvil en el asiento trasero y aunque debería ser al revés, mientras ellos disfrutaban tranquilamente del sexo, era yo el que estaba nervioso y de miedo de que me pillaran despierto.
Mientras tanto mi mujer cada vez estaba más caliente y su amigo aprovecho para subirle el vestido hasta la cintura y quitarle el tanga, que estaba totalmente empapado. Después, él se hecho hacia mi mujer y le empezó a comer el coño. Ella seguía inmóvil, con las piernas abiertas dejando que le chupara, con las manos apoyadas en su cabeza y la respiración agitada. Cuando ya parecía que no podía más, alargo la mano izquierda hacia el lado del conductor y él se volvió a sentar bien en su sitio.
Supongo que mi mujer le estaba metiendo la mano pero yo no era capaz de ver, ya que me encontraba detrás del asiento del conductor. Ahora era él el que cada respiraba más hondo y agitado. Mi mujer empezó a girarse y en un momento miro para atrás, yo cerré los ojos y estuve un rato inmóvil, de miedo a que me viese que estaba despierto.
Un rato después, no se seguro cuanto, volvi a abrir los ojos con cuidado y ya nadie miraba para atrás. Desde mi posición tenía una bonita vista. De entre los asientos veía a mi mujer a cuatro patas, no le veía ni la cabeza ni los brazos que se escondían en el asiento del conductor. Pero le veía perfectamente la tetas colgando ya que el vestido, lo tenía de cinturón, todo recogido en la cintura. Tenía las rodillas apoyadas en el asiento del copiloto y el culo para arriba, y la mano derecha de él le acariciandole.
Supuse que le estaba chupando la polla, pero desde mi posición no podía ver lo que sucedía en el asiento del conductor.
Aprovechando que parecía que estaban muy entretenidos, poco a poco me eché hacia la derecha quedándome medio tumbado en los asientos traseros. Ahora veía perfectamente lo que estaba sucediendo en el asiento del conductor.
Él se encontraba sentado con la camisa medio suelta y con los pantalones bajados. Mi mujer tenía un brazo detrás de él y la otra mano apoyada en el suelo mientras le estaba comiendo la polla con ansia. Tenía toda la polla dentro de la boca y movía la cabeza para arriba y para abajo. Él le agarraba con la mano izquierda a la cabeza de mi mujer y de vez en cuando le daba con la derecha un cachete en el culo. El cada vez estaba más excitado y le agarro con las dos manos por la cabeza mi mujer metiéndole la polla hasta garganta. Ella intento sacarla con una arcada pero le agarro fuertemente volviendo a introducirle hasta dentro. Así hubo unas cuantas embestidas, y aunque mi mujer más de una vez trato de sacarse la polla para respirar él no estaba por la labor de dejarle. No le dejaba ni respirar y cada vez intentaba sacarla un poco le volvía a meterle con fuerza hasta garganta.
Después de un par de movimientos bruscos más se tranquilizó, aunque siguió agarrándola por la cabeza con fuerza un rato más. Al parecer ya le estaba vaciando su semen a la boca. Cuando por fin le soltó la cabeza, saco en seguida la polla de la boca y hecho todo el semen encima de él, después se limpió la cara con su camisa. Se sentó en su sitio diciéndole que era un cabrón y que eso no se hacía, mientras se ponía el vestido y se vestía el tanga. Él le contesto que le había chupado de puta madre y que no pudo resistirse a correrse en su boquita, y añadió “gracias”.
Mi mujer salió del coche, abrió la puerta trasera y me dio un ligero empujón en la espalda, diciendo que me despertara que ya habíamos llegado a casa. Yo hice como si acabara de despertar, le di las gracias al conductor, salí del coche y fuimos a casa como si nada hubiese ocurrido.
3 comentarios - Desde el asiento de atrás, veo a mi esposa mamando!