http://www.poringa.net/posts/relatos/2607059/Don-Pablo-El-Abanil-Marco-Mi-Vida-Para-Siempre-2.html
sa noche, salí del baño cubierta con una toalla grande y mis ropas destrozadas escondidas en una bolsa de plástico, mi esposo ya se había quedado dormido en nuestra habitación, ni decir que tarde muchísimo en conciliar el sueño, pensando en todo lo que me había ocurrido, en todo lo que ese hombre me había dicho; y no quería, me reusaba a imaginar lo que podía esperarnos a mi familia y a mí.
Al despertar por la mañana, el cuerpo me dolía, y muchas de mis partes aún me ardían, lamentablemente lo cual descartó que, hubiera sido una pesadilla. El sol por la ventana ya estaba fuerte, lo que anunciaba que había dormido más de la cuenta, seguramente ya era tarde. Como pude me vestí, con una blusa larga tipo camisón, tome una taza de té que había quedo sobre la pequeña mesa a un lado de la cama y salí de mi habitación. Al entrar al comedor, mi taza de té termino en el piso hecha mil pedazos, el infierno continuaba…
Apoyado contra la barra de desayunar se encontraba Don Pablo mirándome fijamente a los ojos, y con una sonrisa maldita en su rostro; a la izquierda, sentados en el sillón, estaban dos hombres más, también parecían albañiles y me miraban de arriba abajo igual que lobos hambrientos.
-Buen día Sabrina, me dijo Don Pablo con su inconfundible voz de fumador y borracho. Mientras me ojeaba de arriba abajo.
-¿Cómo ha dormido mi reina? Pregunto
-¿Su reina?. Conteste tapándome los pechos con las manos, que marcaban por debajo de mi blusa, mis pezones duros como todas las mañanas. Uno de los hombres que estaban sentados, irrumpió diciendo..
-Don Pablo, ¿quiere que empecemos a trabajar con la reina de la casa? Y comenzaba a ponerse de pie queriendo avanzar hacia mí. Mi reacción fue querer cubrirme más mi cuerpo, como si me abrazara a mí misma. Pero Don Pablo lo paro en seco..
-Ustedes dos, cabrones!!, se salen afuera, y esperan en la escalera del edificio hasta que yo les llame, ¿entendieron putos? Les pregunto rudamente Don Pablo
-Si jefe.. Contestaron los dos al mismo tiempo con voz de niños regañados.. Abrieron la puerta de salida y se escucharon sus pasos, bajar por la escalera. Don Pablo los siguió con la mirada hasta que se cerró la puerta. Luego camino hacia el sillón más grande y se sentó. Hizo seña con la mano golpeando en el sillón para que me sentara a su lado.. Pero conteste..
-Aquí estoy bien Don Pablo. Pero con voz de enojo me grito..
-No te pregunte pendeja!! Te lo estoy Ordenando!! Y continuo más suave.. Te he dicho que no me llames Don Pablo cuando estamos solos.
-Ven Sabrina siéntate, tenemos que hablar, y no quiero volver a gritar; tus niñas aún duermen y ni tu ni yo queremos que se despierten, ¿verdad? Pregunto fríamente. Yo asentí con la cabeza en silencio mirando hacia el suelo y me senté a su lado. Él se animó diciéndome, hoy me bañe Sabrina, no quiero que te disguste mi olor de albañil, y soltó una carcajada. Mientras posaba su mano izquierda en mi pierna derecha, para lo cual tuvo que torcer todo su cuerpo hacia mí y cruzar todo su brazo. Esta posición la favorecía para mirar mis pechos que se marcaban en la blusa Y dijo..
-Espero hayas descansado bien, ya que tengo que explicarte, tu nueva situación. Yo interrumpí.
-Más bien tiene que explicarme que hace a esta hora en mi casa, conteste con un poco de valor. En ese mismo instante no terminaba de decir mi última palabra, cuando Don Pablo me propino un golpe con la mano abierta en mi cara, no fue muy fuerte, más bien solo como para asustarme, y lo consiguió. Luego replico..
-Sabrina, vas a hablar cuando yo te lo diga, o me tendrás que pedir permiso para hacerlo, ¿de acuerdo? Pregunto serenamente. Yo volví a asentir con la cabeza. Lo que menos quería es otro golpe, podría dejarme una marca y seria ya más difícil de explicarle a mi esposo. Don Pablo continúo hablando.
-Como te decía ayer por la noche, estoy aquí para ayudarte a ti y a tu familia. En principio no me intereso, ya que el costo era muy alto y no quería más problemas de los que ya tengo, pero Doña Celeste me insistió, creo que ella te aprecia mucho. Yo me disponía a pronunciar una nueva pregunta, pero la mano de pablo ya estaba arriba para golpearme nuevamente, cuando pude frenar mi palabra y levante mi mano para pedir permiso de hablar. Don Pablo bajo su mano izquierda y la volvió a posar sobre mi pierna, mientras decía con voz de satisfacción.
-Casi te vuelves a equivocar Sabrina, ¿quieres hablar? Pregunto. Yo asentí nuevamente con la cabeza.
-Ok, dijo Don Pablo, te dejare hablar pero no me interrumpas mucho cuando te esté explicando, no quiero volver a golpearte, ¿de acuerdo?, yo volví a asentir con la cabeza.
-Muy bien, habla!! Carajo!! Levanto un poco la voz.
-Mi Señor ¿qué tiene que ver Doña Celeste en todo esto? Pregunte con voz muy suave con miedo de exaltarlo..
-Mucho, contesto Don Pablo.
-Doña Celeste, también es de mi propiedad, si bien nuca la he marcado, ya que su cuerpo no me agrada, pero me es de mucha utilidad para conseguir carne fresca. Veras .. Continúo diciendo.
-Tu y tu marido, se han venido a vivir a una zona conflictiva, aunque antes estaba mucho peor, moría gente todos los días, y como ya sabes, la policía no se mete hasta estos rumbos, deja que la gente se las arregle sola; pero desde que llegamos Don Roberto el carnicero y yo, logramos equilibrar los poderes en esta zona. Explico Don Pablo mientras miraba su mano acariciando mi muslo, subió la vista hacia mis ojos y continúo.
-Veras, anteriormente aquí existía un solo líder, un narcotraficante que tenía aterrada a la colonia, violaba y descorchaba adolecentes sin ningún cuidado, cuando los esposos, hijos, hermanos y padres se enteraban, e iban a reclamarle, el los mataba, claro que la policía siempre cerraba los casos como asaltos, suicidios o ajustes de cuentas. Al final llego tanto su poder, que mataba a los maridos, novios y algunos hijos antes de que existiera una disconformidad, así paso el tiempo que llego un momento donde casi no quedaban hombres que trabajaran en las familias, la colonia comenzó a estar en la miseria total, el ya no podía conseguir dinero para pagar a su gente, y su propia gente lo traiciono, nos mandaron a llamar para que nos hiciéramos cargo de él, y así lo hicimos. Matamos a ese cabrón y dividimos la colonia en 5 zonas, la cual tiene un líder cada una, bueno en realidad son 4 zonas. Una de Don Roberto el carnicero, otra de Esteban, la de al lado del río de Vicente. Y la que estaba cerca del puesto de policía, la había tomado por la fuerza Don Gerardo, un ex policía, que sin preguntarnos tomo parte de mi zona y parte de la de Esteban. Pero ese hijo de puta dejo de existir hace 3 días. Lo mate para poder tenerte, ya que el muy cabrón te quería marcar para él. Don Pablo hizo una pausa y se entretuvo en mi pierna comenzando a forzar para que las abriera. Yo intente distraerlo tosiendo y haciendo una pregunta de la cual surgiría la peor de las respuestas.
-Mi Señor.. dije con mucho cuidado.
-¿Qué significa que me quisiera marcar ese hombre?. A lo cual Don Pablo volviendo a subir su mirada sin dejar de enterrar más y más su mano en mi muslo dijo.
-El asunto está así Sabrina, cada líder de zona, marca a sus hembras dejándolas preñadas, cada hembra de esta colonia sin excepción, tiene uno o más hijos con nosotros los lideres, claro tratamos por todos los medios de que los esposos no se den cuenta, aunque ese no es nuestro problema, es trabajo de la hembra, cuidar que su esposo no se dé cuenta, de esta forma crían a nuestros hijos hasta que tienen una edad aceptable, y se unen a nuestra banda para reforzar la protección de la zona. Las hembras pertenecen cien por ciento a los líderes, y deben pedir permiso para de vez en cuando tener relaciones con sus esposos. De acuerdo como nos ha servido la hembra damos el permiso o no.
-Nosotros alimentamos con nuestro liquido sagrado a cada hembra, algunas comen por las mañanas, otras por las noches y algunas otras, por la mañana y por la noche también, estas últimas son generalmente las más jóvenes que necesitan una mejor alimentación para hacerse fuertes. Termino diciendo Don Pablo con una sonrisa en su rostro cuando miraba como llegaba su mano a mi panty.
En ese momento deje escapar mi primer suspiro, Don Pablo ya estaba metiendo su mano por debajo de mi panty, y comenzaba a acariciar mi clítoris con la misma majestuosidad con que lo había hecho la noche anterior. Yo tense mi cuerpo al sentir sus dedos penetrándome, Don Pablo se comenzó a agitar, respirando más profundamente. Creo que al sentirme mojada disparo su locura, y tomando el frente de mi blusa con ambas manos, de un solo movimiento bruto, rasgo la tela en dos, dejando mis pechos al descubierto y mi blusa hecha añicos. El movimiento me sobresalto, para lo cual Don Pablo dijo..
-Tranquila putita tranquila, y tomando mi cabeza la inclino hacia su pecho, como evitando que yo viera lo que hacía, o protegiéndome la vista, de su intervención en mi vagina, a continuación siguió tocándome cada vez con más ritmo, yo comencé a gemir con más fuerza hasta que ya no pude controlarme, y separe mi cabeza de su pecho para arquear mi espalda y pecho hacia arriba y adelante, tratando de contener esa locura de placer, mientras Don Pablo ya había comenzado a comerme los pechos y pezones con su boca, y con su mano derecha sobre mi frente, forzando mi cabeza a apoyarse en el sillón, mientras mi espalda se seguía arqueando como poseída. Sus masajes en mi clítoris estaban llegando al límite de lo que yo podía soportar, sus movimientos eran cada mes más rápidos y bruscos, ya sin poder contenerme empecé a gritar como jamás lo había hecho, ni en los mejores tiempos de mi esposo. Una oleada de calor comenzó a apoderarse de mi cuerpo desde la cabeza y desde los pies hasta el mi vientre, sintiendo una increíble ganas de orinar, en ese mismo momento Don Pablo que ya estaba muy agitado de excitación, dijo.
-Suéltalo cabrona!!, vamos, suéltalo!!, no te vas a orinar!!, suéltalo!!, y siguiendo la orden de Don Pablo, tuve el primer squirting de mi vida, que sensación tan desesperante y deliciosa estaba sintiendo, en ese mismo momento, clave las uñas de una de mis manos, en la mano de Don Pablo, mientras sentía que mi cuerpo seguía agitándose convulsionándose, al perder sincronización y control de mis movimientos, mi cuerpo comenzó a caerse del sillón, para lo cual Don pablo tenía que sostenerme abrazándome y sujetándome hacia él, mientras continuaba diciendo.
-Muy bien mi hembra, estas aprendiendo, has mojado todo el piso de tu sala; en unos días más, serás toda una gran puta, como debe ser, y podre marcarte, te lo abras ganado. Por el momento, ayer fue todo un placer desvirgarte y romperte el culo y llenártelo de leche. Tu panocha será mía muy pronto y ese mismo día te marcare, así que te ordeno no tomes ningún anti conceptivo, ni tengas relaciones con el cornudo de tu esposo. Porque el día que estrene tu vagina como tu nuevo macho, ese mismo día espero quedes preñada. Yo por mi lado, apenas podía coordinar y entender lo que me decía Don Pablo, ya que mi mente estaba como desconectada de mi cuerpo y de la realidad. De repente cuando mi cuerpo comenzó a detener las sacudidas, un apetito atroz comenzó a invadirme, me sentía desinhibida y me atreví a decirle a Don Pablo.
-Don Pablo cójame a hora, no aguanto más, tómeme por favor, quiero ser suya, quiero servirle, haga lo que guste conmigo. Dije suplicando a Don Pablo, mis oídos y cerebro no daban crédito a lo que mi boca y lengua estaban diciéndole a un hombre que conocía desde hace 2 días. Y Don Pablo interrumpió..
Tranquila perra, sé que tienes hambre ¿verdad? Y yo asentí con la cabeza varias veces para que entendiera que sí. Don pablo me tironeo del brazo hacia el piso haciéndome arrodillar ante él, saco su verga de unos veinte centímetros, era la primera vez que podía verla, ya que la noche anterior solo la sentí entrar mi culito y continuo diciendo mientras acercaba su pedazo de carne a mi boca.
Ahora te voy a dar de comer Sabrina, y quiero que cuando logres conseguir tu alimento, no tires nada al suelo, quiero que lo aproveches todo, ya que te estaré alimentando seguido, creo que mereces te alimente por las mañanas, cuando tu esposo se va a trabajar y por las noches cuando se duerme, eres una hembra fuerte y necesita alimentarse más que las otras. Acto seguido metió su verga en mi boca. Apenas sentí su carne, me desespere, torpemente comencé a devorársela y en ese mismo momento, Don Pablo sostenía mi cuello con ambas manos como si me fuera a ahorcar y diciendo.
-Tranquila putita, nadie te la va a quitar, no quiero que te ahogues cuando llegue la leche, y termines derramándola, tranquilízate perra y come!! En ese momento yo masajeaba la verga de Don Pablo con mi mano izquierda subiendo y bajándola, mientras mi boca succionaba pidiendo mi merecido premio, mientras que inconscientemente mi mano derecha, bajo hasta mi clítoris y comencé a masturbarme, mientras Don Pablo sin soltar mi cabeza con sus grandes manos gemía y sus Gemidos comenzaban a subir de tono junto con los míos, comencé a sentir como mi Macho se tensaba y una oleada de leche comenzó a llenar mi boca, utilice toda mi destreza, para no permitir que se escapara ni una sola gota, extrañamente eso me disparo, y terminando de tragar la última gota, logre tener mi segundo orgasmo y squirting, para lo cual me desplome en el suelo, revolcándome en el piso, convulsionada y sobre la humedad de mi propio orgasmo.
Don Pablo apoyo su cabeza hacia tras en el sillón, tratando de recuperar el ritmo de la respiración y apenas pudo recuperarse dijo.
-Muy bien putita, has conseguido lo que querías, te has alimentado bien, así que, quiero que hoy descanses y medites sobre tu nueva situación, y pienses como me vas a servir mejor, recuerda que soy tu señor de ahora en más y hay noches que no podre venir como la de hoy, ya que debo ir a alimentar a Marcela, la nuera de Doña Celeste, es una hembra joven de 17 años y está preñada con uno de mis hijos dentro de su vientre. Por tu culpa anoche, no pudo comer de mí y mande a que uno de mis hijos para que la alimente, de tal forma que tendré que ir si o si esta noche, tu comerás mañana, por la mañana y por la noche. Si un día no puedo alimentarte por alguna emergencia, enviare a uno de mis muchachos para que lo haga, así que tú tranquila. Acto seguido se levantó del sillón, abrió la puerta y desapareció.
Cuando deje de temblar y recupere el control de mi cuerpo, recogí los pedazos destrozados de mi blusa, y entre al baño a ducharme. Curiosamente a diferencia de la noche anterior, me sentía de muy buen humor, y no tenía intenciones de pensar sobre lo que estaba ocurriendo.
Me sentía tan bien, que llame a una de mis mejores amigas, para que conociera mi nuevo departamento de paso tomáramos un café y charláramos.
Mi amiga llego después del almuerzo, mis niñas ya habían terminado de comer sus alimentos y mi madre paso por ellas para llevarlas a comprar unos vestiditos
Cuando llego mi amiga nos sentamos, hice un café, ya habíamos hablado de pormenores, y me comento,
-Te veo muy bien Sabrina, se ve que estas más contenta!! Dijo mi amiga muy animada. Yo sonreí, pero al escuchar esa frase, como palabra clave de hipnotismo, mi buen ánimo desapareció como por arte de magia y rompí en llanto frente a mi amiga. Mi amiga se asustó y comenzó a decirme sobresaltada.
-¿Qué te pasa? Sabrina!! O mi Dios, ¿qué tienes amiga?, yo seguía llorando desconsoladamente. Tal fue la desorientación de mi amiga al verme tan mal, que comenzó a llorar conmigo abrazándome.
-Después de veinte minutos ininterrumpido de llanto, logre tranquilizarme y dije.
-Hay mi preciosa amiga, te conozco desde mi infancia y debo decirte esto, le estoy siendo infiel a mi esposo..
-¿Pero por qué? Sabrina, ¿Te enamoraste de otro? Dijo totalmente sorprendida mi amiga.
-No!! No!! Conteste, no es amor lo que siento, es una sensación animal, es como si me convirtiera en alguien que no soy, no sé, siento que él es todo para mi ahora, la Verdad!! Ni mi familia me importa, solo quiero que él esté contento conmigo. La cara de mi amiga quedo paralizada, como en shock, no reaccionaba, hasta que me pregunto.
-Sabrina!! ¿Estás Loca? ¿Qué te pasa? ¿Estas tomando alguna droga o medicamento?
-No!! No!! Respondí mirando nuevamente con la vista perdida y distraída. Y comencé a contarle todo realmente como sucedió. Mientras le contaba, su cara cambiaba de colores y sus gestos eran aterradores. Cuando termine de relatar lo ocurrido, dijo..
-Sabrina debes ir con la policía y denunciarlo, te voy a conseguir un médico también, un psicólogo, necesitas ayuda!! Me decía mientras se le caían las lágrimas de la cara. De repente un ataque de furia se apodero de mí y le grite a mi amiga..
-Fuera!! Fuera de mi casa!! Eres una Puta Cabrona, quieres quitarme a Don Pablo, vete!! vete!! Y mi amiga asustada tomo su bolsa y salió rápidamente diciéndome..
-Sabrina estas enferma, necesitas ayuda!! Y bajo corriendo las escaleras cuando cerré la puerta de mi departamento de un solo golpe.
Continuara..
autor:Andrea Sabrina
sa noche, salí del baño cubierta con una toalla grande y mis ropas destrozadas escondidas en una bolsa de plástico, mi esposo ya se había quedado dormido en nuestra habitación, ni decir que tarde muchísimo en conciliar el sueño, pensando en todo lo que me había ocurrido, en todo lo que ese hombre me había dicho; y no quería, me reusaba a imaginar lo que podía esperarnos a mi familia y a mí.
Al despertar por la mañana, el cuerpo me dolía, y muchas de mis partes aún me ardían, lamentablemente lo cual descartó que, hubiera sido una pesadilla. El sol por la ventana ya estaba fuerte, lo que anunciaba que había dormido más de la cuenta, seguramente ya era tarde. Como pude me vestí, con una blusa larga tipo camisón, tome una taza de té que había quedo sobre la pequeña mesa a un lado de la cama y salí de mi habitación. Al entrar al comedor, mi taza de té termino en el piso hecha mil pedazos, el infierno continuaba…
Apoyado contra la barra de desayunar se encontraba Don Pablo mirándome fijamente a los ojos, y con una sonrisa maldita en su rostro; a la izquierda, sentados en el sillón, estaban dos hombres más, también parecían albañiles y me miraban de arriba abajo igual que lobos hambrientos.
-Buen día Sabrina, me dijo Don Pablo con su inconfundible voz de fumador y borracho. Mientras me ojeaba de arriba abajo.
-¿Cómo ha dormido mi reina? Pregunto
-¿Su reina?. Conteste tapándome los pechos con las manos, que marcaban por debajo de mi blusa, mis pezones duros como todas las mañanas. Uno de los hombres que estaban sentados, irrumpió diciendo..
-Don Pablo, ¿quiere que empecemos a trabajar con la reina de la casa? Y comenzaba a ponerse de pie queriendo avanzar hacia mí. Mi reacción fue querer cubrirme más mi cuerpo, como si me abrazara a mí misma. Pero Don Pablo lo paro en seco..
-Ustedes dos, cabrones!!, se salen afuera, y esperan en la escalera del edificio hasta que yo les llame, ¿entendieron putos? Les pregunto rudamente Don Pablo
-Si jefe.. Contestaron los dos al mismo tiempo con voz de niños regañados.. Abrieron la puerta de salida y se escucharon sus pasos, bajar por la escalera. Don Pablo los siguió con la mirada hasta que se cerró la puerta. Luego camino hacia el sillón más grande y se sentó. Hizo seña con la mano golpeando en el sillón para que me sentara a su lado.. Pero conteste..
-Aquí estoy bien Don Pablo. Pero con voz de enojo me grito..
-No te pregunte pendeja!! Te lo estoy Ordenando!! Y continuo más suave.. Te he dicho que no me llames Don Pablo cuando estamos solos.
-Ven Sabrina siéntate, tenemos que hablar, y no quiero volver a gritar; tus niñas aún duermen y ni tu ni yo queremos que se despierten, ¿verdad? Pregunto fríamente. Yo asentí con la cabeza en silencio mirando hacia el suelo y me senté a su lado. Él se animó diciéndome, hoy me bañe Sabrina, no quiero que te disguste mi olor de albañil, y soltó una carcajada. Mientras posaba su mano izquierda en mi pierna derecha, para lo cual tuvo que torcer todo su cuerpo hacia mí y cruzar todo su brazo. Esta posición la favorecía para mirar mis pechos que se marcaban en la blusa Y dijo..
-Espero hayas descansado bien, ya que tengo que explicarte, tu nueva situación. Yo interrumpí.
-Más bien tiene que explicarme que hace a esta hora en mi casa, conteste con un poco de valor. En ese mismo instante no terminaba de decir mi última palabra, cuando Don Pablo me propino un golpe con la mano abierta en mi cara, no fue muy fuerte, más bien solo como para asustarme, y lo consiguió. Luego replico..
-Sabrina, vas a hablar cuando yo te lo diga, o me tendrás que pedir permiso para hacerlo, ¿de acuerdo? Pregunto serenamente. Yo volví a asentir con la cabeza. Lo que menos quería es otro golpe, podría dejarme una marca y seria ya más difícil de explicarle a mi esposo. Don Pablo continúo hablando.
-Como te decía ayer por la noche, estoy aquí para ayudarte a ti y a tu familia. En principio no me intereso, ya que el costo era muy alto y no quería más problemas de los que ya tengo, pero Doña Celeste me insistió, creo que ella te aprecia mucho. Yo me disponía a pronunciar una nueva pregunta, pero la mano de pablo ya estaba arriba para golpearme nuevamente, cuando pude frenar mi palabra y levante mi mano para pedir permiso de hablar. Don Pablo bajo su mano izquierda y la volvió a posar sobre mi pierna, mientras decía con voz de satisfacción.
-Casi te vuelves a equivocar Sabrina, ¿quieres hablar? Pregunto. Yo asentí nuevamente con la cabeza.
-Ok, dijo Don Pablo, te dejare hablar pero no me interrumpas mucho cuando te esté explicando, no quiero volver a golpearte, ¿de acuerdo?, yo volví a asentir con la cabeza.
-Muy bien, habla!! Carajo!! Levanto un poco la voz.
-Mi Señor ¿qué tiene que ver Doña Celeste en todo esto? Pregunte con voz muy suave con miedo de exaltarlo..
-Mucho, contesto Don Pablo.
-Doña Celeste, también es de mi propiedad, si bien nuca la he marcado, ya que su cuerpo no me agrada, pero me es de mucha utilidad para conseguir carne fresca. Veras .. Continúo diciendo.
-Tu y tu marido, se han venido a vivir a una zona conflictiva, aunque antes estaba mucho peor, moría gente todos los días, y como ya sabes, la policía no se mete hasta estos rumbos, deja que la gente se las arregle sola; pero desde que llegamos Don Roberto el carnicero y yo, logramos equilibrar los poderes en esta zona. Explico Don Pablo mientras miraba su mano acariciando mi muslo, subió la vista hacia mis ojos y continúo.
-Veras, anteriormente aquí existía un solo líder, un narcotraficante que tenía aterrada a la colonia, violaba y descorchaba adolecentes sin ningún cuidado, cuando los esposos, hijos, hermanos y padres se enteraban, e iban a reclamarle, el los mataba, claro que la policía siempre cerraba los casos como asaltos, suicidios o ajustes de cuentas. Al final llego tanto su poder, que mataba a los maridos, novios y algunos hijos antes de que existiera una disconformidad, así paso el tiempo que llego un momento donde casi no quedaban hombres que trabajaran en las familias, la colonia comenzó a estar en la miseria total, el ya no podía conseguir dinero para pagar a su gente, y su propia gente lo traiciono, nos mandaron a llamar para que nos hiciéramos cargo de él, y así lo hicimos. Matamos a ese cabrón y dividimos la colonia en 5 zonas, la cual tiene un líder cada una, bueno en realidad son 4 zonas. Una de Don Roberto el carnicero, otra de Esteban, la de al lado del río de Vicente. Y la que estaba cerca del puesto de policía, la había tomado por la fuerza Don Gerardo, un ex policía, que sin preguntarnos tomo parte de mi zona y parte de la de Esteban. Pero ese hijo de puta dejo de existir hace 3 días. Lo mate para poder tenerte, ya que el muy cabrón te quería marcar para él. Don Pablo hizo una pausa y se entretuvo en mi pierna comenzando a forzar para que las abriera. Yo intente distraerlo tosiendo y haciendo una pregunta de la cual surgiría la peor de las respuestas.
-Mi Señor.. dije con mucho cuidado.
-¿Qué significa que me quisiera marcar ese hombre?. A lo cual Don Pablo volviendo a subir su mirada sin dejar de enterrar más y más su mano en mi muslo dijo.
-El asunto está así Sabrina, cada líder de zona, marca a sus hembras dejándolas preñadas, cada hembra de esta colonia sin excepción, tiene uno o más hijos con nosotros los lideres, claro tratamos por todos los medios de que los esposos no se den cuenta, aunque ese no es nuestro problema, es trabajo de la hembra, cuidar que su esposo no se dé cuenta, de esta forma crían a nuestros hijos hasta que tienen una edad aceptable, y se unen a nuestra banda para reforzar la protección de la zona. Las hembras pertenecen cien por ciento a los líderes, y deben pedir permiso para de vez en cuando tener relaciones con sus esposos. De acuerdo como nos ha servido la hembra damos el permiso o no.
-Nosotros alimentamos con nuestro liquido sagrado a cada hembra, algunas comen por las mañanas, otras por las noches y algunas otras, por la mañana y por la noche también, estas últimas son generalmente las más jóvenes que necesitan una mejor alimentación para hacerse fuertes. Termino diciendo Don Pablo con una sonrisa en su rostro cuando miraba como llegaba su mano a mi panty.
En ese momento deje escapar mi primer suspiro, Don Pablo ya estaba metiendo su mano por debajo de mi panty, y comenzaba a acariciar mi clítoris con la misma majestuosidad con que lo había hecho la noche anterior. Yo tense mi cuerpo al sentir sus dedos penetrándome, Don Pablo se comenzó a agitar, respirando más profundamente. Creo que al sentirme mojada disparo su locura, y tomando el frente de mi blusa con ambas manos, de un solo movimiento bruto, rasgo la tela en dos, dejando mis pechos al descubierto y mi blusa hecha añicos. El movimiento me sobresalto, para lo cual Don Pablo dijo..
-Tranquila putita tranquila, y tomando mi cabeza la inclino hacia su pecho, como evitando que yo viera lo que hacía, o protegiéndome la vista, de su intervención en mi vagina, a continuación siguió tocándome cada vez con más ritmo, yo comencé a gemir con más fuerza hasta que ya no pude controlarme, y separe mi cabeza de su pecho para arquear mi espalda y pecho hacia arriba y adelante, tratando de contener esa locura de placer, mientras Don Pablo ya había comenzado a comerme los pechos y pezones con su boca, y con su mano derecha sobre mi frente, forzando mi cabeza a apoyarse en el sillón, mientras mi espalda se seguía arqueando como poseída. Sus masajes en mi clítoris estaban llegando al límite de lo que yo podía soportar, sus movimientos eran cada mes más rápidos y bruscos, ya sin poder contenerme empecé a gritar como jamás lo había hecho, ni en los mejores tiempos de mi esposo. Una oleada de calor comenzó a apoderarse de mi cuerpo desde la cabeza y desde los pies hasta el mi vientre, sintiendo una increíble ganas de orinar, en ese mismo momento Don Pablo que ya estaba muy agitado de excitación, dijo.
-Suéltalo cabrona!!, vamos, suéltalo!!, no te vas a orinar!!, suéltalo!!, y siguiendo la orden de Don Pablo, tuve el primer squirting de mi vida, que sensación tan desesperante y deliciosa estaba sintiendo, en ese mismo momento, clave las uñas de una de mis manos, en la mano de Don Pablo, mientras sentía que mi cuerpo seguía agitándose convulsionándose, al perder sincronización y control de mis movimientos, mi cuerpo comenzó a caerse del sillón, para lo cual Don pablo tenía que sostenerme abrazándome y sujetándome hacia él, mientras continuaba diciendo.
-Muy bien mi hembra, estas aprendiendo, has mojado todo el piso de tu sala; en unos días más, serás toda una gran puta, como debe ser, y podre marcarte, te lo abras ganado. Por el momento, ayer fue todo un placer desvirgarte y romperte el culo y llenártelo de leche. Tu panocha será mía muy pronto y ese mismo día te marcare, así que te ordeno no tomes ningún anti conceptivo, ni tengas relaciones con el cornudo de tu esposo. Porque el día que estrene tu vagina como tu nuevo macho, ese mismo día espero quedes preñada. Yo por mi lado, apenas podía coordinar y entender lo que me decía Don Pablo, ya que mi mente estaba como desconectada de mi cuerpo y de la realidad. De repente cuando mi cuerpo comenzó a detener las sacudidas, un apetito atroz comenzó a invadirme, me sentía desinhibida y me atreví a decirle a Don Pablo.
-Don Pablo cójame a hora, no aguanto más, tómeme por favor, quiero ser suya, quiero servirle, haga lo que guste conmigo. Dije suplicando a Don Pablo, mis oídos y cerebro no daban crédito a lo que mi boca y lengua estaban diciéndole a un hombre que conocía desde hace 2 días. Y Don Pablo interrumpió..
Tranquila perra, sé que tienes hambre ¿verdad? Y yo asentí con la cabeza varias veces para que entendiera que sí. Don pablo me tironeo del brazo hacia el piso haciéndome arrodillar ante él, saco su verga de unos veinte centímetros, era la primera vez que podía verla, ya que la noche anterior solo la sentí entrar mi culito y continuo diciendo mientras acercaba su pedazo de carne a mi boca.
Ahora te voy a dar de comer Sabrina, y quiero que cuando logres conseguir tu alimento, no tires nada al suelo, quiero que lo aproveches todo, ya que te estaré alimentando seguido, creo que mereces te alimente por las mañanas, cuando tu esposo se va a trabajar y por las noches cuando se duerme, eres una hembra fuerte y necesita alimentarse más que las otras. Acto seguido metió su verga en mi boca. Apenas sentí su carne, me desespere, torpemente comencé a devorársela y en ese mismo momento, Don Pablo sostenía mi cuello con ambas manos como si me fuera a ahorcar y diciendo.
-Tranquila putita, nadie te la va a quitar, no quiero que te ahogues cuando llegue la leche, y termines derramándola, tranquilízate perra y come!! En ese momento yo masajeaba la verga de Don Pablo con mi mano izquierda subiendo y bajándola, mientras mi boca succionaba pidiendo mi merecido premio, mientras que inconscientemente mi mano derecha, bajo hasta mi clítoris y comencé a masturbarme, mientras Don Pablo sin soltar mi cabeza con sus grandes manos gemía y sus Gemidos comenzaban a subir de tono junto con los míos, comencé a sentir como mi Macho se tensaba y una oleada de leche comenzó a llenar mi boca, utilice toda mi destreza, para no permitir que se escapara ni una sola gota, extrañamente eso me disparo, y terminando de tragar la última gota, logre tener mi segundo orgasmo y squirting, para lo cual me desplome en el suelo, revolcándome en el piso, convulsionada y sobre la humedad de mi propio orgasmo.
Don Pablo apoyo su cabeza hacia tras en el sillón, tratando de recuperar el ritmo de la respiración y apenas pudo recuperarse dijo.
-Muy bien putita, has conseguido lo que querías, te has alimentado bien, así que, quiero que hoy descanses y medites sobre tu nueva situación, y pienses como me vas a servir mejor, recuerda que soy tu señor de ahora en más y hay noches que no podre venir como la de hoy, ya que debo ir a alimentar a Marcela, la nuera de Doña Celeste, es una hembra joven de 17 años y está preñada con uno de mis hijos dentro de su vientre. Por tu culpa anoche, no pudo comer de mí y mande a que uno de mis hijos para que la alimente, de tal forma que tendré que ir si o si esta noche, tu comerás mañana, por la mañana y por la noche. Si un día no puedo alimentarte por alguna emergencia, enviare a uno de mis muchachos para que lo haga, así que tú tranquila. Acto seguido se levantó del sillón, abrió la puerta y desapareció.
Cuando deje de temblar y recupere el control de mi cuerpo, recogí los pedazos destrozados de mi blusa, y entre al baño a ducharme. Curiosamente a diferencia de la noche anterior, me sentía de muy buen humor, y no tenía intenciones de pensar sobre lo que estaba ocurriendo.
Me sentía tan bien, que llame a una de mis mejores amigas, para que conociera mi nuevo departamento de paso tomáramos un café y charláramos.
Mi amiga llego después del almuerzo, mis niñas ya habían terminado de comer sus alimentos y mi madre paso por ellas para llevarlas a comprar unos vestiditos
Cuando llego mi amiga nos sentamos, hice un café, ya habíamos hablado de pormenores, y me comento,
-Te veo muy bien Sabrina, se ve que estas más contenta!! Dijo mi amiga muy animada. Yo sonreí, pero al escuchar esa frase, como palabra clave de hipnotismo, mi buen ánimo desapareció como por arte de magia y rompí en llanto frente a mi amiga. Mi amiga se asustó y comenzó a decirme sobresaltada.
-¿Qué te pasa? Sabrina!! O mi Dios, ¿qué tienes amiga?, yo seguía llorando desconsoladamente. Tal fue la desorientación de mi amiga al verme tan mal, que comenzó a llorar conmigo abrazándome.
-Después de veinte minutos ininterrumpido de llanto, logre tranquilizarme y dije.
-Hay mi preciosa amiga, te conozco desde mi infancia y debo decirte esto, le estoy siendo infiel a mi esposo..
-¿Pero por qué? Sabrina, ¿Te enamoraste de otro? Dijo totalmente sorprendida mi amiga.
-No!! No!! Conteste, no es amor lo que siento, es una sensación animal, es como si me convirtiera en alguien que no soy, no sé, siento que él es todo para mi ahora, la Verdad!! Ni mi familia me importa, solo quiero que él esté contento conmigo. La cara de mi amiga quedo paralizada, como en shock, no reaccionaba, hasta que me pregunto.
-Sabrina!! ¿Estás Loca? ¿Qué te pasa? ¿Estas tomando alguna droga o medicamento?
-No!! No!! Respondí mirando nuevamente con la vista perdida y distraída. Y comencé a contarle todo realmente como sucedió. Mientras le contaba, su cara cambiaba de colores y sus gestos eran aterradores. Cuando termine de relatar lo ocurrido, dijo..
-Sabrina debes ir con la policía y denunciarlo, te voy a conseguir un médico también, un psicólogo, necesitas ayuda!! Me decía mientras se le caían las lágrimas de la cara. De repente un ataque de furia se apodero de mí y le grite a mi amiga..
-Fuera!! Fuera de mi casa!! Eres una Puta Cabrona, quieres quitarme a Don Pablo, vete!! vete!! Y mi amiga asustada tomo su bolsa y salió rápidamente diciéndome..
-Sabrina estas enferma, necesitas ayuda!! Y bajo corriendo las escaleras cuando cerré la puerta de mi departamento de un solo golpe.
Continuara..
autor:Andrea Sabrina
11 comentarios - Don Pablo El Abañil; Marco Mi Vida Para Siempre 3
muy buenooooooo¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡