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Con una escorts de Belgrano

Hola poringueros y poringueras. En la oficina estaba re caliente, mi señora tenía que llevar a los chicos al club y mi compañera de trabajo la venía a buscar... el novio. Todo mal!!!
Entré a las páginas escorts y elegí un número de la zona de trabajo, no quería perder tiempo y drenar toda la leche que me tapona hasta el cerebro, al punto de no poder ni pensar. El departamento estaba en la calle Ciudad de la Paz, a un par de cuadras del laburo, por eso no lo dudé y en mi horario de almuerzo me fui casi corriendo. Me atendió una señora de más de 50, me invitó a ingresar a una habitación, me informó los aranceles y los servicios que ofrecían las damas para luego esperar el desfile.
Ingresaron varias chicas vestidas con ínfimas lencerías que dejaban más al descubierto que a la imaginación, que ya de solo verlas me dejaron la pija tiesa e impaciente. La elegida finalmente fue Andrea, una morocha que tenía nada más que un brassier que apenas contenía sus pechos y una mini tanga.
-Tenés forro mi amor? -me dijo con una suave voz que casi me hace explotar. Como tengo una buena píja la cuido con una marca de profilácticos habitual. Le doy una cajita de tres forros mientras me voy desnudando. Ella se acercó suavemente y sin esperar me empezó a acariciar la pija mientras también empiezo a acriciarla con suavidad. Ella acusa recibo de mis caricias, se aproxima a mi boca para darme un apasionado beso de lengua. Aca vamos a tener alguna diferencia con los lectores, muchos opinan que besar una prostituta es como chupar las pijas de todos sus clientes anteriores. A ver... sus novias, amantes, esposas... no conocieron a otros hombres? Nunca se la chuparon? Nunca hicieron un beso negro? No lo hacen mientras ustedes van al trabajo o a hacer sus actividades? Vaaaaaamos... Hablemos en serio!!!!!
De la chica me calentaba hasta su suave perfume y más ver su cabeza moverse de adelante para atrás chupando mi pija con esmero. Con pocos minutos de trabajo me bastó para llenarle de semen toda la boca hasta hacerla ahogar.
-Como venís, papi? -me comentó luego de reponerse.
La pija no aflojó un instante, estaba muy caliente, y sin perder tiempo me puse un forro mientras ella lubricaba su conchita, la acomodé para ponerle sus pies sobre mis hombros y empujar mi pija sobre su vagina. Ella no esperaba mi empuje brutal o no estaba preparada aún pero cuando la penetré largó un grito fuerte que luego se le sumaron sonoros gemidos, su cara se transformaba en una mueca entera de placer y su entrepierna recibía sistemáticamente mis embates. Casi de sorpresa ella se despega de mi y me pide que me acueste boca arriba, quedando mi pija como un mástil.
Ella, con cuidado, se sube a mi pija que la siente hasta el fondo.
Ayyy papi!!! Dámela toda!!!! -me pide con una suave voz que se confunde con sus gemidos, casi a modo de súplica. A los pies de la cama y de espalda a ella un espejo me devolvía su imagen en el reflejo, mostrándo como mi pija se perdía en ella. Al cabo de un rato llené el profiláctico de mi esperma.
Ella respiró entre aliviada y satisfecha, y se fue a higienizar mientras la esperaba me fumaba un cigarrillo.
-Ayyy amor!!!!! Todavía la tenés así? -me decía entre risas señalándome la pija.
-Estaba necesitado. -le respondo.
Le pregunto si me dejaba hacerle la colita y ella me pide un dinero extra que, a decir verdad, merecía.
Nos acomodamos de modo tal de hacernos un 69, dándole unos besos negros a esa cola. La acaricio y juego con su ano para poder dilatarlo estimulándolo. Empiezo a meterle mis gruesos dedos y ella los aprieta contrayendo su ano levemente. Lo hice con paciencia aunque el reloj me presionaba para hacerlo más ligero.
Poco después se puso en cuatro, o posición de perrita, y con paciencia y trabajo penetro su ano.
Ella en principio e arrepiente pidiéndome parar pero a esa altura mi pija estaba casi toda adentro.
La agarré de los pelos y de ellos tiré su cabeza para atrás y empujé del todo para que entre casi de un sacudón. Empecé a bombear su ano y ver bambolear sus tetas por el reflejo del espejo era todo un poema. La piel de la morocha brillaba de transpiración y su cara acusaba el dolor de recibir mi generoso pene. Unos minutos más tarde lleno otro forro de mi semen. Del placer que tenía me terminé acalambrando una de mis piernas. Me repongo en un par de minutos y me voy al baño para higienizarme, la espero a ella para que haga lo propio y la despido con un suave pico para ir con dificultad al trabajo. Estaba cansado pero más relajado.

10 comentarios - Con una escorts de Belgrano

sebarname +1
excelente relato!!!
👍
xxxdios +1
🤤 🤤 🤤 🤤
faos00 +1
Muy rico y que suertuda ella
kramalo +1
muy bueno..!! recaliente....!!
fesh
Muy buen relato. Pasa data del lugar!!!!