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¿Quién ayudara al hijo de la bruja?



Es irónico cómo un simple suceso en tu vida puede cambiar toda tu visión de la misma. Yo estuve retirado mucho tiempo del ejercicio de escribir. Esto debido a desgarre en mi corazón; sin dinero y sin apoyo solo tuve que soportar la sensación de burbujeo en el pecho. Era cómo si… cómo si sintiera mí muerta ya próxima.

Sin mucho que perder, ni nadie que recuerde a un escritor frustrado, decidí dar un giro al modo en que percibía al mundo, la forma en que quería vivir mi realidad se transformó en algo que solo se puede describir como subrealista. Mi espíritu deseaba emociones más fuertes. Y las obtuve, aquí simplemente compartiré una historia que a cualquiera de ustedes le pudo pasar.

Cuando uno tiene el anhelo de ser artista; siempre debe de mantener esa maquinaria imaginaria en funcionamiento, es decir nuestro tren de pensamiento tanto como el de habilidad deben ir a la par. Pero en mi caso cuando Mí mente se hecho a volar, algo dentro mío quebró. Era como si pudiera ver más allá del espejo que uno llama realidad y pudiera contemplar el infierno en donde vivimos. Mi tren descarrilo. Sin escape alguno de una libertad tan subjetiva, opte por vencer a ese universo con mi propio puño… O, ¿Debería decir pene?


Al igual que la paloma blanca que vuela en los cielos y cuando su muere es triste, nosotros teñimos de rojo las telas con las que nos vestimos al caer en nuestro abismo, lo solemos llamar tristeza. Bueno eso me dijo Ella.

La chica de la que hablare se llama Julieta. Es una mujer encantadora cuando la conoces. Intelectual, con curvas esculpidas por los antiguos griegos, Julieta es el sueño de algún filosofo platónico actual. ¿Cómo la conocí? Fácil, hoy en día el internet puede ser una verdadera arma para penetrar en las entrañas de la sociedad (de otra manera, ¿Cómo es que usted esta leyendo esto?). En fin, basto con buscar algún foro de temática sexual para conocerla.

Debo de aclarar que Julieta no es ninguna prostituta, ni nada parecido. Ella es más bien el intermediario entre el mundo Superficial al que la mayoría de las personas pertenece. Y el Submundo donde hay placeres por conocer. Donde por investigación se tiene la prioridad de llegar a los límites de la mente.

Mi conversación con Julieta fluyo casual como cualquier caudal de algún bosque. Entablamos tan bien nuestra conversación que cualquiera que nos hubiera visto en aquel bar, diría que nos conocemos desde hace años. Después de una hora de conversar de cosas efímeras, finalmente comenzó la charla por lo que los dos habíamos acudido.

-George-con un gesto suave coloca su mano en mi pierna-, eres un chico joven tal vez de unos de unos veinticuatro por lo que veo, dudo mucho que sepas en lo que te estas metiendo.
-Julieta por favor, no pase por tantas molestias para que me detenga tu simple advertencia envuelta en una persuasión.
-Debo de admitir que tienes un punto. Recuerda que una vez adentro la única regla es la discreción, toma. Ve ahí a la hora apuntada y pregunta “¿Quién ayudara al hijo de la bruja?”.

Una clara referencia masónica, pensé para mis adentros. Cuando Julieta me entrego la tarjeta, con la gracia de un felino se fue de la mesa meneando sus nalgas apretadas bajo la falda negra que vestía. Era un papel fino con una letra de molde donde venían unas simples instrucciones.

La nota tenía una dirección y una hora en la noche seguido de un párrafo: “Acercarse a la puerta y susurrar al hierro ‘¿Quién ayudara al hijo de la bruja?’ luego espera para más instrucciones”.

Tenía que esperar cinco horas para el evento por lo que fui a mi casa a darme un baño. Durante la ducha medite mucho acerca de lo que estaba haciendo y si realmente deseaba esto. Por lo que para reducir la tensión que hacia vibrar a mis entrañas, comencé a tocar mi pene de manera suave, para ir sintiendo como llegaba la sangre de a poco. Mi mente imaginaba el desnudo culo de Julieta, esas enormes nalgas erectas y firmes necesitaban ser sacudidas con mis manos. Pero las tetas estrujadas en su camisa eran todo un espectáculo, podría asegurar que se asomaba un brasier rojo carmesí que imploraba que lo liberara y expusiera toda su carne cómo se debe. Cuando mi verga estaba lo suficientemente tieza comencé el rito de ir subiendo y bajando mi mano por toda mi longitud. La velocidad aumentaba cada vez que imaginaba esos pechos firmes moviéndose, agitándose, pidiéndome que los chupara y que le jodiera el culo al mismo tiempo.

Mi placer no duro mucho, debido a la tensión me vine en un tiempo corto. Relaje los bíceps y deje que el semen escurriera por la punta de la polla, observe como brotaba el fluido con cierta curiosidad y a la vez con morbo deseando que ese precioso elixir fuera bebido por Julieta o en el peor de los casos que cayera en sus tetas y culo.

Salí de la ducha y me vestí con mi camisa negra, alce las mangas para mostrar el volumen de mis brazos. Hecho esto, pareciera que las mangas reventarían por la presión. Me puse un pantalón negro apretado para exaltar el tamaño de mi herramienta y unos zapatos oscuros para hacer conjunto.

Como indicaba la tarjeta acudí a la vieja casa del muelle, antes de tocar la muerta alce mi pecho para parecer más varonil. Llame tres veces a la puerta. No obtuve respuesta, mis pensamiento vagueaban considere la idea ufana de…

-… Esa no es la repuesta correcta.

Oh estúpido de mí la carta decía: “Acercarse a la puerta y susurrar al hierro ‘¿Quién ayudara al hijo de la bruja?’ luego espera para más instrucciones”.

-¿Quién ayudara al hijo de la bruja?

El hierro crujió con su singular sonido metálico, abriéndome las puertas estaba lo que parecía ser un mayordomo de tal vez un metro ochenta de cabeza rapada y tatuaje en su perfil izquierdo con un símbolo wicca. Con voz neutra pero profunda pronuncia las palabras que cambiarían mi vida.

-No tenga miedo y espere.

El hombre sacó una enorme bolsa oscura. Parecía estar hecha de una tela gruesa pero que permitía respirar, me tomo del brazo y en un movimiento rápido envolví mi rostro borrando la poca luz que podía captar en el muelle. Me cargó cómo si fuera tan ligero como una pluma, casi podía sentirme insignificante de no ser porque yo peso unos noventa kilos de puro musculo.

Me arrojo a lo que podía percibir como una cama. Sufrí un ligero golpe en la sien que me hizo sentir desorientado. Mientras trataba de deslucir lo que acaba de pasar, mi tren de pensamiento corría a una velocidad media que casi podría asegu…

-Mmmm… así qué es uno nuevo.
-Sí, eso parece, me encanta cuando son jóvenes.
-Hora de quitarte los pantalones, querido.
-Y la camisa, olvida esas cosas inmundas. Eso está prohibido aquí en el castillo.

Comencé a sentir como unas suaves manos me iban desnudando con una fuerza brutal, era como si odiaran verme vestido.

-¡Eso solo es dinero!, ¡Esas son obsesiones!
-¡Toma nuestro dinero!, ¡Toma nuestras obsesiones!
-¡Todos sólo queremos sufrir!
-¡Todos sólo queremos placer!
-Olvida del sistema que te odia, nunca recuerdes el mundo que te aborreció desde tu nacimiento este es tu nuevo mundo.

Cuando me arrebataron la máscara que me envolvía, no pude evitar hacer la reacción natural de tomar una bocanada de aire, y entonces lo observe. ¡Esto es realmente un castillo!, ¿Pero cómo es que había llegado aquí sin darme cuenta?, Ah, esa estúpida luz enceguecedora no podía dejar ver con claridad.

-Aquí no hay un mañana. Solo está el aquí y el ahora.
-Así es Brunnette. Demos al invitado la cálida bienvenida que merece.

Las chicas comenzaron a tocar mi cuerpo. La sensación de los dedos pasando por mi piel y yo tan enceguecido me hacía recordar lo que debí de pasar al nacer. Tan confundido y desnudo… sin pecado y sin deseo.

Las lenguas húmedas pasaban por cada centímetro de mi carne blanca. Un choche de nausea y placer estrellaba en mi cabeza. Mis ojos no podían ver nada pero mi cuerpo no quería parar de esa sensación dulce que me estaban dado.

-Esto se está poniendo aburrido Jade, es hora de subir las apuestas

Una chica metió sus dedos dentro de mi melena oscura, tomo con fuerza mi nuca y comenzó con mano seguro a hacer remolinos mi cabello. Al mismo tiempo meneaba mi cabeza hacia atrás y hacia adelante, podía respirar su perfume de rosas que emanaba de sus pechos. La otra chica al parecer era algo más ruda, pues ella tomo mis pezones y los comenzó a torcer. La sensación era desgarradora pero al mismo tiempo tan deliciosa que no quería que parar.

Entre el mar de sensaciones que ahora sentía pude finalmente acostumbrar mis ojos a la luz del cuarto. El cuarto por si solo podía ser del tamaño de una casa pequeña. Todas las paredes tenían unos bajorrelieves griegos, más arriba había pinturas al óleo para coronar un techo con candelabros de cristal. Pero mi mente no podía figurar, ¿Cómo demonios pude llegar ahí?

-¿Confundido George?, ¿No recuerdas a que olía esa mascara de tela?-Comenzó a apretar sus dedos con más fuerza mi cuero cabelludo, pero a la vez mi rostro chocaba contra sus pechos
-Déjalo en paz Brunnette, déjalo que lo deduzca. Mientras tanto quiero divertirme más con él-Jade comenzó a lamer mis irritados pezones mientras acariciaba mi pierna, cuando mordía, gemía un poco al sentir la carne entre sus dientes. La sensación suave de las tetas de Brunnette calmaba ese dolor.

¿Deducir?, ¿Cómo podría entender las cosas con dos chicas desnudas tocándome?

-Muy bien novato es hora de que comience tu iniciación.

¿Iniciación?, mi cabeza es un remolino, apenas y puedo saber qué es lo que está pasando cuando Jade me toma de la mano y la pone en sus nalgas, se acerca a mi oído y me dice “Estrújalas con fuerza, sí quieres sobrevivir a lo que te espera”. Apreté con todas mis fuerzas su glúteo que pensé, lo hare estallar, pero ella solo gimió de placer. Fue como si tuviera un orgasmo. No. Ella efectivamente tuvo un orgasmo.

Brunnette era una chica pelirroja de enormes tetas (que ahora tenía el privilegio de contemplar) me levanto de la cama jalándome suavemente del cabello mientras Jade comenzaba a acariciar mis nalgas, me llevaran al cuarto contiguo.

-Aquí inicia tu prueba alumno.

Caminaba por el patíbulo observando con más detalle los óleos donde estaban los ángeles como: Miguel, Uriel, Rafael, Gabriel, pero también estaba Metatron. Cuando llegue a la otra habitación, había un círculo con personas encapuchadas de telas rojas y negras, pero de alguna forma la iluminación tenue como el largo de la tela me impedía verles la cara.

-¡Ponte de rodillas!-me grito Jade, dándome un zarpazo tan duro en el culo que de milagro no me sangro.

Acuclillado por el golpe veo que el monje principal se me acerca y me comienza a observar. Toma mi rostro y lo mangonea a su gusto, me observa desde diferentes ángulos. Entonces chasquea los dedos y todos los mojes comienzan a desnudarse. Mi sorpresa fue grande al observar que todas eran mujeres. Doce para ser exactos y trece con el monje que cuando me revelo su rostro no era nadir menos que Julieta.

-¿Te sorprende?, este es un club muy privilegiado y no cualquiera entra. No estamos organizados solo en mujeres- Las doce chicas dan un paso hacia delante de mío- pero… debes pasar la prueba… ¡Comiencen chicas!

Las chicas caminan con paso seguro, es un tanto aterrador, cuanto más se aleja Julieta más se acercan las demás chicas. Una chica morena con tatuajes de mariposa por todo su cuerpo, con unos pechos que caen en una cuerva hermosa es la primera que se me acerca y toma mi cabeza con fuerza y la acerca a su vagina y me grita “¡Saca tu inmunda lengua y chúpame!, ¡Chupa como sí tu vida dependiera de ello!”. Saco mi lengua y comienzo a lamer toda la carne que me abre con sus dedos de la otra mano. Siento la presión en mi rostro que penas y puedo respirar.

Otra chica de cabello dorado se me acerca y jala mi mano “¡Está noche serás mi perra!, ¿¡Entendiste!?”, comienza a frotar mi mano contra sus pechos, después de que se aburre de que le apachurre las tetas guía mi mano para que le frote las nalgas, no sin antes darles unos mordiscos a mis brazos, en especial al tatuaje que tengo de la trinidad celta.

Mi mente apenas me puede obedecer en el océano de órdenes que recibo. Una chica de cabello castaño jala mi brazo libre “¡Mastúrbame!, ¡No sacaras esa mano de ahí hasta que haya satisfecho mi deseo hombre estúpido!” y me lanza un escupitajo al pecho. Siento como mis piernas son jaladas por dos chicas haciendo que forme una tijera y oigo una voz que me grita “¡Qué ni se te ocurra venirte pronto!”. En cuando termina este comentario siento la tibia y viscosa lengua rodeando como una pitón mi pene. Es tanto su ímpetu que me es casi imposible seguir la orden dictada.

Mi cabeza no es capaz de dar órdenes a todos mis músculos para poder acatar a las órdenes. Mientras la chica morena parece que está a punto de llegar al clímax aunque mi vista no puede comprobar su cara lasciva, estoy seguro que romperá el delgado vidrio del orgasmo, la mujer de cabello castaño que me arrebato la mano, por entre mis dedos comienzo a sentir un líquido tibio que sale a presión acompañado de la hipnotizante sinfonía de sus alaridos. Pero la de cabello de oro, va con las cosas un poco más lentas pues ella apenas la estoy comenzando a frotarle el clítoris.

Aunque mi chica morena ya rompió la barrera, no pudo contenerse y esparcir todo su éxtasis por mi cara, fue la sensación más cálida y extrema que alguna vez había sentido. Me repugnaba, pero de algún modo mórbido deseaba que no terminara. No suficiente con su primera venida. Sigue insistiendo “¡Sigue, George!, ¡Sigue que mi vagina desea eyacularte de nuevo!”. Cómo buen esclavo seguí la labor encomendada.

Para desgracia mía, comienzo a sentir una calidez en mi pene que lo envuelve de a poco. Palpitaciones de las cavernas húmedas de la libido empiezan a hacer estragos en mí ser. Las pulsaciones nacientes en mi carne cada vez son más fuertes. Es como si la asfixia aumentara mi placer, potenciado por el cansancio que siente mi cuerpo pero menguado por las sensaciones de placer y dolor que experimento.

-¡Muy bien!, Lo has hecho muy bien no viniéndote pero ahora es tiempo de que demuestres de que estas hecho.

Cuando llega a la base comienza a moverse y zarandearlo con tal ímpetu, que no creo que sea posible el no venirme. Escucho el tronar de la carne, los gemidos son insoportables. Insoportable melodía de lujuria que funciona como propulsor para expresar mis más bajos deseos. Poco o nada me importa ahora el venirme, ahora solo quiero joderlas. ¡Joderlas hasta más no poder!

Comienzo a mover mi cadera en movimientos de ascendentes descendentes. Con toda la fuerza que me proveen mis músculos hago que choque mi carne contra la de ella. Mi cerebro deja de pensar y solo actúan por instinto. Mis manos retoman fuerza y comienzan a masturbar con toda la energía a las vaginas que las aprisionan. Pudiendo asegurar que casi entran todos mis dedos en sus órganos. Le doy ligeras mordiscos a los labios húmedos que están en mi cara. Escupo toda la saliva que puedo a la carne.

Los gemidos ominosos resuenan en toda la habitación. La fatiga me importa menos de un carajo, el corazón acelera al punto de sentir que podría morir. No quiero que esto se detenga. Los mordiscos dieron su fruto en forma de un torrente de agua dulce emanado de la vagina de mi guardiana. Dulce elixir claro, mejor que cualquier vino.

-¡George, quiero que te vengas dentro mío!, ¡Quiero tu caliente elixir corriendo por mi sucia vagina!, ¡Suéltalo muchacho!, ¡¡¡Lo quiero todo!!!

Lo que tú desees querida.

Fue cómo haber llegado a la cima de mi éxtasis, mi libido no podría estar más alto. El sudor que recorre mi pecho, los exquisitos olores que percibo, sumado a las ricas sensaciones de mí oído… Solté el preciado néctar.

La avalancha de placer que sentí fue delirante. Mi pene vibraba con toda la fuerza que le proporcionaba los chorros de semen que se estrellaban en las vísceras de la mujer. Todas las pulsaciones que mi piel podía sentir, fui el Dios de mi propio placer, fui el Demonio de mi dolor.
Entonces todo se detiene abruptamente.

Las damas que me habían dado la experiencia de mi vida, comienzan a quitarse de sus posiciones, retiran sus vaginas de mis extremidades y pene. Contemplo los fluidos que hay por todo mi cuerpo. Lo viscoso que se ve el suelo, reflejando mi silueta. La sangre que escurre por entre los brazos. Los cabellos arrancados, todos al parecer pertenecen a mí. Mi miembro resulto herido también puedo ver que posee algunas quemaduras de fricción en la carne.

La escena se quedaría conmigo durante muchos años, mi nuevo renaces, me hubiera regocijado más tiempo entre los fluidos, pero lo veo… Es Julieta acercándose con una gran copa de oro.

Todas las chicas empiezan a alejarse de nuevo. Jamás me había percatado que en el suelo estaba dibujado el cubo de Metatron, junto con algunos suras escritos. Todas comienzan a recitar un canto en latín, pero solo logro no logro entender bien lo que dicen pero todas repiten en voces operísticas “Belial, Behemoth, Beelzebub, Asmodeus, illi sunt lux” y luego siguen con sus canticos. Me sentía en alguna especie de aquelarre medieval.

Julieta me acerca el cáliz con bajorrelieves de algunas runas antiguas.

-Bebe y únete a nosotros. Prueba los más exquisitos placeres que esta vida puede darte. El dolor y el placer es uno mismo.

De alguna manera logro levantarme y comienzo a beber el líquido color cobalto que está dentro del cáliz. El sabor amargo pero a la vez dulce. Es como tomar un vino muy bueno que al final golpea como un whisky.

Mi cabeza tambalea desde dentro, todo a mi alrededor comienza a destellas y moverse, se difumina la luz y comienzo a sentirme en la oscuridad y solo logro entender las cosas que susurra Julieta. Como si fueran recuerdos muy turbios logro tener visiones de lo que pasa, sin poseer un control sobre mi cuerpo.

“El cielo y el infierno no están en pelea” ,”El mal y el bien se necesitan”, “Sin el pecado uno no puede enaltecer a la virtud”, “Sin bien y mal. Solo somos hombres”, “Un Dios sin amor”, “Le temen más a su Dios que a su Diablo”, “¿Quién castiga más cruel?, ¿El justo, o el villano?”.

Los recuerdos que me vienen después de sus palabras me son muy borrosos. Son como transiciones en negro de algún pozo de mi memoria. Puedo ver a los cuerpos de las mujeres desnudas encima de mí, meneando sus caderas y pechos al son de los coros de las que no participan en el bacanal. Me vienen a la mente las deliciosas sensaciones de dolor y placer que siento en todo mi cuerpo.

Recuerdo un enorme sofá, como una cobija enorme roja donde las chicas se revuelcan conmigo, los tonos negros me hacen recordar como si estuviera con vampiros o entre demonios. Algunas de las chicas se besan entre si y pelean por mi cuerpo.

Una chica con un tatuaje de dragón en su espalda me jala los pezones con una pinza y otra chica me pincha con unas delgadas ajugas. Es la deliciosa sensación de la sumisión. Pero Julieta solo observa, guiando todo el aquelarre por el que paso.

Otro recuerdo me invade y figuro que estoy atado a una especie de “X” mis brazos están extendidos y mis pies clavados y Julieta hace un comentario que marcarían mi vida. No importa que tan drogado haya estado esas palabras no se olvidan.

-El hijo fue quien rompió el hechizo que hace que amemos tanto a nuestro Padre Creador. Aquel que sufre tanto por nosotros. Aquel Dios imperfecto, soñado por sus creaturas imperfectas. Si Dios realmente existe… El hijo fue el primero en revelarse contra él, mostrándole su error. El error de amarnos tanto y no perdonarnos por nuestra naturaleza. El hijo perfecto de un padre imperfecto. El hijo que se hizo divino al convertirse en humano. Pues nada más divino que la naturaleza.

Cuando todo termina estoy en el suelo pegajoso de fluidos humanos y sangre que tal vez sea solo mía. Es memorable el penetrante olor de la sangre seca que había en la habitación. Mi cabeza esta tan adolorida como si me hubieran golpeado con una maza. Veo a lo lejos como se me acerca Julieta, pero ahora esta vestida con un pantalón de cuero muy ajustado una blusa que tiene integrada un corset y unas botas que le llegan a la altura de la rodilla.

-Has pasado la prueba George.
-Ja,ja,ja-alzo mi mano para golpearme la frente-. No fue tan difícil… pero…
-Pero nada. Ahora eres uno de nosotros. Si nos traicionas iremos por ti como fueron por el hijo de la bruja. En esta era digital no podrás esconderte de nosotros por mucho tiempo.
-Eso lo entiendo pero… que hay de tu último comentario.
Al ver su cara la confusión entiendo que no sabe de qué le hablo.
-Tu dialogo de “El hijo perfecto de un padre imperfecto”.
-Te daré una sola pista de ello. “La búsqueda es algo que siempre tendrá que ver con la mente de las personas”, es decir dentro de las limitaciones mentales de nuestro cerebro esta buscar la respuesta a las cosas, por complejas o simples que estas sean. ¿Qué razón tendríamos para crear una fuerza cósmica llamada Dios?, piénsalo un momento George. ¿Por qué crear algo que no entendemos, pero que lo adoramos y tememos a la vez?
-Ah, pues yo…-No podía figurar una respuesta satisfactoria. Incluso si Dios fuera o no real.
-Simple. No podemos vivir en el caos, debemos tener algo que ordene ese caos, incluso si no entendemos bien a ese regente en su totalidad. Segunda pista George: “Si vivimos en sociedad, la creación de un idioma o lengua se vuelve necesaria. Volviéndose paradójico el pensar que gracias a la sociedad se creó el lenguaje o viceversa. Para perpetuar su existencia como individuos, se debió crear algo que perdurada más que el sonido, por ello inventaron la palabra y después los libros.” En otras palabras George es casi imposible decir que los libros fueron creados en su totalidad por pensamientos entendibles para los humanos. Por esto mismo me gusta pensar que han intervino o no seres divinos que no son Dioses. Podríamos decir incluso que los libros son el eco de nuestros ancestros. Une las dos premisas anteriores y entenderás lo del hijo perfecto del padre imperfecto.

Así es como ahora pertenezco a ese club selecto. Ahora que lo pienso de una manera más fría, se cómo me lograron aceptar en un principio solo con dar mi nombre de pila en un sitio, pudieron rastrear la IP de mi servidor de ahí la máquina y luego… bueno creo que es fácil de descifrar que paso después.

Me he vuelto a reunir con Julieta en otras ocasiones, me he tatuado mi símbolo; el cubo de Metraton. La próxima vez que veas aun hombre sentado en algún bar cualquier y diga al aire. “¿Quién ayudará al hijo de la bruja?”. No respondas, a menos que quieras ser parte del club y ser el hijo de la bruja. El hijo perfecto de un padre imperfecto. ¿Quién crees que es el padre del hijo de la bruja?

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