Hola Poringuer#s.
Esta última parte podría titularla “El Saludo de mi amante o La revancha del amante”.
Despedida de Luna Blanca del “Debut: Poringuera”:
Lo que viví el resto del domingo y todo el lunes y parte del martes a la madrugada es mucho para un post, y el debút de la poringuera que escribe tendría muchísimas partes; sin embargo, pese a esto dejé un saludo en la cuarta parte, pero con posibilidad de contar algo diferente si pasaba.
Todos estos días que pasamos en el departamento mi amante y yo, no solo fue sexo, también hubo ternura, sexo fuerte y hard-sex, e incluso ¡hicimos el amor!. Me dedique a que en mi hogar solo haga cuatro cosas: descasar, dormir, comer y coger; y así me dedique a agasajarlo para tenerlo firme para la guerra pese a que lo utilicé como nunca.
Mis amigas y compañeras de laburo me preguntaron recién hoy que pasó que no contesté ningún llamado ni mensajes. A las mas cercanas y discretas pude decirle lo que pasó, al resto me hice la tarada, y con mi apariencia virginal que aparente, falsamente, no es difícil convencerlas. Lo mismo hago con los hombres. En la calle, frente a la sociedad me gusta mostrar apariencia frígida, angelical, inocente y virginal, con poca experiencia; pero luego de conocer quienes son los hombres (y la mujeres, obvio también) discretos, empiezo a mostrar mi otro yo, en donde bajo el ala de la discreción soy la que la otra persona lo calienta, desde sumisa inexperta hasta la mas puta de todas (creo que todas decimos lo mismo, solo que los hombres no pueden anticipar quienes son frígidas a priori y quines las lobas vampiresas)...
Luego de volver de trabajar, cansada no del laburo, sino por la actividad física que tuve todo el domingo y lunes; abrí las ventanas del departamento; limpié todos los lugares en donde cogimos, sillón, sillas, paredes, espejo, cama, baño; las cosas que usamos para jugar o en sitios donde acabó, como vasos y copas, tangas y yo, obvio. Sábanas, sillón, sábanas y piso lavados. Y eché desodorantes de ambiente. No porque no me guste el olor a lujuria, sino porque no confío en la palabra de mi novio, que aunque me diga que llega el miércoles, puede querer darme una grata sorpresa, y al final podría llevarla él.
Bueno, ahora a dormir y esperar a mi novio para coger en la cama donde me garchó mi amante todo el fin de semana a más no podér.
Antes de despedirme les dejo lo último de hoy con uno de mis mejores amigos.
Despidiéndonos con mi amante:
Antes de dormir con mi amante hicimos el amor en la cama donde el miércoles va a dormir y coger a su novia mi novio. Lo hicimos lento, tranquilos, luego que mi hombre eyaculó en la posición del misionero dentro de mi vagina, le pedí que no salga, que siga dentro mío que quiero dormirme abrazada y penetrada por su cuerpo. Así lo hizo. Cerré lo ojos, lo abracé con los brazos mis piernas abiertas extendidas, mientras él dejo una mano en mi nalga y la otra detrás de mi nuca. En está hermosa posición sentía su tórax expandirse y retraerse con coda respiración. Esto me relajo y llenó de ternura, no sin sentirme halagada por tanto favores. Lo último que recuerdo antes de dormirme es el semen corriendo mi vagina y deslizándose por mi cola.
Cuando desperté, no se a que hora, todas las luces del departamento estaban apagadas y tapados, desnudos, yo de costado con mi amante detrás, con su pene flácido, también descansando (con el uso que le di, se lo merece) apoyando un glúteo de mi colita, que penetró a gusto durante estos días de corneadas. No me preocupé por lo demás porque nos cuidamos uno a otro, así que ni me fijé que el despertador estaba activado. Confié en él.
Ni bien sonó el despertador de su celu para prepararnos para ir a trabajar nos despertamos. Le di las gracias por lo que hizo anoche luego que me dormí y por acudir al incendio con su matafuego para apaciguarlo. Le di un beso acostándome encima de él y apretando mis nada me dijo <<de nada, cuando quieras bombón>> y me dio un chirlo en un cachete. <<Me voy a bañar, lindo>>, le dije, bajé y se la chupé flácida. No quería que pete porque con buen tino me dijo que vamos a llegar tarde a nuestros laburos. Cosa que tenía razón, pero lo petee un rato. Comenzó la felatio con todo el miembros dentro de la boca. Con gusto a sexo de antes de dormir. Estaba sucia, con gusto, no solo a pene, sino con gusto a vagina y semen seco. El pene de pronto crecía y crecía, de largo y de ancho, que me ahogó y no pude retenerla en la boca, así que algo quedó afuera. Desplegué mis mejores recurso para que acabe rápido; me pedía por favor que pare porque sino me iba a coger y no nos íbamos a ir más. Cuando se bien dura hasta que empezó a latir sola, me la puse un toque en la vagina hasta el fondo, lo bombee una decenas de veces y lo dejé y me fui a bañar, y obvio a lavarme la boca ¿¡no voy a ir con olorcito a pene y semen en la boca, al laburo, no?!. A veces lo hago, pero hoy no porque recién nos levantábamos, y debo ir prolija al trabajo porque tengo personas todo el día alrededor mío.
Al salir de baño, fue su turno, y al salir le preparé un desayuno mietras lo vestí.
le puse las medias, la ropa interior (antes le dí una pequeña chupadita hasta que se le puso dura, y le dije <<quieto campeón>> y se lo tape), la camisa, el pantalón. Vestido él, me fui a vestir yo.
Me terminé de cepillas el cabello, me maquillé de para la vida civil.
Me puse una tanga blanca (la más chiquita), el sostén con push-up y unas medias de naylon negra transparentes. Adrede salí de la habitación así (para que me vea) y le pedí que me alcance los zapatos. Me puse un jean ajustado; este me ajusta un poco los muslos y mucho la cola y la entrepierna. Me puse la camisa cortita negra (de esas que se usan para afuera, que deja ver el hilito de la tanta si una se sienta de cierta manera que ya sabe).
Nos despedimos con un beso y con cuidado salió del departamento y me esperó en el auto a la vuelta de casa. En unos minutos baje con un perfume muy suave que se que le gusta mucho.
La Revancha de mi amante o El que ríe último ríe mejor:
Salí del departamento, rogando que mi novio no adelante un día se vuelta porque ahí si que se me arma.
Cuando salí del baño de volver a cepillarme el cabello y buscar la cartera en la habitación, puede sentir el olor a sexo, semen y vagina. Pero era tarde. Me rindo ante la ruleta de la suerte, total si ¡hombres es lo que me sobran!.
Salí del edificio, fui hasta la vuelta, ubiqué el auto y subí. Nos dimos un beso y lo manotée y lo sobé unos segundos, pero enseguida se puso rígido.
- Te llevo al laburo amor – me dijo.
- Que divertido que sos, mejor llevame al teloh (un hotel) – respondí de forma autoritaria. Esbozó una sonrisa.
- No hay tiempo para eso.
- Pero si es temprano todavía, tenemos unos minutos de sobra. Para eso nos hubiésemos echado un polvo arriba, en el departamento, voy a llegar muy temprano, y sabes que eso no me gusta.
No dijo nada. Puso algo de música. Y me dediqué a contestar algunos mensajes que me llegaron al celu. Llamé a mi novio para ver como estaba.
Faltando unos pocos kilómetros para llegar a mi puesto laboral se desvió. No le dije nada. Era una zona donde hay muchos galpones y estacionó en un lugar, que si bien no era oscuro tampoco daba de lleno el sol, más solo su reflejo. Entendí sus intenciones (o eso creí): deslizo el asiento del conductor hacia atrás y lo subí. Nos besamos. Me manoseó toda la cola, desabotonó mi camisa y sin desajustarme el corpiño sacó mis pechos y se los metió en la boca, los mordiqueó y babeó.
Bajé las manos desabotoné el pantalón, lo abrí y baje la ropa interior y dejé libre a mi amigo cabezón que con su ojito tuerto me miraba de forma tan tierna que sucumbí a su súplica, ahí nomás me acomodé y la comí hasta el fondo; me calentó tanto que mis labios llegaron hasta su pubis.
- Ahora te voy a coger puta – me dijo.
- ¡Pero no hay tiempo, en quince entro al laburo boludo, voy a llegar tarde!, dejá te de la chupe y acabas en la boca. Vos sabes que cuando quiero no derramo ninguna gota y no dejo evidencia, porfa. Además con lo caliente que estoy, sigo metiéndome un poco más los dedos y acabo. Acabemos así mejor – le supliqué.
- No vas a llegar tarde si haces lo que te digo. Confía en mí.
Salimos del auto y en la parte de atrás del auto, en el baul, de la parte de costado quise subirme para sacarme los zapatos y una manga del jean pero me dijo que no; que la chupe. Así lo hice, pero le pedí que no me haga llegar tarde. Me respondió: “no vas a llegar tarde puta, chupala, te cojo rápido y nos vamos”.
Sin bajar sus pantalones, solo con el cierre y botón abierto y apenas bajado su ropa interior chupe y chupé. Sus bolas también quedaron dentro.
Así lo hice, la chupé de cunclillas mientras me masturbaba.
El morbo que me provocaba que alguien nos viera y el riesgo de llegar tarde al trabajo sumado a la seguridad que me daba que a la hora que siempre llego me iba a dejar en el trabajo, me excitó mucho.
Una vez dura como hierro me la pasó por entre las tetas y me dio pijacitos muy húmedos en ambos pómulos y ojos por vez, y me hizo parar dándole la espalda. Sentí su rica virilidad, caliente y mojada en mi espalda baja y con una mano hizo que mi abdomen y pechos se apoyaran sobre la parte lateral del baúl del auto.
Liberó de sus ojales todos lo botones de mi jean y apenas lo bajó junto a la tanga.
Yo intentaba abrir las piernas, o por lo menos los muslos para que entre toda.
Cuando me dijo que era lindo ver mi culo asomando mi vagina hinchada de calentura, vista así de atrás, y con mi jean y bombachita casi sin bajar lo calentaba.
Yo estaba sin hablar para no dilatar la penetración, además miraba para encontrar un potencial fisgón, aunque no me molestan lo mirones; lo que si me molestan son los que sacan fotos y filman porque te pueden generar problemas personales, y ¡hasta legales!.
La verga de mi amante envistió brutalmente mi vagina. Una vez que la pija estuvo lubricada con mis jugos sentí que se la agarró con toda la mano y apuntó el misil al culo del mundo. Le supliqué que no lo haga. Pero no me hizo caso. Yo tenía miedo de que mis gemidos y grititos y algún que otro grito de mayor intensidad lo escuche algún desconocido. Eso si me da vergüenza. Además me había olvidado de llevar tanga de emergencia para cambiarme para cuando pasa esto o sexo inesperado.
Mi amante penetró. <<Te entró la cabeza>> me dijo.
Cerré bien los labio y los dientes y así grite de dolor y placer.
Unos segundo mas tarde me dijo <<ahora la tenés toda adentro, todo, con cabeza y tronco>>. Y bombeo y bombeo largo y rápido. La sacaba toda y de una adentro otras vez (esto me causaba, obvio que dolor sí, pero también placer); así intercalaba con penetradas profundas, con la pija toda dentro, la movía un poco para afuera, para después con violencia otra vez adentro.
A lo primero se mezcló el dolor y el placer. Mientras estaba el dolor cerraba con fuerza los labios y los dientes, y con ambas manos la boca, y así gritaba como más podría de tanto dolor. No era la primera vez que algo así me pasaba, pero si era la primera vez que él me cogía de esta manera; nunca me había agarrado con esta brutalidad. Y mientras me cogía me preguntaba ¿porque ahora, que no hay tiempo, coge de esta manera?. Para evitar llegar tarde al trabajo decidí hablarlo en otro momento. Ahora era disfrutar y sentirlo acabar
Me empezó a decir <<así puta, puta gritá. ¿te duele no? ¿pero también estas gozando, no puta? ¿te gusta, no puta?. Así con las pierneas que no podes abrir me apreta más cogerte por el orto que por la concha>>, me decía al oido; y me desabrochó el corpiño. Agarró firmemente ambos pechos, los estriujó.
Se cuanto lo calienta tratarme como prostituta, como puta de esas baratas; y a mi me gusta que a veces me traten así, sin consideración alguna. Que me traten como una concha con patas, un cuerpo con tetas y cabeza con agujero para insertar la pija. En ciertas ocasiones me hace sentir mujer. Es darle todo al hombre por el cual uno tienen cariño. Y pocas veces con desconocidos o poco menos que desconocidos al menos. Pero si hay cariño entre el hombre que está usándome y yo, me hace sentir mujer, tanta mujer que me da placer saber que mi cuerpo le está causando tanto placer a un hombre, a un hombre de brazos, piernas y abdomen duros, y manos que te dan vueltas y guían a su gusto para gozar de una mujer, una mujer como yo que tanto le gusta complacer.
Una vez que pasó el dolor apoyé mis antebrazos en el baul del auto y una ver erguida tomaba con ambas manos sus glúteos. Le ofrecí la boca. Me la lamió y beso. Me agarró de atrás el cuello e hizo que mi cara, de costado quede apoyada sobre el baul del auto, llevo mis brazos hacia delante. Tomó mis caderas, mi cintura y me dijo quieta y callada, te doy permiso para gritar.
Me hizo sentir más puta, y me excitó más darme cuenta que él estaba vestido. Solo la bragueta del pantalón abierto, la ropa interior que solo dejaba libre la pija (no estaba tan libre porque lo tenia en le culo, jeje, así que puedo considerar que no tenía nada al aire libre), y la camisa con todos los botones en sus ojales. Yo me encontré apoyada de frente con la cara de costa en el baul del auto, con el corpiño abierto, tetas al aire, culo desnudo con una pija clavada, mis zapatos puestos y mi jean y tanguita apenas bajados.
Mi amante cogió mi culo con firmeza y duro. Gemíamos de placer. No aguanté más y violé una orden: llevé mi mano hábil a mi vagina hasta el fondo y después me toqué el clítoris hasta acabar. Este macho que tenía atrás no tardó mucho más. Me llenó de leche el fondo del año. Cuando acabó me erguí desde donde estaba y fruncí mi ano y nalgas y apreté su pija taladradora,. Giré la cabeza para verlo, y encontré a un hombre saciado de placer, saciado y satisfecho de cogerse a una mujer, y esa mujer soy yo. Con una mano toco mis pecho y con la otro tomo mi rostro y nos demos un excelente beso de lengua.
- Listo puta – me dijo –, vas a llegar tarde.
Me soltó. Me la sacó. Se la limpío en mis nalgas. Y de la parte más ancha de mi tanga (donde cubre la vulva) se limpió la pija. Cubrió su miembros con su ropa interior. Subió el cierre y puso el botón en su ojal de su bragueta. Y me dijo: <<Listo Luna, vamos, apurate, sino vas a llegar tarde al trabajo, y no va a ser mi culpa>>.
Debo confersarles Poringuer#s que me volvió a excitar que me tratara como a una prostituta hasta el final. Pero pensándolo mejor, no es asó, porque a ellas por lo menos les pagan me trato como puta. Me comió la cabeza. Nunca había durado tanto el juego cuando esté fue duro.
- Esperame – le dije. Y ahí nomás, alejada un poco del auto, para no dejar evidencia, escupí todo el semen que con cariño me depositó. No creí que lo podría haber podido retenrlo hasta el baño del trabajo. Luego que hube terminado le dije que se fije si me manché. Tengo mucha experiencia en esto, se como hacerlo, pero una nunca sabe, soy muy cuidadosa, y si bien tengo mi técnica, los accidentes pasan. (Antes era una tarada. Por eso siempre usaba falda, es más fácil, y de haber un enchastre solo era en mis calzados o piernas. Cuando le agarré la mano, ya con pantalón puedo hacerlo sin ensuciarme. No se si a los hombres les gusta vernos cagar leche, pero hasta ahora nadie me dijo nada ni me han hecho caras, ¡hasta algunos me pidieron filmarlo o que lo haga en un vidrio para grabar bien de frente!. Y tampoco se a que otras mujeres les gusta hacerlo. Este tema todavía no lo hable con ninguna amiga u otra mujer. Así que no sé.).
Como estaba cerca del trabajo no me limpié la zona de guerra, ya lo iba a hacer cuando llegue.
Me subí la tanga. En la parte de la concha sentí que estaba humeda por la pija que tenía mis fluidos y su néctar blanco.
Me subí el jean.
Me ayudó a enganchar el sostén, y entre los dos abotonamos mi camisa.
Antes de que subamos al auto se dio cuenta si quedó marcas del crimen en mis ropas y me dijo “quedate tranquila que no se nota que te dieron murra”. Me gustó que me siga tratando así. Todavía quedé caliente. No me alcanzó con el orgasmo de recién.
Por inseguridad propia seguí acomodándome la ropa. Subimos al auto, lo encendió y nos fuimos.
En el auto camino al trabajo.
En unos minutos entraba al trabajo.
Estaba desprolija, no tanto, pero si desprolija. Parecía que había corrido una o dos cuadras.
En realidad la cogida no duró mucho, pero mi hombre si me movía al coger, por eso se me corrió el peinado y mis lágrimas corrieron un poco el maquillaje.
Saqué mi espejo del bolso, arregle como una Leonarda D’Vinci mi maquillaje y cepillé mi cabello justo, que me sobraron unos minutos.
El amante estacionó y al darle un beso y decirle “hasta luego bombón” me agarró del brazo y me dijo: <<Esto te pasa por ser juguetona mañanera, y calentarme toda la mañana y por atarme sorpresivamente el otro día. No me iba a ir sin revancha. Además me iba ir con todo esto, y no se cuando nos volveremos a ver.>>. Para rematar me dijo: <<te quiero puta, putona, sos mi puta preferida, teniédote a vos no pago ni en pedo por sexo como mis amigos>>.
Estoy segura que de haber mas novias/esposas como yo, no habría tantos cornudos dando vuelta.
Estoy segura que si no hubiese tanta mujer estúpida dando vuelta no habrían tantas cornudas. Me refuero a esas que tienen una lista de “no”:
- No la chupo.
- No me acabes en la boca.
- No la trago, escupo.
- La trago pero no la bebo de vaso y menos de leche salida de mi cola.
- No acabes en el cuerpo, pero si dentro de la concha
- Por atrás no.
- Si me la metes por atrás, por adelante no.
- Si la metes por la concha no la chupo.
- Si la metes por atrás no la chupo.
- Etc...
Si hubieses menos mujeres de estas yo sería más fiel y podría menos cuernos. A ver chicas, pongánmela más difícil el levante...
En fin. Me desvié de mi confesión. Sepan disculpar.
Salí del auto, maquillada de nueva, arreglada la ropa, pero sentía conchita húmeda, y los cachetes de mi cola a la altura de mi ano resbaloso.
En el trabajo.
Llegué al trabajo al horario como siempre.
Saludé a todos como siempre.
Hice lo de siempre.
Estaba mas agitadita, apenas. Algunos preguntaron “te quedaste dormida”. Pero los que me conocen y las que me conocen saben que hubo guerra hace minutos o vengo de una noche agitada, al menos.
Fui a una de mis colegas amiga que es terrible como yo. Y hablé con ella, como siempre, discretamente:
- Por casualidad me prestás una tanga Lorena (obvio, nombre cambiado), si no tenés pensada hoy usarlas, y una toallita. – Se que ella lleva mínimo dos tanguitas en la cartera por cualquier emergencia como yo, ¡nunca falta un bombón de leche que se nos cruce y nos enchastre!.
- Que te pasó Luna. – Interrogó.
- Tuve un accidente, estoy en esos días. – Respondí.
Me dio su cartera y dijo:
- Tomá, ahí dentro hay tres, elegí la que mas te guste ¡linda!. Adentro hay un paquete de toallitas sin abrir.
- Gracias. – dije.
- ¡Ya me la voy a cobrar!. – exclamó, me guiñó un ojo y me tiro un beso.
- Ahora en un minuto te devuelvo la cartera.
Hubo un breve silencio, que cuando tomé mi cartera, se rompió:
- ¿Así que Tuviste un accidente? ¿te caíste arriba o se te calló encima?. – Interrogó con tono picaresco
- ¿de que cosa?. – le dije, apurada para ir a lavarme un poquito, cambiarme la tanga, y cuidar de no manchar el pantalón. Esto último era lo que más me preocupaba.
- De una pija querida. ¡Caminás incomoda y tenes olor a verga en la boca! (se me rió). Andá tranquila, yo te cubro. (Mi amiga tiene 6 años menos que yo, y creo que quiere volver a revolcarse conmigo. Mejor que no juegue con fuego, porque fuego va a tener. Lo que pasa es que no podemos mucho porque es casada, y el marido la pasa a buscar casi siempre. A mi ella me calienta, tiene una vagina bien formada, con los labios menores largos y deliciosa).
Fui al baño de damas del personal de la empresa.
Me fui a un box. Me saqué los zapatos y los dejé a un lado; el jean y la camisa los deje colgados en esos ganchitos para colgar cosas. Suerte el pantalón no se me manchó ni me mojó. La tanguita no puedo decir lo mismo. Parece que no deseche todo el semen, ya que estaba mojada, y mi vagina humedeció también la ropita. Me saqué la tanga y vi no solo que estaba mojada sino manchada por jugos vaginales y jugos anales chocolatosos, y la puse dentro del monedero.
Me sequé toda la colita con papel y rematé con la toallitas húmedas.
Me puse la tanguita mas chiquita y una de las toallitas femeninas de Lorena, siguió el jean y los zapatos.
Me saque y limpie con la toallitas húmedas los pechos por donde pasó la pija cuando se la chupe en cunclillas.
Una vez que quedé limpita, me puse el sostén, la camisa, fui al lavabo, enjuegué la boca, agarré mis cosas con un caramelito en la boca y fui a empezar a trabajar, feliz de la vida, justo a horario para hacer mi primer tarea del día.
Llamé al buffet y me pedí café con medialunas, sin leche, porque había tenido suficiente lácteos el fin de semana. El que me iban a traer no se, pero el que yo tomé por lo menos lo ordeñé y saqué con mi esfuerzo para obtenerlo fresco.
Gracias Poringuer#s por aguantar este debut.
Dejaré a mi amante descansar en Poringa, y trataré de contar alguna otra cosa linda de confesarles.
Besos a tod#s.
Esta última parte podría titularla “El Saludo de mi amante o La revancha del amante”.
Despedida de Luna Blanca del “Debut: Poringuera”:
Lo que viví el resto del domingo y todo el lunes y parte del martes a la madrugada es mucho para un post, y el debút de la poringuera que escribe tendría muchísimas partes; sin embargo, pese a esto dejé un saludo en la cuarta parte, pero con posibilidad de contar algo diferente si pasaba.
Todos estos días que pasamos en el departamento mi amante y yo, no solo fue sexo, también hubo ternura, sexo fuerte y hard-sex, e incluso ¡hicimos el amor!. Me dedique a que en mi hogar solo haga cuatro cosas: descasar, dormir, comer y coger; y así me dedique a agasajarlo para tenerlo firme para la guerra pese a que lo utilicé como nunca.
Mis amigas y compañeras de laburo me preguntaron recién hoy que pasó que no contesté ningún llamado ni mensajes. A las mas cercanas y discretas pude decirle lo que pasó, al resto me hice la tarada, y con mi apariencia virginal que aparente, falsamente, no es difícil convencerlas. Lo mismo hago con los hombres. En la calle, frente a la sociedad me gusta mostrar apariencia frígida, angelical, inocente y virginal, con poca experiencia; pero luego de conocer quienes son los hombres (y la mujeres, obvio también) discretos, empiezo a mostrar mi otro yo, en donde bajo el ala de la discreción soy la que la otra persona lo calienta, desde sumisa inexperta hasta la mas puta de todas (creo que todas decimos lo mismo, solo que los hombres no pueden anticipar quienes son frígidas a priori y quines las lobas vampiresas)...
Luego de volver de trabajar, cansada no del laburo, sino por la actividad física que tuve todo el domingo y lunes; abrí las ventanas del departamento; limpié todos los lugares en donde cogimos, sillón, sillas, paredes, espejo, cama, baño; las cosas que usamos para jugar o en sitios donde acabó, como vasos y copas, tangas y yo, obvio. Sábanas, sillón, sábanas y piso lavados. Y eché desodorantes de ambiente. No porque no me guste el olor a lujuria, sino porque no confío en la palabra de mi novio, que aunque me diga que llega el miércoles, puede querer darme una grata sorpresa, y al final podría llevarla él.
Bueno, ahora a dormir y esperar a mi novio para coger en la cama donde me garchó mi amante todo el fin de semana a más no podér.
Antes de despedirme les dejo lo último de hoy con uno de mis mejores amigos.
Despidiéndonos con mi amante:
Antes de dormir con mi amante hicimos el amor en la cama donde el miércoles va a dormir y coger a su novia mi novio. Lo hicimos lento, tranquilos, luego que mi hombre eyaculó en la posición del misionero dentro de mi vagina, le pedí que no salga, que siga dentro mío que quiero dormirme abrazada y penetrada por su cuerpo. Así lo hizo. Cerré lo ojos, lo abracé con los brazos mis piernas abiertas extendidas, mientras él dejo una mano en mi nalga y la otra detrás de mi nuca. En está hermosa posición sentía su tórax expandirse y retraerse con coda respiración. Esto me relajo y llenó de ternura, no sin sentirme halagada por tanto favores. Lo último que recuerdo antes de dormirme es el semen corriendo mi vagina y deslizándose por mi cola.
Cuando desperté, no se a que hora, todas las luces del departamento estaban apagadas y tapados, desnudos, yo de costado con mi amante detrás, con su pene flácido, también descansando (con el uso que le di, se lo merece) apoyando un glúteo de mi colita, que penetró a gusto durante estos días de corneadas. No me preocupé por lo demás porque nos cuidamos uno a otro, así que ni me fijé que el despertador estaba activado. Confié en él.
Ni bien sonó el despertador de su celu para prepararnos para ir a trabajar nos despertamos. Le di las gracias por lo que hizo anoche luego que me dormí y por acudir al incendio con su matafuego para apaciguarlo. Le di un beso acostándome encima de él y apretando mis nada me dijo <<de nada, cuando quieras bombón>> y me dio un chirlo en un cachete. <<Me voy a bañar, lindo>>, le dije, bajé y se la chupé flácida. No quería que pete porque con buen tino me dijo que vamos a llegar tarde a nuestros laburos. Cosa que tenía razón, pero lo petee un rato. Comenzó la felatio con todo el miembros dentro de la boca. Con gusto a sexo de antes de dormir. Estaba sucia, con gusto, no solo a pene, sino con gusto a vagina y semen seco. El pene de pronto crecía y crecía, de largo y de ancho, que me ahogó y no pude retenerla en la boca, así que algo quedó afuera. Desplegué mis mejores recurso para que acabe rápido; me pedía por favor que pare porque sino me iba a coger y no nos íbamos a ir más. Cuando se bien dura hasta que empezó a latir sola, me la puse un toque en la vagina hasta el fondo, lo bombee una decenas de veces y lo dejé y me fui a bañar, y obvio a lavarme la boca ¿¡no voy a ir con olorcito a pene y semen en la boca, al laburo, no?!. A veces lo hago, pero hoy no porque recién nos levantábamos, y debo ir prolija al trabajo porque tengo personas todo el día alrededor mío.
Al salir de baño, fue su turno, y al salir le preparé un desayuno mietras lo vestí.
le puse las medias, la ropa interior (antes le dí una pequeña chupadita hasta que se le puso dura, y le dije <<quieto campeón>> y se lo tape), la camisa, el pantalón. Vestido él, me fui a vestir yo.
Me terminé de cepillas el cabello, me maquillé de para la vida civil.
Me puse una tanga blanca (la más chiquita), el sostén con push-up y unas medias de naylon negra transparentes. Adrede salí de la habitación así (para que me vea) y le pedí que me alcance los zapatos. Me puse un jean ajustado; este me ajusta un poco los muslos y mucho la cola y la entrepierna. Me puse la camisa cortita negra (de esas que se usan para afuera, que deja ver el hilito de la tanta si una se sienta de cierta manera que ya sabe).
Nos despedimos con un beso y con cuidado salió del departamento y me esperó en el auto a la vuelta de casa. En unos minutos baje con un perfume muy suave que se que le gusta mucho.
La Revancha de mi amante o El que ríe último ríe mejor:
Salí del departamento, rogando que mi novio no adelante un día se vuelta porque ahí si que se me arma.
Cuando salí del baño de volver a cepillarme el cabello y buscar la cartera en la habitación, puede sentir el olor a sexo, semen y vagina. Pero era tarde. Me rindo ante la ruleta de la suerte, total si ¡hombres es lo que me sobran!.
Salí del edificio, fui hasta la vuelta, ubiqué el auto y subí. Nos dimos un beso y lo manotée y lo sobé unos segundos, pero enseguida se puso rígido.
- Te llevo al laburo amor – me dijo.
- Que divertido que sos, mejor llevame al teloh (un hotel) – respondí de forma autoritaria. Esbozó una sonrisa.
- No hay tiempo para eso.
- Pero si es temprano todavía, tenemos unos minutos de sobra. Para eso nos hubiésemos echado un polvo arriba, en el departamento, voy a llegar muy temprano, y sabes que eso no me gusta.
No dijo nada. Puso algo de música. Y me dediqué a contestar algunos mensajes que me llegaron al celu. Llamé a mi novio para ver como estaba.
Faltando unos pocos kilómetros para llegar a mi puesto laboral se desvió. No le dije nada. Era una zona donde hay muchos galpones y estacionó en un lugar, que si bien no era oscuro tampoco daba de lleno el sol, más solo su reflejo. Entendí sus intenciones (o eso creí): deslizo el asiento del conductor hacia atrás y lo subí. Nos besamos. Me manoseó toda la cola, desabotonó mi camisa y sin desajustarme el corpiño sacó mis pechos y se los metió en la boca, los mordiqueó y babeó.
Bajé las manos desabotoné el pantalón, lo abrí y baje la ropa interior y dejé libre a mi amigo cabezón que con su ojito tuerto me miraba de forma tan tierna que sucumbí a su súplica, ahí nomás me acomodé y la comí hasta el fondo; me calentó tanto que mis labios llegaron hasta su pubis.
- Ahora te voy a coger puta – me dijo.
- ¡Pero no hay tiempo, en quince entro al laburo boludo, voy a llegar tarde!, dejá te de la chupe y acabas en la boca. Vos sabes que cuando quiero no derramo ninguna gota y no dejo evidencia, porfa. Además con lo caliente que estoy, sigo metiéndome un poco más los dedos y acabo. Acabemos así mejor – le supliqué.
- No vas a llegar tarde si haces lo que te digo. Confía en mí.
Salimos del auto y en la parte de atrás del auto, en el baul, de la parte de costado quise subirme para sacarme los zapatos y una manga del jean pero me dijo que no; que la chupe. Así lo hice, pero le pedí que no me haga llegar tarde. Me respondió: “no vas a llegar tarde puta, chupala, te cojo rápido y nos vamos”.
Sin bajar sus pantalones, solo con el cierre y botón abierto y apenas bajado su ropa interior chupe y chupé. Sus bolas también quedaron dentro.
Así lo hice, la chupé de cunclillas mientras me masturbaba.
El morbo que me provocaba que alguien nos viera y el riesgo de llegar tarde al trabajo sumado a la seguridad que me daba que a la hora que siempre llego me iba a dejar en el trabajo, me excitó mucho.
Una vez dura como hierro me la pasó por entre las tetas y me dio pijacitos muy húmedos en ambos pómulos y ojos por vez, y me hizo parar dándole la espalda. Sentí su rica virilidad, caliente y mojada en mi espalda baja y con una mano hizo que mi abdomen y pechos se apoyaran sobre la parte lateral del baúl del auto.
Liberó de sus ojales todos lo botones de mi jean y apenas lo bajó junto a la tanga.
Yo intentaba abrir las piernas, o por lo menos los muslos para que entre toda.
Cuando me dijo que era lindo ver mi culo asomando mi vagina hinchada de calentura, vista así de atrás, y con mi jean y bombachita casi sin bajar lo calentaba.
Yo estaba sin hablar para no dilatar la penetración, además miraba para encontrar un potencial fisgón, aunque no me molestan lo mirones; lo que si me molestan son los que sacan fotos y filman porque te pueden generar problemas personales, y ¡hasta legales!.
La verga de mi amante envistió brutalmente mi vagina. Una vez que la pija estuvo lubricada con mis jugos sentí que se la agarró con toda la mano y apuntó el misil al culo del mundo. Le supliqué que no lo haga. Pero no me hizo caso. Yo tenía miedo de que mis gemidos y grititos y algún que otro grito de mayor intensidad lo escuche algún desconocido. Eso si me da vergüenza. Además me había olvidado de llevar tanga de emergencia para cambiarme para cuando pasa esto o sexo inesperado.
Mi amante penetró. <<Te entró la cabeza>> me dijo.
Cerré bien los labio y los dientes y así grite de dolor y placer.
Unos segundo mas tarde me dijo <<ahora la tenés toda adentro, todo, con cabeza y tronco>>. Y bombeo y bombeo largo y rápido. La sacaba toda y de una adentro otras vez (esto me causaba, obvio que dolor sí, pero también placer); así intercalaba con penetradas profundas, con la pija toda dentro, la movía un poco para afuera, para después con violencia otra vez adentro.
A lo primero se mezcló el dolor y el placer. Mientras estaba el dolor cerraba con fuerza los labios y los dientes, y con ambas manos la boca, y así gritaba como más podría de tanto dolor. No era la primera vez que algo así me pasaba, pero si era la primera vez que él me cogía de esta manera; nunca me había agarrado con esta brutalidad. Y mientras me cogía me preguntaba ¿porque ahora, que no hay tiempo, coge de esta manera?. Para evitar llegar tarde al trabajo decidí hablarlo en otro momento. Ahora era disfrutar y sentirlo acabar
Me empezó a decir <<así puta, puta gritá. ¿te duele no? ¿pero también estas gozando, no puta? ¿te gusta, no puta?. Así con las pierneas que no podes abrir me apreta más cogerte por el orto que por la concha>>, me decía al oido; y me desabrochó el corpiño. Agarró firmemente ambos pechos, los estriujó.
Se cuanto lo calienta tratarme como prostituta, como puta de esas baratas; y a mi me gusta que a veces me traten así, sin consideración alguna. Que me traten como una concha con patas, un cuerpo con tetas y cabeza con agujero para insertar la pija. En ciertas ocasiones me hace sentir mujer. Es darle todo al hombre por el cual uno tienen cariño. Y pocas veces con desconocidos o poco menos que desconocidos al menos. Pero si hay cariño entre el hombre que está usándome y yo, me hace sentir mujer, tanta mujer que me da placer saber que mi cuerpo le está causando tanto placer a un hombre, a un hombre de brazos, piernas y abdomen duros, y manos que te dan vueltas y guían a su gusto para gozar de una mujer, una mujer como yo que tanto le gusta complacer.
Una vez que pasó el dolor apoyé mis antebrazos en el baul del auto y una ver erguida tomaba con ambas manos sus glúteos. Le ofrecí la boca. Me la lamió y beso. Me agarró de atrás el cuello e hizo que mi cara, de costado quede apoyada sobre el baul del auto, llevo mis brazos hacia delante. Tomó mis caderas, mi cintura y me dijo quieta y callada, te doy permiso para gritar.
Me hizo sentir más puta, y me excitó más darme cuenta que él estaba vestido. Solo la bragueta del pantalón abierto, la ropa interior que solo dejaba libre la pija (no estaba tan libre porque lo tenia en le culo, jeje, así que puedo considerar que no tenía nada al aire libre), y la camisa con todos los botones en sus ojales. Yo me encontré apoyada de frente con la cara de costa en el baul del auto, con el corpiño abierto, tetas al aire, culo desnudo con una pija clavada, mis zapatos puestos y mi jean y tanguita apenas bajados.
Mi amante cogió mi culo con firmeza y duro. Gemíamos de placer. No aguanté más y violé una orden: llevé mi mano hábil a mi vagina hasta el fondo y después me toqué el clítoris hasta acabar. Este macho que tenía atrás no tardó mucho más. Me llenó de leche el fondo del año. Cuando acabó me erguí desde donde estaba y fruncí mi ano y nalgas y apreté su pija taladradora,. Giré la cabeza para verlo, y encontré a un hombre saciado de placer, saciado y satisfecho de cogerse a una mujer, y esa mujer soy yo. Con una mano toco mis pecho y con la otro tomo mi rostro y nos demos un excelente beso de lengua.
- Listo puta – me dijo –, vas a llegar tarde.
Me soltó. Me la sacó. Se la limpío en mis nalgas. Y de la parte más ancha de mi tanga (donde cubre la vulva) se limpió la pija. Cubrió su miembros con su ropa interior. Subió el cierre y puso el botón en su ojal de su bragueta. Y me dijo: <<Listo Luna, vamos, apurate, sino vas a llegar tarde al trabajo, y no va a ser mi culpa>>.
Debo confersarles Poringuer#s que me volvió a excitar que me tratara como a una prostituta hasta el final. Pero pensándolo mejor, no es asó, porque a ellas por lo menos les pagan me trato como puta. Me comió la cabeza. Nunca había durado tanto el juego cuando esté fue duro.
- Esperame – le dije. Y ahí nomás, alejada un poco del auto, para no dejar evidencia, escupí todo el semen que con cariño me depositó. No creí que lo podría haber podido retenrlo hasta el baño del trabajo. Luego que hube terminado le dije que se fije si me manché. Tengo mucha experiencia en esto, se como hacerlo, pero una nunca sabe, soy muy cuidadosa, y si bien tengo mi técnica, los accidentes pasan. (Antes era una tarada. Por eso siempre usaba falda, es más fácil, y de haber un enchastre solo era en mis calzados o piernas. Cuando le agarré la mano, ya con pantalón puedo hacerlo sin ensuciarme. No se si a los hombres les gusta vernos cagar leche, pero hasta ahora nadie me dijo nada ni me han hecho caras, ¡hasta algunos me pidieron filmarlo o que lo haga en un vidrio para grabar bien de frente!. Y tampoco se a que otras mujeres les gusta hacerlo. Este tema todavía no lo hable con ninguna amiga u otra mujer. Así que no sé.).
Como estaba cerca del trabajo no me limpié la zona de guerra, ya lo iba a hacer cuando llegue.
Me subí la tanga. En la parte de la concha sentí que estaba humeda por la pija que tenía mis fluidos y su néctar blanco.
Me subí el jean.
Me ayudó a enganchar el sostén, y entre los dos abotonamos mi camisa.
Antes de que subamos al auto se dio cuenta si quedó marcas del crimen en mis ropas y me dijo “quedate tranquila que no se nota que te dieron murra”. Me gustó que me siga tratando así. Todavía quedé caliente. No me alcanzó con el orgasmo de recién.
Por inseguridad propia seguí acomodándome la ropa. Subimos al auto, lo encendió y nos fuimos.
En el auto camino al trabajo.
En unos minutos entraba al trabajo.
Estaba desprolija, no tanto, pero si desprolija. Parecía que había corrido una o dos cuadras.
En realidad la cogida no duró mucho, pero mi hombre si me movía al coger, por eso se me corrió el peinado y mis lágrimas corrieron un poco el maquillaje.
Saqué mi espejo del bolso, arregle como una Leonarda D’Vinci mi maquillaje y cepillé mi cabello justo, que me sobraron unos minutos.
El amante estacionó y al darle un beso y decirle “hasta luego bombón” me agarró del brazo y me dijo: <<Esto te pasa por ser juguetona mañanera, y calentarme toda la mañana y por atarme sorpresivamente el otro día. No me iba a ir sin revancha. Además me iba ir con todo esto, y no se cuando nos volveremos a ver.>>. Para rematar me dijo: <<te quiero puta, putona, sos mi puta preferida, teniédote a vos no pago ni en pedo por sexo como mis amigos>>.
Estoy segura que de haber mas novias/esposas como yo, no habría tantos cornudos dando vuelta.
Estoy segura que si no hubiese tanta mujer estúpida dando vuelta no habrían tantas cornudas. Me refuero a esas que tienen una lista de “no”:
- No la chupo.
- No me acabes en la boca.
- No la trago, escupo.
- La trago pero no la bebo de vaso y menos de leche salida de mi cola.
- No acabes en el cuerpo, pero si dentro de la concha
- Por atrás no.
- Si me la metes por atrás, por adelante no.
- Si la metes por la concha no la chupo.
- Si la metes por atrás no la chupo.
- Etc...
Si hubieses menos mujeres de estas yo sería más fiel y podría menos cuernos. A ver chicas, pongánmela más difícil el levante...
En fin. Me desvié de mi confesión. Sepan disculpar.
Salí del auto, maquillada de nueva, arreglada la ropa, pero sentía conchita húmeda, y los cachetes de mi cola a la altura de mi ano resbaloso.
En el trabajo.
Llegué al trabajo al horario como siempre.
Saludé a todos como siempre.
Hice lo de siempre.
Estaba mas agitadita, apenas. Algunos preguntaron “te quedaste dormida”. Pero los que me conocen y las que me conocen saben que hubo guerra hace minutos o vengo de una noche agitada, al menos.
Fui a una de mis colegas amiga que es terrible como yo. Y hablé con ella, como siempre, discretamente:
- Por casualidad me prestás una tanga Lorena (obvio, nombre cambiado), si no tenés pensada hoy usarlas, y una toallita. – Se que ella lleva mínimo dos tanguitas en la cartera por cualquier emergencia como yo, ¡nunca falta un bombón de leche que se nos cruce y nos enchastre!.
- Que te pasó Luna. – Interrogó.
- Tuve un accidente, estoy en esos días. – Respondí.
Me dio su cartera y dijo:
- Tomá, ahí dentro hay tres, elegí la que mas te guste ¡linda!. Adentro hay un paquete de toallitas sin abrir.
- Gracias. – dije.
- ¡Ya me la voy a cobrar!. – exclamó, me guiñó un ojo y me tiro un beso.
- Ahora en un minuto te devuelvo la cartera.
Hubo un breve silencio, que cuando tomé mi cartera, se rompió:
- ¿Así que Tuviste un accidente? ¿te caíste arriba o se te calló encima?. – Interrogó con tono picaresco
- ¿de que cosa?. – le dije, apurada para ir a lavarme un poquito, cambiarme la tanga, y cuidar de no manchar el pantalón. Esto último era lo que más me preocupaba.
- De una pija querida. ¡Caminás incomoda y tenes olor a verga en la boca! (se me rió). Andá tranquila, yo te cubro. (Mi amiga tiene 6 años menos que yo, y creo que quiere volver a revolcarse conmigo. Mejor que no juegue con fuego, porque fuego va a tener. Lo que pasa es que no podemos mucho porque es casada, y el marido la pasa a buscar casi siempre. A mi ella me calienta, tiene una vagina bien formada, con los labios menores largos y deliciosa).
Fui al baño de damas del personal de la empresa.
Me fui a un box. Me saqué los zapatos y los dejé a un lado; el jean y la camisa los deje colgados en esos ganchitos para colgar cosas. Suerte el pantalón no se me manchó ni me mojó. La tanguita no puedo decir lo mismo. Parece que no deseche todo el semen, ya que estaba mojada, y mi vagina humedeció también la ropita. Me saqué la tanga y vi no solo que estaba mojada sino manchada por jugos vaginales y jugos anales chocolatosos, y la puse dentro del monedero.
Me sequé toda la colita con papel y rematé con la toallitas húmedas.
Me puse la tanguita mas chiquita y una de las toallitas femeninas de Lorena, siguió el jean y los zapatos.
Me saque y limpie con la toallitas húmedas los pechos por donde pasó la pija cuando se la chupe en cunclillas.
Una vez que quedé limpita, me puse el sostén, la camisa, fui al lavabo, enjuegué la boca, agarré mis cosas con un caramelito en la boca y fui a empezar a trabajar, feliz de la vida, justo a horario para hacer mi primer tarea del día.
Llamé al buffet y me pedí café con medialunas, sin leche, porque había tenido suficiente lácteos el fin de semana. El que me iban a traer no se, pero el que yo tomé por lo menos lo ordeñé y saqué con mi esfuerzo para obtenerlo fresco.
----------------------------------------
Gracias Poringuer#s por aguantar este debut.
Dejaré a mi amante descansar en Poringa, y trataré de contar alguna otra cosa linda de confesarles.
Besos a tod#s.
2 comentarios - Debút: Poringuera – 5ta Parte (y última).
Muuuy caliente la historia completa!!
Espero proximos relatos tuyos!
Gracias por compartir