Hola Poringuer#s.
Las promesas que de mi boca salen es como entregar un pagaré al otro, y por lo tanto, debe pagarse. Ahí va algo, o lo mejor que pasó anoche.
Ni bien abrió la puerta y me vio con cara de trola, con el baby doll, el hilito de la tanga, la medias negras y los zapatos, recostada de costado sobre el sillón en L, apoyando la cabeza sobre una mano, y mis pezones erectos que lo apuntaban invitándolo; abrió los ojos y entreabrió la boca. Tardo dos o tres segundos en reaccionar, decirme “Hola Bebé, que linda que estás”, pasar y cerrar la puerta. Dejó al lado las botellas de burbujas, un obsequio, que hace mucho no me daban, y me dio un buen beso. Puso la botella en le hielo, mientras nos besamos, me dio la rosa que me trajo, me la hizo oler, la tome, pero me la quitó y la pasó por mi rostro, cuello y escote. Sentí como la tanguita se empezó a humedecer. Abrió una de la botellas, sirvió las dos copas, una me la dio y la otra para él. La bebí suave mirándolo, una vez humedecida la boca me la bebí toda y fui satisfecha al pedirle más, y así como me sirvió la tercera y me la tomé toda.
Se empezó a sacar la campera, la camisa y remera; los zapatos y medias, y quedó únicamente con la ropa interior que marcaba el bulto, que por encima del elástico se veía el glande; rápidamente me senté para darle calor con mi lengua, pero me agarro firme y suave del cuello y me recostó y me dijo: “después más tarde hacemos lo que quieras, pero ahora te voy a hacer y vas a hacer lo que yo quiera”, eso fue suficiente para empapar la tanguita. Ahora me pongo a reflexionar ¿cómo me va a dejar dominar a mi de entrada si lo estuve llamando desde hace días, más especialmente el día sábado con mensajes en whatsapp y llamadas?. Ahora me doy cuenta del porque la cara de lujuria al entrar y porque tenía ganas de dominar él. En fin, mejor, a veces me gusta estar pasiva pasiva y solo disfrutar.
Me acostó en le sillón me beso, me metía la lengua; abrí las piernas, se echó encima de mi y sentí su virilidad, eso bastó para mover mi pubis y frotar nuestros sexos. Tocó con ambas manos mis nalgas, subían firmes por mi cintura, pechos, bajó los breteles, dejó al descubierto y apretujó mis pechos los chupó y mordisqueó. Bajó con su mano hábil a mi entrepierna, tocó mi sexo por sobre la tanga y me dijo “estás a full, está empapada la bombachita, ¿tan caliente estás?". Obvio que sí, y le respondí que me coja, que me penetre; pero no, nada. Se hacía desear. Atinó a esbozar una gran sonrisa. Llenó una copa de burbujas y abrió otra botella. Acostada como estaba tiro la champagne de la copa sobre mi rostro, y sentí que me mojó el rostro, el pelo, el cuello y algo los pechos. “Tengo sed” me dijo y me lamió la cara sin tocarme la boca. Cada vez que quería besarlo me corria la cara con la mano. Tiró más de la botella sobre los pechos, la pancita, el ombligo, levantó la tanga y me tiró un poco. La verdad que estaba fría. Así empezó a chuparme y pasar la lengua quitándome todo el liquido de mi cuerpo. Me llenó de saliva los pechos y con champagne en su mano me corrió la pequeña bombachita y empezó a masturbarme. Le agarre la mano y lo incité. Estaba recaliente. Si no tenía pija, por lo menos dedos ajenos.
¡No saben chicas, como estaba! Ustedes me entenderán. Ni bien bajo a mi pancita empecé a abrir las piernas y tome su cabeza empujándolo para que me la chupe. Al llegar me hizo desear más. No solo me pasó la lengua por el costado, sino que me dio vuelta, me puso en cuatro y me tiró algo mas de burbujas en la colita desde arriba mientras me pasaba la lengua por el de atrás. Por fin llegó la lengua a mi vagina. Me volvió a dar vuelta, me abrí bien, y el abrió más mis piernas abrazándolas de cada lado y empezó la deseada cunilingus. Tome su cabeza y cuando sentía la lengua en el clítoris se la apretaba y le decía que “ahí, ahí seguí” y me metió los dedos hasta le punto g y cuando me estaba por acabar se dio cuenta, se sacó quitó la ropa que le faltaba y ahí sí pensé, ahora lo mío. Pero no. Le pedía que me coja. Me sentó contra el apoya brazos y el espaldar del sillón, se paró y vi su pene gordo, venoso y lubricado; como un acto reflejo abrí la boca, pero no para pedir que me coja, sino para recibir su jugosa y sabrosa pija, así utilizó un momento mi boca como vagina mientras me tomaba con las dos manos la cabeza, hasta que se dio cuenta que me ahogaba y me producía arcadas. Nunca él me había tratado así. Parece que los días previos de tanto joderlo y hacerle la cabeza surgió su efecto, más de lo que esperaba. Más unas horas antes lo llamaba por teléfono y le decía cosas chanchas. Una vez que recuperé el aire se sentó, me arrodille y empecé a la felatio. La comía mientras con una mano lo masturbaba y con la otra tocaba sus bolas. Hasta que no dio más.
Me tiró boca arriba en el sillón. Subió el baby doll, corrió la tanga. Abrí bien las piernas, él las puso sobre sus brazos y me la metió de una. Pasó sus manos por mi espalda y agarró mis hombros y empezó a bombear, largo primero, luego corto, cortito y rápido, y ahí me empezó a hablarme como a una puta, sabiendo cuanto me gusta, en poco me hizo sentir que iba a acabar, tuvo que soltar mi hombros y me agarró de las muñecas con ambas manos porque sabía que se venían mis rasguños en su cola y espalda. A veces me doy cuenta de ellos y me freno, pero a veces, como el día de ayer, se me hizo imposible. Nosotros tenemos mucho cuidado de no dejarnos marcas para evitar sospechan en nuestras parejas. Más él que es casado.
Grite y gemí de placer al llegar el orgasmo, sentía como mis jugos se chorreaban hacia el sillón y se escuchaba los gases de concha como me salían. Sé que lo calientan, y no me da vergüenza, al contrario, me los halaga y lo calienta, tanto que sospeche que él ya se iba a venir también. Me vio la cara de puta satisfecha, me soltó los brazos. Agarré bien sus nalgas y me abrí lo más que pude, él agarró mis nalgas y empezó a bombear duro, y yo lo acompañaba con mis movimientos de pelvis. Bombeo corto y duro, sentía tocar nuestras pelvis, y me clítoris contra su pelvis y esto me hizo acabar otra vez, él se dio cuenta que me estaba viniendo y agarró firmes mis nalgas, las abrió, yo abrí más mis piernas para que entre más al fondo y la noche empezó con esta gran acabada de él, dentro de mi vagina. Pero era tanta la leche que tenía que sentía como se escapaba desde dentro mío y corría por mis nalgas y goteaba por el sillón.
Descansamos un poquito con él dentro mío en silencio, se apaciguaron nuestros corazones.
Después me corrí la tanguita como debe ser, me acomodé los breteles del baby doll. Él se fue a dar un buen baño, mientras limpiaba el enchastre que hizo antes, durante y después de cogerme.
Limpié todo el sillón, esperando mi turno para bañarme y cambiarme la tanga que a esta altura estaba con semen.
Cuando él salió de bañarse envuelto en un tohallón, le di ropa interior nueva, sin usar, de mi novio junto con otras pertenencias preferidas de él que solo las usa cuando salimos al cine o teatro. Zapatos, pantalón de vestir y una camisa.
Siendo mi turno de bañarme, le dije que se ponga cómodo, que no haga nada que yo me encargaría de la cena. El vino ya lo tengo frió en la heladera y algo de postre.
La cena y postre va en el siguiente post. Y mi venganza porque no me dejó dominar nada de entrada en el que le sigue, porque en la venganza me sacaré el fuego que tengo todavía.
Besos y hasta el próximo post.
Besos.
Las promesas que de mi boca salen es como entregar un pagaré al otro, y por lo tanto, debe pagarse. Ahí va algo, o lo mejor que pasó anoche.
Ni bien abrió la puerta y me vio con cara de trola, con el baby doll, el hilito de la tanga, la medias negras y los zapatos, recostada de costado sobre el sillón en L, apoyando la cabeza sobre una mano, y mis pezones erectos que lo apuntaban invitándolo; abrió los ojos y entreabrió la boca. Tardo dos o tres segundos en reaccionar, decirme “Hola Bebé, que linda que estás”, pasar y cerrar la puerta. Dejó al lado las botellas de burbujas, un obsequio, que hace mucho no me daban, y me dio un buen beso. Puso la botella en le hielo, mientras nos besamos, me dio la rosa que me trajo, me la hizo oler, la tome, pero me la quitó y la pasó por mi rostro, cuello y escote. Sentí como la tanguita se empezó a humedecer. Abrió una de la botellas, sirvió las dos copas, una me la dio y la otra para él. La bebí suave mirándolo, una vez humedecida la boca me la bebí toda y fui satisfecha al pedirle más, y así como me sirvió la tercera y me la tomé toda.
Se empezó a sacar la campera, la camisa y remera; los zapatos y medias, y quedó únicamente con la ropa interior que marcaba el bulto, que por encima del elástico se veía el glande; rápidamente me senté para darle calor con mi lengua, pero me agarro firme y suave del cuello y me recostó y me dijo: “después más tarde hacemos lo que quieras, pero ahora te voy a hacer y vas a hacer lo que yo quiera”, eso fue suficiente para empapar la tanguita. Ahora me pongo a reflexionar ¿cómo me va a dejar dominar a mi de entrada si lo estuve llamando desde hace días, más especialmente el día sábado con mensajes en whatsapp y llamadas?. Ahora me doy cuenta del porque la cara de lujuria al entrar y porque tenía ganas de dominar él. En fin, mejor, a veces me gusta estar pasiva pasiva y solo disfrutar.
Me acostó en le sillón me beso, me metía la lengua; abrí las piernas, se echó encima de mi y sentí su virilidad, eso bastó para mover mi pubis y frotar nuestros sexos. Tocó con ambas manos mis nalgas, subían firmes por mi cintura, pechos, bajó los breteles, dejó al descubierto y apretujó mis pechos los chupó y mordisqueó. Bajó con su mano hábil a mi entrepierna, tocó mi sexo por sobre la tanga y me dijo “estás a full, está empapada la bombachita, ¿tan caliente estás?". Obvio que sí, y le respondí que me coja, que me penetre; pero no, nada. Se hacía desear. Atinó a esbozar una gran sonrisa. Llenó una copa de burbujas y abrió otra botella. Acostada como estaba tiro la champagne de la copa sobre mi rostro, y sentí que me mojó el rostro, el pelo, el cuello y algo los pechos. “Tengo sed” me dijo y me lamió la cara sin tocarme la boca. Cada vez que quería besarlo me corria la cara con la mano. Tiró más de la botella sobre los pechos, la pancita, el ombligo, levantó la tanga y me tiró un poco. La verdad que estaba fría. Así empezó a chuparme y pasar la lengua quitándome todo el liquido de mi cuerpo. Me llenó de saliva los pechos y con champagne en su mano me corrió la pequeña bombachita y empezó a masturbarme. Le agarre la mano y lo incité. Estaba recaliente. Si no tenía pija, por lo menos dedos ajenos.
¡No saben chicas, como estaba! Ustedes me entenderán. Ni bien bajo a mi pancita empecé a abrir las piernas y tome su cabeza empujándolo para que me la chupe. Al llegar me hizo desear más. No solo me pasó la lengua por el costado, sino que me dio vuelta, me puso en cuatro y me tiró algo mas de burbujas en la colita desde arriba mientras me pasaba la lengua por el de atrás. Por fin llegó la lengua a mi vagina. Me volvió a dar vuelta, me abrí bien, y el abrió más mis piernas abrazándolas de cada lado y empezó la deseada cunilingus. Tome su cabeza y cuando sentía la lengua en el clítoris se la apretaba y le decía que “ahí, ahí seguí” y me metió los dedos hasta le punto g y cuando me estaba por acabar se dio cuenta, se sacó quitó la ropa que le faltaba y ahí sí pensé, ahora lo mío. Pero no. Le pedía que me coja. Me sentó contra el apoya brazos y el espaldar del sillón, se paró y vi su pene gordo, venoso y lubricado; como un acto reflejo abrí la boca, pero no para pedir que me coja, sino para recibir su jugosa y sabrosa pija, así utilizó un momento mi boca como vagina mientras me tomaba con las dos manos la cabeza, hasta que se dio cuenta que me ahogaba y me producía arcadas. Nunca él me había tratado así. Parece que los días previos de tanto joderlo y hacerle la cabeza surgió su efecto, más de lo que esperaba. Más unas horas antes lo llamaba por teléfono y le decía cosas chanchas. Una vez que recuperé el aire se sentó, me arrodille y empecé a la felatio. La comía mientras con una mano lo masturbaba y con la otra tocaba sus bolas. Hasta que no dio más.
Me tiró boca arriba en el sillón. Subió el baby doll, corrió la tanga. Abrí bien las piernas, él las puso sobre sus brazos y me la metió de una. Pasó sus manos por mi espalda y agarró mis hombros y empezó a bombear, largo primero, luego corto, cortito y rápido, y ahí me empezó a hablarme como a una puta, sabiendo cuanto me gusta, en poco me hizo sentir que iba a acabar, tuvo que soltar mi hombros y me agarró de las muñecas con ambas manos porque sabía que se venían mis rasguños en su cola y espalda. A veces me doy cuenta de ellos y me freno, pero a veces, como el día de ayer, se me hizo imposible. Nosotros tenemos mucho cuidado de no dejarnos marcas para evitar sospechan en nuestras parejas. Más él que es casado.
Grite y gemí de placer al llegar el orgasmo, sentía como mis jugos se chorreaban hacia el sillón y se escuchaba los gases de concha como me salían. Sé que lo calientan, y no me da vergüenza, al contrario, me los halaga y lo calienta, tanto que sospeche que él ya se iba a venir también. Me vio la cara de puta satisfecha, me soltó los brazos. Agarré bien sus nalgas y me abrí lo más que pude, él agarró mis nalgas y empezó a bombear duro, y yo lo acompañaba con mis movimientos de pelvis. Bombeo corto y duro, sentía tocar nuestras pelvis, y me clítoris contra su pelvis y esto me hizo acabar otra vez, él se dio cuenta que me estaba viniendo y agarró firmes mis nalgas, las abrió, yo abrí más mis piernas para que entre más al fondo y la noche empezó con esta gran acabada de él, dentro de mi vagina. Pero era tanta la leche que tenía que sentía como se escapaba desde dentro mío y corría por mis nalgas y goteaba por el sillón.
Descansamos un poquito con él dentro mío en silencio, se apaciguaron nuestros corazones.
Después me corrí la tanguita como debe ser, me acomodé los breteles del baby doll. Él se fue a dar un buen baño, mientras limpiaba el enchastre que hizo antes, durante y después de cogerme.
Limpié todo el sillón, esperando mi turno para bañarme y cambiarme la tanga que a esta altura estaba con semen.
Cuando él salió de bañarse envuelto en un tohallón, le di ropa interior nueva, sin usar, de mi novio junto con otras pertenencias preferidas de él que solo las usa cuando salimos al cine o teatro. Zapatos, pantalón de vestir y una camisa.
Siendo mi turno de bañarme, le dije que se ponga cómodo, que no haga nada que yo me encargaría de la cena. El vino ya lo tengo frió en la heladera y algo de postre.
La cena y postre va en el siguiente post. Y mi venganza porque no me dejó dominar nada de entrada en el que le sigue, porque en la venganza me sacaré el fuego que tengo todavía.
Besos y hasta el próximo post.
Besos.
4 comentarios - Debút: Poringuera - 2da Parte.
Muuuy muuuy caliente!!
Y esti sigue....
Gracias por compartir