Ya se habían vestido cuando sus amigos marcharon. Pero Sean no podía dejar de pensar en el cuerpo desnudo de su hermana Paula. Su hermana ahora iba vestida con unos shorts muy cortos y ceñidos, y una volandera blusa blanca sin abrochar y anudada por la cintura. Sean miraba a su hermana con deseo. Se había quedado totalmente impresionado por el prodigioso cuerpo desnudo de su hermana.
- Ha sido una buena tarde, verdad, hermana. -
- Sí, hermano, ha sido una tarde estupenda. Entonces, hermano, después de haberme visto completamente desnuda, me ha parecido apreciar que crees que estoy muy buena. Yo sé que a los chicos les gusto mucho, como tengo unas tetas muy grandes y soy muy esbelta. -
- Bueno, hermana, creo que estás muy buena, sabes. Ha sido estupendo poder verte desnuda. Ha sido genial. Creo que al final mi novia se ha sentido un poquito celosa. Mañana debo compensarla. Y bien, hermana, ¿ tienes novio ? -
- Pues, no, Sean. Supongo que los chicos se sienten un poco cohibidos. Pensarán que debo ser una chica inaccesible y que soy demasiada mujer para ellos. Y, claro, yo también soy una chica tímida y me cuesta abordar a los chicos. -
- Sabes, hermana, antes cuando estabamos desnudos en la piscina, me he excitado bastante al verte desnuda, Paula. Eres mi hermana, claro, pero al verte desnuda me he excitado, sabes. Y bueno, cuando jugábamos y te metía mano, te magreaba las tetas, estaba muy cachondo. Mi intención era clara, meterte mano
- De veras, hermano. Me halaga que mi cuerpo te excite, . Claro que yo soy tu propia hermana, pero también soy una mujer y puedo comprender que mi cuerpo desnudo te pongo nervioso. Me parece lógico y normal. Soy tu hermana pero también una mujer. De hecho, en ocasiones ha pasado que dos hermanos caigan en el incesto y mantengan relaciones sexuales. Supongo que a veces puede resultar imposible de evitar. -
- Hermana, me gustaría volverte a ver desnuda. -
- Vaya, hermano, ya veo que mi cuerpo desnudo te ha impactado. He sido toda una sensación y una sorpresa. Bueno, mamá y papá todavía tardarán en llegar a casa. Así que creo que volveré a enseñarte mi cuerpo desnudo
Paula, juguetona y coqueta, desanudó el débil nudo de su blusa y se desprendió finalmente de ella. Como no llevaba puesto sostenes, sus prodigiosas tetas resplandecieron ante la mirada anhelante de su hermano. Paula sonreía divertida y mimosa. A continuación Paula se quitó los shorts y dejó resbalar por sus esbeltas piernas sus braguitas hasta caer finalmente al suelo. Completamente desnuda se giró y se movió con sinuosos movimientos delante de su hermano, que la miraba embelesado.
- Bueno, hermano, ya me tienes otra vez en pelotas. Ya ves que no me da nada de vergüenza enseñarte mi cuerpo desnudo. No podrás quejarte, desde luego. Creo que debe ser fantástico para ti poder ver a tu hermana desnuda. -
- Me gusta mirarte desnuda, Paula. -
Paula se acercó a su hermano y le besó en los labios con cariño.
- Vaya, hermana, ¿ y este beso ? -
- Bueno, Sean, me apetecía darte un besito en la boca, . Me gusta estar desnuda delante tuyo. No sé, me pone cachonda, sabes. Estoy pensando, hermano, quizás esté un poco desconcertada, pero ya te digo me estoy poniendo muy cachonda y sensual, y no sé, pero siento como si te deseara, . Debo estar loca. Debo controlarme. Tengo una sensación extraña. -
- ¿ Alguna vez le has chupado la polla a un chico, Paula ? -
- Pues, ostras, vaya pregunta hermano. No, claro que no. Si nunca antes me había desnudado delante de un chico, ¡ cómo iba a chuparle la polla a un chico! -
- Ostras, hermana, no puedo dejar de mirarte. Es que estás buenísima. Ven, acercate y sientate sobre mis rodillas. -
Sumisa, Paula, obedeció los deseos de su hermano y se aposentó sobre sus rodillas, coqueta y sensual. Sean dejó caer hábilmente su mano izquierda sobre la entrepierna de su hermana y se dispuso a enredar sus dedos en su vello púbico, mientras su mano derecha la sujetaba por la espalda.
- Me gusta que me acaricies. Me siento muy bien. Sabes, me produce escalofríos sentir cómo me hurgas el coño. No lo entiendo, no me importa que me toques el coño. Cuando tenga novio, espero que sea tan atento y guapo como tú. -
Paula deseaba ser más cariñosa y arqueándo su cuerpo se sentó sobre la entrepierna de su hermano. Inmediatamente, Sean, aprovechó para magrear el culo de Paula con total desvergüenza. La excitación que le provocaba tener a su hermana sentada sobre él, hizo que su polla respondiera, lo que motivó que tuviera luego que acomodarse su polla. Paula, comprendió el problema de su hermano y le sonrió con picardía, mientras levantaba ligeramente su culo para facilitarle su gesto.
- Hermano, antes me preguntastes si alguna vez le había chupado la polla a un chico. No sé, pero me parece que por tu cabeza circula la idea de pedirme que te coma la polla,
- Bueno, hermana, no quiero engañarte, y si quieres que te sea sincero he pensado en esa posibilidad, en que me comas la polla. -
- Ay, no sé, hermano. Suena muy fuerte que una hermana le chupe la polla a su propio hermano. Es una indecencia. Somos hermanos, Sean. Claro que desnudarnos y dejar que me metas mano también es una indecencia. Y yo nunca le he chupado la polla a un chico. No me atrevería, me daría mucha vergüenza
Sean, osado, se separó de su hermana y se bajó los pantalones y le enseñó a su hermana su polla, y su tamaño enardecido. Paula miró la polla de su hermano fijamente.
- Ay, hermano, no me tientes. No puedo chuparte la polla. Eso es pecado y una indecencia. Además papá y mamá están a punto de llegar. Yo, si quieres, te dejaré que me veas desnuda siempre que lo desees, y también te dejaré que me metas mano. Puedes manosearme toda, magrear mis tetas, hurgar mi coño y palpar mi culo y cada rincón de mi cuerpo siempre que se te antoje. Pero no podemos olvidar que somos hermanos y esas cosas no debemos hacerlas. Además, a mi me da mucha vergüenza y no sé eso de meterme en la boca una polla -
- Está bien, hermana. Pero es que mirar tu cuerpo desnudo y meterte mano me pone tan cachondo. Aunque sea sólo una chupadita, sólo un besito, hermana. Mira le das un besito a la punta de mi polla, hermana, y ya está. -
- Ostras, hermano, ¡ qué pesado eres ! Está bien, pero sólo una chupadita, eh. -
Paula, generosa, se arrodilló frente a su hermano y tomó su polla en su mano. La miró con atención. Era la polla de su propio hermano y la agarraba con su mano. Sentía su palpitación y su grado de dureza. Paula estaba excitada. Paula quería llevarse la polla de su hermano a su boca. Así lo hizo. La primera intención era limitarse a darle un cariñoso besito, pero una vez tuvo la polla de su hermano en la boca, deseaba retenerla y chuparla hasta la saciedad. La chupó con cariño, con delicadeza, mojándola con su saliva embriagadora. Sean estaba alucinado. Su propia hermana le estaba chupando la polla. Paula chupaba su polla, la lamía y la besaba con toda su pasión. También quiso probar los cojones de su hermano y trató de engullirlos.
- Ay, hermano, al final te estoy chupando la polla. Te has salido con la tuya. Pero, sabes, me gusta chuparte la polla, hermano. Siento curiosidad Mira, hermano, me olvidaré de que somos hermanos, vale. No podrás quejarte. Creo que soy una buena hermana. -
Mientras chupaba la polla de su hermano, Paula, miraba a sus ojos, con cariño y ternura. Deseaba comprobar en la mirada de su hermano la reacción que le provocaba que su propia hermana le chupara la polla. La mirada de su hermano era confusa e hipnotizada. Sean quería prolongar aquel maravilloso y mágico momento durante una eternidad, pero la excitación que recorría su ser era superior a su control, y justo en el momento que su hermana engullía practicamente toda su polla, lanzó un gran chorro de semen que se alojó en el interior de la boca de su hermana. Sean no pudo avisar a su hermana, no pudo preguntarle si le molestaría que se corriera en su boca. Paula estaba aturdida, no estaba prevenida y su boca recibió más chorros de semen. Paula se sentía ahogada pero no dejó de chupar la polla de su hermano al mismo tiempo que se corría. Paula sentía la abundancia del semen de su hermano inundar su boca, su pegajosa sensación y su ardor. Cuando finalmente Paula abrió la boca, el semen acumulado mezclado con su saliva se desbordó por ambos lados y cubrió su barbilla.
- Ostras, hermano, no me has avisado que te ibas a correr y me has llenado toda la boca de semen. Eres un cerdo y un guarro, hermano. Tengo toda la lengua pringada de leche, y toda mi boca, asqueroso. -
- Perdona, hermana, pero no he podido evitarlo. -
- Ya, ya. Joder, qué pasada, no hago más que escupir semen. Joder, tengo hasta las tetas manchadas de tu semen, hermano. Bueno, estarás contento. Ostras, no puedo creerlo. Me he tragado el semen de mi propio hermano. -
- Pues, sí, hermana. -
- Bueno, hermano, voy un momento al baño para limpiarme la boca de semen, eh. -
Una vez en el baño, Paula, comenzó a escupir en el lavabo y simultanear beber un poco de agua y escupir semen. Al cabo de unos instantes, Paula, recibió la presencia de su hermano que se arrimó a su cuerpo por su espalda, y comprobó cómo sus manos se agarraban a sus enormes tetas.
- ¿ Estás enfadada por que no te haya avisado de que me iba a correr, hermana? -
- Lo que pasa es que no contaba con que te corrieras en mi boca y me ha pillado por sorpresa. Solo es eso, pero no estoy enfadada. Claro que no, tonto. Yo sé que a los chicos os fascina ver a las chicas tragar vuestro semen. Aunque, no sé, hermano, me cuesta asimilar que me haya tragado tu leche, sabes. Pero, bueno, no pasa nada. -
- Quizás hubiera sido mejor avisarte, hermana., ¿ y que tal , te gusta el sabor del semen ? -
- Bueno, hermano, no sé, tiene un sabor distinto. No le encuentro sabor, pero es caliente y pegajoso. No me desagrada, pero, si me hubieras advertido, no sé si te hubiera dejado, hermano, que te corrieras en mi boca. Bueno, lo mejor es que nos vistamos ahora. Pueden llegar mamá y papá en cualquier momento. Bueno, hermano, creo que por hoy hemos compartido una maravillosa experiencias juntos. Nos hemos visto desnudos, nos hemos manoseado, y bueno, finalmente te he comido la polla, hermano y me he tragado tu semen. Yo estoy muy contenta, hermano, y no me arrepiento de nada. No te preocupes, no estoy enfadada. -
- Yo también, Paula. Todavía me siento trastornado por lo que ha pasado. Me has comido la polla, hermana, y suena tan chocante. Bueno, hermana, ¿ me la chuparás en alguna otra ocasión ? -
- Ya veremos, hermano. No me lies, eh, que todavía no lo veo claro eso de que te chupe la polla, hermano. Aunque, lo que sí te consentiré es que me veas desnuda y me metas mano, hermano. Me gusta que me manosees toda, hermano. De momento solo eso, eh. No seas tan desvergonzado. Creo que tienes que estar contento. -
- Claro que estoy contento, hermana. -
- Ha sido una buena tarde, verdad, hermana. -
- Sí, hermano, ha sido una tarde estupenda. Entonces, hermano, después de haberme visto completamente desnuda, me ha parecido apreciar que crees que estoy muy buena. Yo sé que a los chicos les gusto mucho, como tengo unas tetas muy grandes y soy muy esbelta. -
- Bueno, hermana, creo que estás muy buena, sabes. Ha sido estupendo poder verte desnuda. Ha sido genial. Creo que al final mi novia se ha sentido un poquito celosa. Mañana debo compensarla. Y bien, hermana, ¿ tienes novio ? -
- Pues, no, Sean. Supongo que los chicos se sienten un poco cohibidos. Pensarán que debo ser una chica inaccesible y que soy demasiada mujer para ellos. Y, claro, yo también soy una chica tímida y me cuesta abordar a los chicos. -
- Sabes, hermana, antes cuando estabamos desnudos en la piscina, me he excitado bastante al verte desnuda, Paula. Eres mi hermana, claro, pero al verte desnuda me he excitado, sabes. Y bueno, cuando jugábamos y te metía mano, te magreaba las tetas, estaba muy cachondo. Mi intención era clara, meterte mano
- De veras, hermano. Me halaga que mi cuerpo te excite, . Claro que yo soy tu propia hermana, pero también soy una mujer y puedo comprender que mi cuerpo desnudo te pongo nervioso. Me parece lógico y normal. Soy tu hermana pero también una mujer. De hecho, en ocasiones ha pasado que dos hermanos caigan en el incesto y mantengan relaciones sexuales. Supongo que a veces puede resultar imposible de evitar. -
- Hermana, me gustaría volverte a ver desnuda. -
- Vaya, hermano, ya veo que mi cuerpo desnudo te ha impactado. He sido toda una sensación y una sorpresa. Bueno, mamá y papá todavía tardarán en llegar a casa. Así que creo que volveré a enseñarte mi cuerpo desnudo
Paula, juguetona y coqueta, desanudó el débil nudo de su blusa y se desprendió finalmente de ella. Como no llevaba puesto sostenes, sus prodigiosas tetas resplandecieron ante la mirada anhelante de su hermano. Paula sonreía divertida y mimosa. A continuación Paula se quitó los shorts y dejó resbalar por sus esbeltas piernas sus braguitas hasta caer finalmente al suelo. Completamente desnuda se giró y se movió con sinuosos movimientos delante de su hermano, que la miraba embelesado.
- Bueno, hermano, ya me tienes otra vez en pelotas. Ya ves que no me da nada de vergüenza enseñarte mi cuerpo desnudo. No podrás quejarte, desde luego. Creo que debe ser fantástico para ti poder ver a tu hermana desnuda. -
- Me gusta mirarte desnuda, Paula. -
Paula se acercó a su hermano y le besó en los labios con cariño.
- Vaya, hermana, ¿ y este beso ? -
- Bueno, Sean, me apetecía darte un besito en la boca, . Me gusta estar desnuda delante tuyo. No sé, me pone cachonda, sabes. Estoy pensando, hermano, quizás esté un poco desconcertada, pero ya te digo me estoy poniendo muy cachonda y sensual, y no sé, pero siento como si te deseara, . Debo estar loca. Debo controlarme. Tengo una sensación extraña. -
- ¿ Alguna vez le has chupado la polla a un chico, Paula ? -
- Pues, ostras, vaya pregunta hermano. No, claro que no. Si nunca antes me había desnudado delante de un chico, ¡ cómo iba a chuparle la polla a un chico! -
- Ostras, hermana, no puedo dejar de mirarte. Es que estás buenísima. Ven, acercate y sientate sobre mis rodillas. -
Sumisa, Paula, obedeció los deseos de su hermano y se aposentó sobre sus rodillas, coqueta y sensual. Sean dejó caer hábilmente su mano izquierda sobre la entrepierna de su hermana y se dispuso a enredar sus dedos en su vello púbico, mientras su mano derecha la sujetaba por la espalda.
- Me gusta que me acaricies. Me siento muy bien. Sabes, me produce escalofríos sentir cómo me hurgas el coño. No lo entiendo, no me importa que me toques el coño. Cuando tenga novio, espero que sea tan atento y guapo como tú. -
Paula deseaba ser más cariñosa y arqueándo su cuerpo se sentó sobre la entrepierna de su hermano. Inmediatamente, Sean, aprovechó para magrear el culo de Paula con total desvergüenza. La excitación que le provocaba tener a su hermana sentada sobre él, hizo que su polla respondiera, lo que motivó que tuviera luego que acomodarse su polla. Paula, comprendió el problema de su hermano y le sonrió con picardía, mientras levantaba ligeramente su culo para facilitarle su gesto.
- Hermano, antes me preguntastes si alguna vez le había chupado la polla a un chico. No sé, pero me parece que por tu cabeza circula la idea de pedirme que te coma la polla,
- Bueno, hermana, no quiero engañarte, y si quieres que te sea sincero he pensado en esa posibilidad, en que me comas la polla. -
- Ay, no sé, hermano. Suena muy fuerte que una hermana le chupe la polla a su propio hermano. Es una indecencia. Somos hermanos, Sean. Claro que desnudarnos y dejar que me metas mano también es una indecencia. Y yo nunca le he chupado la polla a un chico. No me atrevería, me daría mucha vergüenza
Sean, osado, se separó de su hermana y se bajó los pantalones y le enseñó a su hermana su polla, y su tamaño enardecido. Paula miró la polla de su hermano fijamente.
- Ay, hermano, no me tientes. No puedo chuparte la polla. Eso es pecado y una indecencia. Además papá y mamá están a punto de llegar. Yo, si quieres, te dejaré que me veas desnuda siempre que lo desees, y también te dejaré que me metas mano. Puedes manosearme toda, magrear mis tetas, hurgar mi coño y palpar mi culo y cada rincón de mi cuerpo siempre que se te antoje. Pero no podemos olvidar que somos hermanos y esas cosas no debemos hacerlas. Además, a mi me da mucha vergüenza y no sé eso de meterme en la boca una polla -
- Está bien, hermana. Pero es que mirar tu cuerpo desnudo y meterte mano me pone tan cachondo. Aunque sea sólo una chupadita, sólo un besito, hermana. Mira le das un besito a la punta de mi polla, hermana, y ya está. -
- Ostras, hermano, ¡ qué pesado eres ! Está bien, pero sólo una chupadita, eh. -
Paula, generosa, se arrodilló frente a su hermano y tomó su polla en su mano. La miró con atención. Era la polla de su propio hermano y la agarraba con su mano. Sentía su palpitación y su grado de dureza. Paula estaba excitada. Paula quería llevarse la polla de su hermano a su boca. Así lo hizo. La primera intención era limitarse a darle un cariñoso besito, pero una vez tuvo la polla de su hermano en la boca, deseaba retenerla y chuparla hasta la saciedad. La chupó con cariño, con delicadeza, mojándola con su saliva embriagadora. Sean estaba alucinado. Su propia hermana le estaba chupando la polla. Paula chupaba su polla, la lamía y la besaba con toda su pasión. También quiso probar los cojones de su hermano y trató de engullirlos.
- Ay, hermano, al final te estoy chupando la polla. Te has salido con la tuya. Pero, sabes, me gusta chuparte la polla, hermano. Siento curiosidad Mira, hermano, me olvidaré de que somos hermanos, vale. No podrás quejarte. Creo que soy una buena hermana. -
Mientras chupaba la polla de su hermano, Paula, miraba a sus ojos, con cariño y ternura. Deseaba comprobar en la mirada de su hermano la reacción que le provocaba que su propia hermana le chupara la polla. La mirada de su hermano era confusa e hipnotizada. Sean quería prolongar aquel maravilloso y mágico momento durante una eternidad, pero la excitación que recorría su ser era superior a su control, y justo en el momento que su hermana engullía practicamente toda su polla, lanzó un gran chorro de semen que se alojó en el interior de la boca de su hermana. Sean no pudo avisar a su hermana, no pudo preguntarle si le molestaría que se corriera en su boca. Paula estaba aturdida, no estaba prevenida y su boca recibió más chorros de semen. Paula se sentía ahogada pero no dejó de chupar la polla de su hermano al mismo tiempo que se corría. Paula sentía la abundancia del semen de su hermano inundar su boca, su pegajosa sensación y su ardor. Cuando finalmente Paula abrió la boca, el semen acumulado mezclado con su saliva se desbordó por ambos lados y cubrió su barbilla.
- Ostras, hermano, no me has avisado que te ibas a correr y me has llenado toda la boca de semen. Eres un cerdo y un guarro, hermano. Tengo toda la lengua pringada de leche, y toda mi boca, asqueroso. -
- Perdona, hermana, pero no he podido evitarlo. -
- Ya, ya. Joder, qué pasada, no hago más que escupir semen. Joder, tengo hasta las tetas manchadas de tu semen, hermano. Bueno, estarás contento. Ostras, no puedo creerlo. Me he tragado el semen de mi propio hermano. -
- Pues, sí, hermana. -
- Bueno, hermano, voy un momento al baño para limpiarme la boca de semen, eh. -
Una vez en el baño, Paula, comenzó a escupir en el lavabo y simultanear beber un poco de agua y escupir semen. Al cabo de unos instantes, Paula, recibió la presencia de su hermano que se arrimó a su cuerpo por su espalda, y comprobó cómo sus manos se agarraban a sus enormes tetas.
- ¿ Estás enfadada por que no te haya avisado de que me iba a correr, hermana? -
- Lo que pasa es que no contaba con que te corrieras en mi boca y me ha pillado por sorpresa. Solo es eso, pero no estoy enfadada. Claro que no, tonto. Yo sé que a los chicos os fascina ver a las chicas tragar vuestro semen. Aunque, no sé, hermano, me cuesta asimilar que me haya tragado tu leche, sabes. Pero, bueno, no pasa nada. -
- Quizás hubiera sido mejor avisarte, hermana., ¿ y que tal , te gusta el sabor del semen ? -
- Bueno, hermano, no sé, tiene un sabor distinto. No le encuentro sabor, pero es caliente y pegajoso. No me desagrada, pero, si me hubieras advertido, no sé si te hubiera dejado, hermano, que te corrieras en mi boca. Bueno, lo mejor es que nos vistamos ahora. Pueden llegar mamá y papá en cualquier momento. Bueno, hermano, creo que por hoy hemos compartido una maravillosa experiencias juntos. Nos hemos visto desnudos, nos hemos manoseado, y bueno, finalmente te he comido la polla, hermano y me he tragado tu semen. Yo estoy muy contenta, hermano, y no me arrepiento de nada. No te preocupes, no estoy enfadada. -
- Yo también, Paula. Todavía me siento trastornado por lo que ha pasado. Me has comido la polla, hermana, y suena tan chocante. Bueno, hermana, ¿ me la chuparás en alguna otra ocasión ? -
- Ya veremos, hermano. No me lies, eh, que todavía no lo veo claro eso de que te chupe la polla, hermano. Aunque, lo que sí te consentiré es que me veas desnuda y me metas mano, hermano. Me gusta que me manosees toda, hermano. De momento solo eso, eh. No seas tan desvergonzado. Creo que tienes que estar contento. -
- Claro que estoy contento, hermana. -
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