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Teresa

Desde joven la dulce Teresa conoció el placer, empezando a explorar su cuerpo poco a poco fue notando en si misma lo deliciosa que era ella misma. En su ya madures con diecinueve años decide irse a estudiar lejos su idea ademas de una buena carrera era no ser molestada, así que se mudo a un departamento donde sola con su pequeño Bolita su cachorrito se instalo.

los días en la universidad eran tediosos y cansados, y su único anti-estrés era tirarse en su sillón y en plena oscuridad darse a si misma el masaje que mas le gustaba. tendida comenzaba a acariciar sus piernas haciendo gestos que denotaban la pasión que la poseía en ese momento, sin mas pensarlo dirigió sus dedos a su blusa desabrochando uno a uno cada botón fue cediendo dejando al descubierto sus pechos firmes y bien desarrollados, pequeños pero formados perfectamente.

Sus pezones chiquitos y rosaditos empezaban a endurecer al acariciarlos con la punta de sus dedos, la blusa cayo dejando su medio cuerpo desnudo libre y encantado de seducción. su pantalón pequeño y apretado le marcaba cuidadosamente tanto su firme trasero como sus ya calurosos labios vaginales, así que cuidadosamente desabrocha el botón del pantalón y baja lentamente el cierre dejando ver su pequeño hilo color negro.

Por los costados del mismo se notaba la fina y tersa piel perfectamente rasurada y cuidada, bajo sus pantalones dejando que la frescura tocara su ya de por si calientes partes, quedando en su diminuto hilo dejando nada a la imaginación y todo a la tentación. tomando cada extremo de su apretada prenda tira de ellas halando-las de atrás hacia adelante dejando que el firme masaje que esta provoca le estimule su entre pierna que notaba humedad y deseo.

Deliciosos movimientos hacían que sus labios vaginales se estrujaran entre si y su clítoris recibiera el masaje adorado y deseado, sin detenerse notaba el crecimiento en sus labios dejando ver el grado de excitación en cada palpitar de los mismos, bajando cuidadosamente su prenda deja a la vista su tersa y delicada vagina libre de bello y cubierta de su propia humedad deliciosa y tibia que corría por su entre pierna cubriendo su delicado ano y empapando el sillón donde se encontraba.

Teresa, joven y hermosa de ojos color miel, estatura pequeña y figura de diosa disfrutaba explorarse y dejar en sus dedos el jugo de su fruta que posteriormente sin temor lo lame deseando mas placer de si misma, en su figura, la tierna silueta formada por la luz de la lampara forma un espectáculo celestial, donde ella, su pasión y su deseo son protagonistas de explorar su sexual cuerpo y sus mas deseados, húmedos y cálidos orificios del placer.

Mañana sera otro día, mas estudios, ahora, el único estudio es entre ella, sus dedos y la sagrada parte entre sus piernas y glúteos que la vuelven loca y sedienta de placer.

Teresa, 19 años, ama el darse placer a si misma.


Teresa

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