Mire por la ventana y suspire. Ahí estaba mi fantasía erótica hecha realidad.
Mi vecino Miguel.
Estábamos en pleno verano por lo que todos los días salía a pasear a su perro sin camiseta, alegrándome la vista y subiéndome la temperatura.
Si tan solo me atreviera a seducirle…
Me escondí cuando entro en su jardín, para que no me viera babeando por él, y lo escuche hablar por teléfono.
Sabía que debía alejarme de la ventana y darme una ducha fría, pero era incapaz… la curiosidad mato al gato y en este momento, yo era una gatita muy curiosa.
- Nah tío, Sara no me gusta. Tú ya sabes a quien le tengo echado el ojo yo… ya, pero no hay manera. La chica no está interesada.
Vaya tonta, pensé sintiendo una punzada de celos.
- Si joder, Rubén. Irene es perfecta para mí, lo tiene todo.
Irene? Su corazón comenzó a palpitar con fuerza. Su nombre era Irene, pero Miguel jamás había mostrado interés, seguramente hablaba de otra…
- … además, tío, tú mismo la has visto cuando se pone esos bikinis minúsculos… ese culo… joder, me pongo duro nada mas imaginarlo. Ya estoy deseando que salga mi vecinita a tomar el sol… no, no puedes venir.
Su risa profundamente masculina me tenía empapada. Eso, y el saber que me deseaba. A mí!
Pero si él pensaba que no estaba interesada, tocaba mostrarle lo equivocado que estaba. Ahora que sabía que él no la veía como una simple vecina, la cosa era mucho más fácil.
Me coloque el bikini mas minúsculo que tenía y salí a mi jardín. Salude a Miguel con la mano. Él seguía hablando por el móvil, pero había bajado la voz, y no pude oír más de su conversación.
Me senté sobre la tumbona y comencé a echarme crema con movimientos lánguidos y sensuales. Sintiéndome traviesa y atrevida, me quite la parte de arriba y me masajee los pechos con la crema, casi gemí del placer que me estaba dando a mí misma.
Por el rabillo del ojo vi como Miguel entro en su casa. ¿Pero qué…? ¿Lo había escuchado mal? ¿Porque había huido?Dude un segundo antes de decidirme. Me levante y me salte la valla baja que separaba su patio del mío.
- ¿Miguel?
Entre en su casa ya que la puerta estaba abierta y lo vi en su cocina, bebiendo de una botella de agua.
- ¿Acalorado?
Me miro sorprendido y su mirada rápidamente se volvió hambrienta cuando me recorrió el cuerpo entero con sus ojos. Mis pezones endurecidos pedían atención a gritos y parecía que su vista se había quedado fija en ellos. Pasee mi mano por la curva de mis pechos, pellizcando mis pezones con suavidad.
- ¿Me echas crema?
Me mordí los labios mientras con mi otra mano me acaricie la barriga, bajando cada vez más hasta meterla dentro de mi bikini-tanga. Solté un jadeo sin dejar de mirarlo.
- Ire… deberías volver a tu casa.
Le hubiese hecho caso si no fuera porque su voz sonaba ronca, su mirada prometía placer, y sus shorts estaban más que apretados con un muy apreciable bulto.
- ¿Por qué?
Me hice la inocente aunque deseaba quitarme el tanga y mostrarle lo depilada que estaba, a ver si me echaba de su casa de nuevo. Mike cerró los ojos y echo la cabeza hacia atrás.
- Porque si no te vas ahora mismo… Bajo la cabeza para mirarme.
-…te voy a follar como llevo deseando hacer desde hace años.
Gimotee… Joder con Miguel.
Tenía el tanga empapado nada mas imaginar todo lo que podíamos hacer para recuperar el tiempo perdido.
- ¿Y porque no lo has hecho antes? Se acerco a mí, desabrochándose los shorts mientras lo hacía.
- Porque me gusta el control, me gusta fuerte y duro. Y tú, aparte de no tener un pelo de sumisa, eres demasiado delicada para mis gustos.
- ¿Eres un Dominante?
- No exactamente, pero como te he dicho, yo follo duro. Me gusta… jugar.
Me lamí los labios al darme cuenta de que debajo de los shorts no llevaba nada. Su gruesa polla estaba completamente erecta y sentí deseos de arrodillarme y tomarlo en mi boca, saborearlo y volverle loco en el proceso. ¿Y por qué no? pensé.
Me acerque a él y puse mis manos sobre su musculoso pecho. Lamí sus labios y susurre – Pues juguemos…
Metió las manos en mi pelo tirando un poco y pego su boca a la mía. El beso fue intenso, salvaje y enloquecedor. Un duelo de lenguas húmedas que me tenia loca, sin aliento, y deseosa de saber que mas sabría hacer con esa lengua…
Mis pezones se endurecieron aun mas al rozar contra su duro pecho desnudo, y su dura polla presionando contra mi barriga, quemaba.
¡Lo necesitaba dentro de mí ya! Pero antes de eso, tocaba jugar.
Baje por su cuerpo volviéndole loco con mis labios, mi lengua y mis dientes. Un lametazo aquí, un beso allá, un mordisquito suave… su piel era deliciosa. Con mis uñas arañe suavemente sus caderas y su gruñido me dijo que iba por buen camino.
Me arrodillé delante de él y vi el placer reflejado en su mirada. Su pecho subía y bajaba con cada respiración agitada, y una fina capa de sudor comenzaba a formarse sobre su piel, ¡y eso que aun no había empezado!
Con una mano agarre su erección, me encantaba el contraste, estaba tan tan duro, pero a la vez, tan tan suave… con la otra mano acaricie sus pelotas, masajeando sin ejercer demasiada presión. Depilado integral, igual que yo, perfecto.
Mike siseo mi nombre y me encanto el poder del momento. Para ser un hombre que decía que le gustaba el control… lo estaba cediendo muy fácilmente.
Lamí la gotita de semen que salió de la punta de su polla y gemí.
Con solo una gota ya me había hecho adicta a su sabor salado y almizclado. ¡Necesitaba más!Sin poder esperar o jugar más, me lo metí entero en la boca, tarea nada fácil dado el tamaño, pero me sentí más que poderosa al notar como Mike apretaba mas las manos en mi pelo. Echo la cabeza hacia atrás y soltó un gemido ronco.
- Dios Irene, así… sigue así…
Entendido. Sonreí alrededor de su polla y seguí lamiendo y chupando.
Vaya con el señor controlador…
Moví mi mano junto con mi boca, sacándole gruñidos y gemidos y más de ese sabor únicamente suyo. No quería terminar, pero a la vez, quería tragarme todo lo que pudiera darme.
Sin aviso, me levanto del suelo y me beso enloquecido. Su boca bajo a mi cuello y jadee al notar como chupaba mi piel, eso dejaría una marca… Con un rápido movimiento me dio la vuelta. Ahora tenía su pecho contra mi espalda, su polla por encima de mi culo y sus labios de nuevo en mi cuello.
Sus grandes manos cubrieron mis pechos y solté un gemido cuando comenzó a jugar con mis endurecidos pezones.
- Apoya las manos en la mesa.
Su tono autoritario me erizo la piel y rápidamente obedecí. Estaba más que empapada y me humedecí aun mas al notar cómo me acariciaba el culo con su polla. Dios… ¡que me follara ya!
- ¿Estas mojada para mí?Asentí enloquecida aun sin saber si me estaba prestando atención, ya que se había agachado detrás de mí. Sus manos apretaban mis cachetes, dando suaves azotes.
- Joder que culazo nena.
Me bajo el tanga con rapidez, y sin aviso, me penetro con dos dedos.
- Mmmm si que estas mojada. No creo que pueda esperar más…
Saco sus dedos de mi interior haciéndome gimotear. Escuche como rasgaba algo y luego tiro el envoltorio del preservativo sobre la mesa.
Con una fuerte embestida, me penetro.
- ¡Miguel!
Grite su nombre al sentirme completamente llena, el placer volviéndome loca. Jamás había sido así, con nadie.
Esta necesidad, esta intensidad…
Miguel comenzó a moverse con rapidez, agarrando mis caderas con fuerza, sin tan siquiera dejarme un momento para acostumbrarme a su tamaño. Me encantaba. Grite con cada una de sus fuertes embestidas. Me llenaba por completo y su dura polla me acariciaba por dentro, llegando a sitios que jamás había notado. Tarde solo unos minutos en estar a punto, aunque no sabía si era porque había pasado demasiado tiempo desde la última vez, o por ser el. Por ser Miguel. Cuando note que una de sus manos soltaba mi cadera y se posaba ente mis piernas, creí perder la razón, y cuando rozo mi clítoris con la presión justa, estalle.
Grite su nombre una y otra vez al alcanzar mi orgasmo, y detrás de mi, note como Miguel incremento el ritmo, aumentando aun mas mi placer. Bombeo con fuerza tres, cuatro, cinco veces hasta que su cuerpo entero se tenso y grito mi nombre con un ronco gemido.Los dos jadeamos con fuerza, tratando de recuperar el aliento.Vaya con Miguel.
Me beso la espalda mientras salía lentamente de mi interior, haciéndome jadear de nuevo.
- Nena, eres irresistible.Me incorpore y me di la vuelta para mirarle con una sonrisa.
- Lo mismo digo vecino.Tomo posesión de mis labios otra vez, tragándose mis gemidos. Así como así, ya me tenía al límite, deseando más.Se separo de mí con una sonrisa casi felina y me susurro.
-¿Repetimos?
Mi vecino Miguel.
Estábamos en pleno verano por lo que todos los días salía a pasear a su perro sin camiseta, alegrándome la vista y subiéndome la temperatura.
Si tan solo me atreviera a seducirle…
Me escondí cuando entro en su jardín, para que no me viera babeando por él, y lo escuche hablar por teléfono.
Sabía que debía alejarme de la ventana y darme una ducha fría, pero era incapaz… la curiosidad mato al gato y en este momento, yo era una gatita muy curiosa.
- Nah tío, Sara no me gusta. Tú ya sabes a quien le tengo echado el ojo yo… ya, pero no hay manera. La chica no está interesada.
Vaya tonta, pensé sintiendo una punzada de celos.
- Si joder, Rubén. Irene es perfecta para mí, lo tiene todo.
Irene? Su corazón comenzó a palpitar con fuerza. Su nombre era Irene, pero Miguel jamás había mostrado interés, seguramente hablaba de otra…
- … además, tío, tú mismo la has visto cuando se pone esos bikinis minúsculos… ese culo… joder, me pongo duro nada mas imaginarlo. Ya estoy deseando que salga mi vecinita a tomar el sol… no, no puedes venir.
Su risa profundamente masculina me tenía empapada. Eso, y el saber que me deseaba. A mí!
Pero si él pensaba que no estaba interesada, tocaba mostrarle lo equivocado que estaba. Ahora que sabía que él no la veía como una simple vecina, la cosa era mucho más fácil.
Me coloque el bikini mas minúsculo que tenía y salí a mi jardín. Salude a Miguel con la mano. Él seguía hablando por el móvil, pero había bajado la voz, y no pude oír más de su conversación.
Me senté sobre la tumbona y comencé a echarme crema con movimientos lánguidos y sensuales. Sintiéndome traviesa y atrevida, me quite la parte de arriba y me masajee los pechos con la crema, casi gemí del placer que me estaba dando a mí misma.
Por el rabillo del ojo vi como Miguel entro en su casa. ¿Pero qué…? ¿Lo había escuchado mal? ¿Porque había huido?Dude un segundo antes de decidirme. Me levante y me salte la valla baja que separaba su patio del mío.
- ¿Miguel?
Entre en su casa ya que la puerta estaba abierta y lo vi en su cocina, bebiendo de una botella de agua.
- ¿Acalorado?
Me miro sorprendido y su mirada rápidamente se volvió hambrienta cuando me recorrió el cuerpo entero con sus ojos. Mis pezones endurecidos pedían atención a gritos y parecía que su vista se había quedado fija en ellos. Pasee mi mano por la curva de mis pechos, pellizcando mis pezones con suavidad.
- ¿Me echas crema?
Me mordí los labios mientras con mi otra mano me acaricie la barriga, bajando cada vez más hasta meterla dentro de mi bikini-tanga. Solté un jadeo sin dejar de mirarlo.
- Ire… deberías volver a tu casa.
Le hubiese hecho caso si no fuera porque su voz sonaba ronca, su mirada prometía placer, y sus shorts estaban más que apretados con un muy apreciable bulto.
- ¿Por qué?
Me hice la inocente aunque deseaba quitarme el tanga y mostrarle lo depilada que estaba, a ver si me echaba de su casa de nuevo. Mike cerró los ojos y echo la cabeza hacia atrás.
- Porque si no te vas ahora mismo… Bajo la cabeza para mirarme.
-…te voy a follar como llevo deseando hacer desde hace años.
Gimotee… Joder con Miguel.
Tenía el tanga empapado nada mas imaginar todo lo que podíamos hacer para recuperar el tiempo perdido.
- ¿Y porque no lo has hecho antes? Se acerco a mí, desabrochándose los shorts mientras lo hacía.
- Porque me gusta el control, me gusta fuerte y duro. Y tú, aparte de no tener un pelo de sumisa, eres demasiado delicada para mis gustos.
- ¿Eres un Dominante?
- No exactamente, pero como te he dicho, yo follo duro. Me gusta… jugar.
Me lamí los labios al darme cuenta de que debajo de los shorts no llevaba nada. Su gruesa polla estaba completamente erecta y sentí deseos de arrodillarme y tomarlo en mi boca, saborearlo y volverle loco en el proceso. ¿Y por qué no? pensé.
Me acerque a él y puse mis manos sobre su musculoso pecho. Lamí sus labios y susurre – Pues juguemos…
Metió las manos en mi pelo tirando un poco y pego su boca a la mía. El beso fue intenso, salvaje y enloquecedor. Un duelo de lenguas húmedas que me tenia loca, sin aliento, y deseosa de saber que mas sabría hacer con esa lengua…
Mis pezones se endurecieron aun mas al rozar contra su duro pecho desnudo, y su dura polla presionando contra mi barriga, quemaba.
¡Lo necesitaba dentro de mí ya! Pero antes de eso, tocaba jugar.
Baje por su cuerpo volviéndole loco con mis labios, mi lengua y mis dientes. Un lametazo aquí, un beso allá, un mordisquito suave… su piel era deliciosa. Con mis uñas arañe suavemente sus caderas y su gruñido me dijo que iba por buen camino.
Me arrodillé delante de él y vi el placer reflejado en su mirada. Su pecho subía y bajaba con cada respiración agitada, y una fina capa de sudor comenzaba a formarse sobre su piel, ¡y eso que aun no había empezado!
Con una mano agarre su erección, me encantaba el contraste, estaba tan tan duro, pero a la vez, tan tan suave… con la otra mano acaricie sus pelotas, masajeando sin ejercer demasiada presión. Depilado integral, igual que yo, perfecto.
Mike siseo mi nombre y me encanto el poder del momento. Para ser un hombre que decía que le gustaba el control… lo estaba cediendo muy fácilmente.
Lamí la gotita de semen que salió de la punta de su polla y gemí.
Con solo una gota ya me había hecho adicta a su sabor salado y almizclado. ¡Necesitaba más!Sin poder esperar o jugar más, me lo metí entero en la boca, tarea nada fácil dado el tamaño, pero me sentí más que poderosa al notar como Mike apretaba mas las manos en mi pelo. Echo la cabeza hacia atrás y soltó un gemido ronco.
- Dios Irene, así… sigue así…
Entendido. Sonreí alrededor de su polla y seguí lamiendo y chupando.
Vaya con el señor controlador…
Moví mi mano junto con mi boca, sacándole gruñidos y gemidos y más de ese sabor únicamente suyo. No quería terminar, pero a la vez, quería tragarme todo lo que pudiera darme.
Sin aviso, me levanto del suelo y me beso enloquecido. Su boca bajo a mi cuello y jadee al notar como chupaba mi piel, eso dejaría una marca… Con un rápido movimiento me dio la vuelta. Ahora tenía su pecho contra mi espalda, su polla por encima de mi culo y sus labios de nuevo en mi cuello.
Sus grandes manos cubrieron mis pechos y solté un gemido cuando comenzó a jugar con mis endurecidos pezones.
- Apoya las manos en la mesa.
Su tono autoritario me erizo la piel y rápidamente obedecí. Estaba más que empapada y me humedecí aun mas al notar cómo me acariciaba el culo con su polla. Dios… ¡que me follara ya!
- ¿Estas mojada para mí?Asentí enloquecida aun sin saber si me estaba prestando atención, ya que se había agachado detrás de mí. Sus manos apretaban mis cachetes, dando suaves azotes.
- Joder que culazo nena.
Me bajo el tanga con rapidez, y sin aviso, me penetro con dos dedos.
- Mmmm si que estas mojada. No creo que pueda esperar más…
Saco sus dedos de mi interior haciéndome gimotear. Escuche como rasgaba algo y luego tiro el envoltorio del preservativo sobre la mesa.
Con una fuerte embestida, me penetro.
- ¡Miguel!
Grite su nombre al sentirme completamente llena, el placer volviéndome loca. Jamás había sido así, con nadie.
Esta necesidad, esta intensidad…
Miguel comenzó a moverse con rapidez, agarrando mis caderas con fuerza, sin tan siquiera dejarme un momento para acostumbrarme a su tamaño. Me encantaba. Grite con cada una de sus fuertes embestidas. Me llenaba por completo y su dura polla me acariciaba por dentro, llegando a sitios que jamás había notado. Tarde solo unos minutos en estar a punto, aunque no sabía si era porque había pasado demasiado tiempo desde la última vez, o por ser el. Por ser Miguel. Cuando note que una de sus manos soltaba mi cadera y se posaba ente mis piernas, creí perder la razón, y cuando rozo mi clítoris con la presión justa, estalle.
Grite su nombre una y otra vez al alcanzar mi orgasmo, y detrás de mi, note como Miguel incremento el ritmo, aumentando aun mas mi placer. Bombeo con fuerza tres, cuatro, cinco veces hasta que su cuerpo entero se tenso y grito mi nombre con un ronco gemido.Los dos jadeamos con fuerza, tratando de recuperar el aliento.Vaya con Miguel.
Me beso la espalda mientras salía lentamente de mi interior, haciéndome jadear de nuevo.
- Nena, eres irresistible.Me incorpore y me di la vuelta para mirarle con una sonrisa.
- Lo mismo digo vecino.Tomo posesión de mis labios otra vez, tragándose mis gemidos. Así como así, ya me tenía al límite, deseando más.Se separo de mí con una sonrisa casi felina y me susurro.
-¿Repetimos?
5 comentarios - Mi vecino By:Ireee69
Me encanto!
Gracias por compartir