Dicen que cada casa es un mundo y creo que un poco es cierto. Esto que les voy a contar pasó hace mucho tiempo en una noche calurosa de verano y con un poco de malicia y un poco inocencia.
Los veranos en Argentina son cada vez más calurosos y eso a mi me vuelve loca. no aguanto el calor viviendo en un edificio de departamentos. Además mi habitación está al fondo del pasillo, es la última de la casa y el aire no llega tanto hasta acá. Por eso en esa época trato de estar lo más fresca posible. Por suerte tengo una remerita divina que casi no se siente. Es suelta porque pertenecía a mi hermano y cuando se destiñó la dejó de usar. Como me gustaba la decoloré a blanco y me la quedé para dormir. Con una fina sabana, la bombacha y ese improvisado pijama pasaba las noches calurosas deseando una brisa que me alivie.
En una noche estaba muerta de calor y con la boca seca, así que me puse los zapatones para levantarme a tomar agua de la heladera. Ya era la madrugada y solo se veía la luz del baño con la puerta entreabierta que iluminaba un poco el pasillo así que supuse que todos dormían. Me puse en marcha dando pasos cortos y suaves para no despertar a nadie. Mientras calmaba mi sed tomando casi desesperada de la botella miré de reojo y vi la claridad que venía del living. Había una botella de cerveza abierta y estaba la tele prendida pero no había nadie.
Me agaché para agarrar el control remoto y sentí un chirlo fuerte en la cola. Me asusté mucho y se me cayó mi botella de agua, pero cuando me dí vuelta lo vi a mi hermano muerto de risa.
- Tenes el culo duro gorda! me quedó doliendo la mano - se burló agarrándose la palma y como siempre haciendo chistes de mi cola.
- Sos un imbécil casi me matas del susto! - le recriminé
- Ah y vos que te apareces mientras voy al baño así silenciosa a la noche media en bolas?
- me preguntó haciendo una cara rara.
- Nada idiota! vine a tomar agua, aparte te quejas de mi y estás en boxer acá sentado chupando - le contesté con atino.
- Pará gorda no te calentés, tomá un poco de birra - me dijo agarrándome del brazo. Con el calor que tenía no podía decir que no.
Me quedé un rato sentada ahí tomando de la botella como si fueran las 9 de la noche. Mi hermano había puesto un canal de deporte así que no me divertía para nada pero la cerveza fría era muy tentadora en una noche con esa temperatura. No me importaba la tele solo refrescarme.
- Che esa remera no es mía? - parecía recriminarme
- No nene! vos la tiraste porque estaba desteñida y estirada. Ahora es mía - me atajé rápido, de un posible reproche.
- No te la voy a sacar, me pareció, como está casi trasparente ya - Me dijo agarrando apenas de la manga. Era cierto, estaba bastante vieja y desgastada.
- Qué me estás mirando las tetas? - le dije bromeando y los dos nos echamos a reír. Pero cuando me incliné por la risa vi que tenía un poco parada la pija.
Le estaba por cambiar de tema cuando escuche un ruido del pasillo de los cuartos. De la oscuridad se escucho el tono grave de la voz de mi papá
- Nena! Que haces así a esta hora delante de tu hermano! - me grito desde lejos. Justo en ese momento yo tenía la cerveza en la mano y estaba con las piernas estiradas medias de costado sobre la mesita ratona.
No llegué a responder nada que mi padre salió de la sombra y se acerco hasta donde estábamos nosotros, con su pijama a cuadros y sus pantuflas para sacarme de un tirón la cerveza de las manos. Mi hermano miraba callado.
- Me levanté un rato a tomar algo - empecé a explicarle, pero me cortó.
- Si, veo que estas tomando algo. Podrías vestirte para venir a chupar. Ustedes dos se piensan que porque su madre está de viaje pueden hacer lo que quieran - Mientras me miraba de arriba a abajo como si tuviera lencería erótica. Me sentí humillada y me molestó que no tuviera el mismo trato con el vago de mi hermano que era el promotor de toda esa situación.
Me paré y empecé a discutir con él. Le dije que estaba siendo injusto conmigo y le mostré como me había hecho mojar la alfombra cuando me asustó, su hijo. En cuanto me agache para señalarle, lo miro a ver si estaba mirando y su vista estaba fija en mi culo.
Eso me terminó de enojar. Yo no podía estar cómoda porque ellos se calentaban de mirar cualquier mujer que se le vea un poco de piel.
- Pa! Me estás mirando la cola! - le dije totalmente enfurecida. Y automáticamente su cara cambió a un color rojo como si toda la sangre del cuerpo se le hubiera subido al rostro. Mi hermano se asomó por atrás de mi y lo miró aguantándose la risa.
- Mira las cosas que decis! Andate a tu cuarto ahora mismo que eso es por andar chupando! y vos también! - Se trató de cubrir de mis acusaciones que eran innegables. Mi hermano se libró de problemas al irse lo antes posible y así evitó ligar el enojo de mi papá.
- Sabes qué? me voy a quedar acá hasta que termine de tomar esto - lo desafíe yo y le saqué la cerveza. Resignado y tal vez un poco culpable trató de negociar para no perder totalmente autoridad.
- Bueno por lo menos ponete algo, queda mal una señorita vestida así - me pidió ante mi mirada desafiante.
Me paré junto a él dejando la cerveza sobre la mesa. y le dije hablando muy cerca de su boca, casi apunto de tocar sus labios - Esto me voy a poner - y agarre su verga con mi mano haciendo una sonrisa de total superioridad. Antes de que pudiera responder me agache y en un movimiento bajé su pantalón de pijama y me metí su pija un poco flácida en la boca.
Mientras mi padre me trataba de agarrar de los hombros para retirarme en medio de empujones empecé a sentir como crecía una fantástica erección adentro de mi boca. Por más que dijera lo contrario lo estaba empezando a gozar y eso era ya indiscutible. Empecé a succionar más fuerte y sentí como se estremecía de placer. Lo comprobé mirándolo fijamente a los ojos unos segundos después. Se mordía los labios y puso su mano en mi cabeza como muestra de aprobación de la sedienta mamada que le estaba dando. Acomodó bien su verga y empezó a hacer un movimiento para meter y sacarla ya totalmente excitado con mis chupadas.
Dio unos pasos hacia atrás y calló rendido en el sillón grande yo me agaché frente a él y lo masturbaba con las dos manos.
- Por esto no te gusta que ande así? porque te calentas con tu propia nena? - le susurraba mientras pasaba la punta de mi lengua por su ya durisima pija.
- Si mmmm esa boquita mmmm seguí seguí - era lo máximo que podía responderme en pleno éxtasis. Me subí al sillón y le comí la boca a papá. Ya era mío. No iba a poder darme ordenes nunca más después de esto. Metió su mano adentro de mi remera, mientras yo me acomodaba rozando mi culo por su dura y babeada pija para excitarlo más aún. Estaba sentada sobre papá sus dos manos pasaban por adentro de mi remera y agarraban cada una, uno de mis pechos mientras él me besaba la nuca, absolutamente mío. El delicado meneo de mi cola sobre su verga lo volvía loco.
- Este comportamiento si es de una señorita papi? - le dije apenas girando la cabeza y dándole una lamida a su cara desde el cuello hasta la patilla de sus lentes.
- Esto es un sueño... un sueño, vos no podes ser mi nena, que puta sos, como te moves - decía entre dientes en medio de gemidos y una respiración agitada que avisaba algo que estaba esperando.
- Si papi, esta es tu nena, mirame como tomo la leche - y me agache metiéndome su pija en mi boca de nuevo. Estaba inflada y yo no despegaba mis ojos de los suyos. Me agarraba el culo con una mano apretando fuerte y eso me dio una idea. Lo empujé dejándolo acostado y me subí sobre él frotando mi concha contra su cara mientras se la seguía chupando. Papá estaba en el paraíso. Movió como con miedo mi bombacha y empezó a besar mi húmeda entrepierna mientras yo seguía dándole su pete. La estaba pasando realmente bien y sentía en las lamidas que me daba la excitación que le producía estar haciendo un 69 con su joven hija en el living de la casa.
Fue tanta la calentura que pronto empezó a temblar y a apretar los dedos de los pies. Esas señales fueron seguidas por una erupción de leche caliente en mi boca. La acabada desbordando por los labios de su nena fue como si lo hubiera hecho despertar del trance de sexo al que lo había ido llevando de a poco. En ese momento reaccionó que no era un sueño. Que todo era real, que había acabado en la boca de su amada princesa y para completar que tenía mi mojada vagina en su boca. Me empujó para salir como si le hubiera dado electricidad. En ese momento me di vuelta y con la boca chorreando leche, tragué todo y le demostré una diferencia clara:
- Esto es ser puta - y sujetándome la remera continué - y esto es estar cómoda nada más, ahora entendes la diferencia papi?
Solamente atinó a chistarme con el dedo en la boca para que no siguiera hablando y se fue a su cuarto con cara de confusión y un poco de culpa.
Yo me terminé la cerveza, mientras pensaba lo que había pasado recién y después volví callada otra vez a la cama. Pero cuando iba a mitad del pasillo antes de pasar por la puerta de mi papá. Sentí que me tapaban la boca y me abrazaban de atrás agarrándome los dos brazos juntos.
- Que hija de puta sos nena! Vi todo. Ahora veni para
acá - me ordenó mi hermano hablándome en secreto al oído. Me empujó adentro de su cuarto y al cerrar la puerta, golpeó su pija muy parada contra mi nalga y me bajó la tanga hasta llegar a mis zapatones. Mientras sentía esa larga y gruesa pija entrándome en el culo parada con las piernas abiertas y aún con mi boca tapada por su mano, pude apoyar las manos en la pared.
Creo que mi pobre padre, por remordimiento, pensó que estaba imaginando los gemidos reprimidos que se escucharon constantemente en la casa durante la siguiente hora y media.
Los veranos en Argentina son cada vez más calurosos y eso a mi me vuelve loca. no aguanto el calor viviendo en un edificio de departamentos. Además mi habitación está al fondo del pasillo, es la última de la casa y el aire no llega tanto hasta acá. Por eso en esa época trato de estar lo más fresca posible. Por suerte tengo una remerita divina que casi no se siente. Es suelta porque pertenecía a mi hermano y cuando se destiñó la dejó de usar. Como me gustaba la decoloré a blanco y me la quedé para dormir. Con una fina sabana, la bombacha y ese improvisado pijama pasaba las noches calurosas deseando una brisa que me alivie.
En una noche estaba muerta de calor y con la boca seca, así que me puse los zapatones para levantarme a tomar agua de la heladera. Ya era la madrugada y solo se veía la luz del baño con la puerta entreabierta que iluminaba un poco el pasillo así que supuse que todos dormían. Me puse en marcha dando pasos cortos y suaves para no despertar a nadie. Mientras calmaba mi sed tomando casi desesperada de la botella miré de reojo y vi la claridad que venía del living. Había una botella de cerveza abierta y estaba la tele prendida pero no había nadie.
Me agaché para agarrar el control remoto y sentí un chirlo fuerte en la cola. Me asusté mucho y se me cayó mi botella de agua, pero cuando me dí vuelta lo vi a mi hermano muerto de risa.
- Tenes el culo duro gorda! me quedó doliendo la mano - se burló agarrándose la palma y como siempre haciendo chistes de mi cola.
- Sos un imbécil casi me matas del susto! - le recriminé
- Ah y vos que te apareces mientras voy al baño así silenciosa a la noche media en bolas?
- me preguntó haciendo una cara rara.
- Nada idiota! vine a tomar agua, aparte te quejas de mi y estás en boxer acá sentado chupando - le contesté con atino.
- Pará gorda no te calentés, tomá un poco de birra - me dijo agarrándome del brazo. Con el calor que tenía no podía decir que no.
Me quedé un rato sentada ahí tomando de la botella como si fueran las 9 de la noche. Mi hermano había puesto un canal de deporte así que no me divertía para nada pero la cerveza fría era muy tentadora en una noche con esa temperatura. No me importaba la tele solo refrescarme.
- Che esa remera no es mía? - parecía recriminarme
- No nene! vos la tiraste porque estaba desteñida y estirada. Ahora es mía - me atajé rápido, de un posible reproche.
- No te la voy a sacar, me pareció, como está casi trasparente ya - Me dijo agarrando apenas de la manga. Era cierto, estaba bastante vieja y desgastada.
- Qué me estás mirando las tetas? - le dije bromeando y los dos nos echamos a reír. Pero cuando me incliné por la risa vi que tenía un poco parada la pija.
Le estaba por cambiar de tema cuando escuche un ruido del pasillo de los cuartos. De la oscuridad se escucho el tono grave de la voz de mi papá
- Nena! Que haces así a esta hora delante de tu hermano! - me grito desde lejos. Justo en ese momento yo tenía la cerveza en la mano y estaba con las piernas estiradas medias de costado sobre la mesita ratona.
No llegué a responder nada que mi padre salió de la sombra y se acerco hasta donde estábamos nosotros, con su pijama a cuadros y sus pantuflas para sacarme de un tirón la cerveza de las manos. Mi hermano miraba callado.
- Me levanté un rato a tomar algo - empecé a explicarle, pero me cortó.
- Si, veo que estas tomando algo. Podrías vestirte para venir a chupar. Ustedes dos se piensan que porque su madre está de viaje pueden hacer lo que quieran - Mientras me miraba de arriba a abajo como si tuviera lencería erótica. Me sentí humillada y me molestó que no tuviera el mismo trato con el vago de mi hermano que era el promotor de toda esa situación.
Me paré y empecé a discutir con él. Le dije que estaba siendo injusto conmigo y le mostré como me había hecho mojar la alfombra cuando me asustó, su hijo. En cuanto me agache para señalarle, lo miro a ver si estaba mirando y su vista estaba fija en mi culo.
Eso me terminó de enojar. Yo no podía estar cómoda porque ellos se calentaban de mirar cualquier mujer que se le vea un poco de piel.
- Pa! Me estás mirando la cola! - le dije totalmente enfurecida. Y automáticamente su cara cambió a un color rojo como si toda la sangre del cuerpo se le hubiera subido al rostro. Mi hermano se asomó por atrás de mi y lo miró aguantándose la risa.
- Mira las cosas que decis! Andate a tu cuarto ahora mismo que eso es por andar chupando! y vos también! - Se trató de cubrir de mis acusaciones que eran innegables. Mi hermano se libró de problemas al irse lo antes posible y así evitó ligar el enojo de mi papá.
- Sabes qué? me voy a quedar acá hasta que termine de tomar esto - lo desafíe yo y le saqué la cerveza. Resignado y tal vez un poco culpable trató de negociar para no perder totalmente autoridad.
- Bueno por lo menos ponete algo, queda mal una señorita vestida así - me pidió ante mi mirada desafiante.
Me paré junto a él dejando la cerveza sobre la mesa. y le dije hablando muy cerca de su boca, casi apunto de tocar sus labios - Esto me voy a poner - y agarre su verga con mi mano haciendo una sonrisa de total superioridad. Antes de que pudiera responder me agache y en un movimiento bajé su pantalón de pijama y me metí su pija un poco flácida en la boca.
Mientras mi padre me trataba de agarrar de los hombros para retirarme en medio de empujones empecé a sentir como crecía una fantástica erección adentro de mi boca. Por más que dijera lo contrario lo estaba empezando a gozar y eso era ya indiscutible. Empecé a succionar más fuerte y sentí como se estremecía de placer. Lo comprobé mirándolo fijamente a los ojos unos segundos después. Se mordía los labios y puso su mano en mi cabeza como muestra de aprobación de la sedienta mamada que le estaba dando. Acomodó bien su verga y empezó a hacer un movimiento para meter y sacarla ya totalmente excitado con mis chupadas.
Dio unos pasos hacia atrás y calló rendido en el sillón grande yo me agaché frente a él y lo masturbaba con las dos manos.
- Por esto no te gusta que ande así? porque te calentas con tu propia nena? - le susurraba mientras pasaba la punta de mi lengua por su ya durisima pija.
- Si mmmm esa boquita mmmm seguí seguí - era lo máximo que podía responderme en pleno éxtasis. Me subí al sillón y le comí la boca a papá. Ya era mío. No iba a poder darme ordenes nunca más después de esto. Metió su mano adentro de mi remera, mientras yo me acomodaba rozando mi culo por su dura y babeada pija para excitarlo más aún. Estaba sentada sobre papá sus dos manos pasaban por adentro de mi remera y agarraban cada una, uno de mis pechos mientras él me besaba la nuca, absolutamente mío. El delicado meneo de mi cola sobre su verga lo volvía loco.
- Este comportamiento si es de una señorita papi? - le dije apenas girando la cabeza y dándole una lamida a su cara desde el cuello hasta la patilla de sus lentes.
- Esto es un sueño... un sueño, vos no podes ser mi nena, que puta sos, como te moves - decía entre dientes en medio de gemidos y una respiración agitada que avisaba algo que estaba esperando.
- Si papi, esta es tu nena, mirame como tomo la leche - y me agache metiéndome su pija en mi boca de nuevo. Estaba inflada y yo no despegaba mis ojos de los suyos. Me agarraba el culo con una mano apretando fuerte y eso me dio una idea. Lo empujé dejándolo acostado y me subí sobre él frotando mi concha contra su cara mientras se la seguía chupando. Papá estaba en el paraíso. Movió como con miedo mi bombacha y empezó a besar mi húmeda entrepierna mientras yo seguía dándole su pete. La estaba pasando realmente bien y sentía en las lamidas que me daba la excitación que le producía estar haciendo un 69 con su joven hija en el living de la casa.
Fue tanta la calentura que pronto empezó a temblar y a apretar los dedos de los pies. Esas señales fueron seguidas por una erupción de leche caliente en mi boca. La acabada desbordando por los labios de su nena fue como si lo hubiera hecho despertar del trance de sexo al que lo había ido llevando de a poco. En ese momento reaccionó que no era un sueño. Que todo era real, que había acabado en la boca de su amada princesa y para completar que tenía mi mojada vagina en su boca. Me empujó para salir como si le hubiera dado electricidad. En ese momento me di vuelta y con la boca chorreando leche, tragué todo y le demostré una diferencia clara:
- Esto es ser puta - y sujetándome la remera continué - y esto es estar cómoda nada más, ahora entendes la diferencia papi?
Solamente atinó a chistarme con el dedo en la boca para que no siguiera hablando y se fue a su cuarto con cara de confusión y un poco de culpa.
Yo me terminé la cerveza, mientras pensaba lo que había pasado recién y después volví callada otra vez a la cama. Pero cuando iba a mitad del pasillo antes de pasar por la puerta de mi papá. Sentí que me tapaban la boca y me abrazaban de atrás agarrándome los dos brazos juntos.
- Que hija de puta sos nena! Vi todo. Ahora veni para
acá - me ordenó mi hermano hablándome en secreto al oído. Me empujó adentro de su cuarto y al cerrar la puerta, golpeó su pija muy parada contra mi nalga y me bajó la tanga hasta llegar a mis zapatones. Mientras sentía esa larga y gruesa pija entrándome en el culo parada con las piernas abiertas y aún con mi boca tapada por su mano, pude apoyar las manos en la pared.
Creo que mi pobre padre, por remordimiento, pensó que estaba imaginando los gemidos reprimidos que se escucharon constantemente en la casa durante la siguiente hora y media.
21 comentarios - El calor del hogar
😘
Pd: mi favorito Consejo de hermana te imaginé completar en ese relato
😘
besitos 😘