A petición de mi sobrino, decidí escribir estos relatos; los cuales narraran algunas de mis experiencias sexuales con él y otros hombre, mujeres e integrantes de mi familia… espero lo gocen y disfruten…
Hola, mi nombre es Georgina, pero todos en casa me llaman Geo, mi edad no importa. Soy una mujer mayor que volvió a disfrutar del sexo a partir de que uno de mis sobrinos llego a quedarse en casa, pero primero lo primero; hacía muchos años había quedado sola a cargo de mis tres hijas ya que mi marido falleció a causa de un paro cardiaco. Desde entonces mi vida se centró en criar a mis hijas y trabajar, mudándome a la casa de mis padres en el distrito federal, capital de la república mexicana.
Mi vida sexual se limitaba a un dildo de metal y mis propios dedos, muchos compañeros de trabajo y hasta mis jefes me rondaban como buitres, debido a que siempre he sido delgada y con caderas grandes, mis pechos son medianos y un poco caídos por la labor de amamantar a mis tres hijas, mis nalgas son grandes y paradas mi tés es blanca, tengo ojos color verde aceituna, labios delgados, nariz recta y respingada, cara larga y cabello castaño obscuro, el cual siempre lo he usado corto, pero nunca me había preocupado el tener a algún hombre a mi lado para satisfacer mis necesidades de mujer.
Ahora déjenme contarles un poco sobre el hombre que me devolvió esas ganas de tener sexo y disfrutar cada encuentro con él y con otros hombres. Mi sobrino Fabio es hijo de la hermana de mi fallecido esposo, desde muy pequeño me miraba con ojos de deseo y eso me hacía sentir un poco incomoda pero a la vez deseada y muy sexy, debo confesar que en muchas ocasiones sus miradas me pusieron muy cachonda y con ganas de tener sexo con el pero era solo un niño de 15 años. Aunque nunca me insinuó nada o me propuso algo más halla. Todo comenzó un sábado, mi hija mayor Montserrat y yo paseábamos por una plaza comercial de la ciudad de México, cuando de repente volví a ver a aquel niño hecho un hombre en ese entonces con 23 años a cuestas, el comía solo en una mesa; así que le pedí a Montse que nos acercáramos a saludarlo.
- Fabio… eres tu… corazón?-dije para llamar su atención-
Él se levantó de inmediato de la silla y con una gran sonrisa en los labios dijo.
- Tía Geo, como estas… que gusto verte, hace tanto que no sabía de ti…
Acto seguido saludo a mi hija y nos invitó a sentarnos con él. Comenzamos a hablar de todo y de todos, los integrantes de la familia de mi esposo, hasta llegar al motivo por el cual estaba en sábado comiendo en aquella plaza comercial.
- Y que haces aquí en sábado, corazón?-pregunte-
- Pues estoy realizando mis prácticas profesionales tía, en un corporativo de un banco por aquí cerca, y vine a comer algo para luego regresar…-respondió el-
- Y vienes todos los días?-pregunte de nuevo-
- No, tía solo los fines de semana, llego los viernes a mediodía y regreso a Toluca el domingo por la tarde noche…-respondió-
- Y en donde te quedas, en hotel o como le haces?-pregunte-
- Pues estamos rentando un departamento con varios compañeros de la escuela tía, pero la renta es cara y está muy lejos de la oficina, así que estamos en la búsqueda de algo mejor…-respondió el, con incomodidad-
Mi hija Montse, me miro y dijo.
- Y porque no vienes a quedarte a la casa, está el cuarto de visitas, así no pagarías renta y estarías un poco más cerca de tu trabajo… primo
- Si, corazón, para que te ahorres unos pesos y así nos haces compañía los fines de semana, bueno me haces compañía porque estas niñas me dejan sola casi todo el fin de semana-dije, gustosa-
Fabio, mi sobrino acepto gustoso la invitación, aclarando que le diéramos un fin de semana más para hablar las cosas con sus compañeros, así que le dimos el número telefónico de la casa y las dos nos levantamos de la mesa, nos despedimos con un beso y al sentir sus labios tocar mi mejilla recordé las miradas que me hacían sentir deseada.
Al comenzar a caminar mire de reojo a Fabio y su mirada se clavaba en mis nalgas, así que como toda mujer al sentirse deseada las moví más, hasta perderlo de vista.
El siguiente fin de semana me dedique a preparar la habitación de visitas, y no dejaba de pensar en si mi sobrino me desearía como cuando era niño. Por fin llego el día en que Fabio llegaría a casa, el teléfono sonó como a las 19:00 hrs. Mi hija Ximena respondió y con una exclamación de júbilo dijo.
- Primo fabo… como estas… soy Xime.
Los dos hablaron por unos minutos y después Ximena, me comunico con él, mi sobrino me comento que llegaría un poco tarde ese día alrededor de las 21:00 hrs, a lo cual respondí que no había problema, le proporcione la dirección de la casa y colgué el teléfono.
El reloj marcaba las 20:35 y yo me sentía ansiosa, Suabia y bajaba las escaleras, entraba a la habitación que sería la de mi sobrino y revisaba una y otra vez las cosas, me miraba en el espejo y me acomodaba las bubis y checaba que mi trasero luciera espectacular, parada frente al espejo, mi vos interior dijo.
- Georgina, que haces… porque tantos nervios y ansiedad, es solo un hombre más...
- Si pero ese hombre me deseaba cuando pequeño, seguirá deseándome?...-le conteste a esa voz interior-
- Pues averígualo…-respondió, la misma voz-
- Y luego que… me entrego a él o qué hago?...-le respondí-
El sonido de timbre interrumpió aquella charla con mi conciencia, escuche que la puerta se abría y minutos después la voz de Fabio se escuchaba en la sala junto con las de mis hijas. Tome una gran bocanada de aire y baje las escaleras, la mirada de mi sobrino se clavó en mi cuando bajaba y dijo.
- Guapa como siempre la tía…
Aquello me hizo sentir un poco avergonzada, puesto que mis hijas estaban ahí pero por otro lado supe que el comentario llevaba intenciones que cumplieron su cometido.
- Gracias corazón, tu siempre tan galante…-respondí-
Acercándome a él para saludarlo y besarlo en la mejilla, sus manos me alcanzaron y me envolvieron en un abrazo suave y cálido, sus manos frotaban mi espalda y yo me deje querer por aquel muchacho.
- Las extrañe a todas muchachas…-dijo Fabio refiriéndose a nosotras-
Estando rodeada por sus brazos note que había embarnecido un poco, trataba de que mis senos se embarraran en su pecho fuerte y masculino. Después de unos segundos el me soltó y todos caminamos a la sala. Como era viernes, yo estaba vestida con el pantalón de un traje sastre y una blusa color blanco, al sentarme en el sofá, cruce las piernas y colocándome un poco de lado, de inmediato los ojos de mi sobrino fueron directamente a mis piernas y trasero.
Charlamos por casi una hora y media, teníamos que ponernos al día en asuntos familiares, mis hijas le mostraron su habitación a mi sobrino. Y todos fuimos a dormir. Entrada la madrugada me despertaron unos ruidos en la cocina, así que me levante y con un poco de miedo baje para ver qué pasaba.
Mire que solo una luz tenue iluminaba la cocina, al entrar mire a mi sobrino con parado frente al refrigerador mientras guardaba un envase de leche, su espalda estaba desnuda, finalmente cerró la puerta del refrigerador y toda la iluminación de la cocina se desvaneció, quedando completamente a obscuras.
- Muchacho, que susto me pegaste…-dije para advertir mi presencia-
- Tía, donde estas no veo nada… respondió mi sobrino-
- Perdón si te espante pero tenía sed… y baje por algo de leche. –volvió a decir Fabio-
Al encender la luz, mi sobrino estaba casi frente a mí, me tome unos segundos para observarlo, mis ojos no creían lo que veían, su torso era muy masculino y tonificado; mis manos por unos segundos quisieron tocarlo y acariciarlo mientras mis labios deseaban reposar en los suyos.
- Tía, estas bien?-pregunto mi sobrino, interrumpiendo mi fantasía-
No pude hablar y solo asentí con la cabeza, él se encogió de hombros y me beso la mejilla dándome las buenas noches. Yo camine hasta la mesa del desayunador y sujetándome del borde suspire en silencio, mientras sentía los ojos de mi sobrino en la espalda. Al voltear mire que estaba parado al principio de la escalera mirándome fijamente. Después de unos segundos el subió, mientras mis ojos se deleitaban con el movimiento de su trasero firme y bien formado.
A la mañana siguiente mientras mis hijas y yo preparábamos el desayuno Fabio bajo enfundado en una camiseta color naranja muy ceñida a su cuerpo, unos blue jeans y zapatos tenis. Mis hijas de inmediato alardearon sobre el buen cuerpo de su primo.
- Primooo!!... tas bueno…-dijo Ximena-
- Xime!!... –dije tratando de disimular el comentario de mi hija-
- Que ma, a poco no está buenote el primo?-respondió Ximena-
- Vas al gym, primo?- pregunto Connie-
- Si coni, tal vez no te acuerdes pero desde niño entreno judo…-contesto Fabio-
- Bueno ya se calman las tres… -dije enérgica y muy celosa-
Todas me miraron con cara de –y a esta que le pasa- nos sentamos a desayunar y Fabio se dio cuenta de mi molestia antes los comentarios de las niñas.
- Tía, quieres que traiga algo de cenar cuando regrese?-preguntó Fabio, tratando de sacarme del enojo-
- Pues si quieres amor, pero solo seria para ti y para mí porque estas niñas se van con los novios y amigas o no?-respondí preguntando-
- Aja, nos vamos al antro primo, quieres ir?-dijo Montse-
- Todo depende de la hora en que salga, mon…-respondió mi sobrino-
El termino su desayuno y se despidió de las niñas, cuando se acercó a mí para darme el beso en la mejilla, mi mano se posó sobre su pecho y dejo una leve caricia en él. Fabio lo noto y me miro distinto, salió a trabajar y yo me quede en casa con las niñas.
El día se me hizo eterno y la tarde aún peor, al fin el sol se puso y la ansiedad aumentaba, sabía que si mi sobrino no salía con las niñas, se quedaría en casa conmigo, y ahí lo decidí aprovecharía esa noche para intentar seducirlo, las niñas comenzaron a arreglarse y salieron de casa a eso de las 21:30, yo entre en la regadera justo cuando ellas salieron y me di un baño cálido y relajante, mientras lavaba cada parte de mi cuerpo, aproveche para masturbarme usando mis manos, logrando llegar al orgasmo. Salí del baño como a las 22:00, y me vestí con lago ligero, tome un pants negro y una camiseta con cuello en v del mismo color, un brasier y panty color blanco de algodón. Termine de vestirme y me mire en el espejo, aquel pants resaltaba mis nalgas grandes mientras que la camiseta se pegaba a mis senos, me deje el cabello húmedo y me coloque unas sandalias.
Baje a la cocina y en ese momento entro mi sobrino, sus ojos me recorrieron de abajo a arriba. Y con voz entre cortada dijo.
- Buenas noches, señora pidió pizza?
Aquello parecía como si quisiera iniciar un juego de roll, pero hasta ese momento no me gustaba mucho esa idea.
- Ja ja ja ja, chamaco… anda comamos antes de que se enfrié…-respondí-
Los dos nos sentamos a la mesa y hablamos mientras comíamos la pizza, los ojos de Fabio no se despegaban de la separación de mis senos, la cual se mostraba por debajo de la camiseta, terminamos la cena y Fabio subió a dejar su mochila en su habitación, yo me dirigí al estudio para comenzar a calificar exámenes, después de un momento de estar en el tedio de aquella labor mi sobrino toco la puerta y dijo.
- Tía puedo preguntarte algo?
- Claro amor, dime?-respondí de inmediato sin voltear a verlo-
- Tienes novio, o algún amante?-dijo Fabio-
Gire la silla para verlo a las cara y respondí.
- Porque la pregunta, amor?
- Pues me imagino que una mujer tan guapa como tú, no estaría sola y solo quería saber si debo salir a caminar y darte un tiempo para ti…-dijo, mirándome fijamente-
Aquello fue como la chispa que encendió la llama.
- No corazón, no tengo a nadie… desde hace años…-respondí, tratando de llamar su atención-
- Mmm, así que no… ya sabes no tienes… ya sabes…-decía vacilando Fabio-
- Sexo?... nooo amor -respondí-
- Y entonces como le haces… o como le has hecho todos estos años…-pregunto mi sobrino-
- Puessss… no te imaginas… amor…-respondí pícaramente-
- Pero esto ya subió mucho de tono… y… haber porque tantas preguntas-dije-
- Puesss… la verdad tía, te deseo desde hace mucho, y sé que tal vez este mal, pero me encantas desde que era un niño…-respondió mi sobrino-
El silencio envolvió la habitación y los dos nos miramos por unos momentos. Su cara era la de un hombre excitado y asustado, decidí jugar un poco con él; aunque en el fondo quería desnudarme y hacerlo ahí mismo.
- Jaja, si recuerdo muy bien tus miradas cuando niño, Fabio… si tú me prometes que no dirás nada a nadie te dejo ver como lo hago yo sola…-dije ya perdida en la lujuria-
- Es una promesa… tía… nada a nadie…-respondió casi babeando-
- Muy bien espera aquí… no tardo-dije y Salí del estudio-
Subí las escaleras y el corazón quería salirse de mi pecho, deseaba masturbarme frente a mí sobrino, y ya después vería que pasaba… pero por lo pronto quería llevarlo hasta el límite mirándome. Entre a mi habitación y tome el pequeño dildo de metal y un tubo de lubricante vaginal, baje de nuevo y tomando aire entre de nuevo al estudio.
Fabio se frotaba las manos y caminaba de un lado para otro. Al verlo dije.
- Siéntate en la silla, corazón…
El tomo la silla y se sentó yo me dirigí al borde del escritorio y deje el dildo y el tubo sobre él, mire a mi sobrino y su respiración era agitada.
- Amor, te gusta mi cuerpo…?-pregunte-
- Si tía… me encanta…-respondió entre jadeos-
- Bien amor, quiero que me prometas que no me tocaras y solo miraras ok…-dije con voz cariñosa-
- Aja… entendido tía Geo…-respondió al borde del colapso-
El aire de la habitación era de total éxtasis, los ojos de mi sobrino no perdían detalle de mi cuerpo y sus manos frotaban sus muslos, en señal de nerviosismo.
Comencé a tocarme por encima de la ropa, mas manos jugaban con mis senos, Fabio no perdía detalle alguno, su respiración se agitaba más y más, una de mis manos bajo recorriendo mi abdomen hasta llegar a mi pubis, suavemente lo acariciaba por encima del pants. Mi sobrino seguía frotándose los muslos y su boca se abría deseosa de tomar mis senos o mi vagina.
- Tía, puedo masturbarme mientras te miro…-dijo jadeando mi sobrino-
- Puedes tocarte, pero solo eso…-respondí dando una orden-
Fabio, obedeció y solo frotaba su bulto por encima de los pantalones, al verlo parecía un cachorro siendo adiestrado por su entrenadora. La idea perversa de dominarlo era cada vez más fuerte, ya que durante todos mis años de matrimonio yo fui la dominada.
Con cada roce de mi mano, mi vagina se humedecía cada vez más, después de unos momentos de tocarme por encima de la ropa, mi mano dejo mi pubis y tomando mi camiseta con las dos manos, la saque por encima de mi cabeza, era la primera vez que dejaba que un hombre me viera en ropa interior desde que mi marido no estaba conmigo.
- Te gusto? Corazón…-pregunte-
- Aja… me encantas, tía… sigue por favor-respondió Fabio con desesperación-
Suavemente amasaba mis senos por encima del brasier, con cada movimiento que mis manos daban a mis bubis, Fabio se estremecía deseoso de ser el quien los tuviera en las manos. De pronto sus ojos dejaron de mirar como mis manos frotaban mis bubis, para clavarlos en los míos, eso me excito aún más, por lo que me despoje del brasier; dejando que mis senos quedaran a merced de sus ojos por completo.
- Mmm, tía… que ricos quisiera comértelos…-dijo entre jadeos mi sobrino-
Lentamente me di vuelta quedando de espaldas a él y comencé a tomar el elástico de los pants con las manos, dejando ver un poco de mi panty blanca.
- Nffff, nfff, nfff, nfff, tía… estas hermosa…-decía casi bufando como un toro-
Lentamente deslice los pants hasta mis muslos, dejando que mis nalgas quedaran al descubierto, lentamente me incline sobre el escritorio y para el culo; dejando todo el espectáculo a los ojos de mis sobrino. Fabio hizo el intento de levantarse de la silla, así que con voz firme y volteando la cara dije.
- Quieto ahí… prometiste que solo mirarías…
Fabio tragaba saliva y con las manos temblorosas por el deseo de tocarme volvió a sentarse en la silla. Ver como mi sobrino temblaba producto del deseo de poseer a su tía, me hizo llegar al éxtasis total, por un momento quise decirle que me tomara ahí mismo pero esta vez no sería así, estaba decidía a que suplicara poder tocarme o penetrarme. Termine de bajar los pants y los zafe por debajo de mis pies, despojándome de las sandalias al mismo tiempo; volví a ponerme de frente a Fabio, tome a mi pequeño amigo de metal y lentamente lo paseaba por mis senos, la temperatura de mi amiguito era muy baja, lo que provoco que mis pezones se levantaran y se pusieran duros lo que causo que mi sobrino se desparramara encima de la silla y frotara con más fuerza su ya enorme bulto, deslice el dildo por debajo de mis pantis hasta alcanzar mi clítoris, con cada roce de aquel artefacto mis gemidos iban en aumento.
- Mmm, ouuuu!!... te gusta cómo se masturba tu tía corazón?-pregunté gimiendo-
- Si, si, sigue no pares tía…-respondió al borde del colapso mi sobrino-
Saque el dildo de mis pantis y me despoje de ellas, para dejar que mi cuerpo desnudo fuera admirado por mi sobrino, al terminar de retirar las pantis de mis piernas mire a Fabio, quien con la boca abierta contemplaba mi sexo cubierto solo con un triángulo de vello púbico, su lengua se paseaba por sus labios deseosa de introducirse en mi vagina, mientras sus manos frotaban su gran bulto.
- Ábrete los pantalones amor, y solo bájalos un poco para que estés más cómodo…-dije con un poco de compasión, mirando ese enorme bulto atrapado en sus pantalones-
Sin perder tiempo, Fabio se bajó los jeans y su calzón de lycra marcaba aún más aquel buen bulto que más tarde admiraría en todo su esplendor. Subí mi cadera lentamente sobre el escritorio y lubrique un poco el dildo, abrí por completo las piernas para que mi sobrino admirara mi vagina, lentamente comencé a pasarlo por encima de mi sexo empapado, hasta que no pude resistir tanto placer y colocándolo en mi canal lo clave de a poco en ella, provocando gemidos de ambas partes.
- Mmmm… tía… así despacio… no quiero perder detalle…-jadeaba y decía mi sobrino-
- Ou, ou, ou, mm, mm, mm, te gusta amor, te gusta cómo se hunde en mi… -decía yo mientras miraba la cara de mi sobrino, llenarse de placer-
Una vez que mis paredes vaginales de abrieron y estuve lista comencé a meter y sacar lentamente a mi amigo de dentro de mi sexo totalmente empapado de jugos femeninos, llevada por el placer por momentos me olvide que mi sobrino estaba ahí, cerré los ojos y sentía como mi mano clavaba aquel pedazo de metal en mí, imaginando como seria sentir el pedazo de pene que se mostraba por debajo de los calzones de mi sobrino.
- Te gusta, corazón, te gusta ver a tu tía hacerse cosas sucias…-jamás había hablado así ni cuando estuve casada, no había duda, estaba ebria de lujuria y deseo-
- Si tía, sigue, sigue… mmm, mm, mm, mm, así, así tía, se ve riquísimo como se te clava en tu panocha…-dijo Fabio-
Panocha?... aquella palabra lejos de molestarme me encanto, y encendió mas, mi mano se volvió loca y me penetraba fuertemente.
- Aa, aa, aa, aa, aa, aa, aa, aa, aa, aa, aa, uyy… sobrino que rico… dime que me deseas… dime que quieres ser mío…-decía envuelta en el frenesí del momento-
- Si, tía quiero ser tuyo, quiero cogerte , quiero chuparte, te deseo tanto…-respondió Fabio-
Cogerte, chuparte… eran palabras que para mí eran totalmente ajenas, ni mi marido en sus más locas fantasía las decía, pero me estaban gustando…
No paso mucho tiempo antes de que mi vagina comenzara a lanzar señales de un inminente orgasmo, por lo que volví a colocarme de espaldas a mi sobrino para estar más cómoda y que el disfrutara del derramamiento de mis jugos.
- Amor estas atento, casi termino…-dije-
- Aja, tía quiero ver como terminas…-respondió-
Seguí masturbándome brutalmente hasta que yo resistiendo más mi sexo se derramo, chorreando todos mis muslos, me deje caer sobre el escritorio para dejar que el placer me inundara, por unos momentos y víctima de aquella oleada de placer me olvide de todo.
- Aaaaaa!!... amor… aaaaa!!... ya, ya… uuuuuuummmm!!... –gemía de placer, mientras mis fluidos se regaban por mis piernas-
Al pasar aquel oleaje de placer, y recuperar un poco el aliento, lentamente me incorpore y di vuelta para ver que mi sobrino se había derramado también y una gran mancha se mostraba en su calzón.
- Cariño… también terminarte…?-dije entre jadeos y mirando su bulto ya reducido en tamaño-
- Si tía, perdón…-respondió-
- Tranquilo… ven vamos a que te limpies…-extendí mi mano para tomar la de el-
Yo totalmente desnuda y el con los pantalones a media asta, subimos al cuarto de baño. Al entrar pregunte.
- Quien se baña primero…?
Fabio se encogió de hombros y respondió.
- Pues bañémonos juntos tía…
Sabía que quería penetrarme en la regadera pero eso no iba a suceder, al menos no esa noche.
- No amor, tenemos un trato solo miramos… ok… así que quítate la ropa, vas primero-dije-
Fabio se comenzó a desnudar, y por primera vez desde la muerte de mi marido, vi a un hombre hacerlo frente a mí. Su cuerpo era muy hermoso, su pecho y abdomen marcado, sus brazos y piernas delgadas pero bien formadas, cuando llego el momento de mostrarme su sexo, Fabio hizo una pausa y dijo.
- Tía, no te vayas a reír ok…
- Reírme de que?... hay mi amor sabes cuantas veces vi a tu tío en pelotas… ya nada me espanta anda apúrate… que hace frio
Tome una bata para ponérmela en cima, cuando di la vuelta para mirar de nuevo a Fabio, este ya estaba totalmente desnudo, su pene era grande y flácido, pero no circuncidado, ahora entendía lo que había dicho antes. Me senté en la tapa del W.C. y le pedí que entrara a la regadera mientras se bañaba admiraba todo su cuerpo húmedo por el chorro de agua que caía sobre él, sus nalgas perfectas y cubiertas de jabón, estando ahí contemplándolo y sin tener control de mis actos dije.
- Mastúrbate papi… quiero ver ese pene duro y grande…
El me miro por unos segundos y tomando su flácido pene comenzó a sacudirlo con la mano.
- No lo sacudas, amor jálatelo…-dije-
Jálatelo? No podía creer que yo estuviera diciendo aquellas palabras, pero era totalmente producto de la lujuria que me hacía sentir aquel joven desnudo. Fabio tomo su pene con la mano derecha y comenzó a masturbarse frente a mí, poco a poco aquel flácido miembro se volvió un gran y suculento pene, cubierto en todo momento por un pellejo que no dejaba ver su buena cabeza. El mirar como mi sobrino masturbaba su pene provoco que mis manos abrieran mi bata de baño y comenzaran a tocarme de nuevo los senos y mi sexo.
- Amor, que rico pene tienes, esa grande se ve sabroso…-dije, fuera de total control-
- Pues es y será tuyo cuando lo quieras tía…-respondió, Fabio haciendo la clara invitación al sexo-
- Hoy solo quiero verte como te vienes, amor… quiero ver tu semen salir corazón…-dije, envuelta en deseo y placer-
Fabio y yo seguimos masturbándonos por un largo rato, hasta que su cara de mi sobrino comenzó a gesticular sabía que la eyaculación estaba a punto de llegar, así que me puse de pie y dije.
- Cariño, quiero que trates de terminar en tu mano ok…
Fabio obedeció y sin soltar su pene termino en su mano, la cual quedo cubierta de semen espeso y blanco.
- Tía… umm!!... que rico… todo o hice pensando en tu panocha y tus chichis…-dijo mi sobrino jadeante y casi sin aliento-
Y de nuevo, panocha y chichis… mmm eso me encendía, nadie me había hablado así y me gustaba.
Con uno de mis dedos tome un poco de su semen y lo lleve hasta mi boca, lentamente saque mi lengua y probé aquel néctar masculino.
- Mmm, sabe rico… el de tu tío sabia agrio…-dije-
- Pues prueba mas… tía… acábatelo todo…-dijo Fabio, invitándome a darle sexo oral-
Pero no hice caso al comentario, acto seguido se enjuago la mano y le pedí que se fuera, el extrañado tomo sus cosas y salió del baño. Yo me quede ahí dándome un buen baño y por tercera vez en la noche llegue al orgasmo ya que mis dedos me dieron una buena cogida como decía mi sobrino.
La noche término hay, los dos fuimos a dormir… a la mañana siguiente encontré una nota que Fabio había deslizado por debajo de la puerta de mi habitación antes de irse.
- Tía, gracias por los momentos que pasamos anoche, te quiero… espero que no te hayas molestado por nada. Cuídate nos vemos el próximo fin de semana…
Continuara…
Hola, mi nombre es Georgina, pero todos en casa me llaman Geo, mi edad no importa. Soy una mujer mayor que volvió a disfrutar del sexo a partir de que uno de mis sobrinos llego a quedarse en casa, pero primero lo primero; hacía muchos años había quedado sola a cargo de mis tres hijas ya que mi marido falleció a causa de un paro cardiaco. Desde entonces mi vida se centró en criar a mis hijas y trabajar, mudándome a la casa de mis padres en el distrito federal, capital de la república mexicana.
Mi vida sexual se limitaba a un dildo de metal y mis propios dedos, muchos compañeros de trabajo y hasta mis jefes me rondaban como buitres, debido a que siempre he sido delgada y con caderas grandes, mis pechos son medianos y un poco caídos por la labor de amamantar a mis tres hijas, mis nalgas son grandes y paradas mi tés es blanca, tengo ojos color verde aceituna, labios delgados, nariz recta y respingada, cara larga y cabello castaño obscuro, el cual siempre lo he usado corto, pero nunca me había preocupado el tener a algún hombre a mi lado para satisfacer mis necesidades de mujer.
Ahora déjenme contarles un poco sobre el hombre que me devolvió esas ganas de tener sexo y disfrutar cada encuentro con él y con otros hombres. Mi sobrino Fabio es hijo de la hermana de mi fallecido esposo, desde muy pequeño me miraba con ojos de deseo y eso me hacía sentir un poco incomoda pero a la vez deseada y muy sexy, debo confesar que en muchas ocasiones sus miradas me pusieron muy cachonda y con ganas de tener sexo con el pero era solo un niño de 15 años. Aunque nunca me insinuó nada o me propuso algo más halla. Todo comenzó un sábado, mi hija mayor Montserrat y yo paseábamos por una plaza comercial de la ciudad de México, cuando de repente volví a ver a aquel niño hecho un hombre en ese entonces con 23 años a cuestas, el comía solo en una mesa; así que le pedí a Montse que nos acercáramos a saludarlo.
- Fabio… eres tu… corazón?-dije para llamar su atención-
Él se levantó de inmediato de la silla y con una gran sonrisa en los labios dijo.
- Tía Geo, como estas… que gusto verte, hace tanto que no sabía de ti…
Acto seguido saludo a mi hija y nos invitó a sentarnos con él. Comenzamos a hablar de todo y de todos, los integrantes de la familia de mi esposo, hasta llegar al motivo por el cual estaba en sábado comiendo en aquella plaza comercial.
- Y que haces aquí en sábado, corazón?-pregunte-
- Pues estoy realizando mis prácticas profesionales tía, en un corporativo de un banco por aquí cerca, y vine a comer algo para luego regresar…-respondió el-
- Y vienes todos los días?-pregunte de nuevo-
- No, tía solo los fines de semana, llego los viernes a mediodía y regreso a Toluca el domingo por la tarde noche…-respondió-
- Y en donde te quedas, en hotel o como le haces?-pregunte-
- Pues estamos rentando un departamento con varios compañeros de la escuela tía, pero la renta es cara y está muy lejos de la oficina, así que estamos en la búsqueda de algo mejor…-respondió el, con incomodidad-
Mi hija Montse, me miro y dijo.
- Y porque no vienes a quedarte a la casa, está el cuarto de visitas, así no pagarías renta y estarías un poco más cerca de tu trabajo… primo
- Si, corazón, para que te ahorres unos pesos y así nos haces compañía los fines de semana, bueno me haces compañía porque estas niñas me dejan sola casi todo el fin de semana-dije, gustosa-
Fabio, mi sobrino acepto gustoso la invitación, aclarando que le diéramos un fin de semana más para hablar las cosas con sus compañeros, así que le dimos el número telefónico de la casa y las dos nos levantamos de la mesa, nos despedimos con un beso y al sentir sus labios tocar mi mejilla recordé las miradas que me hacían sentir deseada.
Al comenzar a caminar mire de reojo a Fabio y su mirada se clavaba en mis nalgas, así que como toda mujer al sentirse deseada las moví más, hasta perderlo de vista.
El siguiente fin de semana me dedique a preparar la habitación de visitas, y no dejaba de pensar en si mi sobrino me desearía como cuando era niño. Por fin llego el día en que Fabio llegaría a casa, el teléfono sonó como a las 19:00 hrs. Mi hija Ximena respondió y con una exclamación de júbilo dijo.
- Primo fabo… como estas… soy Xime.
Los dos hablaron por unos minutos y después Ximena, me comunico con él, mi sobrino me comento que llegaría un poco tarde ese día alrededor de las 21:00 hrs, a lo cual respondí que no había problema, le proporcione la dirección de la casa y colgué el teléfono.
El reloj marcaba las 20:35 y yo me sentía ansiosa, Suabia y bajaba las escaleras, entraba a la habitación que sería la de mi sobrino y revisaba una y otra vez las cosas, me miraba en el espejo y me acomodaba las bubis y checaba que mi trasero luciera espectacular, parada frente al espejo, mi vos interior dijo.
- Georgina, que haces… porque tantos nervios y ansiedad, es solo un hombre más...
- Si pero ese hombre me deseaba cuando pequeño, seguirá deseándome?...-le conteste a esa voz interior-
- Pues averígualo…-respondió, la misma voz-
- Y luego que… me entrego a él o qué hago?...-le respondí-
El sonido de timbre interrumpió aquella charla con mi conciencia, escuche que la puerta se abría y minutos después la voz de Fabio se escuchaba en la sala junto con las de mis hijas. Tome una gran bocanada de aire y baje las escaleras, la mirada de mi sobrino se clavó en mi cuando bajaba y dijo.
- Guapa como siempre la tía…
Aquello me hizo sentir un poco avergonzada, puesto que mis hijas estaban ahí pero por otro lado supe que el comentario llevaba intenciones que cumplieron su cometido.
- Gracias corazón, tu siempre tan galante…-respondí-
Acercándome a él para saludarlo y besarlo en la mejilla, sus manos me alcanzaron y me envolvieron en un abrazo suave y cálido, sus manos frotaban mi espalda y yo me deje querer por aquel muchacho.
- Las extrañe a todas muchachas…-dijo Fabio refiriéndose a nosotras-
Estando rodeada por sus brazos note que había embarnecido un poco, trataba de que mis senos se embarraran en su pecho fuerte y masculino. Después de unos segundos el me soltó y todos caminamos a la sala. Como era viernes, yo estaba vestida con el pantalón de un traje sastre y una blusa color blanco, al sentarme en el sofá, cruce las piernas y colocándome un poco de lado, de inmediato los ojos de mi sobrino fueron directamente a mis piernas y trasero.
Charlamos por casi una hora y media, teníamos que ponernos al día en asuntos familiares, mis hijas le mostraron su habitación a mi sobrino. Y todos fuimos a dormir. Entrada la madrugada me despertaron unos ruidos en la cocina, así que me levante y con un poco de miedo baje para ver qué pasaba.
Mire que solo una luz tenue iluminaba la cocina, al entrar mire a mi sobrino con parado frente al refrigerador mientras guardaba un envase de leche, su espalda estaba desnuda, finalmente cerró la puerta del refrigerador y toda la iluminación de la cocina se desvaneció, quedando completamente a obscuras.
- Muchacho, que susto me pegaste…-dije para advertir mi presencia-
- Tía, donde estas no veo nada… respondió mi sobrino-
- Perdón si te espante pero tenía sed… y baje por algo de leche. –volvió a decir Fabio-
Al encender la luz, mi sobrino estaba casi frente a mí, me tome unos segundos para observarlo, mis ojos no creían lo que veían, su torso era muy masculino y tonificado; mis manos por unos segundos quisieron tocarlo y acariciarlo mientras mis labios deseaban reposar en los suyos.
- Tía, estas bien?-pregunto mi sobrino, interrumpiendo mi fantasía-
No pude hablar y solo asentí con la cabeza, él se encogió de hombros y me beso la mejilla dándome las buenas noches. Yo camine hasta la mesa del desayunador y sujetándome del borde suspire en silencio, mientras sentía los ojos de mi sobrino en la espalda. Al voltear mire que estaba parado al principio de la escalera mirándome fijamente. Después de unos segundos el subió, mientras mis ojos se deleitaban con el movimiento de su trasero firme y bien formado.
A la mañana siguiente mientras mis hijas y yo preparábamos el desayuno Fabio bajo enfundado en una camiseta color naranja muy ceñida a su cuerpo, unos blue jeans y zapatos tenis. Mis hijas de inmediato alardearon sobre el buen cuerpo de su primo.
- Primooo!!... tas bueno…-dijo Ximena-
- Xime!!... –dije tratando de disimular el comentario de mi hija-
- Que ma, a poco no está buenote el primo?-respondió Ximena-
- Vas al gym, primo?- pregunto Connie-
- Si coni, tal vez no te acuerdes pero desde niño entreno judo…-contesto Fabio-
- Bueno ya se calman las tres… -dije enérgica y muy celosa-
Todas me miraron con cara de –y a esta que le pasa- nos sentamos a desayunar y Fabio se dio cuenta de mi molestia antes los comentarios de las niñas.
- Tía, quieres que traiga algo de cenar cuando regrese?-preguntó Fabio, tratando de sacarme del enojo-
- Pues si quieres amor, pero solo seria para ti y para mí porque estas niñas se van con los novios y amigas o no?-respondí preguntando-
- Aja, nos vamos al antro primo, quieres ir?-dijo Montse-
- Todo depende de la hora en que salga, mon…-respondió mi sobrino-
El termino su desayuno y se despidió de las niñas, cuando se acercó a mí para darme el beso en la mejilla, mi mano se posó sobre su pecho y dejo una leve caricia en él. Fabio lo noto y me miro distinto, salió a trabajar y yo me quede en casa con las niñas.
El día se me hizo eterno y la tarde aún peor, al fin el sol se puso y la ansiedad aumentaba, sabía que si mi sobrino no salía con las niñas, se quedaría en casa conmigo, y ahí lo decidí aprovecharía esa noche para intentar seducirlo, las niñas comenzaron a arreglarse y salieron de casa a eso de las 21:30, yo entre en la regadera justo cuando ellas salieron y me di un baño cálido y relajante, mientras lavaba cada parte de mi cuerpo, aproveche para masturbarme usando mis manos, logrando llegar al orgasmo. Salí del baño como a las 22:00, y me vestí con lago ligero, tome un pants negro y una camiseta con cuello en v del mismo color, un brasier y panty color blanco de algodón. Termine de vestirme y me mire en el espejo, aquel pants resaltaba mis nalgas grandes mientras que la camiseta se pegaba a mis senos, me deje el cabello húmedo y me coloque unas sandalias.
Baje a la cocina y en ese momento entro mi sobrino, sus ojos me recorrieron de abajo a arriba. Y con voz entre cortada dijo.
- Buenas noches, señora pidió pizza?
Aquello parecía como si quisiera iniciar un juego de roll, pero hasta ese momento no me gustaba mucho esa idea.
- Ja ja ja ja, chamaco… anda comamos antes de que se enfrié…-respondí-
Los dos nos sentamos a la mesa y hablamos mientras comíamos la pizza, los ojos de Fabio no se despegaban de la separación de mis senos, la cual se mostraba por debajo de la camiseta, terminamos la cena y Fabio subió a dejar su mochila en su habitación, yo me dirigí al estudio para comenzar a calificar exámenes, después de un momento de estar en el tedio de aquella labor mi sobrino toco la puerta y dijo.
- Tía puedo preguntarte algo?
- Claro amor, dime?-respondí de inmediato sin voltear a verlo-
- Tienes novio, o algún amante?-dijo Fabio-
Gire la silla para verlo a las cara y respondí.
- Porque la pregunta, amor?
- Pues me imagino que una mujer tan guapa como tú, no estaría sola y solo quería saber si debo salir a caminar y darte un tiempo para ti…-dijo, mirándome fijamente-
Aquello fue como la chispa que encendió la llama.
- No corazón, no tengo a nadie… desde hace años…-respondí, tratando de llamar su atención-
- Mmm, así que no… ya sabes no tienes… ya sabes…-decía vacilando Fabio-
- Sexo?... nooo amor -respondí-
- Y entonces como le haces… o como le has hecho todos estos años…-pregunto mi sobrino-
- Puessss… no te imaginas… amor…-respondí pícaramente-
- Pero esto ya subió mucho de tono… y… haber porque tantas preguntas-dije-
- Puesss… la verdad tía, te deseo desde hace mucho, y sé que tal vez este mal, pero me encantas desde que era un niño…-respondió mi sobrino-
El silencio envolvió la habitación y los dos nos miramos por unos momentos. Su cara era la de un hombre excitado y asustado, decidí jugar un poco con él; aunque en el fondo quería desnudarme y hacerlo ahí mismo.
- Jaja, si recuerdo muy bien tus miradas cuando niño, Fabio… si tú me prometes que no dirás nada a nadie te dejo ver como lo hago yo sola…-dije ya perdida en la lujuria-
- Es una promesa… tía… nada a nadie…-respondió casi babeando-
- Muy bien espera aquí… no tardo-dije y Salí del estudio-
Subí las escaleras y el corazón quería salirse de mi pecho, deseaba masturbarme frente a mí sobrino, y ya después vería que pasaba… pero por lo pronto quería llevarlo hasta el límite mirándome. Entre a mi habitación y tome el pequeño dildo de metal y un tubo de lubricante vaginal, baje de nuevo y tomando aire entre de nuevo al estudio.
Fabio se frotaba las manos y caminaba de un lado para otro. Al verlo dije.
- Siéntate en la silla, corazón…
El tomo la silla y se sentó yo me dirigí al borde del escritorio y deje el dildo y el tubo sobre él, mire a mi sobrino y su respiración era agitada.
- Amor, te gusta mi cuerpo…?-pregunte-
- Si tía… me encanta…-respondió entre jadeos-
- Bien amor, quiero que me prometas que no me tocaras y solo miraras ok…-dije con voz cariñosa-
- Aja… entendido tía Geo…-respondió al borde del colapso-
El aire de la habitación era de total éxtasis, los ojos de mi sobrino no perdían detalle de mi cuerpo y sus manos frotaban sus muslos, en señal de nerviosismo.
Comencé a tocarme por encima de la ropa, mas manos jugaban con mis senos, Fabio no perdía detalle alguno, su respiración se agitaba más y más, una de mis manos bajo recorriendo mi abdomen hasta llegar a mi pubis, suavemente lo acariciaba por encima del pants. Mi sobrino seguía frotándose los muslos y su boca se abría deseosa de tomar mis senos o mi vagina.
- Tía, puedo masturbarme mientras te miro…-dijo jadeando mi sobrino-
- Puedes tocarte, pero solo eso…-respondí dando una orden-
Fabio, obedeció y solo frotaba su bulto por encima de los pantalones, al verlo parecía un cachorro siendo adiestrado por su entrenadora. La idea perversa de dominarlo era cada vez más fuerte, ya que durante todos mis años de matrimonio yo fui la dominada.
Con cada roce de mi mano, mi vagina se humedecía cada vez más, después de unos momentos de tocarme por encima de la ropa, mi mano dejo mi pubis y tomando mi camiseta con las dos manos, la saque por encima de mi cabeza, era la primera vez que dejaba que un hombre me viera en ropa interior desde que mi marido no estaba conmigo.
- Te gusto? Corazón…-pregunte-
- Aja… me encantas, tía… sigue por favor-respondió Fabio con desesperación-
Suavemente amasaba mis senos por encima del brasier, con cada movimiento que mis manos daban a mis bubis, Fabio se estremecía deseoso de ser el quien los tuviera en las manos. De pronto sus ojos dejaron de mirar como mis manos frotaban mis bubis, para clavarlos en los míos, eso me excito aún más, por lo que me despoje del brasier; dejando que mis senos quedaran a merced de sus ojos por completo.
- Mmm, tía… que ricos quisiera comértelos…-dijo entre jadeos mi sobrino-
Lentamente me di vuelta quedando de espaldas a él y comencé a tomar el elástico de los pants con las manos, dejando ver un poco de mi panty blanca.
- Nffff, nfff, nfff, nfff, tía… estas hermosa…-decía casi bufando como un toro-
Lentamente deslice los pants hasta mis muslos, dejando que mis nalgas quedaran al descubierto, lentamente me incline sobre el escritorio y para el culo; dejando todo el espectáculo a los ojos de mis sobrino. Fabio hizo el intento de levantarse de la silla, así que con voz firme y volteando la cara dije.
- Quieto ahí… prometiste que solo mirarías…
Fabio tragaba saliva y con las manos temblorosas por el deseo de tocarme volvió a sentarse en la silla. Ver como mi sobrino temblaba producto del deseo de poseer a su tía, me hizo llegar al éxtasis total, por un momento quise decirle que me tomara ahí mismo pero esta vez no sería así, estaba decidía a que suplicara poder tocarme o penetrarme. Termine de bajar los pants y los zafe por debajo de mis pies, despojándome de las sandalias al mismo tiempo; volví a ponerme de frente a Fabio, tome a mi pequeño amigo de metal y lentamente lo paseaba por mis senos, la temperatura de mi amiguito era muy baja, lo que provoco que mis pezones se levantaran y se pusieran duros lo que causo que mi sobrino se desparramara encima de la silla y frotara con más fuerza su ya enorme bulto, deslice el dildo por debajo de mis pantis hasta alcanzar mi clítoris, con cada roce de aquel artefacto mis gemidos iban en aumento.
- Mmm, ouuuu!!... te gusta cómo se masturba tu tía corazón?-pregunté gimiendo-
- Si, si, sigue no pares tía…-respondió al borde del colapso mi sobrino-
Saque el dildo de mis pantis y me despoje de ellas, para dejar que mi cuerpo desnudo fuera admirado por mi sobrino, al terminar de retirar las pantis de mis piernas mire a Fabio, quien con la boca abierta contemplaba mi sexo cubierto solo con un triángulo de vello púbico, su lengua se paseaba por sus labios deseosa de introducirse en mi vagina, mientras sus manos frotaban su gran bulto.
- Ábrete los pantalones amor, y solo bájalos un poco para que estés más cómodo…-dije con un poco de compasión, mirando ese enorme bulto atrapado en sus pantalones-
Sin perder tiempo, Fabio se bajó los jeans y su calzón de lycra marcaba aún más aquel buen bulto que más tarde admiraría en todo su esplendor. Subí mi cadera lentamente sobre el escritorio y lubrique un poco el dildo, abrí por completo las piernas para que mi sobrino admirara mi vagina, lentamente comencé a pasarlo por encima de mi sexo empapado, hasta que no pude resistir tanto placer y colocándolo en mi canal lo clave de a poco en ella, provocando gemidos de ambas partes.
- Mmmm… tía… así despacio… no quiero perder detalle…-jadeaba y decía mi sobrino-
- Ou, ou, ou, mm, mm, mm, te gusta amor, te gusta cómo se hunde en mi… -decía yo mientras miraba la cara de mi sobrino, llenarse de placer-
Una vez que mis paredes vaginales de abrieron y estuve lista comencé a meter y sacar lentamente a mi amigo de dentro de mi sexo totalmente empapado de jugos femeninos, llevada por el placer por momentos me olvide que mi sobrino estaba ahí, cerré los ojos y sentía como mi mano clavaba aquel pedazo de metal en mí, imaginando como seria sentir el pedazo de pene que se mostraba por debajo de los calzones de mi sobrino.
- Te gusta, corazón, te gusta ver a tu tía hacerse cosas sucias…-jamás había hablado así ni cuando estuve casada, no había duda, estaba ebria de lujuria y deseo-
- Si tía, sigue, sigue… mmm, mm, mm, mm, así, así tía, se ve riquísimo como se te clava en tu panocha…-dijo Fabio-
Panocha?... aquella palabra lejos de molestarme me encanto, y encendió mas, mi mano se volvió loca y me penetraba fuertemente.
- Aa, aa, aa, aa, aa, aa, aa, aa, aa, aa, aa, uyy… sobrino que rico… dime que me deseas… dime que quieres ser mío…-decía envuelta en el frenesí del momento-
- Si, tía quiero ser tuyo, quiero cogerte , quiero chuparte, te deseo tanto…-respondió Fabio-
Cogerte, chuparte… eran palabras que para mí eran totalmente ajenas, ni mi marido en sus más locas fantasía las decía, pero me estaban gustando…
No paso mucho tiempo antes de que mi vagina comenzara a lanzar señales de un inminente orgasmo, por lo que volví a colocarme de espaldas a mi sobrino para estar más cómoda y que el disfrutara del derramamiento de mis jugos.
- Amor estas atento, casi termino…-dije-
- Aja, tía quiero ver como terminas…-respondió-
Seguí masturbándome brutalmente hasta que yo resistiendo más mi sexo se derramo, chorreando todos mis muslos, me deje caer sobre el escritorio para dejar que el placer me inundara, por unos momentos y víctima de aquella oleada de placer me olvide de todo.
- Aaaaaa!!... amor… aaaaa!!... ya, ya… uuuuuuummmm!!... –gemía de placer, mientras mis fluidos se regaban por mis piernas-
Al pasar aquel oleaje de placer, y recuperar un poco el aliento, lentamente me incorpore y di vuelta para ver que mi sobrino se había derramado también y una gran mancha se mostraba en su calzón.
- Cariño… también terminarte…?-dije entre jadeos y mirando su bulto ya reducido en tamaño-
- Si tía, perdón…-respondió-
- Tranquilo… ven vamos a que te limpies…-extendí mi mano para tomar la de el-
Yo totalmente desnuda y el con los pantalones a media asta, subimos al cuarto de baño. Al entrar pregunte.
- Quien se baña primero…?
Fabio se encogió de hombros y respondió.
- Pues bañémonos juntos tía…
Sabía que quería penetrarme en la regadera pero eso no iba a suceder, al menos no esa noche.
- No amor, tenemos un trato solo miramos… ok… así que quítate la ropa, vas primero-dije-
Fabio se comenzó a desnudar, y por primera vez desde la muerte de mi marido, vi a un hombre hacerlo frente a mí. Su cuerpo era muy hermoso, su pecho y abdomen marcado, sus brazos y piernas delgadas pero bien formadas, cuando llego el momento de mostrarme su sexo, Fabio hizo una pausa y dijo.
- Tía, no te vayas a reír ok…
- Reírme de que?... hay mi amor sabes cuantas veces vi a tu tío en pelotas… ya nada me espanta anda apúrate… que hace frio
Tome una bata para ponérmela en cima, cuando di la vuelta para mirar de nuevo a Fabio, este ya estaba totalmente desnudo, su pene era grande y flácido, pero no circuncidado, ahora entendía lo que había dicho antes. Me senté en la tapa del W.C. y le pedí que entrara a la regadera mientras se bañaba admiraba todo su cuerpo húmedo por el chorro de agua que caía sobre él, sus nalgas perfectas y cubiertas de jabón, estando ahí contemplándolo y sin tener control de mis actos dije.
- Mastúrbate papi… quiero ver ese pene duro y grande…
El me miro por unos segundos y tomando su flácido pene comenzó a sacudirlo con la mano.
- No lo sacudas, amor jálatelo…-dije-
Jálatelo? No podía creer que yo estuviera diciendo aquellas palabras, pero era totalmente producto de la lujuria que me hacía sentir aquel joven desnudo. Fabio tomo su pene con la mano derecha y comenzó a masturbarse frente a mí, poco a poco aquel flácido miembro se volvió un gran y suculento pene, cubierto en todo momento por un pellejo que no dejaba ver su buena cabeza. El mirar como mi sobrino masturbaba su pene provoco que mis manos abrieran mi bata de baño y comenzaran a tocarme de nuevo los senos y mi sexo.
- Amor, que rico pene tienes, esa grande se ve sabroso…-dije, fuera de total control-
- Pues es y será tuyo cuando lo quieras tía…-respondió, Fabio haciendo la clara invitación al sexo-
- Hoy solo quiero verte como te vienes, amor… quiero ver tu semen salir corazón…-dije, envuelta en deseo y placer-
Fabio y yo seguimos masturbándonos por un largo rato, hasta que su cara de mi sobrino comenzó a gesticular sabía que la eyaculación estaba a punto de llegar, así que me puse de pie y dije.
- Cariño, quiero que trates de terminar en tu mano ok…
Fabio obedeció y sin soltar su pene termino en su mano, la cual quedo cubierta de semen espeso y blanco.
- Tía… umm!!... que rico… todo o hice pensando en tu panocha y tus chichis…-dijo mi sobrino jadeante y casi sin aliento-
Y de nuevo, panocha y chichis… mmm eso me encendía, nadie me había hablado así y me gustaba.
Con uno de mis dedos tome un poco de su semen y lo lleve hasta mi boca, lentamente saque mi lengua y probé aquel néctar masculino.
- Mmm, sabe rico… el de tu tío sabia agrio…-dije-
- Pues prueba mas… tía… acábatelo todo…-dijo Fabio, invitándome a darle sexo oral-
Pero no hice caso al comentario, acto seguido se enjuago la mano y le pedí que se fuera, el extrañado tomo sus cosas y salió del baño. Yo me quede ahí dándome un buen baño y por tercera vez en la noche llegue al orgasmo ya que mis dedos me dieron una buena cogida como decía mi sobrino.
La noche término hay, los dos fuimos a dormir… a la mañana siguiente encontré una nota que Fabio había deslizado por debajo de la puerta de mi habitación antes de irse.
- Tía, gracias por los momentos que pasamos anoche, te quiero… espero que no te hayas molestado por nada. Cuídate nos vemos el próximo fin de semana…
Continuara…
5 comentarios - Mi Sobrino, Se Queda En Casa…