A mi esposa y a mi tía apenas las dejaron vestirse, a mi me taparon con una sábana. Así subimos al camioncito de la policía luego que nos sorprendiera cogiendo a la vera de un camino rural.
Mi esposa solo llevaba su tanga blanca y se tapaba las tetas y mi tía su culotte rojo (abierto al medio)... Los milicos ya se estaban pajeando y yo no daba mas de la bronca...
Llegamos a la comisaria y fuimos derecho al despacho del comisario. El primer comentario del comisario desde luego me sorprendió...
-Irene... otra ves?? -Ella no respondió - ¡No podés ser tan puta! Ya la semana pasada te enganchamos en la estación de servicio y ahora esto???
De repente se fijó en mi esposa
-Uh, pero ahora que tenemos acá??
El tipo la vio y se tocaba. Mi esposa temblaba...
-Vos venís con ellas?
-Si, -dijo la tía - Es marido de ella y mi sobrino
-Uhhhh... familia partuzera. Bueno, ustedes dos, marido y mujer vienen conmigo... Vos Irene, quedate ahi.
El comisario nos hizo pasar y nos dijo
-Bueno, hagan lo suyo
Estábamos intimidados, no sabíamos que hacer, pero tal vez esa misma intimidación hizo que al menos yo me excitara. Al ver esto, mi esposa me empezó a pajear y cuando mi verga tomó más cuerpo, empezó a chuparmela. Nos tiramos en el suelo olvidándonos del comisario. El estaba desnudo, masturbándose. Era voyeur, por lo tanto no iba a "intervenir"... al menos eso creíamos...
Nos fuimos sobre el sofá, a coger. Ella arriba mío, mirando el frente, al cana, que se estaba haciendo la paja de su vida.
Ella se dio vuelta unos minutos despues para que yo me la cogiera por el orto, todo para que el tipo viera. No pasó un minuto que lo vimos acabar... Ahi yo mordí a mi mujer y acabé...
En eso el milico se acerca y me aparta de mi mujer. Se arrodilla y va con su boca al ojete de ella y lo chupa. Se estaba tomando mi leche en el orto de ella. Yo me acerqué y le puse la pija en la boca a ella para que terminara de mamarme la verga.
Nos vestimos y nos dejó ir, pero al salir vimos que la tía estaba con tres agentes. Uno por la boca, otro por la concha, otro por ese ojete hermoso. Ahi nos desnudamos de vuelta los tres - invitamos al comisario - y arrancamos de vuelta. Debo decir que un par de veces le agarré la poronga al comisario y se la chupé, y eso puso como loca a mi mujer.
Mientras mi tía literalmente acababa con los tres policías, nosotros nos poníamos calientes al extremo, gritando, gimiendo. Y en un momento, lo que era un trío se transformó en una sinfonía de sexo, ya que mi esposa tenía cinco porongas para ella. Yo me la estaba cogiendo por la concha y la besaba en la boca, con una verga de por medio. Mi tia tambien la besaba mientras se masturbaba...
Yo acabé. Me salí y mi tía se vino conmigo para un "regalo final". Puso su concha en mi boca y pude saborear su flujo. Había acabado la muy puta y luego soltó una meada sobre mi, cosa que luego hice lo propio sobre mi esposa.
Terminamos mas cansados por una orgía mas grande que la que habíamos comenzado. Nos llevaron de vuelta hacia donde nos habían detenido. Ya había caído la noche y nos fuimos para casa. Allí nos dimos un hermoso baño - los tres - y cenamos.
Llegaba la última madrugada, ya que a la mañana siguiente nos volvíamos a la ciudad...
4 comentarios - La Tía Irene, parte IV