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Encuentro con un compañero de la secundaria

Esa noche decidí salir con Federico, un compañero de la secundaria que siempre me tiró onda pero del cual nunca pude enamorarme. Con el correr del tiempo descubrí que el placer no siempre viene de la mano del amor y que en la vida hay que disfrutar, así que acepté su invitación.
Los años afianzaron su masculinidad, ya no era el pendejo púber de barbita incipiente y granos verde manzana en el rostro, ahora es un hombre, con todas las letras.
Todo empezó con unas inocentes conversaciones por chat, nos pusimos al día con las novedades.Él estaba cursando el último año de Filosofía en la facultad de filosofía y letras, laburaba de administrativo en alguna empresa sin mucho renombre y seguía tocando el bajo, ahora en otra formación. Después, lo evidente. Empezaron los mensajes con otras intenciones (era obvio que, a pesar del tiempo transcurrido, seguía teniéndome ganas). Los dos habíamos cambiado. Yo, tras una gran decepción amorosa, estaba pasando por ese período de "duelo liberal" en el que cualquier encuentro, por fugaz y esporádico que sea, alimenta el espíritu y la llama del placer que una siempre lleva encendida, por lo que acepté su invitación.
Quedamos en vernos en Parque Lezama a las 21:30 hs. Fede es un caballero, fuimos a cenar a un barcito simpático, de ésos en los que suena jazz en vivo y también fuimos al cine.
Eran casi las 2 de la mañana.El tiempo había pasado rápidamente entre risas, anécdotas y chismes compartidos. Yo me sentía bien, muy cómoda, eso logran los caballeros.
Finalmente llegamos a destino final, su monoambiente en la calle Paseo Colón.
Todo fluía muy bien, Fede puso música suave y brindamos con unas copas de vino tinto mendocino, al cabo de un rato era evidente lo que sucedería entre nosotros, sin embargo él muy caballeroso, no hacía mas que comentarios y chistes para tirarme los perros como esperando que sea yo quién tome las riendas de la situación. Comprendí el mensaje y así lo hice.
Sacando afuera a la perra juguetona que habita en mí le propuse un juego: le pedí que se recostara en la cama y le vendé los ojos con mi chalina, fui hasta la heladera y tomé de un bowls algunas frutillas con crema que habían sobrado del postre, las puse en mi boca y muy calladita se las pasé de mi boca a la suya. Él no se lo esperaba, no entendía muy bien qué estaba pasando, sin embargo entró a mi juego sin decir ni una palabra. A la tercer frutilla que le pasé de boca a boca comencé a ver como su pija se endurecía poco a poco, entonces decidí pasar a la fase dos del juego. Tomé su mano y la llevé directamente a mi escote, él sin prisa acariciaba mis pechos, tocaba mis pezones duros con sus dedos pulgar e índice. Luego tomé nuevamente su mano y esta vez la llevé hacia mi entrepierna, él con su misma actitud pasiva corrió mi bombacha de encaje sin sacarla y empezó a frotarme, esta vez con sus dedos ensalivados, el Monte de Venus mientras me comía la boca de un beso.
La calentura que envolvía nuestros cuerpos ya era incontrolable. Federico arrancó violentamente la venda de sus ojos y, luego de desvestirnos, crucé mis piernas por encima de su cuerpo y me senté de lleno en su pija erecta, dura y sabrosa. En el momento de la penetración él me miro a los ojos y dijo "sabía que tarde o temprano serías mía, hermosa" y nos entregamos por completo al placer.
Mis tetas se sacudían frenéticamente al ritmo de mi cintura que no paraba de ir y venir sobre la pija de Fede, mi pelo largo y despeinado se mecía al compás del movimiento. Tras el primer orgasmo al que llegué Fede me arrojó sobre la cama, se subió arriba mío y tras un clásico y no poco placentero misionero ambos logramos acabarnos hasta llegar a las estrellas.
La música suave seguía sonando, acompañada por el ruidos de algunos autos que pasaban por la avenida, con el sol asomando en el horizonte nos fuimos quedando dormidos poco a poco. Recuerdo que antes de dormirme definitivamente pensé "¡Qué bien coje este chabón, y qué caballero es! No da que siga enroscada con el otro flaco que ni vale la pena".

3 comentarios - Encuentro con un compañero de la secundaria

Migueliuk
Muy buen relato... Espero leer más 😉