Este relato es lo que le paso a un muy amigo mio en los '90, y que me entere no hace mucho
Espero lo disfruten
A principios de los años 90’s, inicié una relación con una mujer divorciada que tenia 4 hijos, 3 varones y 1 hermosa jovencita.
Dos de los varones vivían con su abuela, mientras que el otro ya estaba casado. La hija, de 18 años, recién cumplidos, era la única que vivía junto a su madre y posteriormente su padrastro, osea yo.
Mi relación con Sofía, la hija de mi nueva acompañante, Cecilia, desde un inicio fue bastante amena. Era una chica cariñosa, extrovertida y bastante alegre que le gustaba acompañarnos a los centros comerciales a su madre y a mi con la intención de que la mimara y le comprara ropa. Cosa que, desde luego, yo hacía encantado. Y es que, ver a esa hermosa criatura, enfundada en aquellos trapos que le gustaba vestir, era un deleite que no se podía prohibir.
Para que se den una idea de lo que les hablo, Sofía era una chica escultural de 1,74 de estatura, rubia, guapísima, con unas medidas que no quiero exagerar en absoluto, pero rondarían los 93 - 60 – 92.
Creo que fue precisamente ella, y no el escaso amor que sentía por su madre, lo que me animó a vivir con su madre y después casarme para de esa manera asegurar mi estancia cerca de esa preciosura.
Siempre supe que Sofía tenía un culazo de maravilla pero al vivir con ella, y verla andar en ropa interior por la casa por las mañanas, supe que ese culito debía ser mío…
Sofía siempre me pedía ayuda para resolver ejercicios matemáticos que le dejaban en el colegio y de los cuales no entendía nada. Yo siempre acepté gustoso ya que me permitía tenerla más cerquita y deleitarme con su belleza.
Con el tiempo nuestra relación se fue estrechando más, cada día que pasaba nos uníamos más, había mucho respeto y amistad entre nosotros, jugábamos cartas, leíamos, charlábamos, en fin, hacíamos muchas cosas juntos.
Con el tiempo, Sofía se encariñó tanto conmigo que incluso comencé a notar que le molestaba que yo estuviese cerca de su madre besándola o haciéndole cariños. Eso lo supe porque siempre que veía a su madre acercarse, Sofía decía de manera irónica: allí viene mí mama otra vez a buscarte…!
Una noche las cosas dieron un giro de 360° realmente divino.
Me encontraba en mi dormitorio viendo la tele a muy altas horas de la noche cuando, entre el enorme calor que hacía y los ruidosos ronquidos de mi esposa, terminé animándome a ir a la cocina, en busca de un vaso con agua para calmar mi sed.
Al caminar por el pasillo me percaté de que la televisión de la habitación de mi hijastra estaba encendida y de su interior provenían sonidos bastante peculiares. La intriga me incitó a averiguar de que se trataba el misterioso sonido, así que, sin hacer ruido, salí hacia el patio y entre por un costado de la casa, que da a la habitación de Sofía, con la intención de espiar por la abertura de la ventana. Lo que vi me sorprendió como no tienen idea. Era algo que jamás imagine que podría pasar por la mente de una joven de 18 años y que yo imaginaba tan inocente.
Desde la ventana se podía ver en la televisión una película pornográfica y en la cama el cuerpo de Sofía completamente desnudo, pasando su mano por sus preciosos senos y la otra por su lampiña vagina. Y, los extraños ruidos no eran mas que los gemidos alcanzados por el espectacular orgasmo que ella estaba sintiendo en ese momento.
Esa escena cambio mi vida para siempre, sin hacer ruidos volví a mi cama y me acosté con la imagen grabada en mi mente de todo lo que había visto esa noche.
En la mañana siguiente todo continuó como si nada, su madre y yo salimos a nuestros trabajos y yo deje a Sofía en el colegio como solía hacerlo a diario, solo que en mi mente no dejaba de pensar en la escena de la noche anterior.
Así pasaron los meses y la imagen no desaparecía de mi cabeza. Empecé a imaginarme acariciando el cuerpo de Sofía y no solo eso si no que también haciéndole el amor salvajemente.
Todos los días me masturbaba pensando en ella hasta que un día no soporte más y decidí hacer algo al respecto como el hombre de la casa que era.
Esa noche su madre y yo salimos a tomar unos tragos y llegamos a casa un poco tarde. Casi era de madrugada, y mi esposa estaba tan borracha que apenas se recostó en la cama se quedo dormida en un profundo sueño del que no la sacaría ni una banda de heavy metal en vivo.
Yo salí al patio como aquella otra noche y, al echar un vistazo a la habitación de mi hijastra por la ventana, solo pude observar por la ventana, el cuerpo dormido de mi hijastra pero mis deseos de sexo los tenia a flor de piel y sin pensarlo dos veces decidí entrar a su cuarto por la ventana!
Como pude entré y, ya estando adentro, reflexione sobre mi actitud y me quede inerte sin atreverme a nada e inmediatamente salí de su dormitorio.
Esa noche no pude conciliar el sueño, me levante nuevamente decidido hacer algo, entre nuevamente al dormitorio de la chica, esta vez por su puerta sin hacer ruido, y sin pensarlo comencé a acariciar su cuerpo por encima de las sábanas.
Lo que sentía ese momento me llenaba de una lujuria indescriptible, pase mis manos suavemente por todo su cuerpo, por sus piernas, por sus senos, luego retiré la sábana y palpé toda su piel con mis manos debajo de su pijama, acaricie su vagina sin nada de pelos y la erección que tenia no la soporte mas y comencé a "pajearme" justo al frente de su rostro!
De repente ocurrió algo que no estaba en mis planes, ella se ha despertado repentinamente, tal vez mis caricias en algún momento dejaron de ser suaves y pasaron a ser mas fuertes, la verdad no lo se, solo vi el rostro sorprendido de mi hijastra que de repente me miro de pie a cabeza notando mi pene totalmente inflado y a medio cubrir por mi ropa interior.
Apenas se repuso me preguntó, que hacia yo en su habitación y en esas condiciones, sentí que me tragaba la tierra, no tenia respuesta a esa pregunta, solo me limite a decir que entre a mirar como estaba y que quería asegurarme que ella estaba bien y sin mas que decir, salí aterrorizado directo a mi cama, a esperar las consecuencias de mi locura.
La mañana siguiente comenzó con la misma rutina, la lleve al colegio y durante todo el camino no pronuncio palabra alguna, ese día paso con mucha "normalidad" al caer la noche no soporte "la tortura del que pasara", me acerque a ella y le pregunte como se sentía que la notaba un poco distraída y pensativa, me respondió "vos sabes muy bien lo que tengo…. y eso no te lo voy a perdonar nunca" me invadió un miedo enorme y le respondí a modo de desconcierto ¿a que te referis?, ella empezó a reclamarme el haber entrado a su cuarto y abusar de ella mientras dormía, pero la note un poco insegura y con algunas dudas ante mi actitud fría y tranquila, eso me calmo y aproveche el momento para decirle algo que le produciría aun mas dudas "tal vez solo tuviste una pesadilla… eso fue… es tan solo un mal sueño…yo jamás entraría a tu habitación, cálmate"
Los meses pasaron y volví a recobrar la confianza de mi hijastra, se acercaba el año nuevo y se hacían los preparativos para festejarlo en casa de la abuela con una tradicional cena de año nuevo.
Llego el gran día todos estábamos muy alegres, yo salí un momento en el auto a saludar a mi madre que vivía en el mismo barrio que la abuela y por un inconveniente familiar me quede mas de la cuenta en casa de mi mama, llame a la casa de la abuela para justificar mi retraso y pedirles disculpas por no poder cenar con ellos. Al resolver mi problema ya todos habían cenado, brindado por un mejor año para todos y dado los emotivos abrazos de buenos deseos por el nuevo año.
Ese comienzo de año trajo nuevas expectativas para mi, casualmente cuando regrese a casa de la abuela me recibió mi hijastra, se encontraba afuera de la casa sola esperando mi llegada, sin dejarme bajar del auto se lanzo por la ventanilla y me abrazo muy contenta me dio muchos besos, me deseo muchos éxitos y felicidades, estaba muy bonita con su vestidito rosa y un lazo enorme al final de su espada, al momento de salir del auto ella aun tenia su cara asomada dentro del coche, con la intención de besar nuevamente mi mejilla, pero al girar, el beso lo recibí justo en los labios, la mire fijamente y ella a mi, de repente echamos a reír sin ninguna explicación.
En ese momento sentí que las cosas serian diferente entre nosotros, ella paso toda la noche a mi lado no se separaba de mí ni por un segundo, entonces se dio la gran oportunidad, su tío me pidió, como favor, ir en busca de unas provisiones para la fiesta y le dijo a ella que me acompañara, me sentí muy complacido en ir ante tal situación, una vez solos en el coche le comencé a bromear con el beso que me había dado unas horas atrás, le decía que se había aprovechado del momento para besarme, ella reía y respondía que esa no fue su intención, pero yo la cuestionaba a manera de juego, hasta que de repente me pidió que detuviera el vehiculo, lo hice, y me dijo "mírame a la cara….¿vos crees que ese beso fue intencional?" yo solo reía sin decir palabras, ella me tomo de las mejillas con ambas manos y me dio el beso mas apasionado que había sentido en mi vida y luego me dijo riendo a carcajadas esto si es un beso intencional, notaste la diferencia entre uno y otro, yo respondí de manera intencionada: "la verdad no…¿me podrías explicar nuevamente?" ella sin dudar me propino inmediatamente, otro beso de igual magnitud y pregunto: ¿ahora si notaste la diferencia?. Le pregunte por que hacia todo eso, por que me besaba con tanta pasión, a lo que me respondió, que no me hiciera el desentendido, que ella sabia muy bien cuales eran mis intenciones, que desde hacia mucho tiempo notaba la manera en que yo la miraba, y que no olvidaba la vez que entre a su habitación y acaricie todo su cuerpo y me pregunto nuevamente por que lo había hecho, me exigió esta ves que le fuera sincero, le conté la escena que presencie de su masturbación y le confesé que esa era la verdadera razón de mi cambio hacia ella. Sofía reía a carcajadas al saberse descubierta por mi y confeso que ese era un secreto que guardaba. Nos besamos nuevamente y muchas veces mas lo repetimos, fue algo muy excitante, pero no podíamos tardar más o despertaríamos muchas dudas y preguntas que no sabríamos dar respuestas por lo que regresamos a la fiesta.
Ya las cosas estaban claras entre nosotros esa noche conversamos mucho de nuestra futura relación de cómo la llevaríamos sin despertar sospechas de su madre, sus hermanos y demás familiares, era algo realmente excitante, la sensación que solo da el placer de lo prohibido. Las semanas pasaron y se dio una nueva oportunidad de salir de casa solos, nunca habíamos tenido una oportunidad como esa, estando nuevamente en casa de la abuela, mi mujer me pidió llevar a Sofía a casa de una de sus amigas del colegio donde había una reunión con motivo de celebrarse un cumpleaños, fiesta a la que nunca llegamos, pues en el camino nos topamos con un hotel y decidimos hacer nuestra propia fiesta y sin mas invitados.
Una vez dentro de la habitación decidimos hacer nuestros sueños realidad, ella desde que descubrió su sexualidad fantaseaba con hacer el amor y yo por mi parte desde que descubrí como se le veía el culo en tanga a "mi hijastra" soñé con hacerla mía y esta oportunidad no la desperdiciaríamos por nada del mundo.
Nos besamos muchas veces de manera muy apasionada y comenzamos a desvestirnos, muy lentamente nos acariciamos de pies a cabeza, le bese su cuello muy suavemente, fui bajando lentamente a sus senos, y aun mas abajo hasta sus entrepiernas, jamás había tenido tan cerca una vagina tan linda, tan suave, tan limpia y tan excitante, no soporte mas y clave mi lengua hasta lo mas profundo que pude de su virginal concha y empecé a sentir como fluían por mis mejillas todos esos jugos vaginales que brotaban desde lo mas profundo de su abertura, escuchaba como música aquellos hermosos sonidos que meses atrás dieron origen a toda esta locura, la música no era otra que el gemir que le producía mi incansable lengua al rozar sus rosados labios vaginales y su pequeñito clítoris…
Era el momento ideal de la embestida, me prepare psicológicamente para la penetración sabia de lo estrecho de su vagina y de la paciencia que debía tener para hacer de ese momento un momento placentero para ella y para mi, muy lentamente me incorpore, ella yacía de espaldas en la cama, con la piernas totalmente abiertas, ofreciéndome a plenitud lo mas puro de su ser … su virginidad, con mi verga lista para la placentera batalla me dispuse acariciar sus entrepiernas y cada ve que la pasaba por su conchita sin pelos, notaba como se estremecía todo su cuerpo, indicándome el momento justo para la penetración, poco a poco fui colocando mi pene entre sus piernas sin dejar de besar su boca (en la típica posición del misionero), sentí como poco a poco, milímetro a milímetro avanzaba mi verga por su canal extremadamente lubricado, por todos sus jugos naturales, la sensación era indescriptible, el placer inexplicable, con su conchita bañada en su propio jugo, la suavidad de sus paredes, la estreches de su interior, y la música que producían para mis oídos sus gemidos, así fui avanzando hasta lograr guardar en su ser, cada uno de mis 20 centímetros de pene. Así fue pasando el tiempo ya no había marcha atrás, hace rato que mi verga se paseaba, entrando y saliendo sin mayor problema de su vagina… Sus gemidos dejaron de ser leves para convertirse en gritos de placer con cada uno de los orgasmos que iba alcanzando… hasta que llego mi momento máximo, quise explotar dentro de ella, pero no estábamos usando ningún tipo de protección, así que saque mi pene y lo apunte a su cara, ella instintivamente y sin dudarlo se metió casi en su totalidad mi enorme pija en la boca y con un ritmo muy armonioso empezó a chupármela y casi inmediatamente empezaron a salir chorros de semen de mi verga, hasta llenar toda su boca al punto que corría por sus mejillas y goteaba en su pecho…. La verdad fue una experiencia increíble, hay que sentirla para poder conocerla por que no existen palabras para describirla….
Espero lo disfruten
A principios de los años 90’s, inicié una relación con una mujer divorciada que tenia 4 hijos, 3 varones y 1 hermosa jovencita.
Dos de los varones vivían con su abuela, mientras que el otro ya estaba casado. La hija, de 18 años, recién cumplidos, era la única que vivía junto a su madre y posteriormente su padrastro, osea yo.
Mi relación con Sofía, la hija de mi nueva acompañante, Cecilia, desde un inicio fue bastante amena. Era una chica cariñosa, extrovertida y bastante alegre que le gustaba acompañarnos a los centros comerciales a su madre y a mi con la intención de que la mimara y le comprara ropa. Cosa que, desde luego, yo hacía encantado. Y es que, ver a esa hermosa criatura, enfundada en aquellos trapos que le gustaba vestir, era un deleite que no se podía prohibir.
Para que se den una idea de lo que les hablo, Sofía era una chica escultural de 1,74 de estatura, rubia, guapísima, con unas medidas que no quiero exagerar en absoluto, pero rondarían los 93 - 60 – 92.
Creo que fue precisamente ella, y no el escaso amor que sentía por su madre, lo que me animó a vivir con su madre y después casarme para de esa manera asegurar mi estancia cerca de esa preciosura.
Siempre supe que Sofía tenía un culazo de maravilla pero al vivir con ella, y verla andar en ropa interior por la casa por las mañanas, supe que ese culito debía ser mío…
Sofía siempre me pedía ayuda para resolver ejercicios matemáticos que le dejaban en el colegio y de los cuales no entendía nada. Yo siempre acepté gustoso ya que me permitía tenerla más cerquita y deleitarme con su belleza.
Con el tiempo nuestra relación se fue estrechando más, cada día que pasaba nos uníamos más, había mucho respeto y amistad entre nosotros, jugábamos cartas, leíamos, charlábamos, en fin, hacíamos muchas cosas juntos.
Con el tiempo, Sofía se encariñó tanto conmigo que incluso comencé a notar que le molestaba que yo estuviese cerca de su madre besándola o haciéndole cariños. Eso lo supe porque siempre que veía a su madre acercarse, Sofía decía de manera irónica: allí viene mí mama otra vez a buscarte…!
Una noche las cosas dieron un giro de 360° realmente divino.
Me encontraba en mi dormitorio viendo la tele a muy altas horas de la noche cuando, entre el enorme calor que hacía y los ruidosos ronquidos de mi esposa, terminé animándome a ir a la cocina, en busca de un vaso con agua para calmar mi sed.
Al caminar por el pasillo me percaté de que la televisión de la habitación de mi hijastra estaba encendida y de su interior provenían sonidos bastante peculiares. La intriga me incitó a averiguar de que se trataba el misterioso sonido, así que, sin hacer ruido, salí hacia el patio y entre por un costado de la casa, que da a la habitación de Sofía, con la intención de espiar por la abertura de la ventana. Lo que vi me sorprendió como no tienen idea. Era algo que jamás imagine que podría pasar por la mente de una joven de 18 años y que yo imaginaba tan inocente.
Desde la ventana se podía ver en la televisión una película pornográfica y en la cama el cuerpo de Sofía completamente desnudo, pasando su mano por sus preciosos senos y la otra por su lampiña vagina. Y, los extraños ruidos no eran mas que los gemidos alcanzados por el espectacular orgasmo que ella estaba sintiendo en ese momento.
Esa escena cambio mi vida para siempre, sin hacer ruidos volví a mi cama y me acosté con la imagen grabada en mi mente de todo lo que había visto esa noche.
En la mañana siguiente todo continuó como si nada, su madre y yo salimos a nuestros trabajos y yo deje a Sofía en el colegio como solía hacerlo a diario, solo que en mi mente no dejaba de pensar en la escena de la noche anterior.
Así pasaron los meses y la imagen no desaparecía de mi cabeza. Empecé a imaginarme acariciando el cuerpo de Sofía y no solo eso si no que también haciéndole el amor salvajemente.
Todos los días me masturbaba pensando en ella hasta que un día no soporte más y decidí hacer algo al respecto como el hombre de la casa que era.
Esa noche su madre y yo salimos a tomar unos tragos y llegamos a casa un poco tarde. Casi era de madrugada, y mi esposa estaba tan borracha que apenas se recostó en la cama se quedo dormida en un profundo sueño del que no la sacaría ni una banda de heavy metal en vivo.
Yo salí al patio como aquella otra noche y, al echar un vistazo a la habitación de mi hijastra por la ventana, solo pude observar por la ventana, el cuerpo dormido de mi hijastra pero mis deseos de sexo los tenia a flor de piel y sin pensarlo dos veces decidí entrar a su cuarto por la ventana!
Como pude entré y, ya estando adentro, reflexione sobre mi actitud y me quede inerte sin atreverme a nada e inmediatamente salí de su dormitorio.
Esa noche no pude conciliar el sueño, me levante nuevamente decidido hacer algo, entre nuevamente al dormitorio de la chica, esta vez por su puerta sin hacer ruido, y sin pensarlo comencé a acariciar su cuerpo por encima de las sábanas.
Lo que sentía ese momento me llenaba de una lujuria indescriptible, pase mis manos suavemente por todo su cuerpo, por sus piernas, por sus senos, luego retiré la sábana y palpé toda su piel con mis manos debajo de su pijama, acaricie su vagina sin nada de pelos y la erección que tenia no la soporte mas y comencé a "pajearme" justo al frente de su rostro!
De repente ocurrió algo que no estaba en mis planes, ella se ha despertado repentinamente, tal vez mis caricias en algún momento dejaron de ser suaves y pasaron a ser mas fuertes, la verdad no lo se, solo vi el rostro sorprendido de mi hijastra que de repente me miro de pie a cabeza notando mi pene totalmente inflado y a medio cubrir por mi ropa interior.
Apenas se repuso me preguntó, que hacia yo en su habitación y en esas condiciones, sentí que me tragaba la tierra, no tenia respuesta a esa pregunta, solo me limite a decir que entre a mirar como estaba y que quería asegurarme que ella estaba bien y sin mas que decir, salí aterrorizado directo a mi cama, a esperar las consecuencias de mi locura.
La mañana siguiente comenzó con la misma rutina, la lleve al colegio y durante todo el camino no pronuncio palabra alguna, ese día paso con mucha "normalidad" al caer la noche no soporte "la tortura del que pasara", me acerque a ella y le pregunte como se sentía que la notaba un poco distraída y pensativa, me respondió "vos sabes muy bien lo que tengo…. y eso no te lo voy a perdonar nunca" me invadió un miedo enorme y le respondí a modo de desconcierto ¿a que te referis?, ella empezó a reclamarme el haber entrado a su cuarto y abusar de ella mientras dormía, pero la note un poco insegura y con algunas dudas ante mi actitud fría y tranquila, eso me calmo y aproveche el momento para decirle algo que le produciría aun mas dudas "tal vez solo tuviste una pesadilla… eso fue… es tan solo un mal sueño…yo jamás entraría a tu habitación, cálmate"
Los meses pasaron y volví a recobrar la confianza de mi hijastra, se acercaba el año nuevo y se hacían los preparativos para festejarlo en casa de la abuela con una tradicional cena de año nuevo.
Llego el gran día todos estábamos muy alegres, yo salí un momento en el auto a saludar a mi madre que vivía en el mismo barrio que la abuela y por un inconveniente familiar me quede mas de la cuenta en casa de mi mama, llame a la casa de la abuela para justificar mi retraso y pedirles disculpas por no poder cenar con ellos. Al resolver mi problema ya todos habían cenado, brindado por un mejor año para todos y dado los emotivos abrazos de buenos deseos por el nuevo año.
Ese comienzo de año trajo nuevas expectativas para mi, casualmente cuando regrese a casa de la abuela me recibió mi hijastra, se encontraba afuera de la casa sola esperando mi llegada, sin dejarme bajar del auto se lanzo por la ventanilla y me abrazo muy contenta me dio muchos besos, me deseo muchos éxitos y felicidades, estaba muy bonita con su vestidito rosa y un lazo enorme al final de su espada, al momento de salir del auto ella aun tenia su cara asomada dentro del coche, con la intención de besar nuevamente mi mejilla, pero al girar, el beso lo recibí justo en los labios, la mire fijamente y ella a mi, de repente echamos a reír sin ninguna explicación.
En ese momento sentí que las cosas serian diferente entre nosotros, ella paso toda la noche a mi lado no se separaba de mí ni por un segundo, entonces se dio la gran oportunidad, su tío me pidió, como favor, ir en busca de unas provisiones para la fiesta y le dijo a ella que me acompañara, me sentí muy complacido en ir ante tal situación, una vez solos en el coche le comencé a bromear con el beso que me había dado unas horas atrás, le decía que se había aprovechado del momento para besarme, ella reía y respondía que esa no fue su intención, pero yo la cuestionaba a manera de juego, hasta que de repente me pidió que detuviera el vehiculo, lo hice, y me dijo "mírame a la cara….¿vos crees que ese beso fue intencional?" yo solo reía sin decir palabras, ella me tomo de las mejillas con ambas manos y me dio el beso mas apasionado que había sentido en mi vida y luego me dijo riendo a carcajadas esto si es un beso intencional, notaste la diferencia entre uno y otro, yo respondí de manera intencionada: "la verdad no…¿me podrías explicar nuevamente?" ella sin dudar me propino inmediatamente, otro beso de igual magnitud y pregunto: ¿ahora si notaste la diferencia?. Le pregunte por que hacia todo eso, por que me besaba con tanta pasión, a lo que me respondió, que no me hiciera el desentendido, que ella sabia muy bien cuales eran mis intenciones, que desde hacia mucho tiempo notaba la manera en que yo la miraba, y que no olvidaba la vez que entre a su habitación y acaricie todo su cuerpo y me pregunto nuevamente por que lo había hecho, me exigió esta ves que le fuera sincero, le conté la escena que presencie de su masturbación y le confesé que esa era la verdadera razón de mi cambio hacia ella. Sofía reía a carcajadas al saberse descubierta por mi y confeso que ese era un secreto que guardaba. Nos besamos nuevamente y muchas veces mas lo repetimos, fue algo muy excitante, pero no podíamos tardar más o despertaríamos muchas dudas y preguntas que no sabríamos dar respuestas por lo que regresamos a la fiesta.
Ya las cosas estaban claras entre nosotros esa noche conversamos mucho de nuestra futura relación de cómo la llevaríamos sin despertar sospechas de su madre, sus hermanos y demás familiares, era algo realmente excitante, la sensación que solo da el placer de lo prohibido. Las semanas pasaron y se dio una nueva oportunidad de salir de casa solos, nunca habíamos tenido una oportunidad como esa, estando nuevamente en casa de la abuela, mi mujer me pidió llevar a Sofía a casa de una de sus amigas del colegio donde había una reunión con motivo de celebrarse un cumpleaños, fiesta a la que nunca llegamos, pues en el camino nos topamos con un hotel y decidimos hacer nuestra propia fiesta y sin mas invitados.
Una vez dentro de la habitación decidimos hacer nuestros sueños realidad, ella desde que descubrió su sexualidad fantaseaba con hacer el amor y yo por mi parte desde que descubrí como se le veía el culo en tanga a "mi hijastra" soñé con hacerla mía y esta oportunidad no la desperdiciaríamos por nada del mundo.
Nos besamos muchas veces de manera muy apasionada y comenzamos a desvestirnos, muy lentamente nos acariciamos de pies a cabeza, le bese su cuello muy suavemente, fui bajando lentamente a sus senos, y aun mas abajo hasta sus entrepiernas, jamás había tenido tan cerca una vagina tan linda, tan suave, tan limpia y tan excitante, no soporte mas y clave mi lengua hasta lo mas profundo que pude de su virginal concha y empecé a sentir como fluían por mis mejillas todos esos jugos vaginales que brotaban desde lo mas profundo de su abertura, escuchaba como música aquellos hermosos sonidos que meses atrás dieron origen a toda esta locura, la música no era otra que el gemir que le producía mi incansable lengua al rozar sus rosados labios vaginales y su pequeñito clítoris…
Era el momento ideal de la embestida, me prepare psicológicamente para la penetración sabia de lo estrecho de su vagina y de la paciencia que debía tener para hacer de ese momento un momento placentero para ella y para mi, muy lentamente me incorpore, ella yacía de espaldas en la cama, con la piernas totalmente abiertas, ofreciéndome a plenitud lo mas puro de su ser … su virginidad, con mi verga lista para la placentera batalla me dispuse acariciar sus entrepiernas y cada ve que la pasaba por su conchita sin pelos, notaba como se estremecía todo su cuerpo, indicándome el momento justo para la penetración, poco a poco fui colocando mi pene entre sus piernas sin dejar de besar su boca (en la típica posición del misionero), sentí como poco a poco, milímetro a milímetro avanzaba mi verga por su canal extremadamente lubricado, por todos sus jugos naturales, la sensación era indescriptible, el placer inexplicable, con su conchita bañada en su propio jugo, la suavidad de sus paredes, la estreches de su interior, y la música que producían para mis oídos sus gemidos, así fui avanzando hasta lograr guardar en su ser, cada uno de mis 20 centímetros de pene. Así fue pasando el tiempo ya no había marcha atrás, hace rato que mi verga se paseaba, entrando y saliendo sin mayor problema de su vagina… Sus gemidos dejaron de ser leves para convertirse en gritos de placer con cada uno de los orgasmos que iba alcanzando… hasta que llego mi momento máximo, quise explotar dentro de ella, pero no estábamos usando ningún tipo de protección, así que saque mi pene y lo apunte a su cara, ella instintivamente y sin dudarlo se metió casi en su totalidad mi enorme pija en la boca y con un ritmo muy armonioso empezó a chupármela y casi inmediatamente empezaron a salir chorros de semen de mi verga, hasta llenar toda su boca al punto que corría por sus mejillas y goteaba en su pecho…. La verdad fue una experiencia increíble, hay que sentirla para poder conocerla por que no existen palabras para describirla….
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