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Alfonso

Estoy completando un seguro nuevo cuando recibo un mensaje de Alfonso:
"Me encantó tu beso".
"¿Mi beso? Creí que había sido tuyo", le respondo.
Me responde con un “jaja” y varias caritas felices.
"Entonces, me encantó besarte", prosigue.
No le contesto enseguida, lo hago esperar un rato, y entonces le escribo:
"A mí también".
Seguimos masajeándonos durante toda la mañana, me pregunta cuándo vamos a volver a vernos. Pronto, le contesto. Finalmente, y después de hacerlo desear durante todo el día, le propongo de vernos esa misma tarde.
"¿Dónde?" quiere saber. Le doy una dirección cerca de mi trabajo. Quedamos en vernos ahí a eso de las 18. Al encontrarnos trata de besarme pero lo esquivo con una comprensible excusa.
-Acá no, puede vernos alguien de la oficina- le digo.
Por suerte me entiende, así que caminamos juntos por el parque, charlando como dos viejos conocidos, aunque en nuestro interior sintamos esa febril pulsación que solo pretende arrojarnos en los brazos del otro. Los dos estamos de trampa, así que caminamos por donde las sombras son más intensas y la gente más escasa. Charlamos de todo, aunque sin mencionar en ningún momento nada relacionado al sexo, sexo que ambos deseamos con desesperación, vale decir.
-¿Sabes qué...?- le digo al rato frenándome en seco -Ya sé que los dos somos casados, que tenemos hijos, que esto (refiriéndome a nuestra incipiente relación) no corresponde, pero...- titubeo, o me hago la que titubeo, como que no encuentro las palabras para expresar lo que siento.
-¿Pero qué...?- me insiste.
-No sé cómo decirlo, perdóname, es que no estoy acostumbrada a una situación como esta-
-¿Qué situación?- quiere saber.
-Ésta situación- le digo -Estar con un hombre que no es mi marido y... y...- vuelvo a titubear.
-¿Y qué?- se sale de la vaina por saber lo que quiero decir.
-Y... querer hacer el amor con él- finalizó en tono suave y confidente.
-Yo también quiero hacer el amor con vos- me confiesa, tomándome de la mano y apretándola con la suya.
Nótese que decimos "hacer el amor" y no "coger", aunque lo que queríamos era matarnos cogiendo. Detenemos nuestra caminata y nos besamos, mucho más intensamente que aquella primera vez, con lengua, con saliva, con fruición.
-¿Vamos?- me pregunta al separarnos.
-Vamos- le contesto decidida, ya sin titubeo alguno.
No hace falta decir adónde vamos, los dos lo sabemos muy bien. Entramos al albergue transitorio tomados de la mano, como cualquier pareja convencional. En la habitación no perdemos tiempo, tenemos los minutos contados, así que nos disponemos a aprovechar al máximo cada uno de ellos. Nos besamos con pasión, con las ganas que venimos acumulando desde que nos vimos en el subte hace ya un par de días. Pero no solo nos besamos, también nos tocamos, nos manoseamos, nos perdemos el uno en el otro. La calentura ya nos consume a los dos por igual, febril e intensa, loca e irrefrenable. Sin dejar de tocarlo, de acariciar sus partes íntimas, de palpar la dureza que allí comienza a gestarse, me siento en el borde de la cama y lo atraigo hacia mí. Ya sabe lo que quiero, lo lee en mis ojos, lo ve en mi lengua que se desliza incitante sobre mis labios. Le desabrocho el pantalón, mirándolo siempre a los ojos, atenta a cada uno de sus gestos, no necesito ver para pelársela, puedo hacerlo con los ojos cerrados, así la prenda que cubre su máximo atributo, cae pesadamente a sus pies. Le bajo el calzoncillo de un tirón y la pija se levanta como un ariete, apuntándome enérgica y amenazante. No será la de Awekonosecuanto, pero tiene un buen tamaño, eso hay que decirlo, además después de haber perdido a mi amante de la África del Norte, debo volver a acostumbrarme a las pijas blancas y de tamaño convencional, y la de Alfonso era la adecuada para comenzar.
Se la besé en la punta y fui deslizándome con la lengua por todo el borde de la cabeza, punteándolo aquí y allá, para luego ir bajando, recorriendo la hinchazón de las venas, la tersura de la piel, besando, lamiendo, sorbiendo cada pedazo. Para cuando me la comí, Alfonso se deshizo en unos suspiros tan apasionados, que creí que iba a acabar en cualquier momento. Por suerte se repuso y me permitió chupársela con el mayor de los deleites, era reconfortante volver a comerme una pija entera, la de Awekonosecuanto me entraba hasta la mitad, mas era imposible sin correr el riesgo de romperme el esófago, pero la de Alfonso se deslizaba fluidamente por mi garganta golpeándome deliciosamente la campanilla, rebotando contra mi tráquea, arrancándome las lágrimas que convergen siempre que te rellenan la boca de esa manera. Supongo que no esperaba que se la chupara de esa forma, con tanto ímpetu, con tanto furor, la verdad es que ya no estaba para fingir algo que no soy, me presente ante él como una señora casada para nada acostumbrada a las infidelidades, seguro que suponía que era el primero con quien le ponía los cuernos a mi marido, ustedes y yo sabemos que no es así y que antes de él hubieron varios y habrá muchos más incluso después, por lo que cuando la pija se desplegó ante mí en toda su bien provista extensión, decidí mostrarme tal cual soy, yo misma.
Sus gemidos y jadeos me confirmaban que estaba disfrutando la mamada, si bien se trata de un hombre bastante atractivo y con una muy buena dotación, se nota que no tiene encima una vasta trayectoria sexual, incluso me diría luego, en el momento del reposo, que nunca se la habían chupado de esa manera.
-Que lastima- le diría yo -Tenés una pija riquísima-
Luego de la chupada se la deje a punto caramelo. Me puse en bolas, le coloque un preservativo del telo, y me eche de espalda en la cama, ansiosa por recibirlo entre mis piernas. Con la erección en su punto de máximo esplendor, vino hacia mí, se ubicó en medio, apoyó la punta de su hermosa poronga entre mis gajos y avanzó firme y certeramente. Mi lujuria se fue disolviendo en una melodiosa sinfonía de jadeos y arrullos a medida que me iba llenando:
-¡Ahhhhh... mmmmm... ahhhhh... mmmm...!-
Al tenerla toda adentro, palpitando, hinchándose, rebalsando cada rincón de mi concha con su dureza, resulta fácil olvidarse de Awekonosecuanto y pensar solo en Alfonso, en su pija, en lo dura que la siento y en lo bien que me llena pese al aun nítido recuerdo de su predecesor. Durante un instante nos quedamos quietos, fundidos el uno en el otro, mis piernas alrededor de su cintura, atrayéndolo aún más hacia mí, como si quisiera que sus huevos me llenaran también.
-¡Uhhh... que rico se siente... estas bien calentita...!- me dice sin moverse todavía, disfrutando esa sensación de plena intimidad que ambos compartimos.
-Y eso que estas con el forro- le hago notar.
Si no tuviera la protección del preservativo seguro se quemaba la poronga con el fuego de mi interior. Estaba en llamas, esa es la verdad, lo cual no es algo novedoso en mí, me caliento fácil y generalmente son mis amantes los que pagan las consecuencias, como Alfonso en este caso. Un beso de lengua, jugoso, efusivo, y empezamos a movernos los dos, cada cual por su lado, rubricando cada ensarte con un golpe final que repercute hasta en nuestras vísceras.
-¡Ahhhh... ahhhhh... ahhhhh... ahhhh...!- mis gemidos y jadeos acompañan nuestros movimientos convirtiéndose en el marco sonoro ideal para un garche sin concesiones.
No paramos, le damos para adelante, sin pausas ni respiro, golpeándonos con ímpetu, con furor cada vez que me entra toda, sacándonos chispas, reventándonos, amenazando con fisurarnos algún músculo de tan fuerte que nos cogemos. Sin embargo, parece que Alfonso no está acostumbrado a coger tan duro, porque enseguida acaba entre exaltados gemidos.
-¡Ahhhhh... ahhhhh... ahhhhh...!- brama guturalmente mientras se deshace en mi interior, llenando hasta su limite la contención del preservativo.
Lo tomo con una mano de la nuca, lo atraigo hacia mí y lo beso apasionadamente, sintiendo en mi boca la excitación de su orgasmo.
Pese a haberlo gozado en demasía, yo no he acabado todavía, sigo con las pulsaciones a mil y con ese infierno entre las piernas que me moja y enceguece. Quiero más, quiero volver a sentirlo dentro mío, pulsando, vibrando, fluyendo hasta lo más profundo para proporcionarme esa satisfacción que tanto necesito, pero... No sé cómo será Alfonso en su lecho conyugal, cuando hace el amor con su esposa, pero en ese momento, estando conmigo, uno le pareció suficiente. Debía serlo para él, que acabó como si se le fuera la vida en ello, pero no para mí que no había conseguido lo que pretendía, ni más ni menos que me cogieran bien cogida. No pudo ser...
Luego del polvo (de su polvo), Alfonso se echó a un lado y se quedó como en trance, suspirando acompasadamente, mientras que entre sus piernas, la rigidez que momentos antes tanto me había cautivado, iba diluyéndose poco a poco. Traté de motivarlo, de chupársela de nuevo, de acariciarlo acá y allá, tocando esas zonas erógenas que resultan tan sensibles y receptivas, pero nada de nada. Decepción total. Fui al baño y mientras me duchaba me hice una paja como para calmar esa ansiedad que todavía me carcomía el alma, pero una paja no era nada ante la calentura atroz que me agobiaba, era como apagar un incendio con dos gotas de agua.
Salí del baño, me vestí, y le pedí que se apurará para salir del telo.
-Mi marido ya debe estar por llegar a casa- le decía para apurarlo.
Él estaba satisfecho, con una sonrisa de oreja a oreja, feliz con su "proeza" sexual, como si me hubiera dado la cogida de mi vida, cuando en realidad apenas me había movido un pelo. La verdad era que había empezado bien, pero lo bueno, lo que pintaba para memorable, se acabó demasiado pronto, precisamente cuando él acabó antes de que yo me pusiera en carrera siquiera.
Nos despedimos con un beso tibio y desapasionado, por lo menos de mi parte, él quiso besarme pero lo esquive poniéndole la mejilla. I'm sorry, los besos son para los que me cogen bien, no para los que me dejan con las ganas.
Esa noche tuve que conformarme con mi marido, que por lo menos se portó mucho mejor y me hizo acabar después de mucho tiempo, ¿cuándo fue la ultima vez que me moje con él? No lo recuerdo, igual un polvo es un polvo y pese a todo fue más de lo que había obtenido aquella tarde. Obvio que desde entonces a Alfonso no le respondo más los mensajes.



22 comentarios - Alfonso

Diegodi35
que lindooooooooooooooooooooooooo , ojala te pueda encontrar!!!!!!!
romance11
uu marita te dejaron con las ganas,,,
Ritomansilla
bueno mamita! te dejaron con ganitas pero a punto para el proximo!
exiliado39
que bue relato si seguís calentita acá toy nena con migo vas a acabar varias veces te lo aseguro
ColoraditaXXX
jajajajaja que horrible cuando te dejan así.
17Salta77
Uhh, ya caigo en la cuenta del por que de ciertas actitudes. con dos mujeres en mi pasado... por estas confidencias es que me gusta leer relatos. A modo de instruirme y ver el punto de vista de la otra parte.
Bichi37
Nooooo eso no se hace. Alfonso es un hdp...qué poco caballero, no hacerte acabar. Lo triste es que ni se dio cuenta ajjajaja. Terrible, pero ciertamente verídico.
bachamos +1
como hay tipos forros... solo preocupados en su propio placer 😒

Alfonso
ludaza
Te sacaste la duda, pero te quedo la calentura. .... por dónde te llevaran las rutas de la pasión .... y el sexo .......
puyutano78
Uffff se te extrañaban los relatos diosa 🤘
EL_PROFE25
El relato excelente como siempre!!
Lastima lo del muchacho, je.
Gracias por compartir
vergacorti
Un forro el tipo, no se puede ser egoista cuando se coge, hay que saber complacer. Marita, ya vas a encontrar otro ébano te marque a fuego. Besos
MrSinister
lo suyo es de otro mundo quisiera ver el titulo Siniestro 🤤 🤤
garrote2373
Y bueno @maritainfiel, no todas son victorias... Excelente relato.
renny-hot
Me encantó tu relato, espero seguir leyendo mas cosas tuyas.
Enorsai
Cuanta sabiduría concentrada en un cuerpo femenino!! Siga hermosa y no pierdas esa escritura!
c05m3
Excelente relato, pobre de Alfonso pero mas me apiado de vos que experimentaste la insatisfaccion de no llegar a un orgasmo siquiera, que dicho sea de paso es una de las peores cosas que pueden suceder.
Diegodi35
que desepcion ese Alfonsoooooooooooooo
maritainfiel
Mas decespción la mía jaja....
Diegodi35
@maritainfiel si bueno, porque quedastes re caliente!!!! pero como te va a dejar asi!!!!!! a mi no me daria la cara jajaja
carcana
que pelotudo alfonso la hembra que se perdio, no hay segundas oportunidades, que paseo te doy si te agarro.
chechabon
Que lastima, sino se para hay lengua y dedo, pero tu orgasmo es el principal
kramalo
todo eso, porque vos se la chupastes.... tendrias que haberte hecho chupar la concha vos primero, asi te la mandaba a guardar ya con tu orgasmo mas "cercano"... o que te hagan acabar con la lengua.. total, uds. las minas, acaban muuucho mas que nosotros...
para la próxima, no la chupes vos. a lo sumo, se la chupas después que acabe. pero para ésa instancia, ya habrás acabado...
También tenes la oportunidad de venir a verme y te recontrasuperchupo la argoya, hasta sacarte un cayo, y que me laves la cara con tu lechona.. y despues te meto mi pichita de 19 cm.......un beso Marita....sabes donde....