Fetichismo de pies y seducción...

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Foot-Job en el Cine… (Por Jenny)

Tengo la enorme fortuna de tener como cómplice sexual a Ursurus, quien es un amante perfecto, que me provee de intenso placer sexual en todas sus cavidades y superficies, sin límites de posturas, variantes e inclusive en escenarios y circunstancias de lo más diverso. En una ocasión me comentó que él me consideraba poseedora de un par de piernas espectaculares y unos pies muy sexys. Así mismo, aunque algo apenado, me confesó también que tenía una inclinación fetichista hacia los pies y piernas femeninas en tacón alto, remarcando que le fascinan esos atributos míos…

A mí me fascinó su apertura para abordar conmigo un tema tabú, pero especialmente porque comparto también una cierta inclinación fetichista por esta parafilia, que ha hecho mis delicias en más de una ocasión. A continuación les narraré una de ésas ocasiones….

Habitualmente con Ursurus la estimulación fetichista de los pies suele ser sólo una parte del proceso de estimulación erótica y en raras ocasiones es el centro y receptáculo de excitación y descarga de la satisfacción sexual, cuando ocurre así es por qué casi siempre nos encontramos limitados por circunstancias de lugar y privacidad para entregarnos en forma mucho más plena al ejercicio y disfrute de nuestra sexualidad.






Habíamos ido al cine, con la intención de disfrutar de un filme de pornográfico que nos proveyese de ideas que pudiésemos ejecutar en forma futura adaptándolas a nuestra vida sexual. Aconteció que durante la trama de dicha película, se presentó una erótica secuencia fetichista en que la porn-star modela unas sexys y sugerentes zapatillas de plataforma y tacón alto, y con ella ejecuta lo que en el argot del mundo porno se conoce como shoejob hasta hacer derramarse a su co-estrella en una copiosa eyaculación directamente en sus piés y su erótico calzado.

De inmediato noté un gran parecido con el modelo de zapatillas que ella me encontraba calzando en ese momento, y con una sugestiva y sensual mirada le dije:

-¡Mira, las zapatillas de la actriz son casi iguales a las mías!, y agregué insinuante en voz muy baja mientras estiraba mis piernas y exhibiendo en todo lo alto mis pies enfundados en estas erógenas zapatillas:

-¿Te gustaría que te haga un foot job con mis pies?-.


Desde luego que sabía lo mucho que le agradan a Ursurus mis piernas y pies, a los que él considera poseedores de una gran sensualidad, así como de una erogenicidad muy especial. El hecho es que con esta acción, había logrado con creces su objetivo de excitar su líbido, pues para ese momento él ya tenía a la verga completamente erecta, por lo que cuando me acomodé en la butaca inmediata y contigua a la que él se encontraba sentado, para así estirar mejor mi pierna y llegar con mi pie hasta su entrepierna, el sólo contacto de su verga con mi pie a través de la tela de mi pantalón me hizo experimentar un incremento considerable de excitación.

De inmediato extraje su verga a través de la bragueta y con el glande me dediqué a rozar y frotar mis pies enfundado en esas sexys zapatillas y ejecutando una especie de responso a lo que en ese momento se proyectaba en la pantalla del cine, como si fuera el monitor , y nosotros los encargados de repetir esas deliciosas caricias.





Sin importarme que varias miradas se centraban más en nosotros que en la pantalla, me dediqué a masturbar hábilmente a su verga con su pie, y la excitación junto con la deliciosa fricción del glande de su verga en la superficie de mis pies y su calzado me tenía al borde del orgasmo.

Coloqué su verga en el estrecho ángulo formado entre la suela y los largos y delgados tacones de sus zapatillas. Una vez allí, su verga se encargó de frotarse en un movimiento de avancarga y retroceso, como penetrando ese espacio. Al principio con movimientos lentos, que progresivamente se fueron incrementando en velocidad e intensidad, hasta que me tenía jadeando de placer, entonces sentí que se encontraba experimentando la inminencia de un orgasmo, lanzó una vehemente exclamación de placer antes de derramarse en abundantes borbotones de semen que salpicaron mis pies y calzado.

-¡Así, perra!!!, ¡Que rico!!!, ¡Haz que me venga!!!, ¡Así!!!, ¡Asíííí!!!, ¡Ahhhhhh!!!, ¡Puta!!!, ¡Me vengooooo!!!, ¡Ahhhhhh!!!!!!-

Las miradas de los espectadores de ese espontáneo espectáculo, siguieron con ávido interés, enmbelezados tanto la contemplación de mis extremidades, como también el desarrollo del candente shoejob que habían acabado de presenciar, seguramente deseosos de experimentar de mis atributos y habilidades; de hecho varios de los curiosos se encontraban masturbándose durante el proceso y cuando menos escuche a uno de ellos gemir y experimentar un orgasmo.

No tienen idea de lo intenso, excitante y satisfactorio que es el lograr el efecto de erotizar y brindarle placer a otros hombres hasta hacerlos experimentar intensos orgasmos y venirse, mientras yo observo el resultado de mi deliberada exhibición excitatoria. Estaba tan excitada en ese momento que estaba lista para mamar y ser cogida en forma. Abundaban ávidos y dispuestos prospectos a nuestro alrededor, así que le susurré la proposición de que me entregase a los espectadores que aún no se habían venido, por lo menos uno, para que tanto yo, como la audiencia saciasen sus ansias de manera más plena e irrestricta.




Lo que siguió después fue tan intenso como inesperado, pues Ursurus me dijo que se moría de ganas por verme hacerlo. Con la autorización y complicidad de mihombre, seleccioné a un tipo de una butaca continua...

Las manos del afortunado tipo temblaban trémulas de excitación, y por lo presuroso de sus intentos, no lograba encontrar y liberar la trabilla del cierre de su pantalón; así que fui yo, quien con calculada lentitud tiró de la guía metálica del cierre. Su característico sonido fue el preámbulo sonoro perfecto para la que con un ágil movimiento extrajese la verga completamente erecta del sujeto, mientras que aproximaba a su verga mis pies enfundados en unas sexis zapatillas translúcidas de plataforma y tacón alto estilo Stripper, de ésas que usan las Exotics Dancers en los sitios de Table Dance.

El tipo acomodó su erecta virilidad entre mis pies, mientras yo procedí a marcarle el ritmo de bombeo de retroceso y avancarga con el cual le prodigaba una deliciosa estimulación, en lo que se conoce como Foot Job.

Conociéndome lo suficiente, Ursurus sabía que para ese momento, la estimulación de sentir la firme y erecta verga de ese amante desconocido y furtivo, me tenía al borde del paroxismo pasional. Continué friccionando la verga de ese tipo por cada centímetro de mis pies, y para cuando llegué a el espacio comprendido entre la suela y el largo y delgado tacón de esas sexis zapatillas, en las que mis pies eran la encarnación de una diosa del fetichismo, encontré en ese delicioso túnel el lugar con la presión y resistencia perfecta para hacer que el tipo pasara de emitir exhalaciones cada vez más profundas y rápidas, a gemir de placer. Para ese momento, yo también gemía y lo estimulaba a continuar así, y a pedirle que se viniera y salpicara con su semen mis pies.

El movimiento del roce y fricción de la verga del sujeto sobre mis pies adquirió entonces un ritmo frenético, Ursurus me escuchó emitir el característico gemido agudo y gutural de cuando experimento mis orgasmos, y a los pocos segundos escuché un sonoro y gutural gemido del tipo al tiempo en que derramaba una copiosa eyaculación sobre mis bellos y sexis pies, que ahora lucían una abundante descarga de blanca y filante esperma que se escurría con lentitud sobre ellos.



Levanté la cabeza para mirar a mi macho, sus ojos hicieron contacto con los míos. Me sonrió con un gesto de complicidad mezclado con picardía mientras yo sacudía la verga del sujeto aún rígida para extraerle hasta la última gota de semen. Me habría gustado mamársela en ese momento para que Ursurus me viera sorber y tragar el semen que aún tuviera por eyacular…Pero de pronto mi macho se incorporó, me dio la mano; y tirando con prisa me dijo:

-¡Vámonos de aquí!, ¡vámonos, voy a llevarte a un motel para cogerte!, - y para cuando añadió: -¡Estoy muy caliente!- ya estábamos cruzando la mitad de la sala.

Mis piernas temblaban cuando abandonamos la sala poco iluminada de cine, salimos de allí y llegando a la camioneta, caí sobre su verga nada más cerró la portezuela. Ursurus condujo con mi cabeza sobre su regazo y con mi boca succionando firmemente su deliciosa verga hasta que llegamos a un cercano motel en donde me cogió como un poseído. Mis gritos y exclamaciones apasionadas precedían a mis arrolladores orgasmos, me cogió por cada una de mis cavidades, y se vino en cada una de ellas; así como también en mis pies, en mis tetas y en mi cara. Casi amanecía cuando lo había dejado ya completamente agotado, seco, satisfecho y profundamente dormido soñando los sueños eróticos que muy pronto haríamos realidad.

Fin.