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El culo de la novia de mi primo

PARTE 1

La historia que van a leer tuvo lugar tiempo atrás, cuando yo tenía 18 y ella 24. Las fotos se las tomé a ella en aquel entonces y forman parte de la historia. Después fueron publicadas en internet, algo después de que Luciana cortara con mi primo y nos siguiéramos viendo en secreto.
Mi nombre es Jorge, hoy tengo 25 años.
En aquel entonces, Luciana vivía sola en la capital; había salido del pueblo para estudiar psicología, motivo por el cual se alejó de mi primo y siguió manteniendo la relación a distancia y a fuerza de visitas esporádicas. Por mi parte, casi no tenía relación con Luciana. Antes de que viaje a la capital fueron pocas las oportunidades de que tuvimos de intercambiar palabras. Sin embargo, en el pueblo la conocían, por eso amigos y allegados me cargaban siempre con ella. Es una chica muy linda: rubia, ojos celestes, senos no muy grandes pero si erguidos y con unos pezones muy sobresalientes. Sin duda, su mejor atracción es su culo. Llama mucho la atención en su cuerpo delgado, y ese es mayoritariamente el motivo por el cual los hombres se desesperan por ella.
Aunque hasta mi viaje a capital nunca había reparado en todo eso. Me tocó ir para hacer la preinscripción a la carrera de educación física, los primeros días de diciembre y, cortesía familiar, mi primo y ella se ofrecieron a que me aloje en su departamento durante la semana que duraría mi estadía.Y así fue que llegué a pasar unos días junto a ella, en su departamento del centro.
Mi recibimiento por su parte fue formal y cordial. Me dio la bienvenida, me dijo que la pieza enfrente de la suya sería la mía, me preguntó por el viaje, por mi primo y su familia. Además me dijo que estaba muy cansada, que recién había vuelto del trabajo, cosa de la cual me había percatado porque llevaba los pantalones y la chaqueta recatada de una secretaria, labor que realizaba en paralelo a sus estudios. Así como la encontré, mucho distaba de la chica informal que había conocido en casa de mis tíos. Con ese uniforme, y ese pelo rubio recogido, sus facciones resaltaban más adultas, y sus ojos verdes le daban el aspecto de una mujer sensual, aunque algo mayor y más seria de lo que realmente era.
Después de un rato de charla, me propuso llamar al pueblo: primero a mi familia, para avisar que había llegado bien; y después a mi primo para comentarle que ya estábamos juntos. Ella aprovechó la oportunidad para saludarlo e irse con el teléfono a la pieza para hablar en privado. Quince minutos después estuvo de regreso, sólo para decirme que me pusiera cómodo y que llevara mis cosas al cuarto. En tanto ella me dijo que se iría al gimnasio, y que a su regreso traería cosas para comer.
Mientras yo acomodaba mis cosas, ella cerró la puerta de su habitación. Momentos después apareció cambiada para hacer deporte, y yo me sorprendí por primera vez en esos días, tal vez por el contraste que tenía ahora con la ropa adusta que llevaba en nuestro encuentro Luciana ahora llevaba una musculosa blanca pegada al cuerpo, y unas calzas negras ajustadas. Creo que fue la primera vez que vi a la chica de mi primo como se mira a una mujer. Ya no era la secretaria seria que yo me había encontrado; era una chica fresca, de piel joven y provocativos pezones que se notaban debajo de la musculosa. Inmediatamente pensé si ella se vestiría de esa forma si estuviesen conviviendo con mi primo; no porque ella hubiera sido de esas mujeres que buscan provocar, sino porque ese cuerpo con esa ropa ajustada de seguro llamaría la atención de todos los hombres en el gimnasio. Y esa teoría se confirmó por demás cuando se fue por el pasillo, y pude ver la exquisitez de su culo, redondo, carnoso, sin un solo defecto que se delatara a través de la tela de las calzas al caminar. Se veía firme y ancho.
Cuando abrió la puerta para irse me miró para saludarme. Estoy seguro que se percató de mi cara mirándola de arriba abajo. Cuando estuve sólo no pude dejar de sentirme avergonzado. Traté de pensar en otra cosa acomodando mi ropa en el ropero.
Una hora y media después Luciana estuvo de regreso. Traía consigo unas bolsas del supermercado. Ahora vestía una pollera de Jean hasta arriba de las rodillas y una camisa blanca. Por un momento tuve culpa, y supuse que ella prefirió cubrirse a pesar del calor, antes de que estuviera el primo menor de su novio espiándola en su propia casa.
Sin embargo ese pensamiento se me fue, y su lugar fue ocupado por la idea del morbo. Eso fue motivado porque en la cena descubrí que a Luciana la camisa holgada le jugaba una mala pasada, y se le plegaba de manera extraña entre botón y botón, de modo que a veces podía contemplar la curva de sus pechos perdiéndose en corpiño que tapaba sus pezones.
Con esa imagen me fui a dormir, también con la sensación excitante y profana de haber descubierto que, si haberlo querido, había deseado por primera vez a la novia de mi primo, que tan gentilmente me había abierto la puerta.
Al día siguiente me encontré sólo al despertar. Luciana había salido temprano a la facultad, y me dijo que volvería a la tarde después del trabajo. Como quedamos, usé las llaves que me dejo sobre la mesa para poder salir y aprovechar el viernes para familiarizarme con la ciudad. El lunes debía presentarme en la facultad para averiguar sobre los trámites, y los demás días debía empezar a preguntar por alojamientos. Pero ese día, pasé toda la mañana y gran parte de la tarde paseando.
A su regreso Luciana me encontró revisando mis mails en la computadora. Todo transcurrió como el día anterior: una charla cordial, un mate de por medio, la charla telefónica con mi primo, y luego ella se excusó para ir a su cuarto a sacarse el uniforme y prepararse para el gimnasio.
Pasado el tiempo, considero que lo que vi después de que ella saliera de la pieza, fue lo que cambió radicalmente mi forma de verla y la relación que manteníamos hasta el momento. Luciana salió de su cuarto igual que lo había hecho el día anterior, con una musculosa similar, pero ahora las calzas que llevaban eran de color blanco. Viéndola venir de frente por el pasillo, comencé a ponerme nervioso, previendo lo que podría llegar a sentir cuando la viera de espaldas. Una parte de mi no quería que eso sucediera, para evitar la incomodidad de los malos pensamientos. Sin embargo ocurrió: Luciana llegó al living y giró sobre sí para tomar las llaves de arriba de la biblioteca. Pude contemplar su culo como nunca lo había hecho. A las claras se le notaban el contorno de una tanga blanca, de triángulo pequeño y elásticos finos. Incluso, el color de la tela dejaba adivinar los pliegos de su vagina, contenida a duras penas por esas calsas ajustadas que dejaban entrever la perfección de su parte más deseable de su cuerpo: su culo. A partir de ahí comencé a dudar de la ingenuidad provocadora de la novia de mi primo. Por más que toda su forma de ser indicara lo contrario, resultaba casi imposible que ella no se percatara de la atención que llamaría con esas calzas. Incluso, hubo un pequeño hecho que me hizo confiar más en mi hipótesis, unas palabras de su boca, dichas como al pasar, como quien no quiere la cosa, que me dejaron pensando por un buen rato: “Me puse estas calzas nuevas y me quedan incómodas”, fue lo que dijo. Y si hubiera esperado respuesta, yo la defraudé. No pude decir nada. Sólo me quedé ahí mirando mientras ella se iba y se volvía una vez más para saludarme antes de salir.
Volví a quedarme sólo y, otra vez, busqué alguna otra cosa en qué pensar. En esta oportunidad intenté dispersarme con un jueguito de fútbol en la PC, pero me resultó imposible ganar un partido. No podía quitarme la imagen sensual de Luciana. Siempre la había visto de otra forma, como a una chica atractiva sí, pero jamás con esta figura de hembra de caderas fulminantes que se me había presentado en su propio departamento, hacía un rato nomás.
Entonces se me prendió la lucecita del morbo. Comencé a hurgar en su computadora en busca de fotos. En un principio no encontré mayores sorpresas: todas eran fotos normales, más bien formales, como era ella. Sin embargo, después de revisar álbumes por 10 minutos, encontré algo que me sacó de mi, eliminó todos mis remordimientos y lo suplantó por una erección dolorosa e incontenible: era una foto, una sola. En ella se veía a Luciana de espaldas, recostada en el sillón del living de su departamento, con la cara hacia la pared y dispuesta casi en posición fetal. Lo llamativo de esa foto era, ni más ni menos, que se veía con toda su minifalda de jean levantada, dejando al descubierto su culo gordo, redondo firme y carnoso, cubierto por una pequeña tanga negra de corazones a colores, en un tremendo primer plano.

Abandone mi investigación justo 10 minutos antes de que ella volviera. Es que de pronto me descubrí sentado, pasmado frente a la pantalla de la computadora sin hacer movimiento alguno, boquiabierto ante la foto, con la mano cerrada sobre mis huevos y la base de mi pene duro, que comenzaba a babearse por sí solo. Entonces me di cuenta de que Luciana estaría por volver, y me desesperé por cerrar todo a tiempo y de que no quedara rastro de mi operación.
Todo en mi era una combinación de angustia, culpa por sobre la calentura reprimida por haber contemplado esa foto, y por el hecho de estar conviviendo momentáneamente con una hembra de ese porte, la novia de mi primo. Comencé a imaginar cosas desordenadas, la mayoría de ellas vinculadas con quién habría sacado la foto, y en qué circunstancias. Cuando sentí en ascensor, me encontraba en el sillón del living, de piernas abiertas y la verga echa una roca debajo del Jogging.
En esa posición me iba a encontrar Luciana cuando atravesara la puerta, por eso contraje las piernas y me incorporé un poco.
-Hola Jor, llegué.
Yo estaba ruborizado, eso lo aseguro, y tal vez también con algo de sudor en la frente.
-Qué te pasa? Estás bien?
No pude más que responder afirmativamente y devolver el saludo. A decir verdad, tampoco pude recuperarme del todo durante la cena. Creo que me mostré retraído, taciturno. En cambio ella se mostraba más chispeante que otras veces, dijo que estaba contenta por ser viernes, y que esa noche aprovecharía a dormir, y por la mañana saldría a entrenarse al parque. Por mi parte, no sabía que hacer: ni en ese momento, ni a la mañana siguiente, ni en adelante. No tenía proyección alguna, ni siquiera podía determinar qué sería lo que haría luego de haber visto esa foto. En tanto, Luciana se movía de aquí para ya, juntando la mesa, con unos jeans que le quedaban dibujados y no hacían más que mortificarme por dentro.
Terminadas sus tareas, me saludo con la mano y me anunció que iría hacia su cuarto a ver TV antes de dormir.
Era muy temprano aún, o no tanto; pero yo no quería dormir. Me daban vuelta mil ideas en la cabeza, pero comprendí que mejor sería acostarme también, en parte porque no correspondía que estuviera dando vueltas por la casa, y más cuando cierta culpa recorría mi interior.
Me acosté en calzoncillos. Desde mi cuarto se podía ver apenas abierta la puerta de la habitación de Luciana. Pero no se divisaba nada más que el resplandor de la TV. Una vez acostado, me pude relajar un poco y comencé a pensar: la foto, quién se la habría tomado? Mi primo? Porque estaba dormida ella? Sabría que la habían fotografiado con el culo enorme en primer plano para la cámara? No era poco común una fotografía así en una chica tan recatada como Luciana? Correspondía que yo estuviese tan excitado con la novia de mi primo? Había borrado todas las huellas de mi visita por su pc? Mi pene se sentía como una roca humeda, me dolía debajo del slip; sin embargo estos últimos pensamientos comenzaron a mortificarme. A pesar de la improbabilidad, imagine la posibilidad de que ella descubriera que anduve hurgando en su PC. De esa manera, caliente y mortificado, me quedé dormido esa noche.
El sábado desperté temprano, cerca de las 8:30, y no de la mejor manera. Me había quedado dormido con la puerta entreabierta, y amanecí destapado con la verga tan dura como había quedado la noche anterior. Avergonzado, me acerqué a la cocina bostezando, una vez que me hube puesto unos pantalones cortos. Allí estaba ella, fresca y nueva.
Estaba vestida para hacer deportes, otra vez. Ahora llevaba una musculosa verde, y una calsa tres cuartos de esas que incorporan una pequeña pollera, apenas por encima de los muslos. Tenía clases de tenis según me informó. Todavía dormido, me senté en la mesa mientras ella me preparaba un café con leche. Después la oí agarrar sus cosas en el living, y saludarme antes de salir con un simple “chau Jor”.
No pasó mucho tiempo en que me despabilara y me diera cuenta que estaba sólo. Podría, una vez más, estar hurgando en la pc para encontrarme con alguna sorpresa como la del día anterior. Sin embargo, dicha sorpresa no fue grata en esta oportunidad. Descubrí que tenía vedado el acceso; Luciana había puesto una contraseña al inicio de Windows. Eso me mortificó. Tuve la certeza de que había descubierto que encontré su foto. Entonces me perseguí, me pregunté cómo terminaría todo esto, entendí por qué tanta distancia de su parte, casi ni acercándose a mí, y saludándome a la distancia.
Sin embargo, pasó algo que cambió radicalmente la situación: una hora más tarde, mi celular sonó. Era un mensaje de ella. En él me decía que ya había terminado su clase de tenis, que le restaba bañarse para volver a almorzar. Lo sorprendente, fue que al final del mensaje aclaró “ah, y le puse contraseña a la PC, te digo por si querés ver los mails. Es “caramelito”, un beso”.
En el momento no comprendí el motivo de esa aclaración, pero unos minutos más tarde comencé a sospechar. Rápidamente (no contaba con mucho tiempo) me dirigí a la carpeta donde había encontrado la foto en cuestión. Ahí fue que encontré las siguientes dos fotos del culo de la novia de mi primo. También en ambas estaba dormida, aunque ahora su enorme culo aparecía más en primer plano, como un globo redondo, con unas finas tangas (blanca y roja) bien metidas entre sus cachetes.


CONTINUARÁ...

24 comentarios - El culo de la novia de mi primo

hurukhay
Genial Loco!!! Que bueno esto, no me quiero perder como sigue, por favor avisa,
saludos
juanchoelapa
en espera de la continuacion. Saludos
JASALEJO
Para cuando la segunda
ptolomeo1961
Muy bueno espero el 2, felicitaciones
patolocodelgado
Buenísimo espero la segunda parte yo tengo una relación con la ex de mi primo ja ja
carmora
esperando la continuacion para ver los correos
ThemasterLool
Muy buen relato espero la continuacion +3
EL_PROFE25
Muuuy bueno!!
Espero mas!!!
Gracias por compartir
lufus1785
Ufffffff....como sigue!!!!!! Buenisima descripcion.
rcg_1982
Que rico culo!!! Cuando subes la otra parte?
poyon
naaaaaaa m dejaste al palooooo avisa cuando continue
pibita2014
por afuera ya me gusto lo guardo para leerlo leete los de mi viejo pa @fordshelbycobra