[size=9]Hola a todos hace tiempo que no participaba con nada, pero hoy con el día gris me dieron ganas de escribir y de compartir un relato.
Espero le guste y bueno todo comentario sera bien recibido, bueno ahí les va el relato...[[/size]
Ella llego temprano, se habían citado en ese lugar para un rato más tarde, pero su ansiedad era mucha. Hacía tiempo que no lo veía y realmente lo extrañaba mucho. Extrañaba sus miradas, su olor, su besos, su calor.
Se conocen desde hace muchos años, pero su relación siempre fue eso. Encuentro furtivos en moteles, en apartamentos, en autos, sus situaciones sentimentales no le permiten otra cosa.
El casado con varios hijos, ella sin hijos pero en pareja desde hace mucho.
Saben que su relación es solo eso “sexo”, pero al mismo tiempo es eso lo que hace que sigan viéndose a pesar de todo. Que a pesar de los años el deseo de verse nunca decaiga, al contrario. El paso de los años los ha madurado y los ha hecho conocerse tanto, saber perfectamente que es lo que cada uno quiere, que es lo que cada uno necesita. Que no existan entre ellos vergüenzas ni pudores.
Ese deseo de ambos , enorme que los consume y que hace que cuando están juntos nada más importe, que haga que piensen solo en algo: disfrutar. Disfrutarse mutuamente, disfrutar de sus cuerpos. Disfrutar de ese momento único donde pueden ser realmente ellos. Donde pueden sacar afuera sus instintos más básicos. Sus deseos más profundos.
Hacer cosas que solo hacen entre ellos, gozar, sentir, sin pensar demasiado, es la idea, y lo que los hace morirse de ganas de verse. Él sabe perfectamente lo que a ella le gusta y viceversa.
Se conocen como la palma de la mano. Saben cuál es el punto exacto de cada uno para explotar.
Ella entra, él ya está, igual que deseoso que ella, la mira, con esa mirada única con esos ojos celestes que quieren desvestirla ya. La abraza y la besa con desesperación sin demasiados preámbulos, para que, no son necesarios.
Ella siente su perfume, su olor y eso es suficiente para olvidar todo lo demás.
Se abrazan y se funden en un beso apasionado, como solo ellos dos pueden darse.
El mientras tanto con sus manos comienza a acariciarla, lentamente, la cara, los brazos, los senos, la cola. Ella por su parte no se queda quieta, le empieza a desprender la camisa y a acariciarle su pecho, grande, con pocos vellos, con una piel suave que ella adora acariciar y besar y ese perfume que siempre la embriaga y la hace enloquecer.
El mientras tanto no pierde tiempo, ya le saco la remera, el sostén , se detiene en sus senos, grandes , lindos, que están deseosos y expectantes de sus caricias, de sus besos, de su lengua.
Ella comienza a gemir, a gozar como él la tiene acostumbrada.
Las respiraciones empiezan a hacerse más fuertes y agitadas.
Ella le empieza a acariciar la entrepierna, primero suavemente, acelerando de a poco la caricia, el comienza a gemir, ella le desprende el pantalón, se lo baja despacito mientas lo sigue acariciando.
Su miembro está expectante de lo que sabe que vendrá., rápidamente ella mientras lo sigue acariciando se agacha y lo introduce en su boca.
Es uno de los momentos más felices de su vida, tener el miembro de la persona que tanto desea, que tanta satisfacción le da en su boca.
Lo besa, lo lame lo aprieta con sus labios, al principio lento y después cada vez más rápido con desesperación.
De pronto el la detiene, sabe que su orgasmo esta a punto de llegar y quiere dilatar un rato más la situación seguir disfrutando por un tiempo más.
La levanta, le saca su bombachita, le acaricia su sexo depilado, mojado y ardiente.
Le introduce su lengua y logra que ella enloquezca de placer, de goce.
Se tira de espalda en la cama y hace que ella se tire arriba de él.
Empieza la lucha tan anhelada y deseada por ambos.
Se siguen besando, succionando, lamiendo. Hasta que el empieza a guiar su miembro hasta la mojada cuevita que lo va a albergar por un buen rato. Se miran a los ojos, hablan, se dicen cosas, no pueden dejar de gozar y de disfrutar.
Ella se mueve arriba suyo, sube y baja, con un movimiento que lo transporta a él y a ella hasta el cielo. Totalmente convencidos que ese conjunto de sensaciones solo se puede dar entre ellos, algo mutuo que no puede y que no va a ocurrir con nadie más.
Siguen un rato más perdiendo noción de tiempo y espacio, hasta que le llega el momento sublime donde juntos llegan al clímax. Ella se desploma arriba de él tapándolo con su cabello negro , largo y sedoso que a él tanto le gusta, y que adora acariciar.
Sus cuerpos están totalmente mojadas, sudorosos, ellos están recobrando el aire, se miran se besan dulcemente, y continúan abrazados un rato más
Luego la realidad vuelve a ellos no les queda mucho tiempo el tiene que ir a buscar a sus hijos al colegio, ella tiene que terminar su jornada laboral.
Se dan un rápido y dulce beso y se despiden hasta la próxima. Saben que no importa el tiempo que pase, siempre van a tener ganas de verse, de besarse, de amarse….. y eso es lo único que les importa.
[size=9]Hasta la próxima amigos[/size] 🙂 ;)
Espero le guste y bueno todo comentario sera bien recibido, bueno ahí les va el relato...[[/size]
Ella llego temprano, se habían citado en ese lugar para un rato más tarde, pero su ansiedad era mucha. Hacía tiempo que no lo veía y realmente lo extrañaba mucho. Extrañaba sus miradas, su olor, su besos, su calor.
Se conocen desde hace muchos años, pero su relación siempre fue eso. Encuentro furtivos en moteles, en apartamentos, en autos, sus situaciones sentimentales no le permiten otra cosa.
El casado con varios hijos, ella sin hijos pero en pareja desde hace mucho.
Saben que su relación es solo eso “sexo”, pero al mismo tiempo es eso lo que hace que sigan viéndose a pesar de todo. Que a pesar de los años el deseo de verse nunca decaiga, al contrario. El paso de los años los ha madurado y los ha hecho conocerse tanto, saber perfectamente que es lo que cada uno quiere, que es lo que cada uno necesita. Que no existan entre ellos vergüenzas ni pudores.
Ese deseo de ambos , enorme que los consume y que hace que cuando están juntos nada más importe, que haga que piensen solo en algo: disfrutar. Disfrutarse mutuamente, disfrutar de sus cuerpos. Disfrutar de ese momento único donde pueden ser realmente ellos. Donde pueden sacar afuera sus instintos más básicos. Sus deseos más profundos.
Hacer cosas que solo hacen entre ellos, gozar, sentir, sin pensar demasiado, es la idea, y lo que los hace morirse de ganas de verse. Él sabe perfectamente lo que a ella le gusta y viceversa.
Se conocen como la palma de la mano. Saben cuál es el punto exacto de cada uno para explotar.
Ella entra, él ya está, igual que deseoso que ella, la mira, con esa mirada única con esos ojos celestes que quieren desvestirla ya. La abraza y la besa con desesperación sin demasiados preámbulos, para que, no son necesarios.
Ella siente su perfume, su olor y eso es suficiente para olvidar todo lo demás.
Se abrazan y se funden en un beso apasionado, como solo ellos dos pueden darse.
El mientras tanto con sus manos comienza a acariciarla, lentamente, la cara, los brazos, los senos, la cola. Ella por su parte no se queda quieta, le empieza a desprender la camisa y a acariciarle su pecho, grande, con pocos vellos, con una piel suave que ella adora acariciar y besar y ese perfume que siempre la embriaga y la hace enloquecer.
El mientras tanto no pierde tiempo, ya le saco la remera, el sostén , se detiene en sus senos, grandes , lindos, que están deseosos y expectantes de sus caricias, de sus besos, de su lengua.
Ella comienza a gemir, a gozar como él la tiene acostumbrada.
Las respiraciones empiezan a hacerse más fuertes y agitadas.
Ella le empieza a acariciar la entrepierna, primero suavemente, acelerando de a poco la caricia, el comienza a gemir, ella le desprende el pantalón, se lo baja despacito mientas lo sigue acariciando.
Su miembro está expectante de lo que sabe que vendrá., rápidamente ella mientras lo sigue acariciando se agacha y lo introduce en su boca.
Es uno de los momentos más felices de su vida, tener el miembro de la persona que tanto desea, que tanta satisfacción le da en su boca.
Lo besa, lo lame lo aprieta con sus labios, al principio lento y después cada vez más rápido con desesperación.
De pronto el la detiene, sabe que su orgasmo esta a punto de llegar y quiere dilatar un rato más la situación seguir disfrutando por un tiempo más.
La levanta, le saca su bombachita, le acaricia su sexo depilado, mojado y ardiente.
Le introduce su lengua y logra que ella enloquezca de placer, de goce.
Se tira de espalda en la cama y hace que ella se tire arriba de él.
Empieza la lucha tan anhelada y deseada por ambos.
Se siguen besando, succionando, lamiendo. Hasta que el empieza a guiar su miembro hasta la mojada cuevita que lo va a albergar por un buen rato. Se miran a los ojos, hablan, se dicen cosas, no pueden dejar de gozar y de disfrutar.
Ella se mueve arriba suyo, sube y baja, con un movimiento que lo transporta a él y a ella hasta el cielo. Totalmente convencidos que ese conjunto de sensaciones solo se puede dar entre ellos, algo mutuo que no puede y que no va a ocurrir con nadie más.
Siguen un rato más perdiendo noción de tiempo y espacio, hasta que le llega el momento sublime donde juntos llegan al clímax. Ella se desploma arriba de él tapándolo con su cabello negro , largo y sedoso que a él tanto le gusta, y que adora acariciar.
Sus cuerpos están totalmente mojadas, sudorosos, ellos están recobrando el aire, se miran se besan dulcemente, y continúan abrazados un rato más
Luego la realidad vuelve a ellos no les queda mucho tiempo el tiene que ir a buscar a sus hijos al colegio, ella tiene que terminar su jornada laboral.
Se dan un rápido y dulce beso y se despiden hasta la próxima. Saben que no importa el tiempo que pase, siempre van a tener ganas de verse, de besarse, de amarse….. y eso es lo único que les importa.
[size=9]Hasta la próxima amigos[/size] 🙂 ;)
8 comentarios - El encuentro
muy bueno