Esta es la historia de una mujer cualquiera, de un barrio cualquiera de nuestro Cono Urbano: Hoy es domingo por la mañana y un hijo le prometió llevarla a la iglesia de un pastor de la zona. Ella se levantó temprano y no anduvo desnuda en su habitación para asegurarse de que él no este despierto y preparándose. El hijo aún está en la cama, así que retira las sabanas desde una distancia razonable y toca suavemente en el hombro musculoso del joven para despertarlo. Él se da la vuelta, abre los ojos y dice: "Mamá, ¿qué hora es?" Ella responde, "Es hora de que levantes y tomes una ducha, de lo contrario vamos a llegar tarde a lo del pastor." De repente se sienta, agarra a su madre de la muñeca y la tira en la cama con él, entonces comienza tratando de darle un beso mientras pasa sus manos por el camisón con todo su cuerpo desnudo abajo! Quiere dejarle tener sexo con ella, pero sabe que es domingo por la mañana y no ha ido a ver al pastor en más de un mes. Después de unos momentos lo empuja lejos de ella y decirle a tomar una ducha, y luego vuelve a su habitación para vestirse. Selecciono un vestido negro conservador, que cuenta con seis botones en el frente y una bombacha de encaje negro. No tiene que usar un corpiño con este vestido, porque el material es bastante elástico y hace un buen trabajo de contener sus tetas excepcionalmente grandes y es más difícil de ver sus pezones erectos por demás. Ahora es la hora de marchar al tempo. Están a punto de cerrar las puertas de madera maciza, mientras caminan y toman asiento en la última fila de bancas. Unos 100 miembros que siguen al pastor están en perfecto silencio esperando a que él salga e inicie el servicio. Al rato el servicio está en marcha y su hijo y ella están escuchando atentamente su sermón acerca de “sexo en las familias modernas”. Ella piensa que la opinión del pastor es interesante y siguen escuchando con atención. Después de un tiempo su hijo pone su mano sobre las piernas cruzadas de ella y empieza a correr su pollera hacia atrás y adelante a través de sus muslos mientras él mira hacia abajo la parte delantera de mi vestido. Le sonríe y luego darle un rápido beso en la mejilla por hacerle sentir que esta seductora a pesar de estar en el servicio. Unos minutos más tarde, se desabrocha el botón inferior de su vestido dejando al descubierto un poco más de sus piernas desnudas. Es bastante inofensivo y no hace nada para detenerlo. De repente, él desabrocha dos botones más y empieza a masturbarla. Él empuja su mano por su ropa interior y comienza con su dedo a tocar su clítoris y a la mierda con ella, está ardiendo de placer Oh, Dios mío, piensa, mi hijo es un pervertido y me encanta! Se baja su bombacha sin hacer muchos movimientos hasta los tobillos, luego tira de ellas y la saca entre sus zapatos negros de tacos altos y la mete en su bolso Su hijo sigue todavía con su dedo masturbando su empapado clítoris, entonces él desabrocha los botones restantes de su vestido y sus pechos quedan libres. Se inclina hacia ella y comienza a chupar sus pezones duros mientras se pasa la mano por todo su cuerpo desnudo expuesto. Tras un par de minutos se baja el cierre relámpago de sus jeans, y saca su pija dura y guía su mano femenina a ella. Empezó disimuladamente a bascular arriba y abajo mientras él sigue mamando sus pechos y la frota con el dedo. Piensa, Oh, Dios mío, y esta tan jodidamente caliente que empuja lejos de sí a su hijo y se acuesta sobre su espalda. Su hijo se posiciona inmediatamente se coloca entre sus piernas y luego encaja su poronga en ese agujero ansiado y comenzamos, mierda, ahí mismo en el servicio! Tiene que estar fuera de sus cabales! En sólo un par de minutos, de repente se para y puede sentir su como la pija de su hijo bombea semen tibio dentro de ella. No han estado prestando atención al servicio y de repente las luces se encienden y todo el mundo se pone de pie! Oh, Dios mío, piensa, que su hijo y ella van a quedar atrapados teniendo sexo en el servicio! Le da un empellón a su hijo que lo arroja lejos de ella, y luego botón a botón rápidamente ordena su vestido para sentarse con la espalda recta. Casualmente recupera un cepillo de su bolso y lo deja correr a través de su pelo un par de veces mientras la congregación pasa junto a ellos, rumbo a la puerta de salida.
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