la veterana de santa teresita

Ese verano habiamos ido con mi amigo Juani a hacer temporada a Santa Teresita. Me habia prometido laburo en la barra de un conocido de él, cuando llegamos a fines de diciembre el lugar ya estaba copado por un tetona increible que se cogia el dueño. Juani prometió conseguirme algo asi que antes del festejo de fin de año me dijo ya te consegui un laburo para esta temporada, vas a ser Picachu. Es una boludez arrancas a las siete de la tarde y a la una de la mañana ya estas libre. El primer día el gordo Cristian, explotador del tren de la alegría, me dio el traje una cosa amarilla descolorida y con la mugre acumulada que daba pena. Baila y saluda a los chicos, alzalos solo si te lo piden y como ultimo recurso. Cualquier chico se espantaba de solo ver el traje. Asi transcurrieron varias tarde noche en el tren, entre todos los personajes tratabamos de ponerle onda a la situación, para muchos no había otro tipo de alternativa laboral. Con mi traje penoso interactuaba con los chicos, hay edades en las que aunque seas un picachu deforme, descolorido y sucio seguis siendo el personaje que ellos ven en la tele. Una de esas noches aparecio Carmen con su nieto de poco mas de un año, una cincuentona morocha, pelo corto (una edad en que mucha mujeres empiezan a cambiar el look hasta un corte casi varonil), delgada aunque se adiviniban un par de rollitos a los costados, unos jeans no muy ajustados pero que mostraban un culo redondo y la polera marcaba una tetas interesantes. Tenia una actitud juvenil y una sonrisa fácil, cuando arrancó el trencito animaba a su nieto con la música, como todavía era temprano no había muchos chicos asi que me acerqué. Muy bien como canta máma, le hablaba al nene aunque era obvio que no iba a responderme, Carmen sonrio y me miró con cierta ternura por lo tonto del piropo, soy abuela Picachu estoy con mi nietito. Puse las manos sobre los ojos del disfraz y mire al techo en señal de verguenza, se rio. Y el abuelo entonces donde lo dejaron pregunté, noooo ese anda saber en que andará vine en plan de abu-niñera. Ahi terminamos la vuelta y se bajaron saludando. La tarde siguiente estaba fresca, estabamos en la esquina de la peatonal esperando que empiece a moverse la gente pero estaba tranquilo, en eso pasa Carmen con unas bolsas como esta cerca le digo hola abu-niñera que paso que andas sola, sonrió y se acercó voy a hacer unas compras capaz más tarde traigo a mi nieto, con que vengas vos alcanza le tiré (aclaro que tiro todo el tiempo para ver si pico algo en cualquier circunstancia) se rio con una carcajada sorprendida. Venite asi tomamos algo cuando termino. Pero ni siquiera se como sos, dicho esto le hice el gesto para que se acercara y me levante rapido la cabeza del disfraz y volví a bajarla, sos muy chico me dijo, veinticinco añitos dale venite a tomar algo despues vemos te prometo que tengo disfraces más lindos le dije. Puso cara de sorpresa y se rio, sos bastanta zarpado pendejo me dijo. Voy a estar en treinta y tres y costanera hay una rotiseria chiquita con mesas ahi estoy doce y media es un lugar re tranquilo a esa hora anda poca gente aunque sea charlamos. Se despidio y yo seguí trabajando, tipo doce de la noche ya habíamos terminado la noche estaba muy fresca y con poco movimiento asi que me fui para el barcito-rotiseria. Me senté a tomar una birra, pense que Carmen ya no venía pero cuando estaba por irme apareció. Una campera grande por el frío, se la sacó para sentarse y ahi pude ver que vino preparada o por lo menos predispuesta a algo más, el jean que tenía era mucho mas ajustado y encajado que los que le había visto, arriba tenía una camisa negra bastante discreta pero que al soltarle un par de botones quedaba como un escote, sumado al corpiño que se puso las tetas le asomaban hermosas. Me dijo que puso como excusa ir al bingo porque estaba aburrida. Hablamos un rato, nos reimos, me contó que era de Quilmes, habia ido con su hija y su yerno, estaba separada hace mucho y que cada tanto la cogia un colectivero casado. Empezaron a juntar las sillas para cerrar el barcito asi que salimos, hacía mucho frío asi que le dije si quería venir al departamento a tomar un café, mis amigos estaban todos trabajando. Entramos, fui a la cocina y Carmen se me acercó me, dijo que hacía bastante tiempo que no la encaraban de una y los que lo hacian eran tipos grandes bastante baqueteados y viniste vos pendejo. Ahi le comí la boca, Carmen me transaba con una desesperación increible y me clavaba los dedos en la espalda como queriendo agarrarse más y más fuerte. Desabroche los botones de la camisa desde abajo y subi para acariciarle las tetas tenia los pezones duros de la calentura. Me desabrochó el pantalón y me agarro la pija que estaba al palo y empezo a pajearme despacio mientras seguiamos transando, fui bajando la mano y desabroche despacio el jean que tenia, meti la mano corri una tanga finita y senti una concha inundada, Carmen se estremeció hacia mucho que no había dedos jugando ahi abajo. Tocaba ese clitoris hinchado y ella se doblaba de calentura. Fuimos al living como pudimos, apenas pude bajarme los pantalones, nos tiramos en un sofa cama y Carmen me empezo a chupar la pija y a pajearme, me la babeo toda llegando a los huevos y bajando un poco más me paso la lengua por el culo. Carmen sabía lo que hacia y mi pija explotaba. Se levanto para terminar de sacarse los pantalos y la tanga apenas pude mirar toda esa concha mojada, se me subio y empezo a cabalgar, rebotaba con una ganas tremendas mientras le agarraba el culo y le chupaba las tetas como podía. En dos minutos se le tensionó el cuerpo y acabó, me mojó todo. Liberó toda la energia del orgasmo. Cambiamos y la puse en cuatro apenas pude bombear un par de veces porque me ganaba la calentura, la saque y la di vuela apenas me pajee le tire toda la leche encima. Quedamos tendidos. Nos cambiamos y la acompañe hasta la esquina de su casa apenas nos saludamos con un beso en la mejilla le prometí que la visitaba en Quilmes pero hasta ahora no pude.