Mi putita cumpleaños

Se acercaba el fin de semana, y un sol primaveral auguraba buen tiempo. Unos días atrás había sido mi cumpleaños y como todos los años, preferí hacer un festejo íntimo, con la variante que este vez el día no nos había acompañado en absoluto pero pudimos remediarlo a último momento con una cena amena y la infaltable serie de orgasmos posteriores.
Para ese sábado teníamos entradas para el teatro y tal vez, pasábamos luego por un boliche sw a tomar algo y ratonearnos un poco. También decidimos hacer un asado al mediodía para relajarnos al sol con amigos… y como era de esperar, mi Amo tenía un as en la manga.
– Tengo un regalito extra para mi putita.-me dijo mientras que acomodaba un mechón de pelo detrás de mi oreja, deslizaba su mano por mi nuca y me daba un dulce beso en el cuello. – Quiero que subas, te laves bien, te lubriques y te lo pongas. Tenelo puesto hasta que yo te diga y si lo tenes que sacar te lo volves a poner. Está claro? – aseveró más que preguntando y apretó con más firmeza mi nuca y con la otra mano tomó mi cintura. Me encanta cuando hace eso, me hace sentír a la vez frágil, como si pudiera romperme en un segundo pero segura de que no lo haría jamás. – Si amo- fue mi inmediata respuesta y una media sonrisa se dibujó en mi rostro. Imaginaba de qué se trataba y sabía hacia donde podía ir este juego.
Sobre la cama un paquete me esperaba con un butt plug y una pequeña botella de lubricante. Me mojé de sólo verlo. Fui a nuestro baño, me asee con cuidado y esmero y tal como me había ordenado, lubriqué primero mi culo y luego mi regalo, y lo metí despacio adentro mío. Por su forma, no se podía salir y si bien resultaba un poco incómodo, saberlo adentro mío, abriéndome para él me excitaba y me mojaba. No tenía ropa interior, y la humedad de mi concha mojaba mis pantalones haciendo que el roce sea aún más estimulante. Bajé encendida como las brasas que ardían en la parrilla del jardín, y ya habían llegado algunos de los invitados. No fue difícil disimular, pero me hervía la sangre cada vez que cruzábamos miradas con mi Amo o me acariciaba dulcemente como la pareja vainilla que todos conocen. Había un toda una realidad paralela del que sólo nosotros éramos parte. Mucho más básica y primitiva que cualquier otra faceta de nuestras vidas. Por momentos, me perdía en las conversaciones mirándolo, imaginando qué me iba a hacer después y sabiendo que siempre me quedo corta
- Quiero ver cómo te queda- me dijo al oído.
- Esperame arriba, arrodillada sobre la cama y con los pantalones por la rodilla. – Y la electricidad recorrió mi espalda para clavarse en mi clítoris produciendo un leve espasmo que podría confundirse con un escalofrío para cualquiera pero no para él.
- Que te pasa? Tanto te calienta?
- – Si Amo, estoy empapada.
- – Me gusta que seas asi de puta – dijo sonriendo lo que hiso que mi corazón se acelere aún más – andá que vas a bajar mucho más mojada.
Subí a mi habitación, cerré la puerta al entrar, me bajé los jeans y me arrodillè sobre la cama con los brazos hacia adelante y la frente sobre el colchón. Unos minutos después, entró él y el aire se llenó de su perfume. Lo sabía cerca de mí, escuchaba sus pasos alrededor mío, observándome. No decía nada, sólo me miraba hasta que se puso detrás de mí y empezó a girar el juguete en el sentido de las agujas del reloj. Estaba tan caliente que hasta ese pequeño estímulo me volvía loca. Necesitaba más, mucho más y suspiré relajando mis hombros.
- Te gusta no? Claro que te gusta, te calentás de nada. No necesito ni tocarte la concha para darme cuenta que estas empapada. Que linda perra que sos! – Y me dio un chirlo en la cola con la mano derecha mientras que con la izquierda empujaba el dilatador más dentro mio. No fue fuerte, me moví un poco hacia adelante sólo por la sorpresa.
- No te corras… no te voy a pegar fuerte… ahora… quiero que te arda un poco nada más, así cuando te sentás te acordás lo que tenes adentro, y quien te mandó a ponértelo. Escuchaste? – me dijo con un tirón del pelo hacia atrás.
- Si Amo, gracias por el regalo, me encanta.
- Te gusto? Otro azote…
- Si mucho, me gusta tenerlo en el culo
- Si puta, se que te gusta tener cosas en el culo. Tenes un culo muy lindo cuando esta así, limpito y bien abierto. Otro azote…
- Me vas a coger después?
- No te voy a coger. Otro más…
- Me vas a hacer el culo?
- Me vas a tener que rogar que te rompa el culo. Otro más…
- Y me lo vas a romper?
- Mucho más de lo que vos pensas… unas caricias reemplazaron los azotes. Sentía la cola caliente y sensible. Tenía razón, a pesar de tener a mi dulce marido en frente no iba a poder sacar de mi cabeza qué tenía adentro mío y quien lo había dispuesto así.
Me ayudó a incorporarme y subió delicadamente mis pantalones. Antes de abrocharlos, metió tres dedos adentro de mi concha que chorreaba, los sacó y los metío adentro de mi boca. Chupé los dedos con desesperación. Los sacó, agarró mi nuca y me besó metiendo su lengua, invadiéndome en un beso lleno de erotismo y con promesa de mucho más.
Bajó primero él y yo me uní unos minutos después. Pasó la tarde, cuando había gente delante, me acariciaba la cara, un suave masajito en la espalda o una caricia en la palma de la mano siempre estaban disponibles. Cuando no nos veía nadie, un mordisco en el cuello, un apretón en el culo o una mano de lleno en mi entrepierna me recordaban con quien estaba tratando.
Cuando se fueron los invitados…
- Te quiero en la habitación, desnuda pero con tacos, con las manos atrás de la nuca y contra la pared.
- Si Amo.
Subí e hice todo lo que me pidió. Esperé que llegue algunos momentos después, con ansiedad y bastante temor de lo que me esperaba. Me esposó las manos detrás de mi nuca y empezó a recorrerme el cuerpo en las manos, con fuerza y firmeza, sin causarme dolor, como quien reconoce un juguete suave y frágil.
- Te voy a cambiar esto. – dijo mientras sacaba repentinamente el plugg de mi culo. Me dolió cuando salió, y por moverme recibí un azote esta vez más fuerte.
Escuché cómo abría una caja y unos segundos después un plugg mucho más grande se metía con cuidado adentro mio.
- No quiero romperte el culo con esto, quiero abrírtelo para que pueda rompértelo yo. Y si te calentás mucho, después de llenártelo de leche, te voy a meter los dedos. Te voy a meter varios dedos, cuanto más calientes estes, más te voy a meter.- Se acercó a mi oído – Se voy a romper el culo con la mano puta… te la voy a meter entera perra y te va a gustar y te vas a chorrear toda de puro puta que sos.- Se me aflojaban las rodillas de lo caliente que estaba.
Cuando terminó de meterlo, me ordenó que me ponga en posición de sumisión arriba de la cama, y antes de que pudiera moverme, me agarró la concha con la mano abierta para sentir como me calentaba la idea. – Me gustas mucho puta, - dijo mientras tiraba de mi pelo para atrás- y sos toda mía… MíA. Ponete de rodillas antes y abrí la boca que te la voy a coger. – Me agarró del pelo y empezó a meterme la pija bien adentro para que la moje con mi saliva. Después me soltó y me puse sobre la cama como me había ordenado antes.
- Te voy a dar 10 azotes, y después podes rogarme que te rompa el culo. Pero si no me convences, van a venir 10 más pero más fuerte con la mano, o con una vara que no te gusta. Así que mejor convenceme porque sino vas a tener que cancelar los masajes de la semana que viene y te a costar sentarte.
- Si amo.
Antes de cada azote, unas caricias fuertes señalaban la zona que los iba a recibir, y después de cada uno de ellos, dos o tres dedos se metían en mi concha. Me dolía, me gustaba, me ardía, me quemaba, me enloquecía, me abrumaba, me enojaba, me rendía, me humillaba, me excitaba… y todo una y otra vez.
- Queres mas?
- No amo, por favor, fue suficiente. Por favor, haceme el culo.
- Así no convences a nadie…
- No por favor… ay!
- Cállate!. Ahora por pedirme las cosas como una señorita en lugar de la puta que sos, y por quejarte te ganaste 5 más, y si te vuelvo a escuchar gritar, 10 más, y si de nuevo, 15 más… vas entendiendo perra?
- Si Amo.
Fueron 15… más intensos pero aún con la mano. Y otra vez, manoseándome a su antojo con cada uno. Estaba furiosa e impotente, y a la vez rendida e incapaz de oponerme. Cada vez más, necesitaba acabar, estaba muy caliente.
- A ver ahora si aprendiste? Que queres?
- Que me hagas el culo. Por favor, te lo ruego, haceme le culo. Rompeme el culo.
- Mejor… pero le falta convicción.
- No no, por favor, Amo. Rompeme el culo, llénamelo de leche…
- Seguis siendo una nena buena… yo quiero una puta caliente que se muera de ganas de que le rompan el culo. Vamos a probar con la vara; pero sólo 5…
- Se lo ruego Amo,
- Queres que sean 10?- negué con la cabeza… - Calladita entonces.
La vara era mucho peor, me ardía más intensamente. Se me escapaban las lágrimas de los ojos y a la vez estaba tan caliente, necesitaba tanto acabar, derretirme, relajarme, estallar de una vez. Sus dedos, la amenaza inminente de que aun quedaba más, la necesidad de tenerlo adentro mío, el sentirme vulnerable, explícita, me corroía la voluntad y me rendía.
- Queres más?
- No, por favor Amo. Rompeme el culo, abrilo todo y meteme la pija hasta el fondo. Llenamelo de leche y abrimelo más. Es tuyo, hace con mi culo lo que quieras pero por favor, necesito sentir tu pija adentro mio, hinchada y caliente. Quiero acabar y sentír como me chorrea la concha y me moja las piernas. Haceme sentir bien puta mientras que me rompes el culo.
- Ves.. asi si. Así me gustan las putas…
Sacó el plugg de una vez pero ya no sentía nada. Sólo quería que me coja con fuerza y deshacerme en un charco a mis pies. Metió la pija de una sola vez llenándome por completo y abriéndome el culo como nunca. Siempre me gusta, pero esta vez estaba fascinada. Lo necesitaba como un vaso de agua en el desierto. Sentía como crecía la excitación en el cuando entraba y salía de mí.
- Necesito acabar Amo, por favor.
- Acaba puta… chorreate toda. Mostrame que puta podes ser!
Mientras acababa, podía sentir como se mojaban mis piernas y alguna gotas caian directamente al piso. Sentía la concha caliente e hinchada mientras que el culo se me abría completamente y la cabeza me daba vueltas.
Me acostó boca arriba en la cama, puso su pulgar en mi concha y el resto de la mano sobre el pubis. Siguió haciéndome el culo mientras me pajeaba, y yo acababa a chorros. De repente aumentó el ritmo, se puso más grande y más dura la pija; y me llenó el culo de en un ahogado grito. Me excita tanto oirlo y sentirlo acabar que volví a eyacular mojándole las piernas.
- Más tranquila putita? Ahora no te voy a abrir más el culo, te voy a dejar descansar y la noche te lo rompo del todo. Te portaste muy bien… te costo pero salió no? Veni… - se recostó a mi lado y puso mi cabeza sobre su pecho, me acariciaba despacio, tranquilizándome, hasta que mi respiración se volvió acompasada y tranquila. Me miró a los ojos y me dijo:- Anda a ducharte y prepararte para el teatro. Te gusto? – Si, mucho. – Te amo – Te amo.

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