Cuando salí de la casa de Sergio me dí cuenta que ya había pasado mucho tiempo desde que mi marido me había sacado a empujones y gritos de casa. Decidí tomarme un taxi porque mi pie realmente me dolía a pesar de las curaciones.
El taxi me dejó en la puerta de casa y subí a buscar con que pagarle. Golpee la puerta y me abrió uno de los jefes mas jóvenes de Juan, Agustín, amigo de la familia y primo de Sergio.
Al verme, me dijo
- ¿Cómo anda la dueña más hermosa de casa? Dónde andaría usted que no estaba acá para atendernos-
-Soy la única dueña de casa- dije riéndome por el intento de cumplido y, valiendome de mi lastimadura, le contesté- estaba en el hospital, me lastimé el pie. Es más, el taxi que me trajo está afuera esperando para que le pague-
-Vos sentate ahí, que ya salgo yo-
-Pero no! Solo tengo que agarrar mi bolso- dije mientras intentaba llegar a él
-Para nada hermosa, dejame ser caballero una vez- y sin decir mas salió de la casa.
Solo en ese entonces me dí cuenta de que la cena ya había terminado y no quedaba nadie en casa, solo Agus. Empecé a buscar a Juan pero lo único que ví fueron todos los platos sucios de la dichosa cena.
-"¿Pero dónde te metiste?"- pensaba mientras juntaba los primeros platos
-No hay nadie. Se fueron hace cinco minutos a tomar una copa al bar nuevo del centro. Juan me dijo que no estabas y que no habías llevado llaves, por eso me pidió si me podía quedar.- me explicaba mientras lo miraba con los ojos en blanco.
No solo me había hecho todo lo que me había hecho, sino que además se fue a chupar por ahí... Me costaba mantener las lágrimas, por lo que me dí vuelta y seguí juntando los platos.
-Gracias Agus, no sé que hubiera hecho sin vos-
-Pero de nada mujer, no faltaba más. Qué mejor para mi que estar en una casa solo y tranquilo con una hermosa compañía en vez de en un bar con música a todo lo que da y rodeado de tipos- trataba de levantarme el ánimo - Y bue, ya que estoy, te puedo ayudar a acomodar este despelote no?. Ah eso sí, mis honorarios son altos- dijo mientras me guineaba un ojo.
No pude dejar escapar la risa. Agus siempre fue, lo que se dice, medio aparato.
-Gracias, sos un amor- le conteste mientras comenzaba a lavar las copas y, siguiéndole el juego, le pregunté- ¿Y que tan altos son sus honorarios señor?
Se me acercó por detrás, apenas rozándome, mientras por encima de mis brazos dejaba las ultimas dos copas y me susurró al oído
-No creo que me dejes cobrar de la manera que me gusta-
Sólo ese comentario, ese leve roce, el aliento en mi cuello bastaron para bajar mis defensas.
-Ah no? Mira que siempre se puede llegar a un arreglo...-
No terminé de decirlo que me dió vuelta y me besó con una pasión y lujuria ya olvidada para mí, Que me importaba Juan, mi matrimonio, mi familia con sus apariencias, incluso Sergio de borró de mi mente, lo único que me importaba eran esos labios.
Repentinamente me alzó y sentó arriba de la mesa sin dejar de besarme ni un momento. Comenzó a acariciar mi pelo, mi cuello, mi espalda, los brazos, hasta llegar hasta la parte externa de mis tetas. Ahí se detuvo y me preguntó
-Estas segura de esto? Mira que estuve tomando y por ahí malinterpreto las cosas, no quiero que hagas nada que no tengas ganas o que te arrepientes después. Además Juan es mi amigo y no sé si esto esta bien, yo....-
Esta vez fui yo quien lo besó, indicándole que siguiera adelante. Era yo quien ahora acariciaba su cuerpo, su espalda, su pecho. Me separé de él lo suficiente como para desprenderle la camisa y quitarle la corbata. El no se quedó atrás. Me puso de pié volviéndome a dar vuelta, me quitó la remera y el corpiño mientras besaba mi cuello por detrás. Yo jugaba con su pelo.
Al quedarme medio desnuda, se dio a la tarea de masajearme las tetas de una manera exquisita mientras me apoyaba la pija ya dura en el culo a través del pantalón.
Yo no daba más, me estaba volviendo loca. Lo separé y llevé a la habitación.
-Acá vamos a estar mas cómodos- le dije mientras que con un leve empujoncito lo tiraba a la cama.
Me miró entrañado, porque yo seguía de pie adelante de la cama, pero su rostro cambió de expresión cuando vio comencé a quitarme la ropa que me quedaba de manera lenta y muy sensual, como si fuera un streep tease.
-¿Así voy bien pagándole señor?
-Si seguís así me voy a quedar rápido sin qué cobrar, porque tampoco hice tanto-
-uh..entonces ¿ahora que hago? ¿Sigo?- le pregunté mientras le acariciaba la pija por ensima del pantalón
-Ni se te ocurra parar ahora- dijo liberando ese pedazo de carne que estaba al palo y metiéndomelo en la boca.
En ese momento me di cuenta que Sergio tenía razón, era una puta barata y no quería serlo, pero esas situaciones y lo que él me hacía me llevaban a disfrutar de esos momentos.
-Uff que rico que la chupas hermosa. Eso sí, deja de mirarme con esa carita de golosa sumisa porque no me voy a poder aguantar mas.-
Eso solo hizo que la chupara las fuerte, completa, mientras con mis manos masajeaba sus huevos. Ya sentía que estaba cerca, la pija le palpitaba en mi boca. Paré.
-Noooo, que hacés? ¿Por qué paraste?
-Es que sino me iba a quedar sin nada que pagar.
Entendió enseguida que yo también quería lo mío asique que me colocó boca arriba en la cama y me penetró de lleno hasta el fondo. Las arremetidas eran cortas pero potentes, me hacían despegar del mundo.
-Ahhhh si papi, que bien que me cojes, como me gusta.
-Seguí así seguí así!!- rogaba yo
-Así te gusta hermosa? vamos a ver si esto te lo bancas-
Me dío vuelta en el aire, puso en cuatro y empezó a taladrarme la concha mientras yo emitía una serie de gemidos que por momentos eras gritos de euforia. Al cabo de un tiempo, ya no sabía si gemía, gritaba, lloraba o estaba a punto de morirme con todas esas sensaciones y placeres. Entonces me dí cuenta que el orgasmo se abalanzaba sobre mi y le rogué:
-Dale, dale que acabo, siiiii, seguí asiiiiiii asiiiii aaaaahhhhhh.....
-AAAAAAAHHHHHHHH- gritamos al unísono. Estaba en la punta más alta de mi orgasmo y sentía como mi concha se llenaba con el semen de este bombón.
-Uf por favor, me mataste- me dice mientras se tira en la cama y me hace una caricia en la cara.
-Espero que no pienses cualquier cosa de mí, sabes que soy una mujer casada- le aclaré tarde pero seguro- No quiero más problemas de los que en realidad tengo- pensando más en Sergio que en Juan.
-No te hagas ningún problema. No te olvides que yo también estoy casado. Pero si queres repetir esto, ya sabes cómo encontrarme- me tranquilizó mientras me besaba.
-Ya lo sé. Me voy a bañar y ordenar un poco. Igual no creo que mi maridito se dé cuenta de nada, con el pedo que va a venir...
Nos besamos y me fuí al baño. Mientras comenzaba a bañarme, oí que Agus se despedía y cerraba la puerta.
Ahí me relajé y comencé a pensar en todo lo vivido en el día: la maldad de mi marido, el auxilio de Sergio y la ayuda de Juan. Cuando me di cuenta me estaba masturbando, pensando en los reencuentros
El taxi me dejó en la puerta de casa y subí a buscar con que pagarle. Golpee la puerta y me abrió uno de los jefes mas jóvenes de Juan, Agustín, amigo de la familia y primo de Sergio.
Al verme, me dijo
- ¿Cómo anda la dueña más hermosa de casa? Dónde andaría usted que no estaba acá para atendernos-
-Soy la única dueña de casa- dije riéndome por el intento de cumplido y, valiendome de mi lastimadura, le contesté- estaba en el hospital, me lastimé el pie. Es más, el taxi que me trajo está afuera esperando para que le pague-
-Vos sentate ahí, que ya salgo yo-
-Pero no! Solo tengo que agarrar mi bolso- dije mientras intentaba llegar a él
-Para nada hermosa, dejame ser caballero una vez- y sin decir mas salió de la casa.
Solo en ese entonces me dí cuenta de que la cena ya había terminado y no quedaba nadie en casa, solo Agus. Empecé a buscar a Juan pero lo único que ví fueron todos los platos sucios de la dichosa cena.
-"¿Pero dónde te metiste?"- pensaba mientras juntaba los primeros platos
-No hay nadie. Se fueron hace cinco minutos a tomar una copa al bar nuevo del centro. Juan me dijo que no estabas y que no habías llevado llaves, por eso me pidió si me podía quedar.- me explicaba mientras lo miraba con los ojos en blanco.
No solo me había hecho todo lo que me había hecho, sino que además se fue a chupar por ahí... Me costaba mantener las lágrimas, por lo que me dí vuelta y seguí juntando los platos.
-Gracias Agus, no sé que hubiera hecho sin vos-
-Pero de nada mujer, no faltaba más. Qué mejor para mi que estar en una casa solo y tranquilo con una hermosa compañía en vez de en un bar con música a todo lo que da y rodeado de tipos- trataba de levantarme el ánimo - Y bue, ya que estoy, te puedo ayudar a acomodar este despelote no?. Ah eso sí, mis honorarios son altos- dijo mientras me guineaba un ojo.
No pude dejar escapar la risa. Agus siempre fue, lo que se dice, medio aparato.
-Gracias, sos un amor- le conteste mientras comenzaba a lavar las copas y, siguiéndole el juego, le pregunté- ¿Y que tan altos son sus honorarios señor?
Se me acercó por detrás, apenas rozándome, mientras por encima de mis brazos dejaba las ultimas dos copas y me susurró al oído
-No creo que me dejes cobrar de la manera que me gusta-
Sólo ese comentario, ese leve roce, el aliento en mi cuello bastaron para bajar mis defensas.
-Ah no? Mira que siempre se puede llegar a un arreglo...-
No terminé de decirlo que me dió vuelta y me besó con una pasión y lujuria ya olvidada para mí, Que me importaba Juan, mi matrimonio, mi familia con sus apariencias, incluso Sergio de borró de mi mente, lo único que me importaba eran esos labios.
Repentinamente me alzó y sentó arriba de la mesa sin dejar de besarme ni un momento. Comenzó a acariciar mi pelo, mi cuello, mi espalda, los brazos, hasta llegar hasta la parte externa de mis tetas. Ahí se detuvo y me preguntó
-Estas segura de esto? Mira que estuve tomando y por ahí malinterpreto las cosas, no quiero que hagas nada que no tengas ganas o que te arrepientes después. Además Juan es mi amigo y no sé si esto esta bien, yo....-
Esta vez fui yo quien lo besó, indicándole que siguiera adelante. Era yo quien ahora acariciaba su cuerpo, su espalda, su pecho. Me separé de él lo suficiente como para desprenderle la camisa y quitarle la corbata. El no se quedó atrás. Me puso de pié volviéndome a dar vuelta, me quitó la remera y el corpiño mientras besaba mi cuello por detrás. Yo jugaba con su pelo.
Al quedarme medio desnuda, se dio a la tarea de masajearme las tetas de una manera exquisita mientras me apoyaba la pija ya dura en el culo a través del pantalón.
Yo no daba más, me estaba volviendo loca. Lo separé y llevé a la habitación.
-Acá vamos a estar mas cómodos- le dije mientras que con un leve empujoncito lo tiraba a la cama.
Me miró entrañado, porque yo seguía de pie adelante de la cama, pero su rostro cambió de expresión cuando vio comencé a quitarme la ropa que me quedaba de manera lenta y muy sensual, como si fuera un streep tease.
-¿Así voy bien pagándole señor?
-Si seguís así me voy a quedar rápido sin qué cobrar, porque tampoco hice tanto-
-uh..entonces ¿ahora que hago? ¿Sigo?- le pregunté mientras le acariciaba la pija por ensima del pantalón
-Ni se te ocurra parar ahora- dijo liberando ese pedazo de carne que estaba al palo y metiéndomelo en la boca.
En ese momento me di cuenta que Sergio tenía razón, era una puta barata y no quería serlo, pero esas situaciones y lo que él me hacía me llevaban a disfrutar de esos momentos.
-Uff que rico que la chupas hermosa. Eso sí, deja de mirarme con esa carita de golosa sumisa porque no me voy a poder aguantar mas.-
Eso solo hizo que la chupara las fuerte, completa, mientras con mis manos masajeaba sus huevos. Ya sentía que estaba cerca, la pija le palpitaba en mi boca. Paré.
-Noooo, que hacés? ¿Por qué paraste?
-Es que sino me iba a quedar sin nada que pagar.
Entendió enseguida que yo también quería lo mío asique que me colocó boca arriba en la cama y me penetró de lleno hasta el fondo. Las arremetidas eran cortas pero potentes, me hacían despegar del mundo.
-Ahhhh si papi, que bien que me cojes, como me gusta.
-Seguí así seguí así!!- rogaba yo
-Así te gusta hermosa? vamos a ver si esto te lo bancas-
Me dío vuelta en el aire, puso en cuatro y empezó a taladrarme la concha mientras yo emitía una serie de gemidos que por momentos eras gritos de euforia. Al cabo de un tiempo, ya no sabía si gemía, gritaba, lloraba o estaba a punto de morirme con todas esas sensaciones y placeres. Entonces me dí cuenta que el orgasmo se abalanzaba sobre mi y le rogué:
-Dale, dale que acabo, siiiii, seguí asiiiiiii asiiiii aaaaahhhhhh.....
-AAAAAAAHHHHHHHH- gritamos al unísono. Estaba en la punta más alta de mi orgasmo y sentía como mi concha se llenaba con el semen de este bombón.
-Uf por favor, me mataste- me dice mientras se tira en la cama y me hace una caricia en la cara.
-Espero que no pienses cualquier cosa de mí, sabes que soy una mujer casada- le aclaré tarde pero seguro- No quiero más problemas de los que en realidad tengo- pensando más en Sergio que en Juan.
-No te hagas ningún problema. No te olvides que yo también estoy casado. Pero si queres repetir esto, ya sabes cómo encontrarme- me tranquilizó mientras me besaba.
-Ya lo sé. Me voy a bañar y ordenar un poco. Igual no creo que mi maridito se dé cuenta de nada, con el pedo que va a venir...
Nos besamos y me fuí al baño. Mientras comenzaba a bañarme, oí que Agus se despedía y cerraba la puerta.
Ahí me relajé y comencé a pensar en todo lo vivido en el día: la maldad de mi marido, el auxilio de Sergio y la ayuda de Juan. Cuando me di cuenta me estaba masturbando, pensando en los reencuentros
7 comentarios - los primeros cuernos...por desgraciado II
pero comparto
gracias totales
Muuuy caliente!
Me encanto!
Gracias por compartir
Que lindo sería que te vengaras conmigo! 😉
Van puntos.