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Seis por ocho (27): Aprender a decir “No”…




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Compendio I


Cuando salimos de la manga del aeropuerto, escuché una voz familiar llamándome.
“¡Marco! ¡Marco! ¡Marco! ¡Marco!”
Y ¡Pum!, estaba en el suelo…
“¿Y ella? ¿Quién es?” preguntó Sonia, al verla cómo me abrazaba tan efusivamente.
“¡Sonia, te presentó a Amelia, una de las hermanas menores de Marisol!”
“Cuando hablabas de ella, pensé que sería más joven…” dijo con un tono de decepción.

Seis por ocho (27): Aprender a decir “No”…

Aunque Amelia vestía una polera blanca, con cachorritos en el pecho y un pantalón blanco, podía entender la decepción de Sonia, ya que hasta el último turno, tampoco me había percatado que ya tenía el físico de toda una mujer.
“¡Te extrañé tanto!” me decía Amelia, sin parar de abrazarme.
“¡Yo también!... pero… ¿Podríamos pararnos?”
“¡Amelia, te presento a mi compañera y mejor amiga Sonia! ¡Vino a trabajar conmigo!”
Se saludaron, pero tuve esa sensación de que no se simpatizaban.
Al rato, divisamos a Don Sergio y a Verónica. Me sorprendió que dejara el auto en el estacionamiento.
“Ella es mi suegra, la señora Verónica y él es…”
“Mi nombre es Sergio. ¡Encantado de conocerla!” le dijo mi suegro.
Noté un distanciamiento en Verónica, ya que su saludo no fue tan efusivo como la última vez. Sonia me sonreía, al ver a mi suegra.

Sexo anal

En realidad, había bastante que ver, ya que mi suegra había ido a recibirnos con una camisa bien escotada y una falda que le cubrían los muslos y varios hombres comenzaban a agruparse en torno nuestro.
“¿No desea tomarse un café?” dijo mi suegro a Sonia. Yo quedé perplejo… ¡Nunca me ha invitado a tomarme nada, tacaño de porquería!
“¡Oh, no, gracias! ¡Lo único que quiero es llegar a la cabaña y darme una ducha!”
A mí no me preguntó…
“¡Tu vuelo tardó mucho!” me dijo Amelia.
“Es que hubo algunas complicaciones…” respondí, mirando con malicia a Sonia, pero mi suegro no la dejaba en paz.
Mi suegro insistió en que Sonia se fuera adelante, ya que iba a la casa de huéspedes de la mina. Le había insistido en que se quedara con nosotros, pero Verónica le dijo que ya estaban copados conmigo.
Amelia se acurrucaba a mi lado, enterrando sus pechos en mi cintura, como un perrito regalón al recibir a su amo y me acariciaba suavemente las piernas… ni siquiera se me pasó por la mente que tuviera otras intenciones y lo interpretaba como “algo casual”.
“¿Pasa algo?” le pregunté a Verónica.
Por otra parte, Verónica solo miraba por la ventana. Después de la despedida de la última vez, pensé que andaría igual que su hija, pero solo miraba por la ventana, como si tratara de esquivarme.
“¡No, nada! ¿Por qué lo preguntas?”
“Se ve… preocupada… algo le pasa”
No podía tutearla. Como el imbécil de mi suegro estaba con nosotros, teníamos que mantener esa postura de yerno/suegra, lo que me hacía sentir más distante aun.
“¡No, no te preocupes! ¡No es nada grave!” me sonrió, aunque no era la misma.
Le hablé a mi suegro, ya que no paraba de cotorrear con Sonia. La pobre venía agotada, tras lo que pasó en el vuelo, así que lo único que quería era llegar a descansar.
“¡Oiga, don Sergio! ¿Qué opina del alza de combustibles?”
“¡Qué maleducado eres, Marco! ¿No ves que estoy hablando con la señorita?”
Eso me dejó más que claro. Tanta cortesía junta… ¡Sonia lo había calentado!
Llegamos a la casa de huéspedes y le ayudé a que se registrara. Le di las referencias para llegar al terminal y acordamos encontrarnos ahí a las 6 y media de la mañana, ya que el bus de administrativos salía a las 7. Nos despedimos y nos fuimos.
Por primera vez, mi suegro me hablaba de algo distinto del trabajo o del dinero. Claro que no me interesaba andar contándole lo que sabía de Sonia, si estaba soltera o casada y ese tipo de cosas.
Fui yo quien le pregunté cómo andaban las cosas por esos lugares.
“¡Bastante bien! ¡La gente es muy generosa y responsable por estos lados!” me dijo, sonriendo.
Cuando llegamos a la casa, encontramos a una persona esperándonos. Era un tipo flaco, un poco alto, de unos 30 años. Vestía un overol y sombrero, de la compañía de agua.
Al vernos a mí y a mi suegro, el tipo se puso algo nervioso.
“¡Buenas tardes!” nos saludó.
“¡Buenas tardes!” respondimos.
“¿Usted es el dueño de casa?” me preguntó el hombre.
“¡No, soy yo!” dijo mi suegro” ¿Qué se le ofrece?”
Creí que se alivió al escuchar eso. Mi suegro es bajo, gordito y calvo, con rizos que le hacen parecer a Larry, de los “3 chiflados”. Supongo que mi suegra se ha mantenido casada porque el viejo trabaja y debió tomarle cariño.
“Vengo de la compañía. Es por la inspección semanal de fugas en la línea.”
Algo no me cuadraba… ¿Inspección semanal?
“¡Ah, eso! ¡No se preocupe, hombre! ¡No hemos tenido ninguna pérdida!”
El individuo anotó algo en su cuadernillo, pero me dio la impresión que estaba tratando de hacer tiempo…
“¿La presión de agua está bien?... ¿No hay problemas con los estanques?”
“¡No hombre, todo funciona a la perfección!”
Luego llegaron Amelia y Verónica. Aprecié un ligero brillo en la mirada del sujeto…
“¡Disculpe!, pero ¿A qué se deben estas inspecciones semanales?” pregunté.
El sujeto respondió nervioso.
“Es…bueno…de la compañía. Nos dijeron que no se les ha hecho la mantención correspondiente… y bueno,… nos tienen patrullando para prevenir.”
La historia se me hacía cada vez más rara y el tipo parecía notar que yo no era tan cándido como mi suegro. Por lo general, las empresas de servicios son reactivas, no preventivas.
Mi suegra abrió la puerta y Amelia le siguió. Pude notar una mirada maliciosa, mientras mi suegro me decía.
“¡Como te dije, la gente aquí es responsable, no como en la capital! ¡Cada uno o dos días viene algún servicio, preguntando si tenemos fallas! ¡Si no es el agua, es la luz o incluso el gas! ¡Hasta nos regalan un balón cada vez que vienen!”
Le dio las gracias e incluso una propina (tacaña, como siempre) por las molestias y le despidió. Entonces, reparé que el supuesto “inspector semanal” ni siquiera había venido con sus herramientas. Pero el tipo ya se había ido y mi suegro no le daría importancia.
Verónica preparaba la cena y ni siquiera me vio la cara de confundido. Mi suegro se había sentado frente al televisor, a ver un partido de futbol.
“¡Ven conmigo, tengo algo muy importante que decirte!” me dijo Amelia, muy emocionada.
Le dijo a su madre que estaríamos en su habitación, a lo que ella respondió que no tardáramos demasiado.

mamada

Amelia me contó que estaba muy feliz, ya que había conocido a un chico nuevo. Se llamaba Toño y tenía 19 años.
No pude evitar sentir algo de tristeza. Ella es muy bonita y sé que cualquier hombre sería muy feliz con ella, aunque tenía conflictos con que ese hombre no fuera yo.
Por ahora, han andado de novios y solamente, se han quedado en besitos y caricias. Me preguntaba si el tal Toño le habría agarrado sus tiernos y masivos meloncitos.
Al rato, nos llamaron a cenar y les conté las cosas que habían pasado en la capital. Amelia me preguntó por qué había venido con Sonia esta vez.
“¡Es que tuve un colapso, al regresar a la capital!”
Ellas se preocuparon, pero no mostré gran preocupación.
“Al parecer, el último turno fue muy agotador y me exigí más de la cuenta…”
Mi suegro dijo que eso era normal y que eran cosas que pasan, pero tanto Verónica y Amelia enrojecieron, recordando la orgía que tuvimos el último día antes de volver.
Luego de cenar, me arreglé para salir. Amelia se molestó.
“¿Cómo que iras a tomar con una mujer? ¿Qué diría mi hermana?”
“Probablemente… me diría que no hay problemas…” respondí.
Recordé lo raro que era el acuerdo de Marisol, lo que me hizo sentir peor que Amelia.
“¡Mamá! ¿No vas a decir algo?”
“¡No, corazón! Él está en su derecho.” Le dijo, mirándola a los ojos. “Nadie le obliga a que se quedé con nosotras…”
Había algo de tristeza en su mirada. Algo le pasaba…
“¡Pero…!” protestaba Amelia.
Cuando llegué a la puerta, Amelia me abrazó por la espalda, apretándome con sus pechos.
“¡Por favor, no te demores mucho!”
“¡No te preocupes! ¡Es solo un par de copas!” le dije, aunque tanto ella como yo intuíamos que algo más sucedería.
De cualquier manera, llevaba mis preservativos, así que me sentía seguro.
Miss Rachel estaba en la barra cuando llegué. Eran un cuarto para las 8 y al parecer, llevaba un buen rato esperándome.
M: “Hi! Am I late?” (¡Hola! ¿Llegué atrasado?)
Me miró seductoramente. ¡Estaba vestida para matar!

americana

Vestido de lentejuelas de una sola pieza, con falda hasta la mitad de los muslos, bien escotado y apretado, delineando bien sus curvas, zapatos de tacos negros y lápiz labial rosa brillante, complementando la sombra de sus ojos y el rubor de sus mejillas.
La representación fidedigna de un súcubo. Me sentí contento de traer preservativos…
R; (¡No! ¡Para nada! ¿Te gustaría tomarte algo también?)
M: (¡Sí, me gustaría!)
Y ordené un jugo natural. Ella se rió.
R: (¡Pensé que ibas a tomar un trago!)
M: (No, no bebo alcohol)
R; (¿Por qué? ¿Eres un ebrio latoso?)
M: (No es eso. Es solo que no me gusta cómo me hace sentir).
R: (¡No soy prudente!¡ Me gusta tomar!)
Y si me quedaban dudas, se tragó el resto de su trago al seco.
R: “So, where can we dance?" (Entonces, ¿Donde podemos ir a bailar?)
M: (No lo sé. Yo no vivo aquí)
R; “Interesting!... so why are you here, then?” (¡Interesante!... entonces, ¿Por qué estás aquí?)

Le dije de mi trabajo y que me estaba hospedando en casa de mis suegros.
“So… you do have a girlfriend.” (Así que… tienes una novia) dijo ella, con algo de tristeza.
“Yeah! She lives in the capital, though!” (Sí. Pero ella vive en la capital…)

Ella me sonrió al escuchar esa implicancia.

“Maybe, we should go to a place with less people…” (Quizas, deberiamos ir a un lugar con menos personas).
En el ascensor, me besaba intensamente. ¡Era muy apasionada!

“Wow! You already want me!” (¡Vaya! ¡Ya me deseas!) dijo, al palpar mi verga.
“Yeah! I blame you!” (¡Sí! ¡Tú tienes la culpa!)
“Man! I guess I´ll have to do something about it!” (¡Rayos! ¡Entonces, tendré que hacer algo al respecto!)

Llegamos a su cuarto y me sentó en su sofá. La muy puta la chupaba como si fuera un helado…

“Is this better?” (¿Te sientes mejor?)

“ Oh, yeah! I'm on cloud nine!” (Sí. Me siento en las nubes)

Ella sonrió y siguió chupando, como toda una profesional.

“I never thought you would have one so thick. You look so wimpy!” (¡Nunca pensé que tuvieras una tan gruesa!¡Te ves tan debilucho!)

“You know? Sucking makes you look better!...” (¿Sabés qué? Chupando te ves mejor… ) le respondí, algo ofendido.

“I'm sorry! I didn't mean to!” (¡Lo siento! ¡No quise ofenderte!)

Y realmente se disculpó, con una garganta profunda, que me hizo sentir incluso mejor.

“I really like your taste!” (¡Realmente, me gusta tu sabor!), me decía lamiendo de base a cabeza. Era genial ver esa cabellera roja con tremendas tetas, lamiendo tan animosa.

“Glad that you like it! I made it especially for you!” (¡Qué bueno que te guste!¡Lo hice especialmente para ti!)

“Oh, boy! Here it comes!” (¡Vaya! ¡Aquí viene!)

Y me corrí, pero ella sacó la boca y quedó cubierta con mi leche. No sé si habrá sido tan cierto que le gustaba mi sabor…

“Sweet! You're still hard! Wanna do my tits?” (¡Genial!¡Aun estás duro!¿Quieres hacerlo en mis tetas?)

“Yeah… but what about you?” (Sí, pero ¿Qué hay de ti?)

“What about me?” (¿Qué hay conmigo?)

“Well, I want you to feel good also.” (Bueno, yo también quiero que te sientas bien)

“Oh, really? You think you can do something about it?” (¿Ah, si? ¿Crees que puedes hacer algo al respecto?)

La tomé y la acosté en el sofá. Empecé a besarla en el cuello, mientras masajeaba sus tetas.

“You're really doing a nice job!” (¡En verdad, estás haciendo un buen trabajo!)

“Yeah! I'm just warming up!” (lo sé. Solo estoy calentando)

“Right!...ah!...”

Se movió entera al meter el dedo en su rajita. Mientras tanto, chupaba sus tetas.

“Not…so…hard!” (¡No…tan…fuerte!)

Me decía, tratando de morderse los labios para no gemir. ¡Excelente!

“Get ready! I'm really going to make you moan!” (¡Preparate! ¡Realmente te haré gemir!)

“No! What are you going to…? No!” (¡No! ¿Qué vas a…? ¡No!)

Y le empecé a chupar el botón, mientras un par de dedos se infiltraban en su rajita mojada. Los espasmos la hacían retorcerse entera de placer y sus tetas vibraban como gelatina.

“Feels…so good!...Awesome!... “ (¡Se siente…tan bien! ¡Genial!)

Mi mano se había recuperado bastante bien. Podía entrar y salir bastante rápido de su cuevita. La otra, por su parte, hacia un trabajo decente apretando una de sus tetas.

“Your hands… your hands… are making me crazy!” (¡Tus manos!...¡Tus manos!... ¡Me están volviendo loca!)

“Stop..licking me…there! I'm…about…to come!...Ah!... Ah!...Ahh!” (¡Para… de chuparme…ahí!¡Me voy… a correr!...)

Y se corrió en mi boca. A diferencia de ella, yo sí me tomé sus jugos.

“It was…very intense!” (¡Fue… muy intenso!)

“All right! Now you can pay up!” (¡Bien! ¡Ahora puedes pagar!)

Le dije, colocando mi verga entre sus tetas. Ella sonrió.

“Gladly!” (¡Con gusto!)

Aunque se sentía bien, no era tan rico como con Pamela. Las tetas de Rachel era un poco más rígidas.

“What is that?” dijo, al ver la punta de mi pene apareciendo.

“Could you lick the tip?” (¿Puedes chupar la puntita?)

“Yeah!”

Incluso su chupada no era tan buena como la de Pamela. Tenía que forzársela en la boca, mientras que Pamela lo hacía porque la deseaba.

“I'm about to come!” (¡Me voy a correr!)

“Do it on my tits!” (¡Hazlo en mis tetas!)

Y de nuevo, le llené la cara con mi leche. Hasta el momento, mi “película porno americana” no estaba siendo tan buena como esperaba. Lo único bueno era que la muy golosa se chupaba el semen de su cuerpo.

“So much milk!” (¡Tanta leche!) me decía, con una mirada de perra en celo, chupándose parte de sus tetas y sus manos.

“And you're still hard! How do you do it?” (¡Y sigues duro! ¿Cómo lo haces?)

Me sentí orgulloso.

“You never tried latin sausage before, have you?” (¿Nunca probaste salchicha latina antes, cierto?)

“No, but Iím becoming a big fan!” (¡No, pero me estoy volviendo fanática!)

Le tomé la mano y la llevé a la ducha. Quería romperle el culo, pero estaba pegajosa y ella, encantada por mi verga, se dejó llevar.

Eché a andar el agua caliente y le chupé la rajita una vez más.
“Again?” (¿Otra vez?)

“Nope, it's just to put you in the mood…” (No, es solamente para darte ganas)

Le di vuelta y le empecé a puntear el culo con mi palo.

“You could have asked! I wanted it the moment we got into the shower!” (¡Podrías haber preguntado! ¡La quería desde que entramos a la ducha!)

Era un culazo tan amplio y apretado. La estaba ensanchando y ella gemía de placer.

“It's so thick!... you're tearing me apart!” (¡Es tan gruesa! ¡Me estás rompiendo en dos!)

Tomé el jabón y empecé a hacer espuma en sus tetas colgantes.

“That feels… so good!”

Empecé a tomar ritmo, tocándola con el jabón en la cintura, su clítoris y rozando su húmeda vagina.

“You're… killing me!” (¡Me estás… matando!)

Empezaba a enderezarse con mis embestidas y aproveche de tomar esas espumosas tetas.

“Pinch…them!...Please!...It feels great!”

Quería que le apretara los pezones. Yo también…

Su aroma era distinto a las otras. Su pelo, su espalda. Rachel parecía incitar todos mis sentidos.

“Oh…Golly!...Oh…Golly!” (¡Oh, cielos! ¡Oh, cielos!)

“Gee, they really pounded the deities out of your vocabulary!” (¡Diantres! ¡Realmente te sacaron las deidades de tu vocabulario!)

“Yeah!… it's… a hard… training… although… not as good… as your cock!” (¡Si! Es un entrenamiento duro, aunque no tan bueno como tu verga)

¡Esos americanos y sus estúpidas nociones de ser “políticamente correctos”!

“All right! I'm going to load you!” (¡Bien! ¡Voy a llenarte!)

“Come… inside… my butt… I want… to feel… that warm… milk!” (¡Vente en mi culo! ¡Quiero sentir esa leche caliente!)

Y me corrí. Fue una experiencia alienígena…”de otro mundo”.
El agua caliente seguía golpeando nuestros cuerpos pegados en placer.
Cuando pude sacar mi verga, empezaron los problemas.

“You're still hard! I have to ride it!” (¡Todavía estas duro! ¡Tengo que montarla!)

“Sure, let me get my condom!” (¡Seguro! ¡Déjame ir a buscar mi condón!)

“No, I want you raw…” (¡No! Te quiero crudo)

Y se me tiró encima, enterrando mi verga en su concha.

“It’s so great!...wait… What are you doing?”

Me la tuve que sacar de encima. No lo iba a hacer sin condón.

“I told you I have a girlfriend. Let me get a condom” (Te dije que tenía novia. Déjame sacar un condón)

“Who cares? Nobody really minds…” (¿A quién le importa? Nadie se preocupa de verdad…)

Seguía empujándome, tratando de meterse mi verga.

“I care!”le dije” If I knock-you up, what will happen to you?” (Si te embarazo, ¿Qué te pasara?)
Rachel se enojó.

“Get out, you fucking jerk!” (¡Sal de aqui, desgraciado de mierda!)

Me empezó a tirar mi ropa.

“You think I'm a fucking slut? Is that what you think?” (¿Piensas que soy una jodida puta? ¿Eso crees?)

No podía responderle. Estaba actuando como una. Alcancé a ponerme los calzoncillos y pantalones. El resto, lo arrojó al pasillo del hotel, mientras lloraba amargamente.

Afuera, me vestí en silencio. Pensé en golpear para tranquilizarla, pero no importaba.
Cuando las puertas del ascensor se cerraban, pensé en decirle al menos mi nombre… pero ¿De qué serviría? Ya estaba enfadada.
Mientras abandonaba el hotel, no pude evitar de sentir lástima por ella. No había descubierto el amor que tenemos con Marisol y me sentí afortunado.
De hecho, me sentí el gran ganador de la noche: aunque hice mis cochinadas, al menos me sentía victorioso de poder resistir a una mujer como Rachel, donde muchos podrían haberse dejado llevar por los instintos.
De nada serviría contactarme con Diana ahora. Al menos, Rachel no se enojaría si ella no me conocía y mientras arrojaba sus teléfonos, me sentí mejor.
La noche era helada y decidí irme caminando. Tenía que pensar en el trabajo. En el viento, me parecía escuchar “Sir! Sir!”… pero el desierto es así y en realidad, no hay mucho que hacer.

Miré mi reloj. Eran las 11 y media. Al menos, le había cumplido mi palabra a Amelia. Y mientras entraba en la silenciosa y oscura casa, sigilosamente, me sentía triste pero tranquilo: había sido un caballero.
Y mientras uno piensa que así son las cosas, la vida te sorprende y te enseña otras… nuevamente, me equivocaba al creer que era el único despierto… y lo mismo pasaba con la idea de que la noche había finalizado…


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